CAPÍTULO 7: DEAL WITH THE DEVIL
—— DEAL WITH THE DEVIL ——
—No debíamos de haberle hecho caso.— Le dijo Astrid a Elijah mientras los dos caminaban por el bosque.
—¿Y si es cierto?— Inquirió Elijah sabiendo que tenían el beneficio de la duda, ¿y si era verdad y sus hermanos no estaban en el fondo del mar?
—¿Y si no lo es? Sigue mangoneandonos como ha hecho siempre.— Se quejó Astrid sin creerse que Klaus hubiera vuelto a jugar con ellos como siempre había hecho.
—Has estado atareado.— Le dijo Elijah a Klaus mientras le lanzaba algo de ropa para que se vistiera.
—Ha sido increíble.— Garantizó Klaus mientras se vestía. —¿Cuanto tiempo ha pasado?— Le preguntó con curiosidad.
—Casi dos días.— Respondió el noble con tranquilidad. —La luna se puso y seguiste siendo un lobo.— Añadió.
—Puedo cambiar a voluntad.— Aclaró Klaus. —Es bueno saberlo y recuerdo cada muerte.— Garantizó aunque sabía perfectamente que podía cambiar a voluntad, porque sabia que Astrid podía decidir si transformarse o no en luna llena.
—He ido limpiando cada destrozo que has ido haciendo.— Le aclaro Elijah, haciendo que Astrid pusiera los ojos en blanco, ya que sabía que Elijah jamás dejaría de ser la niñera de Klaus.
—Como en los viejos tiempos, hermano.— Sonrió el híbrido.
—Ya te has divertido, tenemos un acuerdo pendiente.— Intervino esta vez Astrid mientras se cruzaba de brazos.
—Cierto.— Afirmó el híbrido mirándola. —Recordarme de que se trata.— Les pidió, pero al ver la expresión de los dos Originales, supo que no iba a poder jugar al despiste con ellos. —Ah sí, ya me acuerdo. Deseáis reuniros con nuestra familia.— Añadió fingiendo como si el despiste hubiera desparecido.
—Nos diste tu palabra, Niklaus.— Le recordó Elijah, esperando que su hermano fuera fiel a ella.
—¿Qué clase de persona seria si faltará a mi palabra?— Preguntó fingiendo hacerse el ofendido. —Aunque intentarais matarme.— Puntualizó mirando a ambos.
—Pudimos hacerlo, pero no lo hicimos.— Le recordó Astrid.
—Y ahora nadie puede, ni siquiera vosotros.— Respondió el híbrido orgullos de que sus planes hubieran salido tal y como había planeado. —Relajaros, esta todo perdonado.— Les tranquilizó.
—¿Dónde están?— Preguntó Elijah esperando que Klaus les diera la ubicación.
—No tengáis prisa, os llevaré hasta ellos muy pronto.— Les prometió para después empezar a caminar.
—No iba a decir que te lo dije, pero te lo dije.— Le dijo Astrid a Elijah sabiendo que nunca iban a tener el paradero de sus hermanos.
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—Klaus, mira quien ha vuelto.— Dijo Katherine al ver aparecer a los tres Originales.
—Siempre llegas sin avisar.— Dijo Klaus al ver a Stefan allí.
—Necesito tu ayuda.— Empezó a decir Stefan. —Para mi hermano.— Añadió el vampiro, sabiendo que lo que estaba apunto de hacer era un trato con el propio demonio.
—Pues sea lo que sea va a tener que esperar. Como verás tengo una obligación con mi hermano y con mi esposa, que requiere de atención inmediata.— Le informó Klaus mientras se acercaba a una armario.
—Sabes lo importante que es la familia, o sino no estarías aquí. Mi hermano nos prometió que nos reuniríamos con los míos.— Explicó Elijah justamente cuando Klaus se ponía se tras de él.
