CAPÍTULO 22: THE ORIGINAL FAMILY
—— THE ORIGINAL FAMILY ——
—Vaya, estás hermosa, hermanita.— Comentó Leonidas al ver a Eliana con un vestido de color azul, junto al cuidadoso peinado que su hermana mayor la había hecho.
—Ves, te dije que era un zalamero.— Le dijo Astrid a Eliana divertida.
—Oh, venga, no podéis quejaros de hermano, me adorais.— Afirmó el vampiro haciendo reír a sus dos hermanas.
—Por nuestra desgracia.— Comentó Eliana mientras rodaba los ojos.
—Bueno, nosotros nos vamos a ir. ¿Seguro que no quieres que te esperemos?— Leonidas miró a Astrid la cual no había ni empezado a preparase.
—No, ir. Además, estoy segura de que quieres ver a la nueva réplica.— Comentó la rubia haciendo que su hermano pusiera una mueca de duda.
—Tienes una obsesión, Leo.— Garantizó Eliana sorprendida.
—Por favor, pasa a la siguiente, a esta no la soporto. Y está encantada de que dos vampiros estén enamorados de ella, que no sea otro más.— Le pidió Astrid mientras se cruzaba de brazos.
—Ya aprendí mi lección con las réplicas.— Las tranquilizó haciendo que ambas se rieran incrédulas por lo que había dicho.
—Ya, claro, como tu digas.— Comentó Eliana sin creerse aquella frase por parte de su hermano mayor.
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Astrid entró por la entrada de la casa de los Mikaelson, haciendo que varias de las miradas fueran a parar directamente a la vampira, la cual llevaba el vestido dorado que Klaus la había regalado, junto a unos zapatos de tacón del mismo color, los cuales no se veían, a todo ello se había añadido que llevaba el pelo suelto y que en su muñeca derecha descansaba un brazalete de oro con piedras preciosas.
—Vaya, hermanita, parece ser que sigues causando un gran impacto.— Comentó Leonidas mientras la ofrecía su brazo, al cual Astrid se agarró.
—¿Qué le voy a hacer?— Sonrió divertida. —¿Dónde está Eliana?— Preguntó al no ver a su hermana pequeña, pero aunque quisiera protegerla también sabía que debía de darla plena libertad de acciones.
—Conociendo a los invitados.— Respondió su hermano con tranquilidad. —¿Descubriste algo sobre...?— Empezó a decir haciendo una referencia a la marca de nacimiento que Astrid tenía en su hombro y que venía a raíz de su biológica familia paterna.
—No habló de ese tema, Leonidas. ¿Lo recuerdas?— Le recordó Astrid dando a entender que no tenía interés en aquella parte de la familia, para ella no eran su familia.
—Recuerdo también tu fuerte carácter.— Comentó el vampiro sabiendo que su hermana, enfadada, podía causar muchas muertes, o graves daños.
—Damon.— Astrid saludo al mayor de los Salvatore el cual la devolvió la sonrisa.
—Astrid, ¿quién es tu acompañante?— Preguntó el vampiro mirando a Leonidas.
—Mi hermano pequeño, Leonidas.— Le presento Astrid mientras mantenía una sonrisa en su rostro, a pesar de que por dentro no quisiera estar en aquel lugar.
—Así que tu eres uno de los Salvatore que compite por el amor de la réplica.— Comentó Leonidas mientras mantenía una sonrisa aún sabiendo lo que le había hecho a su hermana. —Te daré un consejo, amigo, al final no es más que otra mujer. Piensa si es lo suficientemente buena como para romper la relación con tu hermano.— Le aconsejo hablando desde la propia experiencia.
—Lo tendré en cuenta, siempre es bueno ver que la experiencia me habla.— Comentó Damon mientras fingía una sonrisa ante el comentario del vampiro.
—Vaya, así que los hermanos Novawood han decidido venir.— Comentó Kol una vez que Damon se había marchado.
—Hola, amigo.— Sonrió Leonidas al ver a su viejo amigo.
—He visto a Eliana entre la gente, tener cuidado y no le inque el diente a ningún invitado.— Les advirtió haciendo sonreír a los dos hermanos.
—Como si tu no quisieras.— Alegó Astrid divertida, ya que de una de las personas que más echaba de menos era a Kol, sin él todo perdía algo de diversión.
—Astrid, mi más sincera admiración. Huir con la réplica anterior y por quinientos años, se merece todo mi alago. Sobretodo cuando los tres sabemos cuanto le hizo rabiar a Klaus.— Comentó Kol con sinceridad, porque sabía cuanto enfadó eso a su hermano mayor, pero también le llenaba de admiración, ya que Astrid no era alguien que pasara desapercibida con facilidad.
—Ahora sí puedo decirte que estas muy elegante.— Sonrió Astrid a Kol, por el comentario que la había hecho, ya que muy en el fondo ella se enorgullecia de haber conseguido huir durante tanto tiempo.
