cinco.

V:
JURO SOLEMNEMENTE
QUE MIS INTENCIONES
NO SON BUENAS.

GEORGE Y FRED SE ENCONTRABAN EN la estación King Cross. Estaban junto a su familia esperando para abordar a su primer año en la escuela mágica.

—¿Mamá enserio no puedo ir con Fred y George?—preguntó el pequeño Ron.

—Ron ya te dije que tienes que esperar dos años más, apenas tienes 9–le respondió calmada.

—Así es Ronnie, y sabes...—comenzó a hablar Fred.

—Cuando tú llegues a Hogwarts ya nosotros...—continuó George.

—Seremos los reyes de las bromas—dijeron el par al mismo tiempo.

—Preocúpense más por sus calificaciones y menos por las bromas—sentenció su madre.

—¿Enserio crees que Fred y George se preocupan por sus calificaciones, mamá?—preguntó Charlie en un tono burlón.

—Hey! No somos tan irresponsables—defendió George.

—Yo tampoco les tengo mucha fe—añadió Percy.

—Solo espero que cuando yo vaya a Hogwarts pueda tener unos tranquilos—suspiró Ron.

—No lo creo hermanito...—le respondió Fred.

—Nosotros nos encargaremos de que no sea así—siguió George.

—¿Charlie, aún eres capitán del equipo de Quidditch?—preguntó Ginny con voz angelical.

—Así es hermanita, aunque ya mi tiempo en Hogwarts se está acabando—respondió el mayor.

—Al menos antes de irte puedes asegurarnos un lugar en el equipo—dijo George.

—¡Feorgie! ¡Mira quién llegó!—gritó Fred emocionado.

—¿Quien, Gred?—el gemelo menor volteó a la dirección que veía su hermano y esbozó una gran sonrisa.

Ellos estaban esperando a la segunda persona más importante en su vida después de ellos.

—¡Fregomeo!—dijeron el par de pelirrojos.

—¡Repetidos!—gritó de vuelta el ojiverde corriendo a los brazos de sus amigos.

—¿Fregomeo?—dijeron Ron y Percy.

—Se nota que se extrañaban, y eso que se vieron hace unas semanas—añadió Charlie.

—Fregomeo son nuestros tres nombres juntos—explicó George.

—Porque Ly, es nuestro trillizo—siguió Fred.

—Solo falta que le pinten el pelo de rojo—añadió una voz aguda y angelical.

—¡Vi!—exclamó Ron cuando vio a su amiga, ella fue a abrazarlo.

—Hola Ron—le devolvió el abrazo.

—¿Y para tu Weasley favorito no hay abrazo?—dijo Charlie.

—Claro que sí, pero no le digas a Ron que te dije eso—le recibió el abrazo.

—Bueno...ya deben subir al tren chicos—dijo Remus Lupin.

—Adiós papá, adiós Juls—el castaño se despidió de su hermana y padre.

—¿Cómo se dice?—le dijo Remus agachándose a la altura de su hijo.

—"Juro solemnemente que mis intenciones serán buenas"—dijo el chiquillo tomando postura militar y levantando su mano derecha.

—Así es hijo—lo abrazó y le dió un beso en la mejilla—Nos vemos en navidad.

—Ahora que Romeo va a Hogwarts, ¿Ya le podré hablar a Harry de la magia?—preguntó Violet.

—Aún no, calma.

—Adiós mamá, te amamos—se despidieron los gemelos—Ron, Ginny, los vemos en navidad.

Los dos mayores fueron los primeros en subir al tren, los siguieron dos pelirrojos físicamente iguales y el castaño. Lo que Fred y Romeo no sabían es que su gemelo y mejor amigo había subido al tren con una extraña curiosidad.

George quería ver de nuevo a la pelinegra del callejón diagon. No sabía su nombre, ni si entraba a primer año, no sabía nada pero la niña le parecía interesante de cierta forma.

