CAPÍTULO 17: I'LL TELL YOU A STORY
—— I'LL TELL YOU A STORY ——
—¿El vampirismo fue una forma de protección?— Preguntó Elena sorprendida.
—¿Qué más podría ser?— Preguntó Astrid con obviedad.
—Una maldición.— Respondió la réplica con lógica.
—Mis padres lo vieron como una forma de mantener con vida a su familia.— Explicó Rebekah mientras las tres bajaban las escaleras.
—Ya pero, ¿porque se quedaron si tenían tanto miedo a los hombres lobo? ¿Por qué no os fuisteis?— Preguntó Elena sin entender porque se quedaron tras lo sucedido, ¿porque no huir?
—Por orgullo.— Respondió Astrid con lógica, el orgullo era lo que les había condenado a vivir eternamente.
—Mi padre no quería seguir huyendo, quería luchar e imponerse a los hombres lobo. Si ellos mordían, nosotros morderiamos más fuerte; si eran rápidos, nosotros más; agilidad, fuerza, sentidos...— Explicó Rebekah con obviedad, sabiendo que el vampirismo aunque era una forma de protección, también fue una maldición.—Todo estaba en manos de mi madre.— Añadió Rebekah con obviedad.
—¿En sus manos? ¿Qué podía hacer ella?— Preguntó Elena confundida al no entender que relación tenía la madre de los Originales con todo aquello.
—Mi madre también era una bruja, como la madre de Astrid.— Respondió la vampira con obviedad.
—¿Qué?— Preguntó Elena sorprendida al ver que aquella revelación la había dejado en shock, ya que jamás se hubiera esperado algo así.
—La bruja de la familia Original, la bruja Original.— Respondió Astrid con obviedad mientras sonreía.
—Pero si vuestraa madres eran bruja, vosotras...— Empezó a decir Elena sin entender algunas cosas.
—¿Lo somos nosotras?— Inquirió Astrid divertida. —No, los brujos son sirvientes de la naturaleza y los vampiros abominación. O eres una cosa, o eres la otra, nunca ambas.— La aclaró la híbrida con lógica, y sin añadir a todo ello los herejes, los cuales eran híbridos entre vampiros y brujas, pero surgían a raíz de un brujo shiphon y eran tan escasos como lo podría ser un híbrido.
—Mi madre nos hizo esto, pero no se convirtió.— Aclaró Rebekah mientras ella y Astrid intercambiaban una mirada al recordar todo aquello.
—¿Cómo os convirtió?— Preguntó Elena con curiosidad mientras Rebekah buscaba una botella de vino.
—Invoco al sol pidiendo vida y al antiguo roble blanco, objeto eterno de la naturaleza, la inmortalidad. Esa noche, Mikael, nos ofreció vino mezclado con sangre y nos clavó su espada en el corazón.— Narró Astrid recordando aquel momento con tanta claridad como si lo acabará de vivir o cómo si lo estuviera viviendo, aquella noche tal vez jamás la olvidaría porque aquella noche todos terminaron siendo el origen de una plaga de depredadores.
—Os mató...— Murmuró la morena sorprendida por aquella revelación.
—Y no fue precisamente delicado.— Añadió Rebekah justamente cuando rompía el cuello de la botella de vino, el cual lanzó a la chimenea.
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Mystic Falls, 1001 d.C.
—Astrid.— Klaus se levantó del suelo mientras vagos recuerdos de lo ocurrido invadían su cabeza.
—Sangre.— Murmuró sorprendida y asustada, al ver la mancha de sangre que había en su abdomen. —¿Qué ha pasado?— Preguntó confundida al no saber qué estaba pasando, lo único que la ocurría era que tenía mucha hambre, demasiada.
—Todo irá bien, todo irá bien.— La intento tranquilizar justamente cuando Mikael abría la puerta, metiendo a una chica. —¿Qué estás haciendo?— Le preguntó Klaus a su padre.
