Chapter 35:-

Esa misma noche ...

Rosé llegó a casa en total silencio para no despertar a nadie, pero tan solo pisar el recibidor, las luces se encendieron dejando ver a un Bangchan de brazos cruzados y con el ceño levemente fruncido.

Ella al verse en tal situación solo pudo bajar la mirada culpable y seguir al hombre hasta su propia habitación en total silencio.

Una vez recostados, fue ella misma quien dio el pie para comenzar a hablar.

-No fue mi intención llegar a esta hora, me quedé organizando papeleo con Hyeri. Lo siento cariño, no se volverá a repetir.-musitó colocando una de sus manos sobre el hombro del peliazul, quien ni siquiera pronunció sílaba ante su disculpa.

-... Hyeri me llamó esta tarde, dijo que Park había ido a tu oficina.-comenzó a decir para terminar encarándola.-¿sucedió algo qué no me hallas dicho Roseanne?

-No, nada malo. Fue una tontería, una jugarreta de niño inmaduro, nada más.-negó rápidamente.

-Ro, tú no me traicionarías, ¿verdad? .-pronuncio posando su diestra suavemente sobre la mejilla femenina. Ella negó cerrando fuertemente sus ojos al sentirse acorralada por sus palabras.

-Jamás.-aseguró sosteniendo con fuerza las manos masculinas.-prometimos estar juntos y eso voy a hacer. Estaré contigo hasta el final.

-Esa es mi chica.-finalizó juntando sus labios con la contraria dulcemente, sin pensar que por dentro, Rosé se moría de la angustia y tristeza al fallarle.

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Dos semanas después ...

Tanto Lisa como Rosé llegaban al parque juntas para reunirse con sus amigas, las cuales tenían que decirles algo importante a ambas.

Mientras cambiaban y visualizaban a los pequeños diablillos que tenían de hijos, Manoban se atrevió a dialogar primero, lo que sorprendió a la rubia ante su impactante pregunta.

-¿Sigues enamorada de Jimin? .-cuestionó obligándola a detener el paso abruptamente.-Ro, no trates de negarlo. Hyeri ya nos contó lo que pasó en tu oficina la otra vez, dímelo, no te voy a juzgar.-pidió tomándole con delicadeza la diestra apretándola levemente.

-... No puedo responderte Lili, lo siento.-dijo por lo bajo.-lo que sucedió ese día fue un error, un completo error que no se volverá a repetir. Es lo único que puedo decirte por ahora.

Sin más que decir, ella dio el primer paso alejándose escasamente de la menor siguiendo el mismo sendero por donde se habían ido los infantes entre risas contagiosas y tropiezos bobos.

Una vez llegaron al lugar, tanto Felix como Taeyun se acercaron al pequeño y regordete bebé de su tía Jisoo, el cual dormía profundamente en su carriola.

-Mamá, ¿puedo tener un hermanito? .-se dirigieron ambos a sus respectivas madres, ocasionando que la segunda Kim soltara una altanera risa casi despertando al primogénito de su unnie.

-A-algún día, por ahora nos conformamos contigo, mi amor.-respondió Lisa totalmente nerviosa ante su pregunta.

-¿Y yo mami?.-siguió el pequeño Bang tirando de la blusa de la rubia llamado su atención.-me gustaría tener una hermanita para protegerla, ¿podrías hablar con papá y darme ese regalo como cumpleaños?, por favor.-suplicó haciendo sus ojitos de cachorro que enamoraban a la joven madre.

-... Lo intentaremos, pero no prometo nada.-señalo, a lo que el rubio acepto sin chistar y junto al pequeño Jeon se perdieron entre los juegos del parque no sin antes escuchar las advertencias de sus madres.

-Dios, esto no me lo esperaba.-musitó Lisa sintiéndose avergonzada ante lo ocurrido.-Ro, ¿estás bien? .-cuestionó preocupada, ya que era un tema muy sensible para ella.

-Sí, no te preocupes. Cambiemos de tema, ¿si? .-pidió sin mirarlas.

