CAPÍTULO 41: THE FIVE (PART II)

—— THE FIVE ——

—¿Todo bien, amigo? ¿Te aprietan los grilletes?— Preguntó Klaus fingiendo que le interesaba la comodidad de su presa, pero era evidente de que eso no era así. —Bienvenida, hermanita.— Sonrió para después darse la vuelta y mirar a Rebekah, la cual miró confundida al cazador que estaba esposado.

—¿Es un truco? ¿Cómo sabéis que es de Los Cinco? ¿Y el maldito tatuaje?— Preguntó la rubia sabiendo que sin el tatuaje no habría posibilidad de dar con aquella milagrosa cura que tantas personas habían llegado a buscar y, en cierto sentido, a ansiar.

—Los tatuajes no son visibles, al menos no como en el pasado.— Intervino Astrid, la cual estaba con los brazos cruzados, sabiendo que todo lo que estaba pasando tenía un mayor trasfondo o por lo menos tenía relación con algo más, no podía ser todo así de fácil. La inmortalidad la había enseñado que no había nada fácil, ni gratis, así que ¿que era lo que estaba pasando en realidad?

—A comer.— Sentenció Klaus mientras pasaba al comedor, haciendo que los tres vampiros le siguieran con pocas ganas, pero debían de hacerlo, primero porque Stefan quería información y segundo por que alguien debía de darle esa información y evitar que Klaus llegara a matar al cazador o a encerrar a Rebekah en un ataúd. —Gracias, querida.— Le sonrió a una de las camareras, mientras los tres vampiros estaban estados en sus respectivos sitios esperando a que él dijera algo, no iban a ceder con tanta facilidad. —Podría besar al consejo por quemar toda la verbena del pueblo, me han facilitado la vida.— Sonrió orgulloso de que tuviera todo lo que quería con tanta facilidad, o por lo menos casi todo lo que quería. —Rebekah, comete las verduras.— Le dijo a su hermana pequeña, mientras Stefan y Astrid intercambiaban una mirada en señal de que no querían estar allí.

—No comeré hasta que te disculpes.— Sentenció Rebekah, la cual estaba recostada en la silla y le miraba enfadada.

—¿Por qué indiscreción? Ha habido tantas.— Quiso saber Klaus sabiendo que debía de ceder a las exigencias de su hermana pequeña o por lo menos fingir que lo hacía para obtener lo que él quería.

—Por partirme el cuello.— Respondió la Original con obviedad, mientras Stefan y Astrid se miraban aburridos, ya que ninguno de los dos quería pasar así su noche.

—Derramaste la sangre de Elena para que no creara más híbridos.— La acusó Klaus, mostrando que ambos se estaban comportando como niños pequeños.

—Por que me menospreciaste.— Se defendió Rebekah con obviedad.

—Eso es lo que hacen los hermanos mayores.— Se defendió el híbrido con lógica, haciendo que Astrid le mirase confundida, ella era la mayor y nunca había tratado de esa manera a ninguno de sus hermanos pequeños.

—Corrección, eso es lo que tu haces.— Intervino Astrid haciendo que Klaus la mirase en señal de que no le estaba ayudando en absoluto.

—Os podría enumerar a un millón de personas con las que preferiría estar cenando ahora mismo.— Intervino en esta ocasión Stefan mostrando su incomodidad y su desagrado por estar ahí.

—Ya somos dos.— Añadió Astrid apoyando el comentario de su amigo.

—De acuerdo.— Suspiró Klaus mostrando que cedía a la petición de su hermana. —Lo siento, siempre olvido lo delicada que eres.— Comentó con un poco de sarcasmo. —¿Me perdonas?— La pidió mientras la miraba con una sonrisa.

—Lo tendré en consideración.— Respondió Rebekah en señal de que lo pensaría, pero era evidente de que le perdonaría, siempre lo hacía.

—De acuerdo, y ahora hablarme del cazador de Rebekah.— Pidió Stefan al ver que Klaus ya había conseguido lo que quería, ahora él quería su explicaciones.

—Claro, Alexander, un buen tipo salvando obviedades. Buscaba criaturas de la noche por lo que nos sentíamos seguros con él, llevando los anillos de día.— Explicó Klaus con tranquilidad.

—Alardeaba de que tenían en su poder un arma suprema.— Añadió Astrid sabiendo que esa arma podría desencadenar una guerra.

—¿De eso se trata? ¿De un arma?— Preguntó Stefan confundido.

—No es solo un arma.— Intervino en esa ocasión Rebekah con obviedad.

—Rebekah, querida, no te adelantes a la historia.— Le pidió su hermano sabiendo que debían de mantener un poco la intriga de la historia.

—¿Cómo va a ser un arma la respuesta a mis plegarias?— Preguntó Stefan confundido mientras los tres vampiros intercambiaban una mirada. —A ver, ¿por qué no nos saltamos los detalles y vamos al grano?— Les pidió.

—Todavía no. Por qué para encontrar esa arma tenemos que resolver el puzzle que parece haber desaparecido.— Respondió Klaus con frustración, ya que sino había tatuaje no podrían dar con aquella arma.

