𝐂𝐀𝐏𝐈𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐓𝐑𝐄𝐂𝐄. el veredicto


✶ CHAPTER THIRTEEN ✶
𝐓𝐇𝐄 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐈𝐂𝐓

OLIVIA WOLFF

Pocos días a pasado y apenas había conseguido un vestido naranja que me haya gustado, realmente fue muy difícil de encontrarlo.

Además de que era muy desidiosa, ningún vestido era de color naranja, sí que era difícil encontrar uno.

— Ese vestido te quedará espectacular.

Lexie que está sentada en la cama sonríe mientras ve el vestido que está en sus manos. Yo estoy acostada a su lado mientras solo veo el techo.

— Esto de tener citas no creo que sea lo mío ¿qué se supone que se hace en una cita?

— Pues no se que se hace en el proceso, pero tal vez sepa que algunos hacen después de la cita — la veo y ella suelta una risa traviesa —. Tener sexo.

— Calla, no todas las citas terminan en sexo.

— Pues en las películas si — le doy un almohadaso, ella sonríe y se acuesta a mi lado —. ¿A qué le tienes tanto miedo?

Suspiro, volviendo a ver el techo sin tener muy en claro mis sentimientos.

— Que me vaya a enamorar de él y él de mí no — la veo —. Me da miedo que solo quiera salir conmigo para tener sexo.

— No creo que Lando sea así contigo — dice viendo el techo —. Si solo te quisiera para eso, además que te lo hubiera dicho, ya no te hablaría.

— ¿Por qué lo dices?

— ¿Te crees que no ha hecho eso? — se acomoda para mirarme —. Con cada chica que tiene o quiere solo sexo se lo dice y él es el típico solo una vez con cualquier chica.

Eso solo me hace sentir más mal, pues se nota que él tiene mucha más experiencia que yo. Debería cancelar esa cita.

"Lo odio tanto, porque no puedo sacarlo de mi cabeza" — me sonríe —. Creo que debería cancelarle la cita.

— Oh no, no es hora de arrepentirte — se levanta en seguida —. Deja de negar que tus sentimientos salgan a la luz. Te gusta y ya está, acéptalo.

— Pues es lo que no quiero, no quiero aceptarlo.

— Pues que vida la tuya, es un estrés tener que vivir ocultando tus sentimientos.

Sonrió, levantándome y quitándole el vestido para guardarlo, ya que lo usaré en esta noche.

— Pues si vamos hablar de sentimientos ¿Qué onda traes con Pato?

Lexie miró para otro lado haciéndose la desentendida, se volvió a sentar en la cama, mientras yo me recargaba en la pared con una sonrisa.

— No sé de qué hablas.

— Si quieres te recuerdo el casi beso que se iban a dar después del gran premio.

— Ah no, ya me acordé, no tienes que volver a recordármelo — sonrió —. No fue nada, ¿bien? Solo somos amigos.

— Algo me dice que estás ocultando tus sentimientos.

— ¿Oye no te hace extraño que aún sigamos en Las vegas? — cambia de tema —. Se supone que ya deberíamos estar en Abu Dabi.

— Acabas de cambiar el tema muy radicalmente, te lo dejaré pasar — me sonríe inocente —. Y si, mi papá hizo una junta esta tarde antes de irnos, aún no sé nada de qué se trate. Aunque tú ya pudiste irte desde hace dos días con tu papá.

— Es que me gusta irme más contigo, tengo a alguien a quien molestar — se refiere a George —. Así que me gusta más.

— O tal vez porque no te quieres ir con Max.

Lexie me había platicado que había ocasiones que Max se iba con Christian, y hace dos días fue una de esas ocasiones que se fueron juntos.

— Ni idea de que hablas — me sonríe —. Mejor vamos a ver qué maquillaje te pondrás esta noche, tienes que verte guapísima.

Niego, mientras veo cómo se levanta y saca todo el maquillaje posible que tienes tanto ella como yo.

Esta mañana va a estar un poco ocupada. Que digo, demasiado ocupada.