—Terminar con lo que hemos empezado.— Respondió el hombre mientras sacaba su cuchillo. —Debéis beber si queréis vivir.— Añadió mientras le hacia un corte a la chica en la muñeca. —Beber.— Les ordenó acercándo a la chica a los dos.
—No, basta.— Negó Klaus sin comprender nada.
—¡Bebe!— Le ordenó Mikael a Astrid justamente antes de empujar a Klaus para que no impidiera nada. —¡Bebe!— Volvió a insistir, justamente cuando Astrid obedecía su orden y empezaba a succionar el líquido carmesí de la muñeca de la chica.
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—Tuvimos que beber más sangre para completar el ritual.— Dijo Rebekah mientras miraba a Astrid.
—La bruja Ayanna acertó sobre las consecuencias, los espíritus se revelaron y la naturaleza se defendió. Por cada fuerza había una debilidad, el sol se convirtió en nuestro enemigo, nos tuvo semanas encerrados.— Explicó Astrid recordando las semanas encerrados, y el dolor que las quemaduras provocadas por el sol les provocaba.
—Hasta que mi madre encontró una solución. Pero había otros problemas, los vecinos que nos habían abiertos sus puertas ahora querían mantenernos fuera, las flores al pie del roble blanco nos quemaban y anulaban nuestras órdenes.— Prosiguió Rebekah con la explicación, la cual al igual que Astrid recordaba todo lo que tuvieron que aprender en base de las heridas.
—Y el hechizo impuso que el árbol que nos dio la vida, podía también quitarnosla. Así que le quemamos.— Añadió Astrid con frialdad, sabiendo que el roble blanco aunque les dio una nueva condición también les dio una forma de hallar la muerte, y por ende tuvieron que destruirlo. A pesar de que aquello suponía su supervivencia, jamás estuvo de acuerdo con quemarlo, porque aquel árbol siempre había sido importante para su madre pero para los demás, incluidos sus hermanos, el roble blanco era una debilidad que no podían permitir que existiera.
—Pero la consecuencia más oscura, fue algo con lo que mis padres no contaron: el hambre.— Añadió Rebekah sabiéndo que aquello fue lo que les convirtió en puros depredadores, superiores a cualquier criatura existente.
—La sangre nos había hecho renacer y era sangre lo que deseábamos por encima de todo, no podíamos controlarlo.— Explicó Astrid recordando que pasó mad de un siglo hasta que ella mató a su primera criatura, y eso mostró el mejor secreto de su madre, un secreto que ninguno de ellos conocía y del que ella solo tenía alguna suposición, por supuesto no fue fácil para ello, tampoco difícil, pero... Sí lo era el ansia de sangre que tenía.
—Y así es como nació la especie depredadora.— Añadió Rebekah con obviedad.
—¿Por qué se volvió Mikael en contra de Klaus?— Preguntó Elena sin entender que pasó para que el padre de los Originales pudiera odiar tanto al híbrido.
—Cuando Nik mató a su primer humano, mostró su gen de hombre lobo.— Explicó Rebekah. —Y se convirtió en la mayor vergüenza de mi padre.— Añadió mientras miraba de reojo a Astrid, ya que aunque ella no vivió aquel desprecio, sintió el dolor de saber que no era hija de quien creía.
—Sí, Elijah me contó esa parte de la historia. Tu madre tuvo un romance con un hombre lobo de la aldea, Klaus no era hijo suyo.— Intervino Elena mostrando que sabía aquella parte de la historia.
—Ella intentó arreglarlo, lanzó la maldición del híbrido sobre Nik para anular su lado licantropo y le dio la espalda.— Añadió Astrid mientras se sentaba en un sillón y se cruzaba de brazos.
—Pero la mayor debilidad de Mikael como humano era su orgullo y como vampiro se intensificó.— Garantizó la vampira. —Perdió la cabeza y mató a media aldea, luego vino a casa y la mató.— Añadió mientras su expresión se oscureciera al recordar que su padre había matado a su madre.