El trio no pronunció palabra alguna y entre uno que otro intercambio de palabras, finalmente llegaron al tema que tanto querían oír y del motivo por qué estaban reunidas.

-Bueno, estamos aquí porque les tengo una propuesta.-inicio Jennie sorprendiéndolas.

-¿Una propuesta indecente? .-ideo Jisoo picándole las costillas juguetona mente.

-Ay unnie, no. Tú siempre pensando en cochinadas, ¿qué Jin y tú no han ... ? .-se quejó con el ceño fruncido.

-Solo era una pregunta, no te enojes. Además, aquí ya todas saben y conocen el placer del sexo, ¿no es así?

-¡Jisoo unnie! .-exclamaron al unísono totalmente sonrojadas ante su comentario.

-Trio de mojigatas.-mascullo burlona.

-Bien Jen, puedes seguir.-Rosé le dio la palabra aguantando la risa que retenía desde antes.

-Yoongi trabajo con alguien muy famoso y este le pagó demasiado bien.-comenzó a decir dejándolas impactadas.-y para celebrar, nos invitó, buenos, nosotros los invitamos a un fabuloso viaje que nunca olvidaran.

-¿Y eso, dónde seria? .-pronuncio Lisa emocionada.

-A Hawái, no.-dijo rápido decepcionándolas.-lo siento, yo también puse la misma cara. Pero ustedes conocen a Yoon, es muy tacaño y flojo para hacer un viaje tan largo y costoso.

-Unnie, no sé, no me gusta la idea de aprovecharme de otros.-inició la rubia haciendo una mueca de disgusto.-¿cómo podría pagar todos los gastos del viaje y estadía, donde quiera que vayamos?

-Por el dinero no te preocupes Rosie, eso es lo de menos. Aquí lo más importante es, aceptan o no.

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Tres días después, casi todo la sección del avión se encontraba en uso por el gran grupo de tripulantes rumbo a la isla Jeju.

-Jennie tenia razón, a Yoongi no le gusta gastar ni salirse de su presupuesto.-comento Lisa en un murmullo haciéndola reír.

-¿Y Jungkook?, creí que te sentarías a su lado.-pregunto al verla tan relajada junto a ella.

-Está con los chicos.-dijo restándole importancia.-Ro, estoy con él la mayoría del tiempo, también necesitamos alejarnos un rato y distraernos.-la chica asintió dando un largo suspiro.

Pronto sintió como era observada, obligándola a buscar en diferentes direcciones hasta que chocó con aquellos avellanas que la hacían confundir.

Asustando a la contraria, se sentó derecha desviando la mirada colocándola en cualquier otro lugar que no fuera el otro corredor.

Lisa no era tonta, pudo darse cuenta inmediatamente lo que ocurría y solo pudo mirarla con pesar. Sabía que no era fácil para su amiga, sobre todo ahora que ambos tenían una familia que corresponder.

Al cabo de dos horas de vuelo, llegaron a su destino bajando uno a uno tomando sus pertenencias en el terminal y nuevamente tomar otro medio de transporte para dirigirse al hotel que se hospedarían por casi una semana.

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Ya en el hotel ...

-¿Sucede algo malo cariño? .-pregunto Rosé, ya que durante el vuelo no habló con nadie y estuvo distante hasta con ella misma.-¿te sientes mal?

-¿Por qué tuviste que aceptar esto?, sabes que aun me cuesta relacionarme con tus amistades y prácticamente me obligas a viajar con ellos.-se quejó encarándola.-Rosé, no me siento cómodo con esta situación, mucho menos que tu ex novio halla venido solo y estoy completamente seguro que aprovechará cada segundo para acercarte a ti.-la señalo casi acusándola de hechos que quizás nunca pasarían.

-Entonces, sí no querías venir conmigo, ¿para qué has venido, eh?. Mejor te hubieras quedado en casa y ya, te estarías ahorrando esta estúpida discusión que no tiene ningún sentido.-gruñó harta de su desconfianza.-sabes, me iré. Lo que más necesito en estos momentos es tranquilidad y aquí contigo, no voy a lograr tranquilizarme.