❪•••❫

Ver a mi papá muy serio es algo muy común que veo casi siempre, pero ver a Lewis serio es algo que en todos los sentidos me dice que hay problemas.

Todo el ambiente se sentía cargado de mucha tensión y eso me preocupaba más de lo normal. Tanto mi padre como Lewis hablaban en voz baja.

No eran los únicos que se encontraban en la junta, sino también algunos mecánicos, en especial más de Lewis y claro George que se encontraba a mi lado.

— Bien, primero que nada agradezco que estén todos aquí presentes — mi padre empieza a hablar —. Algunos de ustedes ya saben a qué va esta junta, pero algunos o mejor dicho una persona aún no.

Veo como todos de inmediato voltean a verme a mí, así que soy yo la que no sabe a qué va esta junta, en serio me estoy preocupando mucho.

— ¿Quieres decirlo?

Mi papá voltea a ver a Lewis, él asiente para posteriormente levantarse y mirar a todos, pero a los segundos solo se quedó viendo a una persona. Y esa persona era yo.

El nervio me invadió por todo mi cuerpo, sentí mi pierna moverse, cosa que hace cada vez que estoy nerviosa. Esto realmente no me está gustando para nada.

— Como saben yo hace meses quería hacer esto, pero no había encontrado ni el momento, ni la persona para que se quedara en mi lugar. Así que no puedo dar muchos rodeos y ir al punto.

Solo lo veo confundida, Lewis no deja de verme ni un segundo, toda su atención está a mi. Ni siquiera sé a dónde quiere llegar con todo esto.

— Olivia, te conozco desde muy pequeña — creo que ya sé a dónde va todo esto —, y siempre has tenido mi cariño, eres una gran persona que admiro tanto y por eso mismo sé que solo tú te mereces estar en mi lugar. Así que Olivia espero que aceptes ser piloto de Mercedes el próximo año.

Empezaron aplaudir y ahora ni mi papá ni Lewis estaban serios, ahora sonreían, incluso George, pero ahora la que no sonreía era yo.

Escuchaba los aplausos lejos y sentía que todo daba vuelta y en vez de estar sintiendo alegría, sentía culpa, por hacer que Lewis deja Mercedes por mi.

— Paren — hable, pero nadie me escuchó —. ¡Paren, por favor!

Se escuchó un silencio enorme, escuchaba mis latidos en mis oídos, todos voltearon a verme y yo ni siquiera sabía cómo empezar o qué decir.

— Yo no puedo aceptar esto — Lewis me mira confundido —. No pienso quitarte tu lugar Lewis, no lo aceptaría, tienes una carrera enorme como para dejarla y dejármela a mi, que no estoy muy segura si lo lograré, no puedo hacerlo.

— Olivia, no puedes quitarle el lugar a alguien que hace meses quería retirarse.

Por primera vez George habló, me mira con una media sonrisa, volteo a ver a Lewis y él asiente, dando entender que George tenía razón.

— Llevo desde mayo queriendo retirarme, pero no quería irme sin antes estar seguro que una persona importante estaría en ese lugar — suspira —. Y esa persona, eres tú Olivia, te mereces este lugar más que nadie y me iré feliz de Mercedes si aceptas esto.

— Lewis es que yo... — niega, no se va a rendir hasta que acepte esto —. Gracias.

Es lo único que digo con una gran sonrisa, haciendo que Lewis también sonriera.

— ¿Significa que aceptas?

— Significa que el próximo año seré piloto de Mercedes.

Ahora si me levanto a abrazar a Lewis, mientras escucho algunos pequeños gritos y aplausos. Lewis no duda en aceptar mi abrazo.

— Serás el mejor piloto, ya lo verás.

— Siempre lo he sido.

Sonríe después de dejarme de abrazar, voy con mi papá, que no duda en abrazarme fuertemente.

— Ahora no solo soy tu padre, sino también tu jefe — me río, él se separa de mí y me extiende su mano —. Es un gusto señorita Olivia Wolff Moretti que usted sea nuestra nuevo piloto.

— El gusto es todo suyo, jefe.