¿Sería raro si deseara tenerla en Gryffindor?

—Me voy por mis amigos, los veo en la selección—se despidió Percy, alejándose por el pasillo.

Su hermanos no lo sabía, pero él también tenía la leve esperanza de ver a la pelinegra.

—¡Charles Weasley!—gritó una conocida voz.

—¡Nymphadora!—se burló el pelirrojo menor, su mejor amiga odiaba ese nombre.

—¡No me digas Nymphadora!—exclamó y su pelo se tiñó de rojo, pero volvió a su lindo color rosa cuando el pelirrojo la contagió de risa.

—Eres un idiota Charles—le contestó—Hola repetidos y trillizo.

—Hola Dora—respondieron los tres.

—Vamos a vagón de prefectos, los veo en la escuela—dijo Charlie llevándose a la peli-rosada que se tropezó camino al vagón de prefectos.

—Aquí hay un compartimento—les llamó Romeo.

—Perfecto—dijeron los gemelos y entraron.

Estuvieron un rato hablando de las travesuras que tenían planeadas cuando un chico moreno se acercó con timidez.

—E-eh ¿hola?—dijo el niño—¿Hay lugar?

—Claro que sí, ven siéntate—dijo el ojiverde presente—Mi nombre es Romeo Lupin.

—Yo soy Fred Weasley—habló el gemelo mayor.

—Y yo soy George Weasley—añadió el otro gemelo.

—Un gusto, Lee Jordan—respondió—Espero seamos mejores amigos.

Y sin saberlo, el cuarteto inició la que sería tal vez la amistad más sincera y vertical que tendrían en toda su vida.

El viaje siguió con normalidad, los cuatro chicos hablaron de todo y de nada al mismo tiempo, incluso habían conocido a las niñas del compartimento del frente. Angelina Johnson y Alicia Spinnet.

La llegada a Hogwarts fue bastante divertida. Los cuatro compartieron un bote y entraron al gran comedor.

Ahí comenzó la selección, los cuatro miraban todo con atención. Mientras en la mesa de los leones Charlie y Percy les hacían señas de aprobación, pero el rizado parecía buscar algo ¿o alguien?

—¿Qué crees que busca Percy?—le dijo George a Fred.

—No sé, y te hago la misma pregunta—respondió y George lo miró extrañado—Desde que bajamos del tren me da dolor de cuello solo verte, pareces una jirafa.

—Ja. Ja, ja. Claro que no.

—¿Ah no?—le alzó una ceja—Hey Romeo, ¿no te parece que George parece una zariguella de tanto que parece buscar a alguien?

—Oh si George, yo te iba a decir que si habías dejado algún recado o algo así—respondió el de rulos.

—Idiotas—les dijo a ambos, pero creyó que sus personas cercanas no notaron el sonrojo en sus mejillas y la manera en que se dió la vuelta.

—Algo le pasa—le susurró Fred a Romeo.

—Definitivamente algo le pasa—respondió.

Luego de una canción del sombrero, la profesora McGonagall empezó a llamarlos uno a uno.

Daphne Greengrass...Slytherin. Angelina Johnson...Gryffindor. Cedric Diggory...Hufflepuff. Adrian Pucey...Slytherin. Alicia Spinnet...Gryffindor.

El siguiente en ser llamado fue el rizado.

—¡Romeo Lupin!—exclamó la profesora.

—Tú puedes Ro, vamos por Gryffindor—le susurró George.

—Si quedas en otra casa podrás seguir siendo nuestro trillizo, tranquilo—se burló Fred.

—No les hagas caso, te irá bien—finalizó Lee.

Romeo empezó a caminar al banquillo, ¿tenía miedo? claro que tenía miedo, y su nerviosismo aumentó cuando la profesora lo miró con nostalgia.

Tal vez le recordé a papá en sus años de escuela, pensó Lupin.

