catorce.

XIV:
PARA CONOCER
HAY QUE RECORRER

VENUS SALIÓ CON SUS AMIGOS DEL GRAN COMEDOR, los Slytherin habían prometido mostrarle a la azabache el lugar antes del toque de queda que se realizaba todas las noches.

La Lestrange se sentía complacida y aliviada, ella y sus primos habían quedado en Slytherin como debía ser, en sus casas estarían increíblemente felices.

Por otro lado extrañaba de sobremanera a Viktor, Dimitriv y Barbie, pero debía estar agradecida de haber conocido a Daphne, Adrian y Elora, incluso hasta a Isaac, en ellos podía ver una posible gran amistad.

—¿Quién era el bonito con el que hablabas?—preguntó Elora descaradamente, Venus la conocía poco y ya amaba su personalidad.

—¿Tan rápido tienes conquistas?—preguntó Daphne.

—La leyenda del encanto Black es real—añadió Adrian.

—¡Hey, hey! Calma—Venus entre leves risas intentó relajar a sus amigos—, lo conocí en la selección, es transferencia como yo y viene de Ilvermorny.

—Un americano, me agrada—Dahpne guiñó el ojo.

—Se llama Isaac Moon y es bastante agradable—siguió hablando—. Me cayó mucho mejor que Da Silva.

—¿La chica de rizos?—preguntó Adrian, Venus asintió.

—¿Ya tan rápido le echaste el ojo, muchachote?—se burló Elora.

—Sabes que su futuro es ser un mujeriego—añadió Dahpne—. Bueno Venus, ahora si te mostraremos el colegio.

—Hoy siento que Daphne en su otra vida fue guía turística o algo así—susurró Elora al oído de Venus, la azabache rio.

—Será un poco largo el recorrido, pero con esta compañía seguro te reirás un par de veces—dijo Pucey haciendo que Venus sonriera, de eso estaba segura.

—Ya conociste el gran comedor, básicamente ahí hacemos todo—Daphne empezó a explicar—, eventos, banquetes, premiaciones. Literalmente todo se hace ahí, tal vez en Durmstrang tenían algo parecido.

—Teníamos el Mesón Principal, también hacíamos todo ahí.

—Eso suena bien. ¡Sigamos!—la rubia los empezó a guiar por los pasillos hasta llegar a un escobero—. ¿Ves este escobero? ¿Ahora ves esta puerta?

Venus asintió cuando vio una puerta al lado del escobero, ella acababa de pasar por ahí y podía jurar que no estaba.

—Pasé por aquí hace un momento—dijo y todos se miraron sonriendo—. ¿Qué? ¿Es normal que no haya visto una puerta que claramente está ahí?

—En realidad lo normal es que no la hayas visto—comentó Pucey.

—Solo los Slytherin podemos verla o notarla—dijo Elora.

—Es una puerta creada por el profesor Snape para que los Slytherin lleguemos antes a clases—contó Daphne—, dentro hay un montón de escaleras y letreros, eso hace que nos den puntos por puntualidad y nos destaquemos por eso.

—Suena bien.

—La parte más chistosa es cuando los de otras casas corren hasta las clases intentando llegar primero, pero siempre ya estamos ahí—se burló Elora.

—Lo usaríamos, pero la idea es que conozcas el castillo—dijo la rubia—. ¡Sigamos! Bueno por esas escaleras de la izquierda se va a la torre de Gryffindor y por esas de la derecha a la torre de Ravenclaw.

—Las escaleras a veces se mueven, así que ten cuidado—agregó Pucey.

—En este piso también está la aula 11 por ahí y el despacho de Filch, ahí te llevan si te pillan merodeando por las noches, es un conserje horrible y siempre anda con su gata que es bastante soplona—contó la rubia mientras caminaban—. Por aquí puedes salir a los jardines de la escuela y hay una que otra aula sin usar.

—Los jardines son bonitos, mañana podemos ir—le dijo Elora y Venus asintió—. Subamos, Dahpne te mostrará mi lugar favorito.

—¿Cuál es?—preguntó mientras subían las escaleras a la segunda planta.

—Fácil, la enfermería.

—Tal como Elora dijo, aquí está la enfermería—Dahpne mostró una gran puerta doble que uno de sus lados estaba abierto y se podían ver varias camas de sábanas blancas y repisas con pociones—. La enfermera es la Sra Pomfrey, es una dulzura por eso se aguanta a Elora aquí metida todo el tiempo.