-Espera, Rosé, todavía no he terminado de hablar contigo.-le decía siguiéndola de cerca para tomarle el brazo con firmeza provocando una queja por parte de ella.-no voy a permitir que cometas una locura, entendiste.

-¡Chris, me estás lastimando! .-chillo con dolor.

Rápidamente se alejo del peliazulado asustada y cubrió su reciente moretón sin despegar la mirada del hombre, quien intento acercarse y pedirle una disculpa, la cual nunca llego pues Rosé salió del cuarto sin decir palabra alguna dejándolo con una ira interna con él mismo.

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Jimin estaba esperando el ascensor mientras jugaba con su teléfono celular, cuando el sonido que la caja metálica había llegado a su piso e inconscientemente fue a dar un paso cuando las compuertas se abrieron encontrándose con Rosé de frente quien tenia los ojos cristalinos y marcas de lagrimas en sus abultadas mejillas.

-Ro, ¿q-qué sucede? ¿por qué estás llorando? .-le pregunto acercándose a ella invadiendo su espacio personal acunándole el riostro totalmente preocupado.

-No, nada, no te preocupes.-negó desviando la mirada sin querer hablar más.

-Rosie, por favor, confía en mí.-dijo acariciándole la mejilla dulcemente mirándola fijamente, perdiéndose en los atrayentes y achocolatados ojos de ella.

La vio tragar con dificultad ante su nerviosismo y sin previo aviso se adueño de la boca femenina, besándola con tanta ternura que Rosé no pudo negarse a ello. Rodeo el cuello del mayor acercándolo más a ella aferrándose al cuerpo masculino, mientras salían suaves y roncos gemidos entre sus labios al mismo tiempo que el beso subía de intensidad.

-No, no puedo hacerlo, perdóname.-pronuncio alejándose del contrario sintiéndose una sucia cualquiera.-Jimin, no me hagas esto.-suplico dándole la espalda queriendo salir lo más pronto de aquella situación tan vergonzosa.

-Es que, no me puedo controlar.-dijo acercándose a ella abrazándola por la cintura cálidamente.-cuando estoy contigo pierdo la cabeza, y solo tu hermoso rostro se refleja en mi mente.

-Ya habíamos hablado Jimin, esto no está bien. Ha sido un error, tú y yo no podemos estar juntos, ya no.-decía totalmente acorralada y con ganas de llorar.-sabes muy bien porque.

-No me conformo Rosé, y no me voy a conformar nunca con la estúpida decisión que tomaste esa última noche en que hablamos.-aseguro mirándola con intensidad.

-Olvídate de lo nuestro Jimin. Por favor, no lo vuelvas a mencionar, que a ninguno de los dos nos hace bien recordarlo.

-Me sigo muriendo por ti mujer, ¿acaso no te importa? Pienso cada noche en ti, en los momentos que pasamos juntos las veces que hacíamos el amor sin importarnos nada del que dirían después o que pasaría cuando se supiera la verdad, todos aquellos recuerdos no logro sacarlos de mi cabeza.-ella desvío la mirada no queriendo seguir escuchándolo.

-Estás casado, tienes un hermoso hijo y has formado una linda familia, ¿no puedes pensar en ellos sólo por un segundo? .-lo enfrentó trayéndolo a la realidad.-Jimin, lo nuestro fue especial, pero se acabó hace mucho tiempo y no se puede repetir, no más.-terminó de decir al mismo tiempo en que el elevador llegaba al lobby y lentamente se abrían las compuertas.

-Entonces dime el porque siempre correspondes cada vez que te beso y acaricio.-soltó dejándola muda.-contesta Roseanne, si para ti yo fui un hombre más en tu vida, ¿por qué lo haces?

-... No lo sé.-negó lentamente.-simplemente no tengo una respuesta para eso Jimin, no la tengo.

Dicho lo ultimo salió por completo de la caja metálica y se perdió entre el público que había a esa hora por la tarde.