—Acercaos todos, por favor.— Pidió Elijah haciendo que los invitaros hicieran caso a su petición.
—Disculpar.— Dijo Kol separándose de los dos hermanos.
—Llegó su momento.— Comentó Eliana acercándose a sus hermanos.
—Bienvenidos, gracias por venir.— Empezó a decir el noble. —Veréis, cada vez que mi madre consigue reunir a la familia es tradicion comenzar la velada con un baile, para esta noche hemos elegido un valls centenario, así que elegir todos a vuestra pareja y acompañarnos al salón se baile.— Pidió Elijah mientras todos empezaban a elegir pareja.
—¿Quieres bailar con tu hermano pequeño?— Le propuso a Astrid.
—Saca a Eliana, debe de lucirse.— Le indicó, para después guiñarle un ojo a su hermana pequeña, la cual la dedico una gran sonrisa.
—Sabía que acabarías viniendo.— Comentó Klaus poniéndose al lado de Astrid.
—Sabes que mis hermanos me convencerian.— Le corrigió Astrid sabiendo que cualquiera que hubiera convivido con ellos sabría que a la híbrida la costaba decir «no» a sus hermanos pequeños.
—Por eso te envíe el vestido, ¿te gusta? Por que estás arrebatadora.— La alago Klaus haciendo que Astrid le mirase con una expresión de desconfianza al saber que este debía de estar pensando en algo.
—¿Qué quieres?— Preguntó finalmente.
—Un baile.— La pidió, haciendo que Astrid aceptará, a fin de cuentas llevar el vestido significaba aceptar el baile que él la había pedido y cuanto antes fuera mejor.
—Tu siempre tienes en mente algo, ¿que es?— Preguntó Astrid mientras los primeros acordes empezaban a sonar y todos se movían conforme a ellos.
—Nada, por una vez no es nada.— La tranquilizó Klaus.
—Por que será que no te creo.— Comentó Astrid justamente cuando cambiaban de pareja y la tocaba con su hermano.
—¿Te hizo algo el lobo feroz?— Preguntó sarcásticamente Leonidas.
—No seas idiota, hermano.— Le pidió Astrid haciendo referencia a que Klaus era incapaz de hacerla daño físicamente.
—En algún momento debería de comportarme como uno, ¿no crees?— Comentó el chico, haciendo que ella le mirase confundida. —El ataúd me hizo pensar, mucho.— Aclaró al ver la expresión de su hermana.
—No sigas, no quiero ponerme a llorar otra vez.— Le interrumpió al saber lo que iba a decir, era como si Leonidas y Eliana se hubieran puesto de acuerdo.
—No te iba a hacer llorar, solamente quería decirte una cosa, hermana, que de ahora en adelante no tendrás que tener la carga tu sola. Los dos éramos los mayores y los dos debemos de cuidarla.— La intento apoyar Leonidas, haciendo que Astrid sonriera al escucharle.
—Cuidaré de ambos por y para siempre.— Le recordó mostrando que para ella no era una obligación, sino algo que hacia por qué les quería. —Es lo mejor que se hacer, ayudar a los demás. Aunque sea un caso perdido.— Comentó mientras su expresión cambiaba.
—No eres un caso perdido, solo eres alguien que necesita que la vuelvan a recordar que no está sola, ya no lo estas hermana, ni ahora ni nunca.— La tranquilizó Leonidas mientras la dedicaba una sonrisa.
—Nunca estuve sola.— Le corrigió Astrid, sabiendo que Lexi tenía razón, siempre tenía razón.
—¿Eso has pensado siempre?— Preguntó su hermano sabiendo que aquella opinión alguien se la había hecho ver.
—Bueno, alguien me dijo que quienes nos abandonan nunca se van de nuestro lado, y se que tiene razón.— Admitió sabiendo que Lexi de alguna forma estaría ahí, junto a ella.
—Bueno, esa persona debía de ser muy sabia.— Observó el vampiro sorprendido de que su hermana hubiera hecho caso a alguien, pocas habían sido las criaturas que lo habían conseguido.
—Una amiga.— Admitió.
—¿Amiga?— Preguntó sorprendido.
—Bueno no soy antisocial, hermanito.— Se defendió la vampira riéndose. —Pero me alegro de que estés aquí, de que los dos lo estéis.— Añadió mostrando una sonrisa que solo tenía cuando estaba con sus hermanos, cuando volvía a estar con su familia.
—Me alegra ver que vuelvas a sonreír.— Comentó el vampiro orgulloso de su hermana.
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—No deberías de incitar a mi hermana a beber.— Comentó Astrid a Kol al ver como Eliana iba por su tercera copa.
—Oh, vamos, Astrid, los dos sabemos que Eliana hará lo que quiera.— Comentó Kol divertido. —¿Sabes? El siglo pasado, cuando Nik me liberó, di contigo en Nueva York.— La reveló, haciendo que la chica le mirase sorprendida.
