CAPÍTULO 31: I FEEL THAT SOMETHING IS GOING TO HAPPEN

—— I FEEL THAT SOMETHING IS GOING TO HAPPEN ——

—Adivinar quién ha vuelto.— Anunció Leonidas justamente cuando entraba por la puerta haciendo que sus dos hermanas sonrieran en su dirección.

—¡Leo!— Exclamó Eliana mientras se movía a velocidad vampirica y abrazaba a su hermanos mayor. 

—Gracias, has venido.— Suspiró esta vez Astrid después de que Leonidas y ella se abrazaran.

—¿Qué? ¿Por qué?— Preguntó preocupado creyendo que las cosas se habían complicado mucho más de lo que ya lo estaban.

—Nuestra querida hermana pequeña se empeña en que no vaya al baile de la década de los veinte de esta noche.— Explicó Astrid con obviedad mientras Eliana ponía una mueca de pocos amigos, al saber que ahora a ello se uniría su hermano.

—Se ha enterado.— Le acusó molesta por el hecho de que él la contará sobre la banda en la que estaba la menor.

—Lo siento, Eli, pero esta vez no te libras de nosotros.— Afirmó Leonidas dando a entender no solo que estaba de parte de Astrid, sino también que asistiría al baile.

—Hablaré con Rebekah para que te meta como supervisor.— Sonrió la mayor de los hermanos, mientras cogía su teléfono y la mandaba un mensaje a la Original pudiendo que le metiera.

—Vaya, que hermanos tan considerados, que solo van a un baile para hacerme pasar un mal rato.— Comentó Eliana sarcásticamente mientras les miraba enfadada por qué fueran capaces de hacerla aquello únicamente para molestarla.

—Es tu primer baile de instituto, eso hay que inmortalizarlo, ¿no crees, hermanito?— Alegó Astrid mientras miraba a su hermano sonriendo, sabiendo que Leonidas iba a apoyarla, siempre lo hacía.

—Astrid tiene razón. Y por ello debería de buscar un traje, no creo que en los veinte fueran en vaqueros y cazadoras de cuero.— Puntualizó el vampiro mientras las hacía un gesto de que se iba para después volver a marcharse, dejando a las dos hermanas solas.

—Y a ti te toca elegir vestido, les tengo de todos los colores.— Puntualizó Astrid haciendo sonreír a Eliana al ver que la dejaría uno de los tantos vestidos que la mayor conservaba, era raro que les tirase, a fin de cuentas pertenecían a una parte de la historia. De su historia.

—¿Tan pronto?— Preguntó Eliana confundida al ver que quedaba demasiado para la fiesta.

—Con lo que te cuesta decidir, es mejor empezar ya. El peinado lleva su tiempo.— Puntualizó su hermana mientras las dos entraban en la habitación de la mayor donde había colgados varios vestidos.

—¿Por qué quieres que viva esto? Es decir, tu y Leo me animasteis a entrar en el instituto y Leo a la banda.— Alegó sin entender porque sus hermanos estaban tan empeñados en que viviera la clásica vida adolescente americana.

—Bueno, hay oportunidades que no vivimos siendo humanos, y ya que Leo y yo somos físicamente mayores para entrar en un instituto, supongo que queremos que vivas esta experiencia.— Admitió Astrid mientras se sentaba en su cama mientras su hermana revisaba todos y cada uno de los vestidos que su hermana la había sacado. —Además de que no es tan malo, último curso.— La recordó, haciendola sonreír.

—Gracias.— La agradeció mientras le dedicaba una pequeña sonrisa.

—¿Por qué?— Preguntó Astrid sin comprender porque la estaba agradeciendo.

—Sin vosotros nunca haría nada, no tendría el valor de arriesgarme.— Admitió sabiendo que si tomaba algunas decisiones o si las hacía era porque sus hermanos la apoyaban y la ayudaban a tomarlas y ha hacer cosas que incluso siendo humana, por temor a salir de su zona de confort, nunca hubiera tomado.

—Somos vampiros, creo que a veces es necesario un poco de acción, y te lo dice quien se a pasado medio milenio manteniendo un perfil bajo.— Murmuró Astrid mientras ponía los ojos en blanco recordando que de aquellos quinientos años sola, los momentos más divertidos y los mejores les había pasado en compañía de Lexi, de Stefan y en su defecto con Katherine enseñalandola.

—Ya...— Murmuró Eliana haciendo que su hermana la mirase confundida.

—¿Qué pasa?— Preguntó sabiendo que la ocurría algo, no había que ser muy listo para darse cuenta de aquel, aparentemente, insignificante detalle.

—¿Te acuerdas la sensación que tuve días antes de que Henrik muriera?— Preguntó mientras se sentaba a su lado y agachaba la cabeza para jugar con su anillo de día, gesto que compartía con su hermana mayor, ambas lo hacían cuando estaban nerviosas.

—Sí..., estuviste con muchas pesadillas e incendiando cosas.— Respondió Astrid sabiendo que si su hermana la sacaba aquella conversación era porque estaba pasando algo o por qué iba a suceder. —Nos hubiera venido muy bien un extintor.— Añadió haciendo reír a Eliana por su comentario.

