CAPÍTULO 46: THE MAGIC SWORD

—— THE MAGIC SWORD ——

—Un copo de nueve gigante.— Comentó Stefan mientras se apoyaba en uno de los marcos de la puerta.

—Yo prefiero pensar que es una expresión del posmodernismo.— Aclaró Klaus mientras Astrid ponía una mueca de desagrado al escuchar el estilo artístico. —Será mi donación para el festival benéfico de invierno.— Añadió el híbrido.

—Has dicho que era urgente.— Intervino uno de los híbridos acercándose a su creador.

—Sí, lleva esto al Mystic Grill enseguida.— Le ordenó Klaus mientras se limpiaba la pintura de las manos.

—¿Quieres que sea tu recadero?— Preguntó el híbrido sorprendido.

—Lo que quiero es que hagas lo que te ordene y bajes esos humos.— Le ordenó el Original mientras le miraba con una expresión de pocos amigos. —Y ten cuidado con él, aún está húmedo.— Le advirtió mientras el híbrido se llevaba el cuadro.

—Abraham Lincoln abolió la esclavitud.— Le recordó Astrid mientras se cruzaba de brazos.

—Para que quiero a mis híbridos vinculados sino me aprovecho de la mano de obra gratis.— Alegó Klaus con obviedad mientras Astrid y Stefan intercambiaban una mirada. —¿Qué hacéis aquí?— Preguntó con curiosidad.

—Elena está vinculada a Damon.— Le informó Astrid sabiendo que Stefan iba a ser incapaz de decirlo, ya que una verdadera mierda y tal vez uno de los motivos por los que ambos estaban juntos.

—Ya lo sospechaba.— Respondió Klaus mientras se sentaba en uno de los sofás.

—Ahora más que nunca tengo que encontrar la cura y tu aquí haciendo copos de nieve posmodernos.— Comentó Stefan haciendo reír a Astrid por su comentario.

—Yo ya he cumplido.— Alegó Klaus con obviedad. —Encontré la espada de Italia que usaremos para descifrar el mapa oculto en la marca del cazador.— Añadió mientras seguía con su explicación. —Tu parte era conseguir traer al cazador y la marca.— Le recordó.

—El cazador es Jeremy y tiene que matar vampiros para completar su marca, pero aún no sabemos como impedir que nos mate a nosotros.— Explicó en ese momento Astrid sabiendo que cualquiera podía estar en peligro, y más habiendo una estaca de roble blanco de por medio.

—La cosa va para largo, por lo que no veo ningun problema que haga una obrita de caridad.— Alegó Klaus mostrando el porque él no estaba haciendo nada.

—O a lo mejor mientes y no has encontrado la espada.— Sugirió Stefan creyendo que Klaus podía estar hiendo de farol.

—¿Por qué iba a mentiros?— Preguntó el híbrido ofendido. —Estamos juntos en esto.— Les recordó mientras se acercaba a una caja fuerte y sacaba de ella la espada.

—La empuñadura es el código para descifrar el tatuaje de Jeremy para cuando haya matado a los vampiros suficientes para completarlo.— Le explico Astrid a Stefan mientras los dos observaban el arma con atención.

—Dicen que te has marchado de casa, que te has puesto en plan martil.— Puntualizó Klaus sabiendo que las cosas no estaban hiendo nada bien entre los dos hermanos Salvatore, y era evidente quien era el incitador de aquella pelea: Elena.

—No vayas de amigo, Klaus.— Le pidió Stefan.

—Todo lo contrario, ahora mismo soy el mejor que tienes.— Afirmó el híbrido haciendo que Astrid le mirase confundida, Stefan ya tenía un amigo híbrido Original y era ella.

—Siento discrepar.— Intervino mientras se cruzaba de brazos, en señal de que ella también era su amiga y que apoyaba al vampiro y que le ayudaba, mucho más y mejor de lo que Klaus podría.

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—¿Estas bien? Llevas días rara.— Comentó Stefan a Astrid, la cual salía de su habitación tras haberse cambiado la ropa casual, por un vestido de color azul pastel.