Escuchó la pequeña risa de mi padre, algo no muy común en él, que ocasiona que sonríe involuntariamente.

Al terminar de hablar con mi papá, voy abrazar a cada uno de los mecánicos que se encontraban aquí, ninguno dudó en devolverme el abrazo y decirme que están contentos en que yo seré la nueva piloto.

La tarde transcurrió entre risas y un poco de llanto por la casi despedida de Hamilton y por supuesto mucho estrés en mi, al firmar el nuevo contrato.

❪•••❫

Es un estrés constante que al estar nerviosa mi pierna se mueve rápidamente, como ahora, que mi pierna me delataba lo nerviosa que estaba en estos momentos.

Me encontraba yendo al restaurante donde sería la cita que tengo con Lando. Había estado intentando no sentirme nerviosa, pero ahora que estaba a tan solo unos minutos de verlo, mis nervios habían aparecido.

Aún me encontraba en Las Vegas, pero tanto mi padre como todos los de Mercedes y Lexie ya se habían ido a Abu Dabi, claro en excepción mía.

Ya que Lando quería a fuerzas que la cita fuera aquí y que después de la cita me fuera con él al día siguiente a Abu Dabi. Por lo menos no viajaré sola.

No pasan tantos minutos, cuando el carro en el que venía se estaciona y el chofer con una sonrisa me dice que llegamos.

Me quedo unos segundos en el coche admirando el restaurante, era lujoso, muy lujoso.

No me consideraba una persona pobre, pero tampoco demasiado rica, claro que mi papá me da dinero y me compra cosas lujosas, pero jamás había ido a un restaurante tan lujoso.

O tal vez lo consideré así porque está en Las Vegas.

Al salir del coche el aire cálido recibe todo mi cuerpo, algunas personas se me quedan viendo y espero no sea por el vestido naranja.

Sinceramente en estos momentos me sentía una zanahoria con este color, solo yo ando aceptando este tipo de apuestas.

Al llegar con la recepcionista, no dudo en sonreírme.

— Eres Olivia, ¿cierto? — asentí —. Adelante, ya están esperándola.

Le agradezco con una sonrisa y me lleva hacia donde se encontraba Lando.

Dios bendiga mis ojos.

Lando al levantarse para recibirme, en seguida lo único que pude darme cuenta era que estaba en traje, literalmente en traje.

Por un momento pensé que él no vendría tan formal. Okey esto si es una cita.

Con una pequeña mueca me acerco a Lando, que él a lo contrario de mi, sonríe, mucho, tiene una gran sonrisa en su rostro.

— Lando, ahora me siento patética con este vestido — él me mira confundido —. Este vestido no es para algo muy formal.

— Con que sea naranja es suficiente para mí.

Le sonrió negando, me acercó a él a dale un pequeño abrazo con un beso en la mejilla, que él no duda en aceptar.

Me extiende la silla para sentarme, al hacerlo, Lando acerca la suya para no estar muy lejos de mi.

— Si hubiera sabido que al ganar por primera vez una carrera en fórmula uno, mi premio era tener una cita contigo, hubiera ganado desde que te conocí.

Suelto una pequeña risa, los nervios que había sentido, se habían esfumado rápidamente al sentirme muy cómoda con Lando.

— Jamás pensé que te vería con traje.

— ¿Verdad que me veo guapo? — sonrió —. Lo sé, no tienes que decirlo, aunque aquí la más guapa eres tú.

— Eso no te lo voy a negar.

Suelta una pequeña risa, para posteriormente levantar la mano, para comenzar a pedir que cenaremos.

Ahora estoy nerviosa en que se acabe, solo pienso en lo que pasará después de la cena. Debería solo dejarme fluir.

❪•••❫

Habían pasado algunos minutos, y ahora Lando me contaba un poco sobre su familia. Sinceramente me gusta más cuando habla sin parar.

Su sonrisa se ilumina al hablar de su mamá y eso me hace tener un poco de envidia, ojalá yo poder tener esa buena relación con mi mamá que él tiene con la suya.