—Llevo días con esa misma sensación, como si...— Empezó a decir mientras alzaba la cabeza y la miraba, mostrando una expresión de preocupación.

—Como si fuera a ocurrirle algo a alguien.— Asumió Astrid al entender lo que su hermana pequeña estaba queriendo decir.

—Sí.— Respondió Eliana.

—No va a pasar nada, Eliana. Tu solo preocúpate de divertirte y de disfrutar de esta noche.— La tranquilizó su hermana mientras la agarraba de una mano en señal de apoyo

—Vale, iré a mirar los vestidos.— Suspiró Eliana mientras se ponía de pies, para después Astrid salir de su habitación y marcar el número de su hermano.

¿Dónde estás?— Le preguntó Astrid a Leonidas sabiendo que no había que pasar por alto aquella sensación que la menor estaba teniendo, ya había acertado dos veces, era mejor que no se convirtiera en un triplete.

—En el grill, ¿por qué?Respondió Leonidas confundido.

—Voy para allá.— Se limitó a decir Astrid para después marcharse sin decirle nada a su hermana.

—¿Qué pasa?— Preguntó Leonidas confundido al ver que ocurría algo, era evidente.

—¿Te acuerdas la sensación de peligro que Eliana tenía?— Preguntó Astrid mientras se apoyaba en la barra y le miraba.

—Como para olvidarla.— Comentó mientras ponía los ojos en blanco y daba un sorbo a su bourbon.

—Lleva días con ella.— Le informó Astrid mientras en su expresión se mostraba que estaba preocupada por lo que podría terminar pasando.

—Al menos esta vez no incendia cosas.— Puntualizó haciendo sonreír Astrid al ver que había hecho el mismo comentario que ella minutos antes había hecho.

—Eso la he dicho yo, pero se que no hay que dejar pasar ese presentimiento.— Le recordó haciendo que Leonidas comprendiera porque aquello podía ser tan importante para ellos, Eliana tuvo la misma sensación tiempo antes de morir Henrik y antes de que se volvieran vampiros, era evidente de que tenía una sexto sentido para aquellas cosas.

—Bueno, tras saber que Alaric tiene un alter ego que quiere matar a gente y tu hipótesis de que Esther no está tan muerta como les ha hecho creer a Rebekah y a Klaus... Es motivo de preocupación.— Admitió su hermano mientras soltaba un suspiró de frustración ante todos los problemas que estaban teniendo.

—¿Sigues queriendo ir a ese baile?— Le preguntó a Leonidas esperando que la respuesta fuera negativa, porque muy en el fondo la híbrida estaba aterrada con el final que todo aquello podría llegar a tener.

—Solo se vive una vez, hermana. Y si van a intentar matarnos, otra vez, bueno, va a ser divertido de ver como lo intentan.— Respondió riéndose.

—Bien, pues deja de beber y ve a por ese traje.— Le ordenó mientras le quitaba el vaso y se le terminaba ella. —Hay que estar preparados.— Sentenció.

—Te recuerdo que no podemos estar protegidos, somos vampiros, dejamos de ser brujos.— Le recordó Leonidas mientras los dos salían del grill.

—¿Crees que el collar es el único objeto mágico que madre tenía?— Preguntó divertida de que su hermano pudiera ser así de ingenuo. —Me decepciona y me sorprende que creas eso, hermano.— Puntualizó divertida.

—Siempre tan perspicaz.— Comentó viendo que una vez más era Astrid la que iba por delante de los demás.

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—¿Cómo has conseguido colarla un objeto mágico?— Le preguntó Leonidas a Astrid mientras está se bajaba del coche.

—Mande hacer unos pendientes con unas piedras de protección de madre.— Respondió con obviedad mientras le detenía y le arreglaba el nudo de la corbata.

—Muy audaz.— Sonrió Leonidas.

—Vale, tu lleva el collar de madre.— Mientras se le colocaba alrededor del cuello, para después colocarle la camisa y la corbata.

—¿Y tú que vas a llevar?— Preguntó Leonidas confundido.

—Voy bien.— Le tranquilizó Astrid, haciendo que este le mirase sorprendido por lo que había insinuado.

—¿No vas a llevar nada?— Preguntó incrédulo.

—Si pasa algo está noche en el baile, hay que hacer creer a Esther que nos ha atrapado a todos, si no nos ve a los tres sabrá que la hemos engañado.— Le recordó dando a entender que debían de dejarla creer que estaba por delante de ellos.

—Ten cuidado.— La pidió preocupado por lo que podría pasarla. —¿Vamos?— Preguntó mientras la ofrecía su brazo.

—Vaya, que caballero.— Sonrió la rubia mientras se agarraba a él y los dos entraban en el instituto para dirigirse al gimnasio, donde tendría lugar el baile.

—Así que estos eran los años veinte.— Comentó Leonidas sorprendido por lo que estaba viendo.