—Me enfermo con frecuencia.

—Solo no te gusta ir a clase de transformaciones—replicó Adrian.

—No es mi tipo de magia—Elora rodó los ojos. Venus notó que no le gustaba esa clase para nada.

—Hablando de transformaciones, cruzando este pasillo está la oficina de la profesora McGonagall—la rubia mostró un pasillo que cruzaba a la izquierda—. Si seguimos derechos encontramos las aulas de Historia de la Magia y Estudios Muggles.

Elora y Adrian hicieron gestos de arcadas.

—La clase más aburrida y la clase más asquerosa—dijo el único chico presente.

—¿Debo cursar estudios muggles?—preguntó Venus sorprendida.

—No, es una electiva—respondió Elora y Venus se sorprendió aún más. ¿Por qué un mago elegiría como electiva estudiar a los muggles?—. Supongo que no has elegido las tuyas, mañana en la mañana seguro Snape te llamará para que te anotes en dos.

—¿Cuáles escogieron ustedes?

—Todos coincidimos en Cuidado de Criaturas Mágicas, pero la segunda cada quien escogió una distinta—contestó Dahpne—. Yo por ejemplo elegí adivinación.

—Sólo porque es una chismosa y quiere saber los chismes antes de tiempo—Elora se burló—, yo escogí alquimia. Si voy a heredar esa mugre tienda familiar tengo que saber de algo.

—Yo escogí runas antiguas, me parecen interesantes—dijo Adrian con simpleza.

—Supongo que mañana elegiré las mías—cuando Venus cayó en cuenta ya estaban subiendo otras escaleras.

—Odio este piso—dijo Elora.

—¿Por qué?

—En su primer año Myrtle la asustó—respondió Dahpne volviendo el paso más lento frente a una puerta—, justo en este baño.

—¡Fue horrible! ¡Apareció de la nada!

—¿Quién es Myrtle?

—Es una fantasma de una estudiante, nadie sabe, pero suponemos que murió aquí y se encarga de espantar a todas las que entrar a su baño, por eso nadie viene aquí—contó la rubia.

—También le gusta acosar chicos en los baños de los vestidores de los equipos de Quidditch—añadió Adrian.

Siguieron caminando por los siguientes dos pisos. Aunque habían más ya no era necesario ir, ya había visto las aulas, la biblioteca y los despachos.

—Ahora, nuestra sala común está abajo del castillo—habló Daphne.

—¡Estamos en un quinto piso!—exclamó Venus, estaba exhausta solo quería echarse a dormir—. ¿Cómo vamos a bajar hasta allá sin morir en el camino?

—Creo que te olvidas de algo, Venus—Adrian abrió una puerta al lado del escobero de ese piso y la pelinegra se alivió—. Para eso tenemos estas.

—Es el mejor invento de este colegio, si no fuera secreto y posiblemente contra la equidad estudiantil a Snape le darían un premio de servicios al colegio—dijo Elora mientras entraba, Venus fue detrás de ella y por último entró Adrian.

Dentro de aquella puerta la cantidad de escaleras era infinita. Había letreros que indican que escaleras tomar para llegar lugar deseado y símbolos con colores de Slytherin adornaban el lugar.

—Por aquí—la rubia los guió por las escaleras que decían «Mazmorras»—, llegaremos en unos segundos.

No fue mentira, en mucho menos tiempo del que Venus pensó ya la rubia estaba abriendo la puerta a un piso sombrío y aunque no estaban en invierno ahí era notablemente más frío que el resto del castillo. Se sentía un poco húmedo.

—Bienvenida a tu hogar dulce hogar—dijo Elora.

—Estas son las mazmorras—explicó Dahpne—, aquí queda en esta puerta el despacho de Snape y aquí sus armarios.

—Es muy cuidadoso con el izquierdo, es su armario privado y no permite que nadie entre ahí—contó Pucey—. Dicen que guarda sus suministros de pociones súper avanzadas.

—Debe ser interesante, siempre he sido muy buena en pociones por mis abuelos—contó Venus, los Black tenían cierta fijación y talento para esa asignatura cosa que le hacía interesarse en eso—. Además conozco a Snape de antes, me emociona dar clases con él.

—Solo a los Slytherin nos emociona—dijo Dahpne—, siempre nos favorece en las clases y nos da puntos por todo.

