2 | 𝗦𝗜𝗫

Un hombre y un adolescente se encontraban llegando a casa, al entrar visualizaron a tres chicas. Una castaña, una rubia, y por último una pelirroja.

Ryan se quedó parado a lado de Harry, mientras veía confundido al trío de chicas.

— No me dijiste que invitarías a tus amigas, Dilay — mencionó mirando a su hija, su vista pasó hasta la pelirroja — A ti no te conozco ¿Cómo te llamas? — preguntó amable.

— Maxine Mayfield — se presentó mientras miraba de reojo a su novia, pues tenía algo de nervios.

— Me alegra que Dilay comience a tener más amigas — habló con una sonrisa en su rostro, algo orgulloso.

Las tres femeninas se miraron entré sí, Olivia ya lo sabía, se lo había tomado bien, nada del otro mundo.

La rubia se paró del sofá decidida a irse al saber que la castaña empezaría a contar su noviazgo, no quería incomodar la situación.

Sin despedirse de nadie salió de la casa pasando a lado de Harry Lynn, quién miraba con confusión por dónde se había marchado Russo.

— Ella no es mi amiga — mencionó Dilay parándose de su asiento.

— ¿Qué? — habló Harry sin entender, al igual que su padre.

— Max, no es una amiga — tomó la mano de la pelirroja.

Ambos al ver el contacto que hizo la castaña con la pelirroja parecían entender tal mensaje.

— Es mi novia — aclaró dejando sus nervios — No me importa si lo toman a mal, yo soy feliz y es lo que cuenta — finalizó tomando aire.

Hubo un gran silencio entre todos, la ojiazul no pudo evitar sentirse algo incomoda.

— Me agrada — mencionó Harry con una sonrisa hacía su hermana.

Los tres notaron como Ryan tenía un rostro serio, aún no decía nada.

La ojiazul tuvo el valor de hablar — Señor Lynn — esté la volteó a ver sin decir nada — Quiero mucho a su hija, que yo sea chica no cambia ese sentimiento — le dió una leve mirada a Dilay — Sólo queríamos que ustedes estuvieran informados.

Ryan seguía sin decir nada, mientras que su mirada paseaba entre las dos adolescentes.

— Papá, di algo — pidió la castaña evitando alguna lágrima.

El señor Lynn la volteó a ver — No me lo esperaba  de ti — se paró de su asiento quedando en frente de su hija — Mucho menos que lo escondieras.

La de ojos cafés ya soltaba algunas lágrimas, ella no dejaría a Max si su padre no lo aceptaba, pero tenía algunas esperanzas que lo aceptará.

— Si eres feliz estando con ella, está bien — limpió las lágrimas de la castaña — Sólo me tomó por sorpresa.

Dilay volteó a ver a su novia, ambas sonreían al escuchar tales palabras.

— Vayan al centro comercial, y diviertanse — Ryan le entregó un par de billetes a su hija.

Dilay al fin se dió cuenta, su padre por más sobreprotector que fuera, el sólo quería una cosa, que sus hijos fuesen felices.


— Ahora me siento más libre al saber que mi papá lo aceptó — habló Dilay tomando la mano de la ojiazul.

— Tenía algo de miedo al estar frente a tu padre — confesó la pelirroja con una leve risa.

Al entrar al centro comercial, las miradas sobre ellas no faltaron, mientras que los murmurmullos empezaban a escuchar.

— Son un par de enfermas — El padre de Dilay es un oficial importante, seguro está decepcionado — No lo dudaría —

Escuchó la castaña lo que hizo que bajara la mirada. Max no dudó en llevarse a su novia fuera del lugar.

— No les hagas caso — habló la pelirroja sentandola en una banca.

— No les he hecho nada para que digan esas cosas — mencionó aguantando las lágrimas.

— Escucha, tu padre y tu hermano lo aceptaron — recordó — Qué más da lo que opinen los demás.

— Supongo — encogió sus hombros.

Maxine logró calmar a la de ojos cafés, le indicaba que calmará su respiración y no pensará en tales cosas.

La tranquilidad de Lynn se fué al ver un grupo de chicas que caminaban cercas del lugar.

Notó como se reían de su novia y de ella, las lágrimas que había evitado hace unos segundos ya estaban sobre sus mejillas.

Sólo sintió como los brazos de la pelirroja la abrazaron, vió levemente como su novia intimidaba con la mirada a tales chicas.

— ¿Por qué todos me hacen ver qué lo estamos haciendo es un crimen? — se cuestionó a si misma, la ojiazul escuchó.

— Dilay, sabemos que lo nuestro no debería de sentirse como un crimen — la castaña ladeó su cabeza hacía el hombro de la ojiazul — Porque nisiquiera lo es.


















💌 ✧ ೃ 🌷 ✧ ೃ 🍨

Sofía, sabemos que lo nuestro no debería de sentirse como un crímen♫︎

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top