CAPÍTULO 18
La brisa matutina mecía suavemente las ramas de los árboles en los jardines de la Academia Ninja de Konoha. Bajo la sombra de un roble particularmente frondoso, Shizuka Nara se encontraba recostada sobre el césped, con un libro de cubierta negra entre sus manos. El libro bingo, "tomado prestado" del escritorio de Iruka-sensei durante el receso, pesaba considerablemente sobre su regazo mientras ella pasaba las páginas con aparente desinterés.
Shizuka: Qué problemático... este libro es más pesado de lo que pensé.
Sus dedos se detuvieron abruptamente al encontrar una página en particular. El viento agitó suavemente su coleta mientras sus ojos se clavaban en la fotografía y el nombre que encabezaba la página: Tn Gojo. La joven Nara se incorporó ligeramente sobre sus codos, sus ojos abriéndose con asombro al procesar la cifra que aparecía debajo del nombre.
Shizuka: No puede ser... esta cantidad es absurda. Tendría que contar los ceros tres veces para estar segura de no haberme equivocado.
El sol se filtraba entre las hojas del árbol, creando patrones danzantes sobre las páginas del libro mientras Shizuka absorbía cada detalle de la entrada. Sus ojos recorrían ávidamente la extensa descripción, mucho más larga que la de cualquier otro shinobi en el libro.
Shizuka: Con razón todos los adultos bajan la voz cuando hablan de él. Esta recompensa... podría comprar países enteros con esto.
Una mariposa se posó cerca de ella, sus alas brillando bajo la luz del sol. Shizuka la observó distraídamente mientras su mente procesaba la información. La brisa se intensificó ligeramente, agitando las páginas del libro.
Shizuka: Y pensar que seré una de sus esposas... las otras chicas de mi edad sueñan con príncipes de cuentos, y aquí estoy yo, comprometida con el hombre más buscado en la historia del mundo shinobi.
Nubes oscuras comenzaron a formarse en el cielo, proyectando sombras más pronunciadas sobre el jardín. Las primeras gotas de lluvia comenzaron a caer, salpicando las páginas del libro, pero Shizuka permaneció inmóvil, sus ojos fijos en la fotografía de Tn.
Shizuka: Desde su nacimiento... alteró todo el equilibrio del mundo shinobi. ¿Qué clase de poder tiene para que todas las naciones estén dispuestas a pagar tanto por él?
Con un movimiento fluido, Shizuka se levantó del césped, sacudiendo los restos de hierba de su ropa. Protegió el libro bajo su chaqueta y comenzó a caminar de regreso al edificio principal de la academia.
Shizuka: Si papá supiera que tomé este libro... qué problemático sería explicarle.
La joven Nara se deslizó silenciosamente por los pasillos vacíos. Con la precisión de quien está acostumbrada a moverse sin ser notada, se acercó al escritorio de Iruka-sensei y devolvió el libro a su lugar original.
Shizuka: Me pregunto si él es consciente del efecto que tiene en todos. Si sabe que con solo existir hace temblar a las cinco grandes naciones.
El sonido de pasos acercándose al salón la hizo apresurarse a su asiento. Mientras otros estudiantes comenzaban a entrar, Shizuka adoptó su característica pose de desinterés, aunque su mente seguía procesando todo lo que acababa de descubrir.
Shizuka: Quizás... quizás esto no sea tan problemático como pensaba. Al menos será interesante descubrir qué tipo de persona puede hacer que el mundo entero ponga tal precio a su existencia.
La lluvia continuaba cayendo fuera, creando un telón de fondo perfecto para sus pensamientos. Iruka-sensei entró al salón, comenzando la clase con su habitual energía.
Iruka: ¡Buenos días, clase! Hoy continuaremos con la lección sobre técnicas de sellado...
Shizuka: Qué ironía... estudiando técnicas básicas cuando estoy comprometida con alguien que podría reescribir los fundamentos del ninjutsu si quisiera.
La lluvia golpeaba rítmicamente contra las ventanas mientras Shizuka fingía prestar atención a la clase. Su mente, sin embargo, seguía repasando cada detalle de lo que había leído en el libro bingo, preguntándose qué otros secretos descubriría sobre el hombre que había puesto de cabeza al mundo shinobi desde el día de su nacimiento.
La lluvia golpeaba rítmicamente las ventanas del salón mientras Shizuka continuaba perdida en sus pensamientos.
Shizuka: Es extraño pensar que alguien tan joven pueda tener tanto poder...
Mientras tanto, en la entrada principal de Konoha
Las imponentes puertas de Konoha se alzaban ante los representantes de Iwagakure. Kurotsuchi avanzaba con pasos medidos, su rostro una máscara de dignidad forzada mientras Akatsuchi caminaba a su lado, su usual expresión jovial completamente ausente. El ambiente era tan denso que podría cortarse con un kunai.
Danzo Shimura los esperaba en la entrada, su postura rígida y autoritaria, con ese único ojo visible que parecía atravesarlos con una mirada calculadora. El vendaje que cubría la mitad de su rostro solo añadía un elemento más intimidante a su presencia.