Se sentó en el banquillo, en el fondo se esperaba lo peor pues a pesar del valiente Gryffindor que fue su padre hace poco esculcando en el sótano de su casa se dió cuenta que su madre fue una Slytherin, y él no sabía nada de ella asi que le aterraba decepcionar a su padre.

Mm, ¿Lupin... Crouch, cierto? Interesante...—le dijo el sombrero apenas lo puso sobre su cabeza, ahí Romeo conoció el terror—Lo Slytherin va en tu sangre, pero tranquilo...estoy completamente seguro de que ese no es tu lugar.

—GRYFFINDOR—gritó el sombrero para que todos lo escucharan, el ojiverde respiró y fue a la mesa donde Charlie y Percy lo recibieron con una sonrisa y virotes.

—¡George Weasley!—exclamó la profesora. Era el turno del primer gemelo.

Un Weasley, eh? No te sorprendas...—dijo telepáticamente al gemelo menor—. Sé que en un futuro tendrás que ser el más valiente para afrontar lo que se viene.

—GRYFFINDOR—gritó el sombrero en cuestión de segundos,. George ignoró completamente lo que dijo el sombreo y se fue feliz a la mesa de los leones. Charlie y Percy fueron los primeros en comenzar el alboroto.

Antes George terminara de bajar a la mesa el otro chico exactamente igual a él ya empezaba a caminar al frente incluso sin ser llamado. Esto causó risas en todo el comedor y antes de sentarse McGonagall alcanzó a decir su nombre.

—¡Fred Weasley!—dijo un poco seria, supongo que por la acción del muchacho.

¡Weasley a la dos! Ya sabes tu lugar, ¿cierto?—le dijo por telepatía—. Tendrás la oportunidad de demostrar la valentía que va dentro de ti, no habrá persona que no se entere de eso.

—GRYFFINDOR—dijo de nuevo el sombrero incluso más rápido que con George.

Roger Davis...Ravenclaw. Cassius Warrington...Slytherin. Kenneth Towler...Hufflepuff.

Lee Jordan también fue seleccionado para Gryffindor y los chicos no podían estar más felices.

Charlie se ofreció a llevarlos a sus dormitorios y mostrarles el lugar. Los cuatro chicos fueron asignados a una habitación juntos.

[...]

Había pasado un mes desde que había entrado a Hogwarts, y la verdad no los había echado de milagro.

El banquete de Halloween había terminado y el grupo de amigos tenía un plan.

—Bueno, repasemos...—dijo Romeo—. Lee tú distraes a Filch, George revisa que no haya nadie en el perímetro, yo doy las señales para que cada paso se vaya dando y Fred lanza la bomba fétida.

—Perfecto, deberías ser planeador de vidas o algo así—le dijo George—, bueno andando.

—Haz lo tuyo Lee, nos vemos en el retrato de la dama gorda en exactamente veinte minutos—añadió Fred.

—Nos vemos—respondió Lee alejándose por el pasillo, listo para su estrategia de distracción—¡Oye Peeves! A que no imaginas lo que me enteré de Filch...

—¿Chismes de Filch? ¿Dónde?—respondió el poltergeist.

—Por acá, ven, pero asegúrate de hacer muuuuucho ruido, porque si no no puedo contarte—canturreaba Lee.

—¡Vamos! ¡Vamos!—empezó a cantar Peeves mientras tumbaba cosas a su caso—¡Filch me enteraré de tus secretos!

—Perfecto, ahora nosotros vamos rumbo al pasillo del cuarto piso, a esta hora hay varios ahí—les dijo Romeo a los gemelos—. Tomen esto, Fred colocátela desde ya, George y yo lo haremos cuando te mandemos la señal.

Romeo le dio una pañoleta roja a cada uno, Fred acató su orden y se la colocó de una vez, mientras que el castaño y George las enrollaron en sus manos para tenerlas a la mano.

