CAPÍTULO 3: I MISSED YOU
—— I MISSED YOU ——
—Elijah...— Murmuró Astrid sorprendida al ver al vampiro frente a ella.
—Astrid, me alegro de verte.— Sonrió el noble justamente cuando la rubia le abrazaba.
—Te he echado de menos.— Murmuró, aliviada de que por lo menos Elijah no hubiera corrido el mismo destino que el resto.
—¿Os conocéis?— Preguntó Elena sorprendida por aquella reacción por parte de ambos, ya que nunca había visto a Elijah mostrar afecto por los demás.
—Tengo un pasado en común con Klaus, es evidente que le tengo con Elijah.— Respondió Astrid con obviedad.
—¿Quien te dio la daga?— Le preguntó Elijah a la chica, esperando una respuesta y una explicación por parte de ella.
—Te lo contaré todo, a ambos. Pero tenemos que trabajar juntos, necesito vuestra palabra.— Pidió Elena mirando a ambos, pero ambos intercambiaron una mirada en la que no podían, del todo, confiar en ellos. Hoy el enemigo era Klaus, ¿pero quién decía que los próximos no serían ellos?
—Tus exigencias están más que agotadas.— Afirmó Elijah mostrando que en aquella ocasión ya no había posibilidad de negociación, y eso sí sorprendió a Astrid, ya que de todos, Elijah era él más racional.
—Sin exigencias, os ofrezco mi ayuda y a cambio quiero la vuestra.— Ofreció Elena haciéndo que ambos volvieran a mirarse.
—¿Y por qué deberíamos de aceptar? Habéis atacado a un aliado de gran valor.— Intervino esta vez Astrid, sabiendo que lo que le habían hecho a Elijah no era algo ético, sobretodo cuando estaba hiendo contra alguien a quien, muy en el fondo, seguía queriendo.
—Por lo mismo por lo que Elijah no me ha matado, me necesitáis para matar a Klaus y yo a vosotros.— Afirmó Elena, mostrando que sabía que ella era la única oportunidad que tendrían, sino ambos tendrían que huir y esconderse por otros quinientos años.
—Esta aquí.— Dijo finalmente Astrid informando a Elijah.
—¿Klaus está aquí?— Preguntó sorprendido al saber que el tiempo que les quedaba era muy reducido.
—Sí, Elijah. Y me ha visto, así que no cuentes con un factor sorpresa.— Añadió Astrid esperando que comprendiera que esta vez era ella la que le pedía ayuda, porque ella no podía pasarse otro medio siglo huyendo. Ella estaba cansada de huir.
—Ha poseído el cuerpo de Alaric.— Añadió Elena, aclarando lo que estaba pasando.
—¡Pues claro, uno de sus mejores trucos! Una amiga de Eliana se lo mostró.— Afirmó el noble, haciendo que la expresión de Astrid se entristeciera al escuchar, por primera vez, el nombre de su hermana en siglos.
—¿Eliana?— Preguntó Elena confundida.
—Mi hermana pequeña.— Respondió Astrid con la voz algo rota, ya que no había sido capaz de cumplir la única promesa que la había hecho a su hermana pequeña, y era el de protegerla de cualquier peligro. Quien diría que el mayor peligro siempre había convivido con ellas desde que eran pequeñas.
—¿Y qué otros trucos tiene? Eres el único que le conoce.— Afirmó Elena mirando a Elijah, desconociendo la estrecha relación que Klaus y Astrid tuvieron.
—No soy el único, Astrid también, y casi mejor que yo.— Alegó el noble, haciendo que la réplica la mirase confundida al no comprender que estaba queriendo decir Elijah.
—¿A que se refiere?— Preguntó Elena mirándola.
—También soy un Original, Elena, hace mil años Klaus y yo nos casamos.— Dijo finalmente Astrid, desvelando uno de sus mayores secretos. El otro, el hecho de ser híbrida, era un secreto que no le podía desvelar a nadie ajeno a su familia.
—¿Eres su mujer? ¿Y porque le quieres matar?— Inquirió Elena sin saber cuánto daño le había hecho a Astrid, pero también lo hizo porque sino la hubiera terminando usando a ella como creadora de híbridos, y eso era algo que la rubia no podía permitir.