Danzo: Bienvenidos a Konoha, representantes de Iwagakure.
Su voz destilaba una falsa cordialidad que apenas ocultaba el desdén subyacente. La guerra había terminado, sí, pero no por medios convencionales. Había sido la amenaza de un solo individuo lo que había doblegado a una de las grandes naciones ninja.
Kurotsuchi: Venimos en nombre del Tsuchikage, mi abuelo, para establecer los términos de...
Se detuvo abruptamente. Una presencia apareció junto a Danzo, materializándose como si siempre hubiera estado allí. Cabello blanco como la nieve más pura, ojos azules como el cielo despejado de verano, y una sonrisa que oscilaba entre la cortesía y la burla. Tn Gojo.
Los ojos de Kurotsuchi se ensancharon involuntariamente. Este era el monstruo que había aterrorizado a su aldea, el demonio que había hecho que el orgulloso Onoki se inclinara ante Konoha. Pero frente a ella no había un monstruo deforme o una bestia aterradora. Era un niño, uno cuya belleza parecía casi irreal, como si hubiera sido esculpido por los dioses mismos.
Akatsuchi dio un paso instintivo hacia atrás, su imponente figura temblando ligeramente. El poder que emanaba de Tn era palpable, como un océano contenido en un frasco de cristal, hermoso pero letal.
Tn: Oh, ¿estos son nuestros invitados de Iwa? Qué considerados al venir hasta aquí.
Su voz era suave, melodiosa, pero cargada con un tono de superioridad que hacía que cada palabra sonara como un insulto velado. Sus ojos se posaron en Kurotsuchi, estudiándola con un interés casi clínico.
Kurotsuchi sintió que su rostro se calentaba bajo esa mirada. Todo lo que había imaginado, todos los escenarios que había construido en su mente sobre cómo sería el temido Tn Gojo, se desmoronaban ante la realidad. La belleza angelical contrastaba brutalmente con esa aura de poder absoluto que emanaba de él.
Danzo: Tn-sama ha tenido la cortesía de acompañarnos durante estas negociaciones.
El honorífico no pasó desapercibido para los visitantes. Ver al halcón de guerra de Konoha mostrar tal deferencia hacia un niño solo subrayaba lo surreal de la situación.
Tn: Después de todo, sería descortés no saludar a nuestros... nuevos amigos.
Su sonrisa se ensanchó, mostrando dientes perfectos, pero sus ojos permanecieron fríos, calculadores. Kurotsuchi sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal. Este no era solo un niño prodigio o un shinobi excepcionalmente poderoso. Era algo más, algo que desafiaba la comprensión normal del mundo ninja.
Kurotsuchi: Es... es un honor conocerte finalmente, Tn-sama.
Las palabras salieron de su boca antes de que pudiera pensarlas, y se sorprendió al descubrir que eran sinceras. Había esperado sentir odio, resentimiento, pero en su lugar encontró una fascinación que la desconcertaba.
Tn: El honor es mío, princesa de Iwa. Estoy seguro de que nuestras futuras interacciones serán... interesantes.
Había algo en la forma en que pronunció "interesantes" que hizo que Kurotsuchi se estremeciera, aunque no podía determinar si era de miedo o anticipación. Akatsuchi permanecía en silencio, su usual personalidad protectora completamente subyugada por la presencia del joven prodigio.
Danzo observaba el intercambio con satisfacción apenas disimulada. La demostración de poder no necesitaba ser explícita; la mera presencia de Tn era suficiente para recordarles a los enviados de Iwa su posición actual.
La lluvia comenzó a caer suavemente sobre Konoha, como si incluso el clima quisiera establecer el ambiente para esta reunión histórica. Una nueva era estaba comenzando, y todos los presentes eran conscientes de que el hermoso y terrible niño frente a ellos estaba en el centro de todo.
La brisa de la tarde mecía suavemente las hojas del árbol bajo el cual Haruko y Suzune compartían su almuerzo. El patio de la academia estaba relativamente tranquilo, con la mayoría de los estudiantes ocupados en otras áreas.
Haruko: ¡Moooo! ¡No puedo creer que Iruka-sensei me haya regañado otra vez dattebayo!
La rubia se dejó caer dramáticamente sobre el césped, sus coletas doradas desparramándose como un abanico mientras agitaba los brazos en el aire. Sus marcas de bigotes se arrugaron con su puchero característico.
Suzune levantó la vista de su bento perfectamente organizado, sus ojos oscuros brillando con diversión apenas contenida ante las payasadas de su amiga.
Suzune: Eso te pasa por intentar pintar bigotes en el retrato del Primer Hokage, dobe.
Haruko: ¡Pero se veía tan serio! ¡Solo quería que sonriera un poco dattebayo!
La Uchiha rodó los ojos, pero una pequeña sonrisa se asomó en sus labios. Desde que ambas habían sido seleccionadas como futuras esposas de Tn, su relación había evolucionado de una rivalidad agresiva a algo más cercano a una amistad, aunque Suzune moriría antes de admitirlo en voz alta.