—¿Qué puzzle?— Preguntó Stefan confundido mientras veía la expresión de su mejor amiga, en la que se evidenciaba aquello que había desparecido. —El tatuaje.— Asumió al entender su mirada. —¿Qué es?— Quiso saber ya que parecía que era la clave a todo lo que ocurría.

—Un mapa que lleva hasta el tesoro.— Respondió de forma metafórica Astrid, aunque aquella frase tenía más lógica de lo que podría creerse.

—¿De qué nos sirve el tatuaje sino podemos verlo?— Preguntó está vez Rebekah sabiendo que sin el tatuaje no podrían descubrir dónde estaba escondida aquella arma.

—Nosotros no, pero alguien sí puede.— Comentó Klaus sabiendo que debía de pasar a la siguiente parte de su plan. —Quieres decirle al híbrido que le traiga.— Le pidió Klaus a una de las chicas.

—El cazador estaba tan ansioso por llegar al fondo de sus tatuajes que menciono que solamente una persona podría verlos.— Explicó Astrid sabiendo que estaba en desacuerdo con lo que Klaus iba a hacer, pero solo Jeremy era la respuesta a sus preguntas, solo él podía verlo.

—Yo no lo haría.— Dijo Klaus poniéndose delante de Stefan. —Por suerte para todos, el joven Jeremy tiene dotes de artista.— Añadió mostrando que era él la pieza clave para dar con el misterioso tatuaje que se había perdido.

—No pienso ayudarte a nada.— Sentenció Jeremy sabiendo que no podía confiar en absoluto en Klaus, porque si lo hacía lo más probable es que terminara muerto después de que le hubiera usado.

—Me temo que lo harás.— Afirmó el Original mientras el híbrido que estaba al lado de Jeremy le quitaba el anillo que le permitía regresar a la vida después de que le mataran.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

—Vamos, Rebekah, diselo. Dile donde llevaba el tatuaje, que es esa arma que puede traer el fin de la especie vampirica.— Le insistió Klaus a su hermana mientras Jeremy hacia un dibujo sobre el tatuaje que el cazador tenía.

—Una cura.— Dijo finalmente la vampira sorprendiendo a Stefan con sus palabras. —Dijo que había una cura.— Afirmó, sabiendo que esa cura si llegaban a dar con ella sería un objeto muy codiciado y por el que muchos llegarían incluso a matar, porque quien la tuviera en su poder podría someter a cualquiera, incluido a un Original.

—No hay cura para el vampirismo.— Afirmó Stefan sin creerse que aquello pudiera ser verdad, se veía demasiado idílico como para serlo.

—Te estoy diciendo la verdad, Stefan.— Afirmó Rebekah creyendo fielmente en lo que Alexander la había dicho, ya que sí podía ser posible, todo hechizo tenía una forma de revertirlo, y con los vampiros era igual, la cura fue creada en el mismo momento en el que se creó el hechizo de los vampiros.

—Entonces, ¿porque no la habéis buscado?— Preguntó Stefan sin entender que si ellos sabían de algo así, porque no habían ido en su búsqueda para impedir que la usarán contra alguno de ellos.

—Por que cuando los cazadores murieron aquella noche, las marcas se borraron de sus cuerpos. El mapa se esfumó y la hermandad de Los Cinco se extinguió.— Explicó Astrid recordando a la perfección aquella noche, aquella noche descubrió el mejor secreto que su madre la había ocultado a ellos y a todos, aquella noche no solo mató a su primera víctima, sino que desencadenó que la maldición de su lado como mujer lobo despertara.

—En novecientos años no se ha vuelto a saber del cazador hasta que nuestro amiguito apareció en el pueblo.— Explicó Klaus sabiendo que aquel cazador era la clave para dar con aquella cura que tan ansiaba el híbrido, y ahora Stefan, para curar a Elena.

—Ya tenemos el mapa, ¿que hacemos ahora?— Quiso saber Rebekah creyendo que el tatuaje estaría al completo como novecientos años atrás estuvo.

—Juntos no haremos nada. No eres de fiar, hermanita. Le soltaras el secreto al primer chico que te llame guapa.— La atacó Klaus, mostrando que sus disculpas no habían sido, para nada, sinceras. —Venga, es patético, ¿no crees? Sigues entregando su corazón a cualquier hombre que te muestre un mínimo de afecto, ya tendrías que haber aprendido de ese ciclo interminable de frustración y decepción.— Añadió el híbrido sin ser consciente que cada vez que abría su boca estropeaba las cosas de una forma de la que no era consciente.

—No lo he hecho, sigo contigo dejando que absorbas hasta el último momento de felicidad de mi vida.— Se defendió Rebekah mostrando lo dolida que estaba por lo que su hermano estaba diciendo. —Pero he salido mejor parada que Finn, Klaus le dejo con la daga harto de que le juzgará.— Alegó la vampira, explicando a Stefan por qué el hermano mayor de los Originales estuvo tanto tiempo en un ataúd.