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Ya habían pasado cinco días desde que estaban en Jeju.

Entre Rosé y Bangchan las cosas iban mejorando poco a poco sobre todo en cuanto él le prometió que no volvería a perder los estribos por sus pensamientos y celos, a lo que la rubia lo aceptó sonriente.

Aquella penúltima noche no fue distinta a las otras. Se habían comprometido en que irían al restaurante del hotel y cenarían juntos para despedirse de sus pequeñas vacaciones, y eso había pasado, estaban degustando los más deliciosos y sofisticados platillos de la isla en conjunto entre risas y bromas al futuro matrimonio de la mesa.

Aunque Rosé estaba al pendiente de que el pequeño Bang probara los alimentos, podía sentir la penetrante mirada del castaño frente a ella y Bangchan no fue la excepción, pues dejaba en claro su lugar besándola en casa oportunidad que tenía o acariciaba sus largas hebras demostrando su sincero amor por ella.

Al pasar media hora, el ambiente cambió rotundamente en cuanto para sorpesa de ambos australianos una mujer invadió el lugar reservado mirándoles con rencor.

-Llévate a Felix, yo hablaré con ella.-dijo el de cabellos azulados obligándola a cargarlo dejándolos pasmados.

-¡¿Dónde crees que vas con mí hijo, maldita zorra?! .-ladró la recién llegada casi corriendo en dirección a la rubia, quien fue defendida por sus amistades colocándose como una muralla frente a ellas.

-Sana, que estás haciendo aquí.-quiso saber Bangchan tratando de apaciguar la situación.

-Qué no es obvio, vengo por mi hijo.-declaró ganándose las miradas de los demás.-¿qué, acaso no lo sabían?, Felix es mi hijo, Chris y yo somos sus padres. ¡¡Y esta perra al no poder procrear me lo arrebató!! .-señalo a Rosé duramente.-¡entregármelo ahora mismo!

-No, tú no eres su madre.-demandó el australiano empujándola levemente.-me dejaste con él apenas había nacido, ¿eso te da el derecho de ser su madre?, Rosé me aceptó con un hijo que no le pertenecía y aún así me ayudó a criarlo a cambio de nada.

-¡¡Aún así!! .-gruñó roja de rabia.

-¡Aún así, nada! .-declaro acallándola.-no permitiré que te acerques a Felix, perdiste aquel derecho desde el día en que quisiste regalarlo a cambio de dinero.

-¡No supe porque lo hice! .-trato de excusarse mirándolo con suplica.-no sabia que hacer Chris, tú me olvidaste y reemplazaste por esa.-volvió a señalarla furiosa.-te estuve buscando por mucho tiempo para pedirte perdón, por eso estoy aquí frente a ti. Quiero formar una familia contigo y cuidar de nuestro hijo.

Ante las palabras de Sana, Rosé decidió salir de la mano con el pequeño Felix y dejarlo en el cuarto en que se quedaban. Al pasar casi veinte minutos, tanto Bangchan como su ex novia entraron sorprendiéndola y sin decir palabra alguna o mirarse, la rubia abandono la habitación reteniendo las lagrimas soltándolas en el corredor sin impórtale nada.

-No seas tonta, ¿quieres que todos te escuchen llorar? .-bufo colocándose a su lado al mismo instante en que le entregaba un pañuelo.-quítate esas lagrimas, que nadie a muerto.

-No estoy para tus bromas Jimin, déjame sola.-dijo bajando la cabeza sintiéndose ridícula.

-¿Por qué no nos dijiste la verdad?, ¿qué ganabas ocultándolo? .-cuestiono mirando un punto fijo en la pared de enfrente.-¿tanto deseas ser madre?

-Tú no lo entenderías.-negó haciendo puños sus pequeñas manos.-nunca te has puesto en los zapatos de otro, siempre eres tú en primer y segundo lugar, nadie más.

-En eso te equivocas Roseanne.-dijo con el seño fruncido.-para mi tu eres muy importante, hasta podría decir que utilizas todos los números de mi lista como la numero uno.