—Intenta aguantar quinientos años a su lado, y luego me dices.— Murmuró mientras ponía los ojos en blanco.
✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶
—Elijah, Elena. ¿Qué hacéis aquí? ¿Qué ha pasado?— Inquirió Carol Lockwood al ver a los dos en la puerta.
—Un pequeño percance, Carol. Podrías ayudarme.— Pidió Elijah mirándola.
—Ahoro mismo iba a una reunión así que...— Empezó a decir la mujer, queriendo deshacerse de ellos.
—Solo te robaremos un minuto.— Garantizó Elijah mientras usaba la coacción con ella.
—Claro lo que necesites.— Sonrió la mujer haciendo que Elijah y Elena se quedarán en la puerta. —¿Quien es ella?— Preguntó Carol mirando a la vampira.
—Mi hermana, Astrid.— Mintió rápidamente Elijah, aunque para él Astrid, Leonidas y Eliana eran tres hermanos más.
—Un placer señora Lockwood.— Sonrió la chica mostrando una de sus características sonrisas.
—El placer es mío, pasa.— Sonrió la mujer haciéndose a un lado para que la chica pasara.
—En primer lugar necesito cambiarme de ropa.— Dijo Elijah mirando a Carol.
—Puedes probarte un traje de mi marido, todavía los guardo en el armario.— Sugirió Carol mirando al vampiro.
—Perfecto.— Sonrió Elijah.
—¿Cómo sabes que no toma verbena?— Preguntó Elena sorprendida por las acciones del vampiro.
—Por que se la quite yo mismo, justo antes de que tu y tus amigos me matarais, dos veces.— La recordó Elijah, sorprendiendo a Astrid porque le hubieran atacado en dos ocasiones.
—Tenéis suerte de haber dado con Elijah.— Puntualizó Astrid sabiendo que si hubiera sido otro Mikaelson no hubieran reaccionado de la misma manera, incluso ella o sus hermanos hubieran reaccionado de forma violenta.
—Si me disculpais, no tardo nada.— Se excuso Elijah marchándose dejando a las dos chicas solas.
—¿Por qué no nos dijiste nada?— Le preguntó Elena a Astrid, esperando que la vampira la diera una explicación.
—Decir que estoy casada con Klaus no hubiera ayudado. No solo Katherine huyó de él, yo también lo hice.— Respondió Astrid con frialdad, desde que huyó una parte de sus emociones habían desaparecido, únicamente quedan el dolor y las ganas de venganza, lo que la hacía preguntarse sobre lo que pasaría cuando Klaus estuviera, finalmente, muerto.
—Y por ello hizo daño a tus hermanos, ¿no?— Inquirió Elena encajando algunas piezas de la información que Astrid les había facilitado sobre su vida.
—Sabe perfectamente donde hacerme daño, pero... ya no hay punto débil así que...— Murmuró con frustración sabiendo que el amor, como el propio Klaus dijo, era una debilidad para ellos.
✶⊶⊷⊶⊷❍❍⊶⊷⊶⊷✶
—Intuyo que los brujos Martin ya no están con nosotros.— Comentó Elijah mientras tomaba una taza de té.
—No, lo siento.— Respondió Elena.
—¿Y Katerina? Quedaría libre de mi orden tras mi muerte.— Alegó Elijah esperando que pudiera contar con la ayuda de la otra réplica.
—¿Katherine está aquí?— Preguntó Astrid sorprendida, ya que la última vez que la había visto habia sido hace trescientos años.
—Se la llevó Klaus, creemos que puede estar muerta.— Respondió Elena sin saber que podía haber sido de ella.
—Lo dudo, Elena, no es el estilo de Klaus. La muerte sería un regalo después de lo que ambas hicimos.— Admitió Astrid sabiendo lo que la terminaría pasando si Klaus no moría y la atrapaba.
—No lo entiendo, decís que queréis matar a Klaus, pero Elijah se vengó de Katherine por haberle traicionado.— Alegó la morena sin comprender algunas acciones de los dos Originales.
—Tengo mis propias razones para vengarme.— Se defendió Elijah. —Hubo un tiempo en el que tanto Astrid como yo hubiéramos hecho lo que fuera por Niklaus.— Admitió el hombre sabiendo que ambos le hubieran obedecido sin poner objeción alguna, y tal vez ese fue su error. —Sí, Klaus es mi hermano.— Añadió al ver la expresión de Elena, la cual se quedó en shock.