Los tres empezaron a correr hacia el pasillo asignado para llevar a cabo su broma. Romeo y George empezaron a caminar juntos para revisar el perímetro mientras Fred buscaba un escondite para esperar su señal.

—Por aquí no se ven profesores, podemos lanzar la bomba y salir corriendo—le susurró George a Romeo.

—No hay rastro de Filch, Lee lo debió llevar lejos—Romeo le susurró de vuelta—. Fred puede lanzar la bomba y corremos hasta las escaleras, que en exactamente cinco minutos girarán a nuestro favor.

—Perfecto...

—Uno...dos...tres...¡Ahora Fred!

El pelirrojo mayor lanzó la bomba fétida y todo el lugar se llenó de un maloliente humo negro. Romeo y George actuaron rápido con las pañoletas y salieron corriendo.

Iban con la adrenalina al cien corriendo por todo el pasillo, escapando del mal olor. Tal vez fue su inexperiencia en Hogwarts lo que les hizo olvidar un detalle.

La señora Norris.

La gata de ojos rojos los había pillado, y el llamado a su amo fue inmediato. En cinco minutos Filch dejó de perseguir a Peeves y se apareció en sus narices.

—¡Los tengo! ¡Maldito trío desastre!—empezó a gritarles—. ¡Atrapados!

—¡Corran...corran par de repetidos!—les gritaba Romeo, los tres no podían correr más rápido.

—Fred...Mier...—George iba a lanzar una palabrota por la que su madre perfectamente lo hubiera reprendido.

Filch los había atrapado. Tenía a los tres del cuello de sus camisas, a Fred con un brazo, y a Romeo y George del otro.

Estaban perdidos.

Filch los llevaba directo a su despacho. Ya ahí los dejó encerrados y se fue en busca de una aprobación para un «un castigo como los de antes».

—Genial, un mes planeando la broma...—comenzó Fred.

—Y nos atrapan—finalizó George.

—Tiene que haber una forma de salir de aquí—dijo Romeo buscando entre toda la oficina. Era pequeña, húmeda y llena de elementos extraños, además de una lista de cosas prohibidas.

—Quisiera algunas cosas de esta lista—comentó Fred, que también había comenzado a hurgar en el lugar.

—Hey...¡hey miren esto!—los llamó George—. Dice «prohibido abrir, altamente peligroso».

—¿Lo abrimos?—preguntó Romeo acercándose al cajón.

—Eso no se pregunta, abre eso George—dijo Fred.

—¿Un pergamino vacío?—preguntó el gemelo menor cuando vio el único elemento presente en el extraño cajón.

—Esperen...—fue como si una bombilla se encendiera en la cabeza de Romeo Lupin, todas. las historias de su padre cobraban sentido.

Eso era aquello que su padre tanto usó, pero que nunca le confesó su nombre o su uso.

Pero algo si recordaba, la frase que su padre le hace decir siempre que se despiden.

—¡Háblenle!—exclamó el castaño y los gemelos respondieron con un «¿ah?»—Solo háganlo, pídanle ayuda o algo así.

—Hola querido pergamino...mm no sé es que nunca le he hablado a un papel—intentó hablar George.

—¿Seguro que hay que hablarle?—preguntó Fred.

—Si si...haber yo lo intento—dijo Romeo tomado el pergamino entre sus brazos—A ver...Hola pergamino...o debería decir mapa?

«Hola, mini Lunático»

—¡Te respondió! ¡El pergamino o mapa o lo que sea te respondió!—chilló Fred.

—¡Pero no grites! A ver sigue intentando—dijo George.

—Mm, ¿mini lunático? no lo sé, pero bueno...necesitamos tú ayuda—siguió hablando Romeo—Por favor, funciona...

«Deben ser dignos de mi ayuda, ¿Lo son? ¿Aprendieron de ellos?»

—¿El mapa tiene vida propia?—se asombró George.