—Más si tenemos clases con Gryffindor, en resumen—añadió Elora con dramatismo:—, los odia.

—¿Que hay mas allá?—preguntó viendo la inmensidad de las mazmorras.

—Allá quedan las mazmorras de duelo y las que no se usan—respondió Dahpne—, aunque la de duelo tampoco se usa, ojalá llegue un profesor de defensa que le dé utilidad.

—En las demás hacen fiestas—contó Elora—, solo que nosotros no hemos ido a ninguna.

—Solo podía entrar gente de tercer año en adelante y adivina en qué año estamos—celebró Adrian.

—Bueno aquí es—dijo la rubia parando el paso frente a una pared de ladrillo, la única diferencia es que las antorchas que la alumbraban estaban un poco mas abajo que las demás—, es la puerta a la sala común, solo debes decir la contraseña.

—¿Todas las salas tienen contraseña?

—Solo Slytherin y Gryffindor—respondió Greengrass—, las demás tienen otros métodos.

—Ravenclaw es un acertijo y Hufflepuff es tocar tambores a un ritmo—dijo Elora con molestia—. No quería terminar en Slytherin para fastidiar a mi familia pero...¿Te imaginas estar muerto del sueño y pretender que es fácil responder un acertijo o tocar tambores? ¡Si te equivocas una no te abre hasta que otro lo intente y la otra te lanza un chorro de vinagre!

—Wow...El tema de no poder entrar a las salas comunes lo toman muy enserio.

—¿En Durmstrang no hay casas?

—No—respondió con simpleza—, la única ceremonia de selección es para los equipos de quidditch, de resto solo tenemos torres de chicas y torres de chicos.

—La contraseña es Basilisco—de entre los ladrillos se asomó una puerta de madera negra que se abrió para ellos, los cuatro entraron detrás de la rubia—, cambia cada mes y Snape la escribe en el pizarrón, la primera está en nuestros horarios, pero escuché que tu debes buscar el tuyo mañana.

—A primera hora iré con Snape—se recordó a sí misma—. Wow, es muy bonita. ¡Tiene vista al lago!

Una sala común de colores verdes y negros estaba frente a ella, seguramente los muebles eran de cuero porque el olor fue inconfundible. La vista al lago la emocionaba y a pesar de ser fría sentía una gran calidez.

—A veces el calamar viene a saludar—dijo Pucey—. Bueno, es mejor ir a dormir antes de que Snape nos vea por aquí, es tarde, estuvimos afuera porque hoy no hay prefectos patrullando.

—Es cierto, veamos en qué habitación te tocó.

—Buenas noches Adrian—Venus se despidió y lo vio irle al lado contrario.

—Descansen hermosas.

Venus subió con sus amigas, las cueles sonrieron cuando su puerta ahora estaba cambiada y decía:

«V. D. E»

—¡Te colocaron en nuestra habitación!—chilló Dahpne.

—Aquí en Slytherin al haber pocas niñas normalmente vamos en parejas, pero supongo que nos vieron hablar y te pusieron aquí—le dijo Elora—, nos alegra.

—Elora debe estar feliz porque ya no tendrá que dormir junto a la ventana—habló Daphne mientras sacaba su pijama del baúl.

—Odiaba eso y Daph nunca quiso darme su cama—contestó Elora.

Las chicas se dispusieron a dormir. El equipaje de Venus estaba en la cama junto a la ventana, lo cual la alegró mucho. Podía ver todo el cielo estrellado desde su almohada. El equipaje de Elora estaba en la cama del medio y el de Daphne en la cama siguiente.

—Tranquila, me encanta estar junto a la ventana—dijo mientras sacaba papel, pluma y tinta—. Debo escribir esta carta antes de dormir o mis abuelos me matarán.

Venus se dispuso a escribir tres cartas. Una para sus abuelos, otra para sus tíos y la última para su madre.

______________

Tía Narcisa y Tío Lucius,

La llegada a Hogwarts fue tranquila, le he echado el ojo a mis primos todo el tiempo excepto cuando se fueron en los botes. Supongo que Cissa les avisará pero he querido yo también decirles, ya que me siento responsable de ellos:

¡Ambos han quedado en Slytherin!
(Arcturus y yo también)

Eso me tranquilizó muchísimo, han de estar compartiendo cuarto con Olivia Avery y Theodore Nott. Se que les irá bien, son inteligentes y todos unos Malfoy Black.

