CAPITULO 6

Shizuka observaba desde su rincón en el patio de la academia. El sol de la mañana iluminaba suavemente la aldea de Konoha, proyectando sombras alargadas sobre el terreno de entrenamiento. Mientras sus compañeros reían y jugaban, ella se encontraba perdida en sus pensamientos, contemplando su futuro y las implicaciones que venían con él.

Ser una de las prometidas de Tn... La idea era abrumadora. Por un lado, había muchas ventajas: seguridad, prestigio y la posibilidad de ser parte de una familia poderosa. Además, Tn era fuerte y protector, y esas cualidades siempre la habían intrigado. Imaginaba cómo sería convivir con él, aunque la mera idea de tener que lidiar con las demás chicas era algo que la hacía dudar.

Nunca había sido popular entre sus compañeras. Posiblemente porque era reservada y solía destacar más en los estudios y habilidades ninjas que en la vida social. A veces, especulaba que su marca de nacimiento en la comisura del ojo -una media luna- no hacía más que aumentar la distancia que sentía entre ella y los demás. Esa marca había sido objeto de burlas y comentarios crueles desde que tenía memoria.

Mientras reflexionaba sobre esto, un grupo de chicas se acercó, interrumpiendo su tranquilidad. Eran las típicas acosadoras, siempre buscando a alguien más débil para atormentar.

Acosadora: ¡Miren, es Shizuka!

Dijo una de ellas, señalando la marca en su cara con una sonrisa burlona.

Acosadora: ¿Por qué no escondes esa cosa? Pareces un monstruo.

Shizuka sintió un nudo en el estómago. No quería confrontar; nunca había sido su estilo. Además, había crecido con una idea muy tradicional: las chicas debían mantener la paz y la armonía, utilizando la inteligencia y la empatía, mientras que los chicos eran quienes se encargaban de la confrontación directa y los enfrentamientos físicos. Pensaba que una pelea era simplemente un juego tontamente peligroso, apto para varones impulsivos.

Intentando evitar la situación, trató de alejarse hacia otra parte del patio, pero las acosadoras no tenían intenciones de dejarla ir tan fácilmente. Una de ellas la bloqueó y otra la tomó por el brazo con fuerza, forzándola a enfrentarlas.

Shizuka: ¡Déjenme en paz!

Exclamó Shizuka, usando su jutsu de sombra para inmovilizarlas. Sus sombras se extendieron rápidamente, atrapando con destreza a varias de ellas.

Sin embargo, en su intento por evitar un enfrentamiento, había subestimado la persistencia de sus acosadoras. Una de las chicas eludió sus sombras y la empujó desde atrás, haciéndola caer al suelo.

Mientras intentaba levantarse, vio una sombra formidable acercarse con determinación. Era Tn. La simple presencia de Tn causó un cambio inmediato en el ambiente. Sus ojos fríos y calculadores evaluaron la escena rápidamente, haciendo que las acosadoras se detuvieran en seco.

Tn: ¿Hay algún problema aquí?

Preguntó Tn con una voz baja, con un tono peligroso que parecía desafiar a cualquiera a decir lo contrario.

Las chicas retrocedieron al instante, tanto impresionadas como asustadas por Tn. La frialdad en su mirada y la autoridad implícita en su postura las hicieron reconsiderar rápidamente sus acciones.

Acosadora: No... no es nada, Tn.

Dijo una de ellas, balbuceando mientras se alejaban apresuradamente.

Una vez que se fueron, Tn se acercó a Shizuka y le ofreció una mano para levantarla. Su mirada, aunque todavía fría e intimidante, mostró un destello de ironía y una pizca de compasión casi imperceptible.

Tn: ¿Estás bien, Shizuka?

Levantando una ceja con una pequeña sonrisa sarcástica.

Shizuka aceptó su mano y se levantó, sintiéndose extrañamente conmovida por la situación. Nunca había visto a Tn tan de cerca, y fue en ese instante cuando percibió realmente su vanidad y frialdad mezcladas con una especie de ironía que, de alguna manera, añadía una capa de humanidad a su personalidad intimidante.