—Lo he oído solo que lo estoy procesando, como tú relación con él.— Afirmó la chica mirando a ambos completamente sorprendida.
—Estoy algo anticuado pero creo que el término que buscas es madre mía.— Comentó Elijah mientras le daba un sorbo a su té.
—Ojalá el resto estuvieran presentes para escucharte, Elijah.— Rió Astrid sin creerse lo que acababa de escuchar.
—¿El resto?— Preguntó Elena confundida.
—La familia.— Respondió Astrid con obviedad.
—¿Hay una familia de Originales?— Preguntó sorprendida de lo que estaban insinuando.
—Mi padre era un terrateniente adinerado del este de Europa, nuestra madre tuvo siete hijos.— Aclaró Elijah con obviedad.
—¿Entonces tus padres eran humanos?— Preguntó Elena mirando Elijah.
—Como los míos y como toda la familia.— Respondió Astrid dándo a entender que todos ellos, en una época ya pasada, fueron mortales.
—Nuestro origen como vampiros es una larga historia, Elena.— Prosiguió Elijah.
—Somos los vampiros más antiguos del mundo.— Añadió Astrid mostrando orgullo por lo que eran.
—La familia Original, la raíz de todos los demás vampiros.— Añadió Elijah aunque en aquellos momentos no hubiera más miembros.
—Pero Klaus es tu hermano y tu marido y le queréis muerto.— Alegó Elena sin entender porque eso era así.
—Necesito aire, aun me encuentro algo muerto.— Comentó Elijah evadiendo aquel comentario, ya que ni él ni Astrid querían dar sus verdaderos motivos.
—Vamos.— Dijo Astrid saliendo detrás de Elijah.
—Como habeis visto nada puede matar a un Original, ni el sol ni el fuego, nada. Solo la madera de un árbol.— Empezó a decir el noble caminando a la par que las dos chicas.
—Árbol que se aseguraron en quemar.— Puntualizó Astrid.
—De ahí vienen las cenizas blancas para la daga.— Asumió Elena al ver cual era su origen.
—Sí, los brujos no permiten que haya un ser inmortal en la tierra, toda criatura necesita una debilidad para mantener el equilibrio.— Explicó Elijah sabiendo que aunque los Originales no tenían una debilidad para hallar una muerte definitiva, sí tenían una para quedarse dormidos de forma indefinida.
—Si el sol no os puede matar, ¿por qué esta Klaus tan obsesionado con romper la maldición?— Quiso saber Elena al no comprender nada.
—La maldición del sol y la luna, es todo muy bíblico. ¿No os parece?— Sonrió Elijah haciendo reír a Astrid.
—¿Qué es tan gracioso?— Preguntó Elena al no comprender de qué se reían.
—La maldición es más una creación fantasiosa.— Garantizó Astrid con obviedad.
—¿Los dibujos aztecas de la maldición les hizo Klaus?— Preguntó Elena al darse cuenta de que tal vez aquella maldición solo le afectaba a él.
—No, fui yo.— Admitió Astrid mostrando si orgullo por su trabajo realizado.
—Astrid y Klaus compartían una pasión por ello, pergaminos romanos, esculturas africanas y de cualquier cultura del continente que visitaramos.— Afirmó Elijah sabiendo que ambos tenían y compartían una gran pasión y habilidad por el arte.
—Pero, ¿por qué?— Inquirió Elena sin entender nada.
—La forma más fácil de descubrir la existencia de la réplica y el paradero lunar era motivar a los miembros de ambas especies para encontrarla.— Alegó el noble mientras seguían caminando.
—Así que en realidad no es azteca.— Asumió la chica sabiendo que habían estado equivocados en todo momento.
—La maldición del sol y la luna es falsa.— Garantizó Astrid con seguridad.
—No existe.— Afirmó Elijah.
—¿Qué?— Preguntó Elena sorprendida, ya que entonces no entendía porqué Klaus la quería matar.
—Klaus, Astrid y yo inventamos la maldición hace ya más de mil años.— Aclaró Elijah.
—Pero sino hay maldición...— Empezó a decir Elena confundida.
—Sí la hay.— La interrumpió Astrid. —Pero no esa.— Añadió la chica.