Los mantendré informados si pasa algo grave, pero pueden estar seguros que ellos están a salvo conmigo.

Los quiere, su sobrina...

Venus Druella Lestrange Black.

__________________

Abuelo Cygnus y Abuela Druella.

Hemos llegado muy bien a Hogwarts. Arcturus y yo estamos muy felices de estar aquí. ¡No pensé que me gustaría tanto a primera vista!

Pólux también se ve feliz. Tengo una noticia:

¡Ambos hemos quedado en Slytherin!
(Cissa y Draco también)

Tal como madre y padre, estarán orgullosos cuando se enteren, sabrán que no fue mala idea traernos aquí. Y también los haremos sentir orgullosos a ustedes, gracias por ser mi motor y permitir que pudiera venir aquí.

No tienen que preocuparse por mí, ni por Arcturus, yo cuidaré de él muy bien.

¡Los amo! Y ya quiero que sea navidad para vernos.

_________________

Madre,

Soy Venus, extrañaba escribirte y no había podido hacerlo ya que estaba muy ocupada con el regreso a clases.

¡Pólux y yo hemos quedado en Slytherin!

Llevamos un día aquí y ya nos sentimos muy complacidos con Hogwarts. Por mi parte, el ambiente es mucho más alegre que en Durmstrang aunque extrañe a mis amigos este lugar es especial, algo me dice que vienen cosas buenas aquí.

Gracias por permitir que me trajeran aquí y por no dejar que me separaran de Pólux.

Te quiero madre, otra noche queriendo verte algún día.

Venus.

___________________

Se volteó hacia las camas y sus dos amigas dormían como un par de osos perezosos. Venus se fue hasta su cama, se puso el pijama y se sentó por un momento mirando hacia el cielo.

¿Las estrellas se habían movido de lugar?



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Venus se había levantado más temprano que sus amigos, la verdad era una persona bastante madrugadora, mientras que Daphne y Elora, no tanto. La Lestrange se alistó y decidió salir a conocer el castillo, le gustaba conocer las cosas por su cuenta y así no estar preguntándole a todos.

El castillo era hermoso, el de Durmstrang quedaba en pañales antes la grandeza de Hogwarts. Le gustaba aquí. Mientras caminaba no podía dejar de pensar en aquel movimiento que habían hecho las estrellas noche anterior.

Quizás el sueño me hizo alucinar y estoy pensando tonterías, se dijo mentalmente.

Sus pensamientos sobre las estrellas no desaparecían, hasta que tropezó con algo y cayó de manos al suelo:

—¡Auch!—dijo para sí misma—. Eres un poco torpe, Venus.

—Lo siento—una voz que provenía de un chico habló, haciendo que Venus notara que no fue un objeto con lo que tropezó—. Normalmente no hay nadie caminando a estas horas por los pasillos.

—Normalmente no hay gente en el piso con la que tropezarse en el camino—respondió Venus mientras se ponía de pie y sacudía su túnica—, a menos que aquí en Hogwarts eso sea costumbre.

—¿Eres de los transferidos?—preguntó el chico poniéndose de pie, Venus pudo verlo: tenía el cabello castaño y varios rizos desordenados tapaban sus orejas, además de unos bonitos ojos verdes amielados—. Eres la de ellos que quedó en Slytherin.

—Estás en lo correcto—respondió algo seca cuando notó el león al lado izquierdo de su túnica, era alguien con el que probablemente no debía hablar—. Vengo de Durmstrang.

—Yo vengo de ¿Londres?—dijo el castaño con un poquito de burla, Venus se contuvo de una risita, el rizado le extendió la mano—. Un gusto, Romeo Lupin, Gryffindor, bromista nato y experto en Quidditch.

—Venus Lestrange, Slytherin, amante de la moda y sangre-pura—replicó la chica y aunque pensó en darle la mano al final lo hizo—. Un gusto.

—¿Era necesario especificar tu pureza de sangre?

—¿Acaso tú no eres puro?—preguntó Venus y el chico negó con la cabeza haciendo que la azabache tuviera ganas de vomitar, no por asco, sino por miedo, ella no debía juntarse con ese tipo de personas probablemente si en su casa se enteran la sacarían de Hogwarts o incluso algo peor—. ¿E...eres sangre su...sucia?