—No, Finn era un inútil.— La corrigió Klaus, haciendo que Stefan viera como Astrid pasaba de ambos, aquellas discusiones eran tan normales para ella que ya pasaba de los dramas que ambos llegaban a crear a veces. —Nos ayudaba más yaciendo en una caja.— Añadió con firmeza.

—Quieres la cura para Elena, ¿no? Para poder seguir produciendo en masa a tus híbridos, por eso has traído a Stefan. Sabías que te ayudaría aunque te odie a muerte.— Afirmó Rebekah al comprender cual era el objetivo que tenía su hermano, por eso quería saber el lugar exacto en el que Rebekah había enterrado a Alexander. —Por mí puedes tragarte la cura.— Sentenció para después marcharse, en señal de que no iba a ayudar a su hermano.

—Espero que la hayas sonsacado lo que querías antes de que se fuera.— Comentó Stefan viendo que sino había sido así tanto él como Astrid habrían perdido el tiempo a lo tonto.

—Nunca me hubiera dicho lo que quiero saber. Pero te lo dirá a ti.— Afirmó Klaus sabiendo que Rebekah confiaría fielmente en Stefan, ya que ella jamás creería que él la apuñalaria por la espalda.

—¿Qué quieres que averigüe?— Preguntó Stefan mostrando que ayudaría a Klaus.

—El mapa es inútil sin la herramienta para descifrarlo.— Explicó Klaus con obviedad.

—La espada.— Aclaró Astrid, dando a entender que lo que necesitaban era aquella arma que novecientos años atrás estuvo a su alcance, pero que por ignorantes no conservaron.

—Ella sabe donde está y conseguirás que te lo cuente.— Intervino Klaus con firmeza. —Tienes la oportunidad de salvar a Elena de lo que acabará destruyendola.— Le recordo sabiendo que como el menor de los Salvatore, la réplica no estaba hecha para aquella vida. —Llámalo un pacto con el diablo si quieres, pero sabes que no podrás negarme.— Afirmó con seguridad.

✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶

—Bonitos trazos.— Comentó Astrid al ver el dibujo que había hecho Jeremy, haciendo que el chico la dedicará una sonrisa por su comentario.

—Pero podrías darte un poco más de prisa.— Añadió Klaus mostrando su impaciencia por tener el dibujo hecho.

—Ya está.— Respondió el humano dándole el cuaderno.

—¿Qué es esto?— Preguntó el híbrido al ver que aquel dibujo no era nada a comparación con el tatuaje que nueve siglos atrás él y el resto de la familia Original vieron.

—El tatuaje.— Respondió Jeremy con obviedad, haciendo que Klaus le agarrase del cuello al no creerse que aquello fuera el tatuaje.

—Klaus, suéltalo.— Le pidió Astrid preocupada por lo que le podría pasar al menor de los Gilbert.

—He visto el tatuaje, niñato repugnante. Sabes que hay más.— Afirmó Klaus mostrando que no podían engañarlo.

—Eso es todo.— Dijo Jeremy con dificultad. —Dice que cada vez que mata a un vampiro se expande.— Añadió justamente cuando Klaus le soltaba.

—¿Estas bien, Jeremy?— Preguntó Astrid preocupada por el chico, mientras le ayudaba a levantarse.

—Sí, gracias.— La tranquilizó el humano mientras mostraba una pequeña sonrisa de agradecimiento.

—Te llevaré a casa.— Le indicó en señal de que le sacaría de aquel lugar, era evidente que Klaus volvía a estar cegado con sus objetivos, primero fue romper la maldición, después la creación de híbridos y ahora era la cura, ¿que sería después? ¿Cual sería el siguiente objetivo por el que renunciaría a todo y que, posiblemente, le proporcionaría mayor poder?

★★★

Sí..., un capítulo algo... aburrido. Me he centrado en el episodio de la serie.

Pero asumo que tendréis una pregunta en mente, y esa es ¿porque Astrid esta colaborando con la cura?

Bueno, ella no quiere la cura ni para ella ni para usarla en contra de nadie, sino por otro motivo mucho mayor. Silas.

No voy a desvelar nada más, pero sí que el objetivo es él y creo que os va a resultar muy interesante lo que está a punto de suceder.

Con respecto que Astrid rompiera la maldición, me pareció muy apropiado introducirlo en ese capítulo, y así alterar un poco la historia y que no sea como la de Klaus. Pero tener presente una cosa, ella mató a uno de Los Cinco, y ya sabéis lo que eso significa.

Al margen de ello, en ese episodio sí es cierto que Klaus se pasa muchísimo con Rebekah, y me enorgullece ver el crecimiento que tiene, desde ese punto hasta que al final muere por toda su familia. De verdad es algo admirable, aunque en momentos como este lo único que quiero hacer es darle de ostias por lo mal que se comporta.

Y con el tema de Finn y la daga, yo quería saber como fue todo eso, como llevo a Klaus a clavarle la daga osea en el sentido en que momento dijo "basta", pero nunca lo sabremos.

Por cierto, YA QUEDA MENOS PARA QUE HAYLEY Y ASTRID SE CONOZCAN.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top