—¿Mikael mató a tu madre?— Preguntó la réplica sorprendida por la violencia que constantemente, incluso siendo humanos, había habido en aquella familia.
—Dijo que ella le rompió el corazón y él rompería el suyo, se lo arrancó del pecho delante de Nik.— Explicó la menor de los Mikaelson mientras proseguia con su relato. —Después de aquello mi padre enfureció, y el resto de la familia se dispersó. Nik y Astrid se quedaron conmigo para enterrarla. Ambos sabían que necesitaba despedirme de mi madre.— Añadió mientras la dedicará una sonrisa a la híbrida en señal de agradecimiento, gesto que esta le devolvió
—Elijah, Rebekah, Klaus y yo prometimos estar juntos como uno, por y para siempre.— Añadió Astrid sabiendo que aquella promesa era lo que les había condenado a todos.
—Por y para siempre...— Murmuró Elena asimilando toda la información. —¿Aunque metiera a tus hermanos en un ataúd o a ti, durante noventa años?— Las preguntó esperando una respuesta por parte de ambas.
—Somos vampiros, magnificamos las emociones.— Respondió Astrid con lógica.
—Yo soy terca, Elijah noble, Astrid benevolente y Nik, no muestra clemencia con quienes le defraudan.— Añadió Rebekah, haciendo que Astrid sonriera al ver que Klaus y ella en aquel aspecto eran completamente diferentes.
—En mil años, todos como familia hemos caído en ese error alguna vez.— Añadió la híbrida mientras ponía los ojos en blanco.
—Yo lo he hecho varias veces.— Murmuró Rebekah mientras mostraba que estaba afectada por estar contando aquello. —Ya sabes la historia marchate.— La dijo a Elena, la cual se quedó en el mismo lugar algo desconcertada por el cambio de personalidad de la Original. —Te he dicho que te marches.— Volvió a decir.
—Solo quiero una buena razón para no despertar a Mikael.— Insistió Elena, haciendo que ambas la mirasen sorprendidas, ya que no había prestado atención en nada en lo que ellas la habían estado diciendo.
—Y te acabamos de dar muchas, y lo harás igualmente.— Garantizó Astrid sabiendo que lo que más les convenía era marcharse, porque sino aquel lugar que mil años atrás les vio nacer, sería también el que les vería morir, esta vez de forma definitiva y permanente.
—Quieres que él te ayude a matar a mi hermano, no somos estúpidas.— Alegó Rebekah sabiéndo cuál era el objetivo de Elena y del resto.
—Es evidente que quiere matar a Klaus.— Afirmó Astrid apoyando el comentario de la rubia.
—Esta controlando la vida de Stefan y la mía, y la vuestra.— Alegó sabiendo que no podía seguir permitiendo aquello.
—Haz lo que quieras, pero hazlo por tu cuenta y riesgo.— La advirtió esta vez Astrid sabiendo las consecuencias que habría.
—Pero no cometas errores, porque si vas a por mi hermano, te destripare sin piedad, y tengo el pronto de mi padre.— La amenazó Rebekah, dando a entender que a ella la daría igual que fuera o no la réplica.
—Lárgate.— Ordenó está vez Astrid.
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—Ya te hemos dicho que te largues.— Comentó Rebekah al ver a Elena otra vez allí.
—Dos veces.— Añadió Astrid, mirándola con una expresión de pocos amigos.
—¿Cómo sabes que Mikael mató a tu madre?— Le preguntó Elena a Rebekah.
—Nik lo vio, nos lo contó.— Respondió la vampira con obviedad.
—Os mintió.— Garantizó Elena con certeza.
—¿Como lo sabes?— Preguntó Astrid confundida.