—Y así será.— Garantizó el híbrido haciendo que el noble se diera la vuelta, y le clavara una de las dagas, provocando que lentamente la piel de Elijah empezara a palidecer. Lo que hizo que Astrid empezara a transformarse, pero el único indicio de ello fueron sus ojos, los cuales estaban inyectados en sangre y eran de color dorado. —Tranquila, ya saldaremos cuentas más tarde.— Añadió mirando a la vampira. —Y ahora, ¿que voy a hacer contigo?— Le preguntó a Stefan mientras le empujaba contra una pared, poniendo si brazo en su cuello.
—Klaus, dejalo.— Pidió Astrid, temiendo por lo que le pasaría a su amigo.
—¿Sales en defensa de Stefan? Te creía más ética, Astrid. Te recordaba muy sobreprotectora con la familia.— Comentó el híbrido sin soltar a Stefan. —Hasta que ayudaste a Katerina. ¿Y de qué ha servido? Soy híbrido.— Añadió para después coger una estaca y clavarsela con cuidado en el pecho. —¿Lo notas? Esta rozando tu corazón, al mínimo movimiento estas muerto.— Le explicó el híbrido al chico.
—Solo quiere ayudar a su hermano.— Insistió Astrid esperando que quedara algo de sentido común en él.
—Los brujos dicen que tienes una cura, hagamos un trato.— Le pidió Stefan justamente cuando Klaus le sacaba la estaca. —Dame la cura y haré lo que tu quieras.— Garantizó el chico, mostrando que era capaz de hacer lo que fuera por salvar a Damon.
—El problema es que no se si puedes serme de ayuda tal y como estas ahora. Así no tienes nada que ofrecerme.— Garantizó Klaus poniéndose a la altura de Stefan. —He oído hablar de un vampiro, un tipo desquiciado, bebiendo y desenganchandose durante décadas. Cuando tomaba sangre dicen que era magnífico. En mil novecientos diecisiete fue a Monterrey y arrasó un pueblo entero inmigrantes, todo un destripador.— Explicó el híbrido haciendo que Stefan y Astrid se mirasen, sabiendo que era lo que Klaus buscaba. —¿Te resulta familiar?— Le preguntó.
—Deje de ser así hace mucho tiempo, dos buenas amigas me ayudaron.— Respondió Stefan mientras conseguía levantarse.
—Ese es el vampiro con el que haría un trato, ese es el tipo de talento que necesito cuando deje este pueblo.— Garantizó Klaus. —Katerina, ven aquí.— La pidió a la chica, haciendo que esta se acercara a él para después morderla la muñeca, y a continuación darla de su sangre, haciendo que la herida se curase. —¿Quieres tu cura? Aquí la tienes.— Le aseguro.
—Tu sangre es la cura.— Murmuró Stefan recordando que Astrid se lo había dicho.
—Y si Astrid no fuera tan recelosa a tener tanto poder, también.— Afirmó el híbrido mirándola.
—Nada como la madre naturaleza.— Respondió la chica mientras ponía una mueca de burla.
—Bien, charlemos tu y yo.— Le dijo a Stefan mientras ambos se acercaban a la isla de la cocina, y Klaus empezaba a echar una gran cantidad de su sangre en un frasco de cristal. —Aquí esta.— Le informó dejando el cuchillo a un lado. —¿Quieres salvar a tu hermano? ¿Qué tal diez años de borrachera?— Sugirió. —Tengo grandes planes para ti, para ambos, en realidad.— Afirmó mirando a Astrid y a Stefan, los cuales tenían expresiones de no querer ser participes de los planes de Klaus.
—Deje de beber hace tiempo.— Respondió Stefan.
—Es una lástima, podríamos habernos divertido.— Murmuró Klaus mientras empezaba a tirar por el desagüe la sangre.
—Espera.— Le pidió Stefan.
—Eso está mejor.— Sonrió Klaus mientras se servía en un vaso un poco de sangre. —Venga, tomate un trago conmigo.— Le pidió mientras le daba una bolsa de sangre humana. —Acabatela. Entera.— Le ordenó. —Harás lo que yo te diga y salvare a tu hermano, ese es el trato.— Aseguró al ver como Stefan obedecía su orden. —Otra.— Le indicó dándole otra bolsa de sangre, haciendo que Astrid viera que todo el esfuerzo que ella y Lexi habían puesto en ayudar a Stefan no iba a servir de nada.