— Que lindo que te lleves muy bien con tu mamá. — sonríe.

— Lo sé. Tú cuéntame de tu familia, necesito saber más sobre mi futura suegra, suegro y cuñados.

Suelto una pequeña risa, mientras pienso en ellos.

— Bueno a mi papá ya lo conoces, así que no creo que quieras saber más de él.

— Saltando a tu papá — sonríe —. Al menos no negaste de que tus papás serán mis futuros suegros.

— No me hagas arrepentirme — en seguida niega —. Con mi mamá me llevo muy bien, de hecho siento que le puedes caer demasiado bien.

Miento con la parte que me llevo bien con mi mamá, pero la parte en que probablemente Lando le caería bien a mi mamá es muy cierto.

— Entonces ya he avanzado y ni siquiera la conozco — sonrió —. Y ¿tus hermanos?

— Técnicamente tengo 5 hermanos — Lando me mira confundido —, bueno que sean hermanos de sangre no tengo ninguno.

— Espera, no entendí. ¿Cómo sería eso?

— Que mi papá y mi mamá hayan tenido más hijos aparte de mi, no tengo, pero si tengo medios hermanos — asiente —. Tengo 3 por parte de mi papá y 2 por parte de mi mamá.

— Increíble, ¿con cuales te llevas mejor?

— Con Emma y Cassandra, son por parte de mi mamá — él asiente —. Con los de mi papá solo conozco a Jack, pero no lo veo muy seguido como a Emma y Cassandra.

— ¿Y son de tu edad?

Veo la curiosidad en Lando, pero la verdad era que me gustaba hablar de mis hermanas, aunque casi nadie sabía de ellas.

— Obviamente no — sonrió —, Cassandra tiene 35 años y Emma 18.

— Eres la del medio, yo también soy hermano del medio — sonrió —. ¿Cuántos años tienes tú?

— Tengo 22.

Lando dejó de sonreír y me miró sorprendido, como sino creyera que tengo 22 años.

— Pensé que tenías 23 o 24 como yo.

— ¿24? Pensé que tenías 23, bueno eso me dijo que Lexie que tenías.

— Tenía — me sonrió –, pero hace una semana cumplí 24. ¿No te enteraste? Subí fotos en instagram.

Hago una pequeña mueca y él me mira confundido, intento no sonreír.

— No te sigo en Instagram Lando.

Me miro indignado, para posteriormente extenderme la mano.

— Eso me duele, pásame tu celular — se lo desbloqueo y él se mete en instagram —. ¿Cuando cumpliste tus 22? o ¿vas a cumplir apenas 23?

— Ya los cumplí — él deja mi celular después de seguirse en instagram —. De hecho los cumplí el mismo día que te conocí.

— ¿En julio? — asentí —. Te di el mejor regalo en tu cumpleaños y ni siquiera lo sabía.

— Mmh, no te emociones, no me diste el mejor regalo.

— ¿Cómo de qué no? Si me conociste ese día, fue el mejor regalo.

— El mejor regalo me lo dio mi papá, me dio a mi perro blue.

— ¿No era perrita?

— Mi papá se equivocó y al final era perro, pero aún así lo amo.

— Cambiando de tema, estoy deseando mucho para competir contigo el año que viene.

Habla de la fórmula uno, yo solo sonrio.

— Ya sé que quieres verme ganar.

Él me sonríe y antes de que él pueda decir algo, un mensaje lo interrumpió. Ambos volteamos a ver a mi celular.

Y cuando vi el causante del mensaje, sentí que mi alma se fue y regresó en solo un segundo.

Lando leyó el mensaje como unas cuatro veces, mientras yo me quería esconder en cualquier lado.

— "Aún estoy esperando que me confirmes para volver a vernos" — lee el mensaje —. João. ¿Quién es João?

Me muerdo los labios, estoy deseando que João no me haya mandado mensaje en Instagram, sino lo más seguro es que Lando lo conoce. Es algo obvio.

— Es un amigo de la familia — miento —. Un amigo muy lejano.