—Creo que me estoy volviendo loca, literalmente.— Admitió mientras se sentaba al lado de Stefan. —Cuando apague mi humanidad, mi madre me advirtió de un inminente peligro; después empecé a dibujar a una mujer con la que he soñado y me ha advertido de un mismo peligro; y me despierto la mayoría de las mañanas pronunciando un nombre y le escribo constantemente.— Explicó Astrid mientras miraba hacia la nada sin saber que podía significar todo lo que estaba pasando, pero era evidente de que algo debía de significar porque lo estaba viviendo ella. ¿Se estaba volviendo loca? ¿Eran premoniciones de verdad? Una parte de ella no sabía diferenciar lo que era real de lo que no. Incluso no sabía si Silas era real o solo una leyenda para asustar a la gente para que no buscarán la cura.

—¿Qué nombre?— Preguntó Stefan con curiosidad, ya que sabía lo difícil que era para Astrid contarle a la gente lo que la pasaba, por eso agradecía que se lo estuviera diciendo, pero si lo que le estaba diciendo era cierto, no le preocupaba las advertencias, sino como estas podían afectar a su mejor amiga, porque por muy fuerte que Astrid llegara a ser, no era invencible y eso podría pasarla factura, la preguntar era ¿como la podía terminar afectando todo aquello a ella?

—Silas.— Dijo finalmente mientras alzaba la cabeza y le miraba preocupada.

—¿El inmortal de la leyenda de Shane?— Preguntó incrédulo Stefan, sin entender que relación podrían tener el protagonista de una leyenda con todo lo que la estaba pasando a la Original, ya que era evidente de que alguien se estaba encargando de hacerla aquello y si aquello seguía así, podría provocar que Astrid, en el mejor de los casos, causará un par se muertes, y en el peor que hiciera un baño de sangre.

—Sí..., pero hay más.— Añadió sabiendo que debía de decirle a alguien lo que la estaba pasando, porque tal vez pudiera ayudarla a comprender que la ocurría o a evitar que hiciera algo de lo que, posteriormente, podría arrepentirse. —Me dijo que fue él quien creo el hechizo de los vampiros, ese mismo hechizo que Esther usó con nosotros y que yo la proporcione porque era un hechizo del grimorio de mi madre, un grimorio que llevaba en mi familia generaciones.— Explicó, esperando que el menor de los Salvatore comprendiera que era lo que estaba insinuando aunque era algo complejo, porque nadie sabía todo lo que aquellas premoniciones la estaban haciendo, y era evidente de que eso sólo era el comienzo de algo que, lamentablemente, terminaría agrandandose, porque estaba claro que aquello era la punta del iceberg de un problema en el que, únicamente, Astrid era la principal perjudicada de forma mental, pero ¿que pasaba si eso pasaba a algo físico?

—¿Crees que Silas te está usando?— Preguntó Stefan, creyendo que en lo que ella estaba diciendo era que Silas buscaba la forma de que ella hiciera todo lo posible para traerlo de vuelta.

—Creo que Leonidas y yo somos descendientes de él y me aterra pensar en esa posibilidad.— Dijo finalmente mientras volvía a apartar la mirada de su amigo, haciendo que Stefan la abrazara en señal de apoyo, comprendiendo que esa posibilidad tenía mucho, demasiado, sentido. Sobretodo tras todo lo que sabía de como surgieron los Originales.

—¿Por qué iba a asustarte? Eres una Original y mi mejor amiga jamás le tiene miedo a nada.— Afirmó el vampiro intentando aporyarla, haciendo que la chica mostrará una pequeña sonrisa. Pero él entendía su miedo y le sorprendía, porque desde que sabía que ella era una Original, el único miedo que había tenido era a perder a sus hermanos, una realidad que para su desgracia, se había hecho realidad.

—Por que si lo que busca es lo que yo creo, ninguno está seguro, Stef, ni tan siquiera un Original o alguien del Otro Lado.— Explicó esperando que él comprendiera su preocupación, ya que no solo la preocupaba los vivos sino también los muertos, en especial tres personas que se hallaban allí, tres personas que Stefan supo de quienes se trataban: Carina, Eliana y Lexi.