-No me mientas, ya tengo suficientes problemas encima como para cargar con uno más.

-Déjame demostrarte que hablo enserio.-musito acunando el rostro femenino entre sus manos.-Ro, no sabes cuanto me cuesta controlarme cuando estoy cerca de ti.-le decía a medida que se acercaba poco a poco invadiendo su espacio personal.-me vuelvo loco con tu presencia, Park Chaeyoung.-dijo juntando sus frentes tiernamente.

-¡Rosé! .-exclamaron a sus espaldas asustándola.

-Chris, y-yo ... no es ... .-ni siquiera pudo terminar de hablar cuando Jimin la tomó de la muñeca y la obligo a entrar junto a él al ascensor que había llegado un minuto antes.

Lo ultimo que alcanzo a ver la chica del australiano fue como intentaba detener las compuertas del elevador, pero ya había sido tarde, ellos ya se encontraban bajando para salir del hotel e irse a otro destino muy lejos de él.

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-¿Qué es esto? .-señalo la improvisada velada en la playa junto a una botella de vino y dos copas alrededor de una fogata.-¿ya tenias preparado todo esto? .-se atrevió a preguntar mirándolo con acusaciones.

-Podría decirse que sí.-acepto encogiéndose de hombros.-Rosé, no es lo que estás pensando. Solo quiero que te olvides del mal rato y disfrutes de nuestra ultima noche en Jeju conmigo, es todo.

-¿Qué parte de hombre casado no comprendes?, Jimin, entre tú y yo ... ¿por qué haces las cosas tan difíciles? .-decía completamente frustrada.

-Confía en mí por una vez en tu vida. Beberemos como dos viejos amigos, no quiero que te sientas obligada ni mucho menos que creas que quiero aprovecharme de ti.

-Bien.-respondió sin mas.-una hora y nos vamos.-advirtió mirándolo fijamente.

El castaño asintió y así comenzó la noche para ambos. Recordando momentos vergonzosos como románticos, los cuales Rosé evitaba rotundamente sintiéndose totalmente incomoda y avergonzada, al igual de preguntas personales después de haberse distanciado por tanto tiempo.

Pese a que ella aun sentía una pisca de cariño por Jimin, sabia que estaba mal lo que hacían, más que él quisiera entablar forzosamente una amistad entre ellos, eso jamás sucedería, ya que habían sentimientos encontrados todavía.

La mañana había llegado rápido y con ello el cantar de las gaviotas como también los rayos del sol molestándole en los ojos, obligándola a abrirlos perezosamente.

Cuando estuvo despierta, visualizo todo el escenario y su alrededor como también al sujeto que estaba a su lado. Aun en shock relamió sus labios y aunque trato de no hacerlo, un grito se escapo de su boca alterando a las aves como de paso despertar a Jimin, quien al notar su desnudes activo sus cinco sentidos mirándose uno al otro.

-Qué hiciste Park.-dijo entre dientes reteniendo su ira.-¡abusaste de mí, maldito idiota! .-chillo golpeándolo duramente cubriendo su busto con las pocas ropas cerca de ella.

-Espera, detente Rosé.-sostuvo sus manos evitando que siguiera lastimándolo.-sí pasó lo que pasó, no fue porque yo te obligara precisamente. Estuvimos juntos y ya, no puedes regresar el tiempo atrás.

-¿Esa es tu respuesta? .-pronuncio anonadada.-esto no debió de haber sucedido, fue un error, un gran error.

-Un error el cual disfrutaste como muchas veces en el pasado.-dijo, ganándose una dolorosa bofetada que lo obligo a callar.

-No sabes cuanto te odio en estos momentos, Park Jimin. Espero no tener que verte la cara nuevamente cuando regresemos a Seúl, porque no dudare en demandarte si tratas de acercarte a mí.-dicho lo último, tomo sus pertenencias y se marcho dejándolo ahí con la palabra en la boca.

Te amo

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Momo