—Bueno añade que estaba la ley seca, las fiestas eran a escondidas y toda la diversión solo podía suceder de noche.— Respondió divertida su hermana mientras los dos distinguían entre la multitud a Eliana, la cual llevaba un vestido de época de color azul oscuro. —No me gusta darle la razón a Klaus, pero la tiene con respecto esta década.— Admitió.

—¿Y nuestro deber es evitar que...?— Preguntó Leonidas haciendo una referencia al motivo por el que supuestamente estaban allí.

—Cuidar de ellos.— Respondió Astrid con obviedad mientras veía que alguno ya estaba echando alcohol en el ponche.

—Parece que se diviérte.— Murmuró el moreno mirando a su hermana pequeña.

—Es feliz.— Sonrió Astrid contenta de verla vivir aquello.

—Me perdí esta década, vamos a bailar, algún baile te sabrás.— Alegó su hermano pequeño mientras la agarraba del brazo y la sacaba a bailar.

—¿Enserio?— Inquirió Astrid con una expresión de pocos amigos.

—Seguro que no solo estuviste con Lexi bebiendo y aborreciendo un poco las vanguardias.— Se burló haciendo que su hermana le hiciera una mueca de burla.

—No, de hecho estuve más tiempo en fiestas abriendolas y cerrandolas que criticando a artistas, eso ya lo hice en la gran depresión.— Añadió haciendo que el chico la mirase algo confundido ya que seguía poniéndose al día con todo lo que había ocurrido en el mundo. —Muy aburrida y lúgubre, como la Edad Media pero sin la Inquisición y el control de la Iglesia.— Añadió haciéndole reír.

—¿Ese no es el híbrido de Klaus? ¿El que se marchó?— Preguntó señalando con la cabeza a Tyler el cual estaba bailando con Caroline.

—Vaya a vuelto, y está con Caroline.— Comentó sorprendida.

—No le va a gustar.— Comentó Leonidas haciendo una referencia a lo que pasaría cuando Klaus supiera que el híbrido había vuelto

—¿El qué? ¿Saber que ha roto el vínculo?— Preguntó Astrid confundida, haciendo que su hermano la mirase sorprendido, ¿como sabía ella eso?

—¿Cómo sabes que le ha roto?— Preguntó sorprendido de las habilidades de la rubia para entenderse de todo lo que sucedía.

—Tengo mis contactos, además porque otro motivo se hubiera ido y hubiera vuelto.— Respondió creyendo que era algo evidente el motivo por el que se fue y por el que había regresado.

—¿Y como se rompe un vínculo así?— Preguntó Leonidas con curiosidad.

—Rompiendo todos y cada uno de los huesos de tu cuerpo, nada agradable.— Le informó Astrid sabiendo que Tyler debía de haber sufrido demasiado para ser libre, pero parecía ser que el motivo era bastante fuerte como para hacer algo así.

—¿Cómo lo sabes?— Preguntó con curiosidad.

—He investigado sobre el tema.— Admitió Astrid.

—Por si algún día decides romper el hechizo y crear a híbridos, ¿no?— Inquiro sabiendo porque Astrid sabía tanto del tema, quería estar preparada por si en algún momento cambiaba de decisión.

—Para que si lo llego ha hacer tengan la libertad de decidir si quieren quedarse a mi lado o irse. No aspiro a crear un ejército, más que nada porque yo no le necesito.— Respondió con obviedad sabiendo que ella no necesitaba a más híbridos, todo lo que necesitaba ya lo tenía en su vida, así que ya todo lo demás la daba algo de igual.

★★★

Lo se, se que la trama avanza muy despacio, y se que me centro muchísimo en las escenas de Astrid con sus hermanos.

Pero lo hago con un motivo, todo esto es parte de su historia, en especial sus hermanos, y esta parte es importante, tal vez más que la siguiente, porque está desencadena todo lo que ocurrirá, con Silas y con la llegada de Hope.

Ahora bien, hay un detalle que hay que destacar, el sexto sentido de Eliana.

Más adelante explicaré a qué se deben esos descontroles, de hecho lo sabréis al principio de Enchanted. Pero para aquellos que tienen curiosidad, los tres descienden de un linaje muy poderoso de brujos, de ahí que no solo Carina haya podido torturar a Esther una vez muerta, o haber creado objetos capaces de ser usados por brujos, creo que incluso puede considerarse un objeto oscuro; así como mantener el hechizo que hay sobre Astrid.

Sin duda el personaje de Carina, así como la línea familiar guardan muchos secretos e incógnitas, y estoy muy segura de que algunas de ellas no las veréis venir.

Bien, el siguiente capítulo tiene una escena Klastrid, no es de mis favoritas pero... todas son importantes. De hecho la que adorareis es la que tendrá lugar después a ese capítulo, y luego todo lo demás.

Os aseguro que se vienen cosas muy fuertes, porque literalmente estamos llegando al final de la 3° temporada, y lo único que quiero es llegar a los capítulos de transición. Bueno y al flashback de Italia, que es más importante de lo que podéis imaginar.

¿Qué os ha parecido el capítulo?

Os leo ❤️

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