—La cueva en la que tallasteis los nombres de vuestra familia, esta llena de símbolos. La historia de vuestras familias, como llegaron vuestros padres, como vivieron en paz, el conjuro que os convirtió en vampiros y esto.— Explicó Elena mientras ponía sobre la mesa varias fotos sobre dibujos que representaban toda la historia. —Este es el símbolo del híbrido, combina los símbolos del vampiro y del hombre lobo.— Prosiguió mientras mostraba uno. —Y este representa a tu madre.— Añadió haciendo que ambas reconocieran el símbolo.
—Su colgante...— Murmuró Rebekah conmocionada.
—Y está es la historia de su muerte.— Añadió Elena mostrando otra foto. —El híbrido mató a la bruja Original.— Explicó haciendo que ambas Originales se mirasen. —No Mikael, Klaus.— Garantizó.
—No..., no podría.— Negó Rebekah creyendo que su hermano no era capaz de hacer algo así.
—Ella le maldijo, puede que para que fuera el único de su especie y luego lo rechazó.— Las recordó a ambas, sabiendo que tanto Rebekah como Astrid no creerian que que fuera cierto. —El gen del hombre lobo conlleva agresión y violencia. Al convertirse todo se magnífico, la mató él y luego se invento toda esta mentira para no perderos, a ninguna.— Afirmó sabiendo que aquello podría traer una disputa familiar, pero también consecuencias para ellas.
—Esto no significa nada, son dibujos estúpidos hechos por gente estúpida que no sabe nada sobre mi familia.— Alegó Rebekah mientras les cogía y les tiraba a la chimenea.
—Elena marchate.— La pidió Astrid a Elena. —¡Marchate, ahora!— La grito mientras las venas de debajo de sus ojos se marcaban, asustando a la réplica, la cual se marchó. —Esta bien, Bekah. Todo va a estar bien, te lo prometo.— La tranquilizó la híbrida mientras la abrazaba para poder consolarla.
★★★
No puedo evitarlo, adoro la relación de Astrid con Rebekah, son como dos hermanas.
Bueno, el caso, el capítulo sigue muy centrado en el episodio, sobretodo más que en el anterior, pero en este caso es algo inevitable, teniendo en cuenta que es uno de los episodios más importantes de la serie.
Pero a pesar de ello me he tomado la libertad de añadir y cambiar algunas cosas.
El roble blanco será muy importante en la historia de Astrid, tal vez no para esta parte pero sí en la siguiente.
El personaje de Carina, como ya os dije, es vital y conoceréis toda la historia, y a ella. ¿Creíais que no la iba a introducir de alguna forma?
Pero creo que sin duda lo más importante son los cambios que hecho con respecto a las escenas, primero en el Flashback, por supuesto en la serie se ve lo muy unidos que ambos hermanos estaban, pero dado que en ese tiempo Klaus y Astrid ya estaban casados, lo más lógico es que ambos estuvieran juntos.
El segundo cambio es lo del por y para siempre, es evidente de que iba a meter a Astrid en el ajo, ¿quien no querría ser parte de esa promesa?
Y el tercer detalle que puede ser insignificante es un detalle que caracteriza a cada uno, y es esa cualidad que se intensificó en cada uno. Creo que el simple hecho de que Astrid sea la benevolente pone énfasis en todo lo que va a pasar, pero creo que también da algo de equilibro, sobretodo a su naturaleza de mujer lobo, pero también al simple hecho de que es como lo opuesto a Klaus, y ya sabéis lo que dicen: los polos opuestos se atraen, XD.
La próxima semana terminare de escribir la temporada 3 de TO, y puedo asegurar que van a volar cabezas, no solo de forma metafórica. Pero estoy deseando empezar la temporada 4, porque tengo muchísimas ideas y bueno ya con la 5 no os podéis hacer una idea. Aunque aún sigo pensando en el final, principalmente porque voy a cambiarlo.
¿Qué os ha parecido el capítulo?
Os leo ❤️
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