Shizuka: Sí, gracias, Tn.

Respondió mientras sus mejillas se sonrojaban ligeramente. Era surrealista tenerlo tan cerca. Tn siempre había sido una figura distante, magnética y un tanto intimidante, y ahora él estaba allí, ayudándola.

Tn: Las chicas pueden ser crueles a veces.

Dijo Tn, colocando una mano en el hombro de Shizuka con un gesto que podría haber parecido amable si no fuera por el tono condescendiente en su voz.

Tn: Pero no dejes que te afecten. Esa marca te hace única.

Shizuka sintió que su corazón latía más rápido. Nunca nadie había hablado de su marca de esa manera, y menos alguien como Tn.

Shizuka: Gracias, Tn. Realmente lo aprecio.

Dijo, tratando de mantener la compostura.

Tn: No hay problema.

Respondió él, su voz mezclando coquetería y desafío.

Tn: Solo asegúrate de no dejar que esas chicas te molesten otra vez, ¿de acuerdo?

Shizuka: Sí, claro.

Dijo Shizuka, asintiendo mientras comenzaban a caminar juntos hacia el salón de clases. Cada paso al lado de Tn era una mezcla de emoción y nerviosismo para ella. La cercanía física con Tn era casi abrumadora y revigorizante a la vez.

Al llegar al salón, Shizuka miró hacia la puerta con una mezcla de esperanza y aprehensión. Quería sentarse junto a Tn y quizás conocerlo mejor. Sin embargo, al entrar, notó que dos anbu ya esperaban allí.

ANBU: Tn, tenemos órdenes de llevarte al Hokage.

Dijo uno de ellos en un tono serio.

Las miradas de todos los compañeros se dirigieron hacia Tn, llenas de curiosidad y asombro. Shizuka sintió una mezcla de decepción y preocupación. La realidad de la relación de Tn con el Hokage y su misteriosa influencia en la aldea era algo que aún debía comprender completamente.

Tn: Parece que el deber me llama.

Dijo Tn, dirigiéndole una sonrisa irónica a Shizuka antes de seguir a los anbu fuera del salón.

Mientras lo observaba alejarse, Shizuka se sintió aún más intrigada y decidida a descubrir más sobre él y sobre su propio lugar en aquel mundo lleno de sombras y luces.

Sala Oscura.

Tn fue conducido por los anbu a través de los oscuros y largos pasillos de la torre del Hokage. Al llegar a la sala, apenas iluminada por una tenue luz colgante, notó la atmósfera opresiva. Delante de él, el Hokage Hiruzen Sarutobi, flanqueado por sus consejeros, observaba con una mezcla de preocupación y autoridad.

Hiruzen: Tn, hemos sido informados sobre un incidente en el bosque.

Empezó el Hokage, su voz grave resonando en la quietud de la sala.

Hiruzen: Un grupo de ninjas fue encontrado muerto, y Haruka fue rescatada. ¿Qué tienes que decir al respecto?

Tn se apoyó despreocupadamente contra la pared, cruzándose de brazos y adoptando una sonrisa sarcástica.

Tn: ¿Qué puedo decir?

Respondió, levantando una ceja.

Tn: Los ninjas eran incompetentes y trataron de secuestrar a la persona equivocada. Simplemente los eliminé. Agradezcan que alguien está haciendo su trabajo.

El consejero Homura Mitokado, siempre severo, se adelantó con el ceño fruncido.

Homura: Eso no te da carta blanca para tomar vidas indiscriminadamente, Tn. ¿Acaso no entiendes las implicaciones de tus acciones?

Dijo con dureza.

Tn: ¿Implicaciones? Sí, claro, entiendo perfectamente las implicaciones.

Repitió Tn, más burlón aún.

Tn: Significa que soy capaz de defender a quienes me importan aun a costa de la vida de unos inútiles. Y antes de que sigas, soy consciente de que no pueden tocarme. Mi inmunidad me protege. Así que ahórrense los sermones y las amenazas, que ya no intimidan a nadie.

Koharu Utatane, con una actitud más calmada pero igualmente calculadora, intervino.