—Hey no, no tendrás que desinfectarte la mano—dijo Romeo intentando esconder su molestia por las actitudes puristas de Venus—, soy mestizo. Aunque para lo que me preguntaste prefiero usar el término hijo de muggles.

—A...ah, entiendo y perdón por lo de sangre-suc...eso, es solo la costumbre—Venus ya quería irse de ahí, si alguien que no debe la ve le iría mal—. Yo...debo irme a mi sala común.

—Pensé que ibas a caminar.

—Quería conocer, pero creo que es hora de irme—Venus camino lo más rápido que pudo hasta que se sintió lejos de ahí.

Definitivamente desearía tener un repelente para los chicos. Solo quería olvidarse de Atanas y no andar por ahí tropezando con niños lindos. Porque eso sí, en Hogwarts sí que había chicos guapos.

Recordó que lo único que tenía que hacer esa mañana era acercarse a Snape para inscribir la electiva que iba a cursar. Definitivamente se iría por Cuidado de Criaturas Mágicas solo por sus amigos, la otra la elegiría ahí.

De nuevo, usó las famosas escaleras escondidas para llegar rápido al despacho de su jefe de casa. Tocó la puerta y del otro lado escuchó un «Pase».

—Buenos días profesor Snape—entró de manera cuidadosa al húmedo y oscuro lugar.

—Venus Lestrange, que gusto—se supone que Snape estaba agradado con su presencia, pero simplemente no parecía hacer ninguna expresión—. Supongo que estás aquí por tu materia optativa, ¿O tienes alguna otra duda?

—Por ahora solo la optativa—Venus se acercó un poco al escritorio.

—¿Ya sabes cuál tomarás?

—Solo tengo claro una, pero la otra no.

—Toma asiento—le pidió y Venus hizo caso, vio cómo el profesor parecía buscar algo en sus cajones.

Aunque Snape era frío e inexpresivo la azabache del sentía en confianza porque era normal para ella ver al profesor con frecuencia en casa de sus tíos o incluso la suya, hasta durante su primer año la ayudó con pociones.

—Mira—le extendió un pergamino—, es una lista con las optativas disponibles.

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Materias Optativas Hogwarts:

Estudios Muggles

Cuidado de Criaturas Mágicas

Adivinación
Runas Antiguas
Aritmancia

Alquimia

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Venus recordó que ninguno de sus amigos estaba en la misma segunda electiva, lo que la hizo pensar qué tal vez no les interesaba una compañía conocida. Obviamente no cursaría estudios muggles, así que se fue por la única que sus amigos no habían mencionado.

—Elegiré Aritmancia, en Durmstrang cursaba matemáticas y me iba bien—comentó a Snape.

—Ambiciosa decisión, el arte de los números es bastante complejo—Snape hizo aparecer ultra lista donde estaban anotados varios nombres—. Pero sé de primera mano que eres una estudiantes con maravillosas capacidades, así que confío en que sacaras la cara por Slytherin en cualquier asignatura.

—Gracias por la confianza, profesor Snape—dijo con una sonrisa—. Estoy muy agradecida de ser una Slytherin.

—Me alegra escuchar eso—respondió el profesor y le extendió un sobre, Venus lo tomó—. Tus abuelos se comunicaron conmigo, ellos también esperan mucho de ti y tú hermano.

—Debo enorgullecerlos—Venus miró el sobre, no le veía una explicación, estaba dedicado a dos maestros.

—Ahí está el horario y aula de tus optativas—explicó Snape—, hay unas cartas que debes entregarle a la profesora Séptima y al profesor Kettleburn para que ambos sepan porque no te inscribiste con anterioridad.

—Está bien, profesor, gracias.

—Te recomiendo ir a desayunar antes de tus clases—dijo Snape.

—Tiene razón—Venus asintió y se levantó de la silla, salió del despacho y antes de cerrar la puerta se despidió—: Adiós profesor, muchas gracias.

Salió de ahí y tomó el escobero, el castillo seguía algo vacío pero al menos ya se había hecho un poco tarde y cuando llegó al Gran Comedor la gente ya empezaba a llegar, se quedó en la mesa de las serpientes esperando que algún milagro causara que sus amigas se levantaran temprano.

—Hey—Venus sintió alivio cuando los grandes ojos azules de Elora aparecieron frente a ella—, madrugaste.