—Sabía que no me estaba volviendo loca.— Admitió al saber que había visto bien, cuando creyó haber visto a Kol.
—Bueno, pensé en decírselo a mi hermano. Eso tal vez evitaría que volviera a un ataúd.— Admitió el vampiro mientras los dos se apoyaban en la barra.
—¿Y porque nunca lo hiciste, Kol?— Preguntó la híbrida confundida.
—Por que no quería hacerte daño, eres mi hermana, también.— Admitió el vampiro sorprendiéndola con aquel comentario. —Además de que no saberlo enfureceria a mi hermano mucho más que saberlo.— Añadió mientras los dos comenzaban a reír, para después Astrid acercarse a Elijah.
—No deberíais de haber venido.— La advirtió el noble, haciendo que esta le mirase confundida, ya que eso significaba que ocurría algo.
—¿Por qué? ¿Qué pasa?— Preguntó Astrid sabiendo que Esther debía de estar planeando algo, no se llegaba a creer del todo que hubiera perdonado a Klaus con tanta facilidad.
—Creo que mi madre planea algo.— Admitió el noble, mientras mantenía una expresión contraria a como se sentía.
—¿Por qué lo crees? ¿Por lo rápido que perdonó a Klaus?— Preguntó Astrid mientras se cruzaba de brazos.
—Me temo que sí, ha pedido ver a Elena.— La informó, haciendo que Astrid se diera cuenta de que eso no podía ser nada bueno.
—Eso no parece nada bueno.— Comentó Astrid confundida.
—Lo se, por ello la he pedido que me diga de lo que han hablado.— Aclaró Elijah teniendo la esperanza de que Elena fuera sincera con él.
—¿Y crees que será sincera? Después de lo que ha ocurrido... cuesta confiar en cualquiera.— Comentó la híbrida sabiendo que cualquiera podría apuñalarles por la espalda, y está vez no era de forma metafórica.
—Espero que lo sea, sino...— Empezó a decir el noble sabiendo que por su familia seria capaz de todo, inclusive de matar a la réplica.
—Bueno, es lista. Sabrá lo que la conviene.— Afirmó Astrid sabiendo que si planeaban hacerles algo, sería ella misma quien acabaría matando a todos. —Pero gracias por advertirme.— Sonrió agradecida.
—Ambos queremos evitar que nuestros hermanos mueran, así que... bueno es conveniente que lo sepas.— Aclaró Elijah sabiendo que la única que entendería su desconfianza sería ella, Rebekah estaba cegada por la presencia de su madre, Finn iba tras Esther como una lapa, y Klaus y Kol eran incapaces de no dejarse guiar por sus propios impulsos.
—Siempre hemos sido quienes limpian su estropicio.— Le recordó. —Pero tienes razón, algo no me cuadra en todo esto.— Admitió mientras miraba confundida a todas partes.
—¿Por qué lo crees?— Preguntó Elijah sabiendo que la híbrida tenía una especie de sexto sentido cuando se trataba de futuros problemas.
—Mi madre me explicó que solo una bruja es capaz de regresar a la vida cuando hay un motivo de peso.— Explicó la chica recordando muchas de las lecciones que su madre la dio a ella como a sus hermanos, a fin de cuentas Carina no solo era una íntima amiga de Esther y de Ayanna, sino también una poderosa bruja con un terrible carácter cuando se trataba de sus hijos. Y por desgracia, la bruja Original, había vivido en primera persona lo que suponía hacer algo a Astrid, a Leonidas y a Eliana.
—¿Un propósito?— Preguntó Elijah sabiendo que si eso era así, sus sospechas empezarían a confirmarse.
—Exacto.— Respondió Astrid con seguridad.
★★★
Se que es el vestido azul la cosa más iconica de este episodio, pero puesto que el gif de Blake se amoldaba también... No pude resistirme. Además de que es de mis gifs favoritos.
Al margen de ello, creo que sin duda este capítulo y el siguiente (sobretodo el siguiente) serán importantes para la relación de los dos híbridos. Porque algunos secretos verán la luz.
Bien, como detalles importantes, Astrid sí tiene la marca de los media luna, por lo tanto sí es antepasada de Hayley, pero no os preocupes por ello que explicaré todo.
Otro punto al que creo que hay que hacer mención, es que Astrid considera a los hermanos de Klaus (menos a Finn), como si fueran sus propios hermanos, y creo que es lógico teniendo en cuenta todo el tiempo que estuvieron juntos más el hecho de que crecieron juntos.
Para rematar lo del capítulo de hoy, la escena final. Sin duda Astrid ya supone que Esther planea algo y os aseguro se que se unirá al resto para detenerla. Pero para aquellos que odiais a estar arpía os aseguro de que durante mil años hubo quien la hizo la vida un verdadero infierno.
Por último, la escena Klastrid... bueno no es algo muy importante (la de hoy), pero las del próximo capítulo uff. Me muero de ganas de publicarlo y de que vosotros lo leáis.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ❤️
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