—Oye, tranquilizate, no va a pasar nada malo.— Insistió Stefan mientras la obligaba a mirarle.

—¿Y qué explicas estos dibujos?— Preguntó Astrid mientras cogía el cuaderno de dibujo que había en la mesa, y le enseñaba todos los dibujos que había en ellos, junto a más papeles.

—¿Cuantos has hecho?— Preguntó sorprendido al ver a la misma mujer en más de una decena de dibujos.

—Muchos, los hago sin estar consciente.— Explicó la chica aterrada por lo que eso podría significar.

—¿Alguien sabe de esto? ¿Sobre tu teoría de que vienes de Silas?— Preguntó Stefan sabiendo que aquello podía ser mucho más real de lo que previamente había llegado a pensar.

—Shane.— Admitió Astrid viendo la expresión de Stefan. —¿Qué pasa con él?— Preguntó confundida.

—Damon no termina de confiar en él, cree que está planeando algo.— Explicó el vampiro sin saber muy bien si hacer caso o no las teorías de su hermano mayor. —Pero no te preocupes, ¿si? Buscaremos una solución, hablaré con Bonnie a ver si ella sabe algo o...— Empezó a decir sin saber que hacer para ayudarla.

—No hace falta que te involucres, Stefan.— Le interrumpió Astrid mostrando una sonrisa de agradecimiento. —Si mi teoría es cierta... prefirió seguir actuando como una loca, tengo el presentimiento de que puedo dar con una respuesta.— Afirmó creyendo ciegamente en que todo aquello la proporcionaría alguna respuesta, si es que no terminaba loca.

—Nunca te lo he preguntado, ¿si pudieras tomar la cura lo harías?— Quiso saber Stefan mientras la miraba con curiosidad.

—Es una pregunta complicada, pero creo que sí lo haría.— Respondió sorprendiendo a Stefan con su respuesta, ya que nunca se la hubiera imaginado. —No es para sorprenderse tanto, nunca quise ser vampiro y tampoco me importa ser una de las criaturas más fuertes e inmortales del mundo. Pero cuando era humana quería cosas que no puedo tener ahora.— Admitió sabiendo que el vampirismo tenía sus pros y sus contras.

—Hijos.— Asumió Stefan al comprender lo que Astrid estaba insinuando, algo que era lógico.

—Entre otras cosas, pero sí.— Admitió mientras mostraba una sonrisa. —Pero una de las cosas que me gustaría es morir, no lo entiendas mal, sino como humana. Dar con una paz, un reencuentro con los seres queridos que ya no están, el vampirismo cambio mi vida y aunque tampoco me puedo quejar porque he vivido muchas y he conocido a gente a la que quiero muchísimo, nada se compara a lo que siendo humana siempre he querido.— Explicó Astrid sabiendo que si decidía tomar la cura, las consecuencias serían irreversibles y debía de estar muy convencida de tomar una decisión como aquella, sobretodo teniendo en cuenta que ser mortal significaba volverse efímero. —Pero no te preocupes, esa cura lleva el nombre de Elena.— Le tranquilizó mientras le dedicaba una sonrisa. —Yo me he acostumbrado a esta vida, ella tiene la oportunidad de cambiarla y si tu decides tomarla también, ambos haréis cosas increíbles.— Garantizó, sabiendo que si Stefan la tomaba a una parte de ella la dolería mucho, sobretodo el saber que perdería a un gran amigo, pero sí tomarla significaba para él una vida junto a la persona que quería, ella jamás pondría objeción alguna, porque lo que más quería era que Stefan fuera feliz.

★★★

Admito que el capítulo está bastante centrado en el episodio.

Aún así, pienso que tiene partes muy importantes. Principalmente con la escena del final entre Stefan y Astrid.

Os garantizo que en ningún momento Astrid tomará la cura, principalmente por que tengo planes para ella para el futuro como ya podéis imaginaros.

Pero también la escena anterior, de Astrid desvelando que cree que es antepasada de Silas, algo muy irónico para la siguiente temporada al ser él el doppelganger de él. Pero tampoco será un tema demasiado relevante.

Con respeto al siguiente capítulo... solo puedo decir que habrá escena Klastrid.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️


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