—Fui a inscribir mi optativa, salí antes porque quería conocer el castillo—respondió con simpleza—, pero terminé tropezándome con alguien.

—¿Ah, sí?—preguntó Elora y Venus asintió—. ¿Supiste quien era?

—Se llama Romeo, es Gryffindor—Elora hizo un mueca al tachar la casa y el nombre—. ¿Qué?

—Chocaste con Romeo Lupin—repitió y Venus asintió de nuevo—. No te lo voy a negar, es el chico más guapo, pero insoportable que conozco.

—Si era lindo, tiene rizos bonitos.

—¡Pero es una caspa!—exclamó Elora—. Él y sus amiguitos tienen este colegio patas arriba, ojalá no te hayan tachado como uno de sus objetivos, o tu primer año aquí será bastante difícil.

—¿Objetivo? ¡Apenas y hablamos!—Venus exclamó.

En su mente, más bien en idioma Durmstrang, "objetivo" se refería a una chica con la que el chico quería algo sentimental o solo pasional. Definitivamente no se esperaba eso.

—¡Eres una malpensada Druella!—Elora entre risas la regañó—. Me refiero a que seas su objetivos para bromas, aman molestar a los Slytherin y si te fichan será tortuoso.

—¿Quienes son sus amigos?

—Unos gemelos, los únicos gemelos pelirrojos de todo Hogwarts y un moreno que narra los partidos de Quidditch—A Venus le pareció que Elora los buscó con la mirada pero no los encontró—. Cuando los veas sabrás que son ellos, no son tan difíciles de reconocer.

—Me imagino—Venus se preguntó cómo serían esos famosos gemelos—, solo quiero un primer año tranquilo, ya sabes, para conocer bien el castillo y eso. No necesito ser blanco de bromas ahora.

—Ni yo—Elora suspiró—, el curso pasado el último día le declararon la guerra a nuestros prefectos, ya que Gryffindor perdió la copa contra Slytherin, además de que Higgs los descubrió planeando algo contra Snape, obvio los delató.

—Me imagino que no estarán nada amigables con ellos este año—comentó Venus.

—No son bromas que dañen a nadie, a menos que seas alérgica a algo que sus bromas contengan, pero son tan suertudos que no les ha tocado nadie así.

—Entiendo—el desayuno empezó a aparecer frente a ellos—. Los demás aún no llegan, se quedarán sin desayuno y ¡Wow! Esto es un gran desayuno.

—La comida aquí es buenísima, aunque los días qué hay banquetes son aún mejores.

—Mejor que comamos rápido—habló Venus—, tenemos clase de transformaciones y no quiero llegar tarde.

—Con McGonagall nadie llega tarde.

Las dos chicas comieron lo más rápido que pudieron para irse a la clase, con los escoberos fue sencillo llegar y al estar ahí solo algunos Slytherin habían llegado.

Los demás alumnos no tardaron en llegar. Adrian llegó con Daphne y se sentaron juntos justo detrás de Elora y Venus. Ya casi todos habían llegado, pero tres voces masculinas hicieron acto de presencia.

—Al menos McGonagall no ha llegado—dijo una, Venus miró y vio que la voz venía de un chico pelirrojo.

—Yo me haré con Lee, ustedes atrás—Venus volvió a fijarse y era el chico con el que había chocado en la mañana.

—Relájense, estamos a tiempo—otra voz con un tono más relajado habló y era la copia exacta del primero.

Venus se acercó a Elora.

—¿Ellos son los gemelos pelirrojos de los que me hablabas?—le preguntó a su amiga.

—Esos mismos—Elora miró para confirmar—, mejor que no miren para acá.

La puerta se abrió interrumpiendo cualquier respuesta que Venus podría dar.

—Buenos días Gryffindors y Slytherins de tercer año—saludó la maestra—. Señores Weasley me gustaría que la atención este año sea desde el primer día.

Todos miraron al par de pelirrojos que parecían estará leyendo un papel.

—Sí, profesora—dijo uno de ellos. George miró a su gemelo y le susurró—: Lo planearemos en estudios muggles, McGonagall no nos dejará en paz.

—Tienes razón.

La profesora se puso en frente y en medio de todo el salón y carraspeó.

—Este año realizarán un trabajo final—los murmullos empezaron a escucharse, pero la profesora rápido los aplacó—. Será en parejas y valdrá el treinta por ciento de su nota final.