Koharu: Mi colega tiene razón en cuanto a las implicaciones. Sin embargo, la eliminación de amenazas extranjeras puede enviar un mensaje claro a otras aldeas. No deberíamos ser completamente críticos con las acciones de Tn.

Danzo Shimura, levantando la voz ligeramente pero con firmeza.

Danzo: Matar a esos ninjas demuestra la supremacía de Konoha. Un niño que puede eliminar a shinobis experimentados es un mensaje poderoso para nuestras aldeas rivales. Nos temerán y reconsiderarán cualquier agresión.

Homura, sin embargo, no estaba dispuesto a ceder.

Homura: ¡Eso no justifica la brutalidad de sus acciones! Debe haber límites para el uso de la fuerza, incluso contra enemigos. Tn podría haber detenido a esos ninjas sin necesidad de matarlos.

Consejero: ¡Exacto! No podemos permitir que nuestros ninjas actúen con tal brutalidad. ¡Esto nos pone en una luz desfavorable ante otras aldeas!

Danzo: Vamos, Homura.

Replicó Danzo, levantando la voz también.

Danzo: Son enemigos. Si dejamos que crean que somos débiles, eso es lo que realmente nos pondrá en peligro.

Tn, disfrutando del caos que había generado, soltó una risotada cargada de ironía.

Tn: Oh, por favor, díganme más sobre moral y ética. Me encanta escuchar sermones sobre "limitar la fuerza" cuando todos sabemos que ustedes, en el fondo, solo se preocupan por mantenerme bajo control, como una marioneta para su beneficio. No me vengan con moral fingida.

El clamor de voces se intensificó, con cada consejero defendiendo su postura con mayor vehemencia. Homura gritaba sobre la necesidad de límites y moral, mientras Danzo y algunos otros apoyaban la dureza de las acciones de Tn.

De repente, el Hokage Hiruzen, que había estado escuchando atentamente, golpeó la mesa con una fuerza que resonó en toda la sala.

Hiruzen: ¡Silencio!

Ordenó con una autoridad incuestionable.

Hiruzen: Todos ustedes deben recordar dónde están y a quién representan. Cada opinión es valiosa, pero gritar y pelear no nos llevará a ninguna solución.

El silencio volvió a la sala casi de inmediato, las miradas dirigidas con respeto y un toque de temor hacia el Hokage.

Hiruzen: Tn, eres un ninja talentoso, pero debes aprender a controlar tu poder y tus emociones. Esta inmunidad que mencionas no es un pase libre para actuar sin consecuencias. Este es un último aviso. No vuelvas a exhibir tal desprecio por la vida humana.

Declaró Hiruzen con una firmeza inquebrantable.

Tn lo miró directamente, su sonrisa desvaneciéndose ligeramente, pero la chispa de desafío aún brillaba en sus ojos.

Tn: Entendido.

Dijo finalmente, aunque su tono demostraba poca convicción.

Tn: Pero no esperen que actúe de manera diferente cuando la situación lo exija.

Un consejero más joven, que hasta ahora había permanecido en silencio, habló con cautela.

Consejero joven: La inmunidad que tienes no es absoluta, Tn. Siempre habrá límites. Quizás es hora de que empieces a pensar en las consecuencias más allá de tu propia arrogancia.

Tn arqueó una ceja, sin perder su actitud sarcástica.

Tn: Mi arrogancia está bien fundamentada, gracias.

Respondió.

Tn: No hay peligro mientras se mantenga mi inmunidad. Y, francamente, no me importa lo que piensen ustedes ni nadie.

Hiruzen, tras un profundo suspiro, asintió lentamente.

Hiruzen: Muy bien. Puedes irte ahora, Tn. Pero recuerda bien lo que hemos dicho.

Tn hizo una ligera reverencia, más un gesto de burla que de verdadero respeto, y se dio la vuelta para salir de la sala. Mientras lo hacía, sus pensamientos se centraban en su propia habilidad y en cómo estaba por encima de los rígidos códigos morales que aquellos viejos intentaban imponerle. La vanidad y el orgullo irradiaban de él mientras se alejaba por los pasillos oscuros.

CONTINUARÁ.

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