Él me sonríe, haciendo que también sonría, pero en seguida lo borra.

— ¿João Félix? ¿El futbolista?

Me muerdo la mejilla ocultando una media sonrisa, debí suponer qué João me mandó mensaje en instagram.

— Pensé que era el amigo lejano — sonreí tomó el celular para ver el mensaje —. Si es él, el mismo que tienes en tu mente es él.

— ¿Y por qué quiere verte? ¿También va a querer salir contigo o que?, se supone que regreso con Magui.

— Solo es un amigo, Lando. No le tomes mucha importancia.

Lando solo suspiró, no sabía si estaba celoso o solo eran imaginaciones mías, la verdad es que desearía que fuera la primera opción.

— Iré a pagar la cuenta.

— ¿Ya? ¿Tan rápido?

Mi corazón empieza a latir tan apresurado que siento escuchar los pálpitos en mis orejas. Veo la mesa y ni siquiera me había dado cuenta que ya habíamos terminado todo, incluso hasta el postre.

— Olivia, no te obligaré a hacer algo que no quieras hacer esta noche — me sonríe —. Nos iremos de aquí al hotel, tú a tu habitación y yo a la mía a descansar, mañana tomaremos el vuelo y ya está. No haremos algo que tú no quieras.

Él sabía perfectamente porque había estado evitando que la cena no se acabara muy pronto.

Sonrió mientras asiento, veo como se levanta y va a pagar, yo por mi lado me levanto para tomar mis cosas y poder irnos.

No tardo tanto, regresó conmigo con una gran sonrisa.

— Admite que fue tu mejor cita.

Cruzó mi brazo con el de él, al principio se sorprende, pero después me sonríe y deja que abrace su brazo.

— Nunca había tenido una cita, Lando. Así que no voy a admitir nada, tal vez y luego tengo otra cita con alguien más.

— Oh no, eso jamás. Me siento privilegiado por ser el primero en invitarte a una cita, y espero ser el único en invitarte a citas.

Sonrió, Lando abre la puerta del coche para mí, solo le ruedo los ojos.

— Aún así, no admitiré nada aún.

El transcurso al hotel fue silencioso, pero para nada incómodo, realmente me sentía muy bien con Lando.

Al pasar unos pocos minutos llegamos al hotel, Lando me acompañó hasta mi habitación. Al llegar abro la puerta y le sonrió, Lando se recarga en el marco de la puerta.

— ¿Vas admitir que te la pasaste muy bien conmigo?

— No pienso elevar tanto tu ego Lando.

— Pues yo sí me la pasé muy bien contigo — me sonríe —. Y espero que vuelva a suceder.

Sonrió pero no digo nada más, él se me acerca un poco y cuando pienso que me va a besar, no lo hace.

— Buenas noches Olivia.

Me sonríe, para después irse directo al elevador, me lo pienso más de dos veces, para detenerlo antes que se suba.

— Lando — él voltea, me quedo unos minutos callada —. Quédate a dormir conmigo esta noche.

Dejó de respirar y veo la gran sorpresa en su rostro, no pudo disimular, pero después sonríe.

— No tienes que pedírmelo dos veces.

Vuelvo a respirar y sonrío, me hago a un lado y él entra con gusto a la habitación. Al entrar lo veo que ya está demasiado cómodo en la cama.

— Pensé que no ibas a aceptar — digo mientras me quito los zapatos.

— ¿Me crees ingenuo? Obviamente iba a aceptar, no iba a perder la oportunidad de dormir contigo.

Sonrió, para después irme al baño a desmaquillarme y ponerme la pijama. No pasaron ni 5 minutos que cuando regresé Lando ya estaba durmiendo.

Solo niego para después acomodarme a su lado, no sin antes apagar las luces, veo mi celular, viendo que João volvió a mandarme mensaje.

Pero antes de poder contestarle, siento el brazo de Lando en mi cintura, me acerco a él y sentí su aliento en mi cabello.

Mi mente regresa a la primera vez que dormí con él, sonrió y antes que me diera cuenta ya me estaba acomodando para dormir.

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