—Estas sobrepasando sus límites.— Intervino Astrid sabiendo lo que podía terminar pasando.
—Tu le has ayudado a ser este Stefan... Que gran decepción, Astrid.— Alegó Klaus fingiendo una mueca de decepción que no afecto a la chica. —Eres muy servicial, hasta diría que estas disfrutando.— Garantizó esta vez refiriéndose a Stefan.
—No beberé más. No hasta que me des la cura.— Negó el vampiro sabiendo que podía perder el control y no salvar a su hermano.
—Cuando cerremos el trato.— Respondió Klaus. —Tu eliges Stefan, puedes quedarte aquí y vivir tu vida en Mystic Falls o puedes aceptar lo que eres, dejar el pueblo con nosotros y salvar la vida a tu hermano.— Afirmó sabiendo que su estadía en Mystic Falls iba a terminar. —Esa es la actitud.— Sonrió al ver como Stefan se vaciaba otra bolsa de sangre. —Querida, coge esto, llevaselo a Damon y vuelve.— Le ordenó a Katherine.
—¿Quieres que me vaya?— Preguntó la chica mientras cogía el frasco de sangre.
—No.— Negó Stefan sabiendo lo que sucedería.
—Sí.— Respondió Klaus. —Y yo de ti correría.— Añadió haciendo que Katherine saliera corriendo a velocidad vampirica.
—Ella nunca se lo dará.— Murmuró Stefan sabiendo que había condenado a su hermano.
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—Supongo, hermano, que ya te has reunido con nuestra familia.— Dijo Klaus justamente antes de cerrar la tapadera del ataúd de Elijah. —Ponerlo con los otros, nos vamos esta noche.— Le ordenó a uno de sus fieles seguidores. —¿Buenas noticias? ¿Ha llegado Katerina a tiempo?— Preguntó al ver que Stefan había recibido un mensaje.
—Nunca más la volverás a ver.— Garantizó Stefan.
—¿Por qué tomó verbena?— Preguntó Klaus mostrando que sabía que ella le había estado engañando durante bastante tiempo. —Llevo aquí mucho tiempo, Stefan, no se me engaña tan fácilmente. Además, no irá muy lejos, te lo puedo asegurar.— Sabiendo que Katherine se quedaría cerca.
—Dime, ¿que es lo que quieres de mi?— Le preguntó Stefan a Klaus.
—Te lo explicaré en su momento, en cuanto salgamos de este pueblo.— Afirmó Klaus intentando calmar la curiosidad del vampiro.
—¿Hemos terminado aquí? ¿Podemos irnos?— Preguntó el vampiro mostrando su impaciencia de querer irse.
—Aún no. Tengo un regalito para ti.— Le informó. —Ven aquí, cielo, no tengas miedo.— Le digo Klaus a una chica, haciendo que esta se acercara a él. —Quiero estar seguro de que cumples nuestro trato. De qué me vas a ser útil.— Explicó justamente antes de clavar sus dientes en el cuello de la chica, para después detenerse. —Podía haberla obligado a comportarse, pero un buen destripador disfruta de la caza.— Explicó justamente cuando dejaba a la chica irse, para después ser atacada por Stefan. —Podemos irnos.— Sonrió el híbrido orgulloso.
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—Fue culpa tuya que estén así.— Comentó Klaus mientras Astrid observaba a su hermana pequeña.
—No, no lo fue. Ambos sabían que esto iba a pasar esto, y aun así aceptaron esto.— Dijo la vampira mientras se levantaba del suelo y cerraba la tapa, sabiendo que no podía tocar las dagas por un hechizo de impedimento que Klaus puso en ellas para que ella no las pudiera usar. —Tal vez yo sí me gane la lealtad de mis hermanos.— Sonrió Astrid sabiendo que ella era la que debía de luchar por ellos, como le había enseñado su padre y como la había hecho jurar su madre antes de su muerte.