Venus miró a Elora quien asintió dándole a entender que si se pondría con ella. George y Fred se miraron, para luego mirar atrás donde Romeo y Lee confirmaban que ellos irían juntos.

Alguien alzó la mano.

—Dígame señorita Johnson—una morena era quien había alzado la mano.

—¿Podemos elegir las parejas?

—Esa es una excelente pregunta—los alumnos se miraron entre sí ante la respuesta—. Y no, no podrán.

En ese momento todos empezaron a murmurar. ¿Cómo que no podrían elegir a su pareja? ¡A duras penas conozco a tres personas aquí!

—El director Dumbledore nos ha pedido personalmente tener estrategias para la unión entre casas—explicó y todo empezaba a tomar sentido, Venus se encogió, ya sabía hacia dónde iba esto—. Esta es la mía. He asignado sus parejas con alguien de la otra casa.

—Genial, ahora tendremos que trabajar con alguno de ellos—dijo Adrian, haciendo que Venus y Elora se giraran levemente hacia atrás.

—Yo solo espero que me toque con alguien que no sea insoportable—pidió Venus, en esos momentos se conformaba con Romeo, al menos ya lo conocía—. ¿Y si me toca con un...sangre-sucia?

—Si me llega a tocar con uno de esos prefiero hacer todo el trabajo yo sola—habló Dahpne.

—Solo espero que me toque con alguien que trabaje, o lo mataré—expresó Elora.

—Tendrán que calmarse—volvió a hablar McGonagall—. No daré las parejas hasta el final de la clase.

La clase de transformaciones pasó lenta para todos. Solo esperaban el momento en que la profesora terminara su explicación para saber quien era la persona de la otra casa con la que compartirían trabajo prácticamente todo el curso.

—Bueno, el momento que todos estábamos esperando—dijo Romeo a sus amigos.

—Alumnos, estas serán las parejas—la profesora empezó a decir varios nombres—...Adrian Pucey y Fred Weasley.

—La. Vida. Me. Odia—dijo Adrian haciendo varias pausas—. ¿Al menos no podía ser una chica?

—¿Pucey? ¿Enserio?—dijo Fred a sus amigos—. Ya era suficiente con querer patearle la cara en Quidditch.

—Ojalá a mi me toque con Romeo Lupin—Dahpne suspiró y sus amigos la miraron extraño—. ¿Qué? Cuando la gente es guapa, es guapa.

—...Elora Carrow y Romeo Lupin...

—Tranquila rubia, si quieres te echo al hombrecito—habló Elora.

—¿Es la ojiazul cierto?—preguntó Romeo a sus amigos y ellos asintieron—. Bien, mientras no me siga mirando como si me fuera a matar creo que funcionará.

—¿Con Carrow? Con ella nada funciona—se quejó Fred recordando lo grosera que solía ser la Slytherin.

—Solo falto yo por pareja—hablo George algo nervioso, no recordaba que Slytherin podía faltar.

—Solo falto yo por pareja—sin saberlo, Venus del otro lado del salón dijo la misma frase.

—No deben quedar muchos—la animó Adrian.

—Venus Lestrange y George Weasley—finalizó la maestra. Elora hizo un gesto que Venus no pudo descifrar y Fred miro a George con terror, el gemelo menor solo intentaba procesarlo—. Estas son sus parejas. Deberán empezar su trabajo lo más pronto posible para que presenten algo bueno al fin de curso. Espero que logren entenderse.

—¿George Weasley? ¿Quién es?—Venus no tenía ni idea de quién era su compañero.

—¿Recuerdas los gemelos pelirrojos que te mostré?—le dijo Elora y Venus asintió—. Bueno, el que se ve como medio milímetro más alto.

—¿Cómo sabes eso?—preguntó Daphne.

—No eres la única que observa D, algo debo hacer mientras ustedes se levantan a desayunar—respondió Elora alzándose de hombros.

—Tendré que esperar estar afuera para ver su estatura.

Los Gryffindor fueron los primeros en salir del aula. George notaba la molestia de Fred por el compañero que le tocó, mientras que Romeo parecía no darle tanta importancia, al contrario de Lee que se veía hasta entusiasmado.

—¿Escucharon? ¡Estoy con Daphne Greengrass!—exclamó el moreno cuando salieron del aula.