Haruko: ¡Oh! ¡Oh! ¡Suzune-chan! ¿Viste cómo brillaba el cabello de Tn-kun esta mañana cuando pasó cerca del campo de entrenamiento?
Suzune: Hmp.
La respuesta monosilábica no engañó a Haruko, quien notó el ligero sonrojo en las mejillas de su amiga.
Haruko: ¡Lo viste! ¡Lo viste dattebayo! ¡Estabas mirando!
Suzune: Cállate, usuratonkachi. Solo... pasaba por ahí.
Haruko: ¡Sí, claro! ¡Como has estado "pasando por ahí" todas las mañanas desde hace tres semanas!
La Uchiha lanzó un onigiri hacia la cabeza de Haruko, quien lo atrapó con la boca, sonriendo triunfalmente mientras masticaba.
Suzune: A veces me pregunto por qué te eligieron a ti también.
Haruko: ¡Oye! ¡Soy increíble dattebayo! Además...
La rubia bajó la voz, adoptando una expresión inusualmente pensativa.
Haruko: Además, Tn-kun fue el primero en reconocerme, ¿sabes? No como el contenedor del Kyubi, sino como... como Haruko.
Suzune observó a su amiga en silencio. Era cierto. Tn había sido diferente desde el principio, tratando a Haruko con el mismo respeto que mostraba (o no mostraba) a todos los demás.
Suzune: Supongo que tiene buen gusto, después de todo.
Haruko: ¡Awww! ¡Suzune-chan me está halagando dattebayo!
Suzune: Retiro lo dicho.
Haruko: ¡No puedes! ¡Ya lo dijiste! ¡Suzune-chan piensa que soy genial!
La rubia comenzó a bailar alrededor de su amiga, quien intentaba mantener su expresión estoica pero fallaba miserablemente.
Haruko: Aunque... ¿no crees que es gracioso? Antes nos peleábamos por todo, y ahora vamos a ser co-esposas.
Suzune: No lo digas así, suena raro.
Haruko: ¿Prefieres "compañeras de harem"? ¿"Hermanas de crianza"? ¿"Camaradas de reproducción"?
Cada sugerencia iba acompañada de movimientos de cejas sugestivos que hacían que Suzune se pusiera cada vez más roja.
Suzune: ¡Usuratonkachi!
Haruko esquivó otro proyectil de comida, riendo a carcajadas.
Haruko: ¡Oh! ¿Recuerdas cuando Sakura se enteró? ¡Pensé que iba a explotar dattebayo!
Suzune: Su frente se puso tan roja como su vestido.
Haruko: ¡Y luego Ino comenzó a gritar que era injusto!
Ambas compartieron una mirada y, por primera vez, Suzune se permitió reír abiertamente. El sonido sorprendió tanto a Haruko que casi se cae.
Haruko: ¡Lo grabé en mi memoria dattebayo! ¡Suzune-chan puede reír!
Suzune: Cállate, dobe.
Haruko: ¡Hacer reír a Suzune-chan! ¡Primera misión completada con éxito! ¡Ahora sí seré una gran esposa dattebayo!
Suzune: A veces me pregunto si Tn-sama está cuerdo al elegir a alguien tan ruidosa.
Haruko: ¡Dice la que practica poses frente al espejo cuando cree que nadie la ve!
El rostro de Suzune se transformó en una máscara de horror.
Suzune: ¿Cómo...?
Haruko: ¡Lo sabía! ¡Era una suposición, pero acabas de confirmarlo dattebayo!
La Uchiha se levantó con dignidad, sacudiendo su falda.
Suzune: Voy a matarte.
Haruko: ¡No puedes! ¡Tn-kun se pondría triste si eliminas a una de sus futuras esposas!
Suzune: Estoy segura de que lo superará.
Lo que siguió fue una persecución por todo el patio de la academia, con Haruko riendo y esquivando mientras Suzune la perseguía con una mezcla de vergüenza y furia contenida. Los otros estudiantes apenas les prestaban atención, ya acostumbrados a sus payasadas.
Haruko: ¡Suzune-chan es tan linda cuando se avergüenza dattebayo!
Suzune: ¡Vuelve aquí, usuratonkachi!
Haruko: ¡Solo si admites que también practicas sonrisas frente al espejo!
Desde una ventana cercana, Iruka observaba la escena con una mezcla de exasperación y afecto. Quién hubiera pensado que la selección de Tn terminaría uniendo a las dos estudiantes más problemáticas de su clase de esta manera.
La campana sonó, marcando el fin del receso, pero las dos chicas estaban demasiado ocupadas en su persecución para notarlo.
Haruko: ¡Última en llegar a clase tiene que declarar su amor eterno a Tn-kun frente a toda la academia!
El rostro de Suzune se tornó escarlata.
Suzune: ¡HARUKO!
Sus voces y risas resonaban por el patio, un recordatorio de que, a pesar de su estatus como futuras esposas del shinobi más poderoso de la historia, seguían siendo niñas, amigas, y rivales en el mejor sentido de la palabra.
CONTINUARÁ.
100 ✨
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top