—La auténtica es mucho peor y pesa sobre Klaus.— Aclaró Elijah sabiendo que debían de decirla toda la verdad, debía de saber a que se exponía.
—¿De qué estáis hablando?— Preguntó Elena confundida.
—Lleva mil años intentando romperla, y tu eres su única esperanza.— Aclaró Astrid mientras el teléfono de Elena no dejaba de sonar.
—¿Y cuál es?— Quiso saber la chica.
—Tu teléfono no cesa en su incesante zumbido, cógelo, por favor.— Le pidió Elijah a Elena mientras le daba el teléfono que le había quitado, para después ella alejarse unos metros.
—¿Crees que es seguro darles tanta información?— Le preguntó Astrid a Elijah mientras se cruzaba de brazos.
—¿Sobre la maldición?— Preguntó el noble creyendo que se refería sobre la historia de Klaus y la maldición.
—Sobre el árbol. Mikael le quemó, pero ¿y si hubiera más? La naturaleza se las ingenia siempre para que vaya un equilibrio, Elijah.— Comentó Astrid sabiendo que las cosas podían volverse en su contra.
—No tienen motivos para atacarnos, y ambos deseamos que muera.— Afirmó el noble haciendo que la chica se cruzase de brazos algo recelosa, ya que el tiempo la había enseñado en no confiar en nadie más que en sí misma, incluso en aquellos que confió ciegamente la habían traicionado, así que ¿por qué unos desconocidos no iban a hacer lo mismo?
—Sí, pero jamás les encontraremos.— Alegó Astrid haciendo referencia a todos los atuedes donde descansaban el resto de miembros de su familia.
—Tenemos toda una eternidad para hacerlo.— La intento animar Elijah, sabiendo que lo único que hacía que la chica no se volviera una criatura peor que el propio Klaus, era el sentimiento de la venganza. La soledad, por desgracia, era terrible para los inmortales.
—Klaus ha ido a por Jenna, tengo que ir con ella.— Les informó Elena a los dos vampiros.
—Me temo que eso no entra en lo acordado.— Dijo el noble restándole importancia a ello.
—Es mi familia, Elijah. Tengo que hacerlo.— Insistió Elena esperando que ambos pudieran comprender la situación.
—Ve, Elena.— Dijo Astrid haciendo que la chica sonriera agradecida para después marcharse.
—Pones más confianza que yo en esta chica.— Observó Elijah mirando a Astrid sorprendido.
—Ambos siempre hemos sido vulnerables con la familia, Elijah.— Le recordó Astrid sonriendo.
★★★
Elijah y Astrid ya están reunidos de nuevo, y eso me llena de mucha emoción. Estos dos... bueno son la conciencia de Klaus aunque no lo creais.
Al margen de ello, se que no profundizó mucho en la historia de Astrid, pero así como se iba sabiendo poco a poco detalles de los Mikaelson ocurrirá con ella.
Pero no os preocupéis que estoy bastante segura de que la vais a adorar.
No sabría exactamente que puntualizar de todo esto, pero sí el hecho de que ahora sí que no voy a superar el episodio 15 de la 4° temporada de Legacies, duele demasiado. Y exijo que Elijah tenga su momento, no me gusto mucho las decisiones que tomo, pero se que se suicidó con Klaus porque no iba a saber vivir sin él o por lo menos así lo entiendo yo, y creo que es la cosa más bonita del mundo.
Bueno regresando a la historia, el próximo capítulo tendremos charla entre los dos híbridos y os garantizo que habrá tensión, ¿de que tipo? Lo descubrireis.
Y ya para recalcar cosas, Elijah en la temporada 2 era algo siniestro... Literalmente parecía un abuelo, que yo a este hombre le respeto y le admiro por su gran paciencia, pero madre mía.
Por cierto esta próxima semana lo más seguro es que empiece a escribir los capítulos de la segunda temporada de The Originals (voy muy adelantada y quiero terminar mínimo este segundo libro) por lo que si tenéis alguna idea o petición, estoy abierta a sugerencias.
Para aquellos que no lo sepan en mi cuenta de tumblr estoy subiendo los gifs que haga para esta historia y todas las demás, por si queréis pasaros y ver, tal vez, algún spoiler.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ❤
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top