—No lo sé, pero lo que sea que le esté diciendo Romeo funciona—siguió Fred—A ver mapita, necesitamos ayuda para hacer bromas y escapar de Filch.

—!Si! Justamente eso, te necesitamos—siguió Romeo—¿Nos puedes ayudar?

«¡Aprendiste mucho de ellos! Solo deben decir las palabras mágicas»

—¿Palabras mágicas? Pero, llevamos un mes en la escuela...—habló Fred.

«¿Qué intenciones tienen conmigo?»

—Nada buenas, al menos no para Snape—se burló George.

—¿Intenciones nada buenas? ¡Eso es!—celebró Romeo—Ya sé cuáles son las palabras mágicas...

—Pues dilas, a ver mapita creo que te descubrimos—respondió Fred.

«Todo aquel que quiera molestar a Quejicus ha sido entrenado para ser digno de mis servicios»

—¿Quejicus? Esto se pone cada vez más raro...—comentó George.

—¡Shh! Voy a decirlas—los calló Romeo, apuntó con su varita al mapa y dijo:—Juro solemnemente que mis intenciones serán buenas.

«Casi Lunático jr, ¿Pero estás seguro que tus intenciones son buenas?»

—Romeo, creo que quiere que le digas la verdad de nuestras intenciones...—añadió Fred.

—Aún no entiendo lo de Lunático—dijo George.

—Ni yo, pero intentaré cambiar la frase—el castaño volvió a tomar aire y apuntó el pergamino:—Juro solemnemente que mis intenciones no serán buenas.

«¿Serán o Son?»

—¡Son!—exclamó Fred.

—Vamos Ly, tú puedes—lo animó George.

—"Juro solemnemente que mis intenciones no son buenas".

«Los señores Lunático, Colagusano, Canuto y Cornamenta.

Proveedores de Ayuda Magia a los Traviesos se Enorgullecen de Presentar...

El Mapa del Merodeador»

En el pergamino se empezó a extender el mapa de todo el colegio, pasadizos, fantasmas, puertas, salones maestros y alumnos. Todo se veía ahí.

—Wow...Esto es...—dijo Fred.

—Increíble—finalizó Romeo.

—Miren, es Lee en la puerta de la sala común—lo señaló George—. Debe estar preocupado.

—Filch está lejos, y el muy tonto no nos quitó las varitas—les indicó Romeo—Saldremos con un simple alohomora.

—La señora Norris también está en otro pasillo, es nuestra oportunidad—dijo Fred.

—Solo sé que tenemos que cuidar esto con nuestra vida, Godric nos hizo un regalo o algo así—mencionó George.

—Definitivamente, aunque nunca sabré por qué se refiere a mi como mini Lunático y uno de los creadores se llama así—cuestionó el Lupin.

—Lo descubriremos luego, mientras salgamos de aquí—habló Fred.

Y así fue, con ayuda de la nueva adquisición los tres pudieron llegar a la sala común sin ningún problema. Ahí le contaron todo a Lee, y decidieron no contárselo a más nadie. Era su secreto más preciado.

Muchos pensarían que George lo usó para buscar a la pelinegra, pero con todo lo que había pasado la había olvidado por completo, un parte de él tal vez por la resignación de que simplemente fue una ilusión y no la vería nunca más.

¿Quién diría que ese mapa caería en las manos de uno de los sucesores?

§
¡Capítulo Largo!

Actualicé ambas novelas y me gustaría hacerlo más pero los exámenes me tiene abrumada.
El fin de semana actualizaré seguro.

Espero lo disfruten. Ya en el siguiente cap volvemos con nuestra amada
Venus en Dumstrang. ¡Se viene salto de tiempo!

Los invito a pasarse por ELECTRIC LOVE, mi fic con Harry que esta conectado a este.
Además síganme en Instagram como @/ela.moony_13

En fin. Voten, comenten y síganme ;)
¡Ya llegamos a más de 100 lecturas acá!

Xoxo, Ela.
§

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