—¿Eso es bueno?—preguntó Fred.

—¡Pues si!—respondió Lee con emoción, George solo soltó una risa—. Es de las más hermosas de nuestro año, tal vez pueda hacer que se fije en mí.

—Vas a hacer un trabajo, no a coquetear Lee—habló Romeo.

—Habla el que está con señorita "Ojos perfectos"—ironizó George.

—Eso no significa que vaya a coquetearle, no es mi tipo.

—Eso espero hermano—Fred palmeó la espalda del castaño.

—Al menos ustedes tienen una idea de con quien les tocó—George suspiró—. Así sea mala pero la tienen, yo a duras penas reconozco a Lestrange.

—Ese apellido no puede traer nada bueno.

—No lo sé—habló George—. Supongo que tendré que esperar a que se acerque para el trabajo, no pienso mover ni un dedo.

Mientras los Gryffindor hablaban Venus sintió la necesidad de presentarse con su compañero de trabajo, ella no tenía idea de cómo es el chico y tiene que trabajar con él lo que queda del año. ¡Genial!

Vio a los cuatro chicos hablar y decidió acercarse. Desde su perspectiva no podía ver al era el gemelo más alto así que simplemente tocó el hombro del primer pelirrojo que vio.

El chico que le llevaba varios centímetros de altura se dio la vuelta y la miró con confusión.

—Soy Venus Lestrange—se presentó—. Somos compañeros de trabajo, tranquilo.

—Eh...¿Qué?—el pelirrojo parecía no entender—. Lo siento, pero yo voy con Adrian Pucey.

—¿No eres George Weasley?—Venus empezaba a ponerse roja de la vergüenza.

—No, es mi hermano gemelo—el chico se volteó y señaló a alguien idéntico a él—. Ese es mi hermano George, mi nombre es Fred por sí algún día estás aburrida.

El pelirrojo guiño un ojo, Venus abrió un poco los labios por la indignación. ¡Atrevido!

—No, gracias—aunque la azabache no podía de la vergüenza le torció los ojos al pelirrojo por el comentario, el calor en sus mejillas le indicaba que seguramente estaba tan roja como un tomate. ¡Se había equivocado de gemelo! ¡Que tonta!—. Iré con tu hermano, gracias.

Camino no más de cinco pasos para acercarse al pelirrojo que hablaba con un moreno, pues el de rizos que hace un momento estaba ahí pudo verlo a lo lejos hablando con Elora.

—¿Eres George Weasley?—aunque recién su hermano le había dicho que era él, con la fama de bromistas que su amiga les creó, prefería asegurarse.

—El mismo que canta y baila—el moreno le hizo un gesto y se fue, así que George concentró su atención en la azabache frente a él—. ¿Y tú?

—Soy Venus Lestrange—se presentó, abrazo aún más sus libro cuando noto que George quería darle la mano—. Eh...tenemos que hacer el trabajo juntos.

—Si, eso noté—respondió George retirando la mano algo decepcionado que la azabache no haya querido corresponderle el saludo—. ¿Eres nueva cierto?

Analizando a la chica frente a él, no podía evitar notar lo linda que era. Tenía una nariz respingada, pelo tan negro como la oscuridad, ojos grises con matices café y en esos momentos se encontraba levemente sonrojada lo que la hacía ver más bonita. Único problema: Es una Slytherin y no solo eso ¡Es una Lestrange!

—Si, de transferencia—Venus no quería iniciar una conversación ahí, tenía más clases—. Bueno, un gusto conocerte y luego podemos hablar para organizar el trabajo. ¿Te parece?

—Claro que sí—respondió George—. Me agradará ver tu lindo rostro de nuevo.

—Haré como si nunca dijiste eso—Venus se fue.

Venus estaba sorprendida con lo descarados que eran los gemelos. A sus ojos George era bastante simpático, no lo iba a negar. Pero era un Weasley, esa familia de la que sus abuelos y tíos tanto se quejan, será mejor que mantenga la distancia y límite cualquier interacción solo al trabajo.

§
Hey! Esta autora está de vuelta.

Como extrañé esto, a mis personajes, al mundo mágico, pero ya decidí volver. Nos leeremos más seguido.

Gracias por estar aquí y seguir soñando con Venus y George.

Espero disfruten y apoyen lo que se viene. Mis demás fanfics también estarán siendo actualizados.

Xoxo, Elu.
§

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