—¿Y de qué ha servido, Astrid? No has evitado nada, solo lo has prolongado, y tienes suerte de que no puedas correr este mismo destino.— Puntualizó Klaus justamente cuando la vampira pasaba a su lado sin detenerse.
—Sería mucho mejor que aguantarte, de eso no tengo la menos duda.— Respondió mientras su expresión llena de resentimiento y de tristeza, se transformaba en una donde no había señal de ningún sentimiento.
—Bueno, por desgracia deberás de aguantarme toda la vida.— Sonrió Klaus.
—Por desgracia mía.— Murmuró la vampira cruzandose de brazos. —Ya tienes lo que querías, ¿que quieres ahora de mi? Ya tienes la maldición rota, a la doppelgänger muerta y al destripador.— Alegó Astrid queriendo saber cuál era su función en todo aquello para idear un plan de escape, porque de lo que estaba segura era que no iba a durar una eternidad al lado de Klaus, antes prefería la muerte.
—Todavía no he terminado mi labor, y ahí es donde entras tú.— Respondió el híbrido haciendo que Astrid se diera cuenta de lo que estaba queriendo decir.
—Quieres crear híbridos.— Murmuró dándose cuenta cuál era el próximo objetivo del híbrido.
—Y hacerte ver que vas a querer ser una híbrida.— Afirmó, sabiendo que cuando todo aquello terminara Astrid decidiría despertar todas sus capacidades.
—Estoy bien como estoy.— Le informó la chica mientras mantenía su misma postura respecto a ser una híbrida al cien por cien.
—¿Segura? Si no hubieras sido tan recelosa al querer despertarlas, Stefan podía haber cogido de tu sangre en vez de la mía, y ahora tu querido amigo no estaría en proceso de trasformación.— Le recordó Klaus haciendo que Astrid cerrará sus manos con fuerza intentando contener su rabia.
—Ya me deshice del destripador una vez, volveré a hacerlo.— Respondió la chica sabiendo que si ya lo había conseguido una vez, lo haría las veces que hicieran falta, tanto ella como Lexi le hicieron aquella promesa a Stefan, cada vez que él se perdiera ellas estarían allí para poder traerle de regreso.
—Sí te dejo.— Puntualizó Klaus.
—¿Vas a prohibirme algo? ¿En que siglo te crees que estamos? Nunca te he hecho caso, ahora no va a ser diferente. Y menos aún vas a impedirlo.— Afirmó Astrid sabiendo que nada de lo que Klaus pudiera llegar a hacer la haría cambiar de opinión a la hora de querer ayudar, proteger y salvar a Stefan.
—De momento me ayudarás a encontrar una manada, porque sino lo haces, Eliana y Leo terminarán bajo el mar. Y no queremos eso, ¿verdad?— Al escucharla la amenaza de Klaus la expresión de Astrid se endureció, no sabía que podía ser peor, si creer que sus hermanos estaban en el fondo del mar o saber que no lo estaban y que corrían el peligro de estarlo.
—Vete al infierno.— Dijo Astrid mirándole con odio y con despreció.
★★★
Ay el amor se siente en el aire.
Okey, no. Pero sí.
Vale al tema.
Como era evidente, Astrid se irá con Klaus y Stefan, para motivos evidentes como es la creación de híbridos, ya que sí Klaus decide llevarse a Astrid es porque él sabe la relación que tiene ella con los hombres lobo.
Aclarado ese tema, Astrid sabía lo que era evidente. Que Klaus iba a encerrar a Elijah en un ataúd, creo que todos lo veíamos venir pero en fin.
Y creo que lo que hay que resaltar es la escena final, ya que las cosas se van a poner mucho más tensas. Principalmente con lo que va a suceder en los próximos capítulos, pero diré una cosa. Klaus siempre respeto la decisión de Astrid de no querer romper su lado de híbrida, siempre fue decisión de ella querer o no romperla. Lo único que él quiere es convencerla de que lo haga.
Y para terminar, la próxima semana tendrá lugar una de las escenas más importantes de esta historia. Ya que es la clave a todo lo que va a acontecer. Pero tener en cuenta una cosa, Astrid sabe que Elena está viva.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ❤
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