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C A P Í T U L O 02
Búsqueda.

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Todo parecía transcurrir con normalidad para los miembros de uno de los mejores equipos con los que Fairy Tail había contado. Los largos cabellos de Natsu habían sido cortados gracias a uno de los Espíritus Celestiales de Lucy, y ahora el caza dragones y su amigo se encontraban tomando una ducha después de tanto tiempo.

—_________, ¿quieres bañarte con nosotros?—. Propuso el Exceed con inocencia.

—¡NO!—. Gritó la dama escarlata, con su rostro completamente ruborizado.

—Qué aburrida—. Escuchó quejarse al hijo adoptivo de Igneel.

Lucy la observó con una sonrisa pícara; rió cuando la castaña ocultó su rostro entre sus manos, estaba contenta de que algo de "normalidad" se estuviese presentando después de ese año en el que ambas habían pasado malos ratos.

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La noche había caído en Corcus, el cuarteto se encontraba en la sala de la maga de cabellos rubios. Happy relataba alguna que otra de las complicaciones y aventuras que Natsu y él habían tenido durante su ausencia, haciendo hincapié en que el mayor de sus problemas había sido gastar rápidamente su dinero.

Pronto, una disputa entre el par se generó cuando el Exceed azul soltó al aire la dependencia que el pelirrosado tenía hacia él; indignado, el chico negaba dicha acusación a su persona.

La charla cambió a una donde Natsu comentaba al par de chicas su encuentro con Gildarts, un miembro poderoso de su gremio, desde su combate, el cómo por poco y el pelirrosado era casi devorado por un dragón, hasta una pelea a puños del adulto con el chico cuando por error confundieron sus bolsos, todo esto mientras comían y jugaban.

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Habían pasado aproximadamente dos horas desde que Lucy obligó a todos a dormir; Natsu y Happy se encontraban en la sala del hogar de Heartfilia, y la dueña y su amiga permanecían en su dormitorio.

Desde la sala, aburrido, el caza dragones incitó al Exceed a divertirse un poco, su propuesta fue pintar los rostros de las chicas mientras aún estaban dormidas, cosa que Happy aceptó gustoso. Caminando hasta pasar a través de una tela rosada que daba ingreso al dormitorio, el par observó a Lucy durmiendo cómodamente sobre su cama. Por su parte, _________ dormía sobre un tendido que yacía en el suelo.

Al acercarse, el pelirrosado habló—. Están dormidas—. Su rostro formó una sonrisa malévola.

—Natsu, ¿qué vas a dibujar?—. Inquirió el azulado con curiosidad; una pequeña risa brotó de los labios del nombrado.

—Quizás un bigote—. Respondió, doblándose sobre sus rodillas para estar a una altura aproximada de la castaña, pues era quien quedaba más cercana para ser víctima de su broma.

La fémina se removió en su lugar, buscando una posición cómoda. Natsu cayó al suelo al ser asustado por el inesperado momento, a la vez que Happy daba un salto por el susto. Ambos suspiraron aliviados al ver que no había despertado.

El caza dragones giró su vista hacia el lado derecho encontrándose con un panorama que lo aturdió unos segundos. En la pared, un mural con fotos de los miembros del gremio, notas e hilos conectados se dejó ver. El chico se levantó y caminó sigilosamente; sus ojos recorrieron cada rincón con detalle, grabando en parte la información que estaba escrita en algunas notas.

"Misión _______: Natsu Dragneel y Happy". Leyó el chico y dio media vuelta en su posición, con el fin de observar a la mujer a quien le pertenecía dicha misión.

—No se suponía que tú verías eso—. Habló __________.

Cuando el par iba a gritar (provocando así que Lucy despertara de su relajante sueño), la castaña extendió su mano e iluminó las bocas de ambos, evitando que el sonido escapara. El par relajó sus expresiones, Masonoff retiró su magia de sus bocas y ambos dieron una bocanada de aire.

—¡Al fin!—. Exclamó Happy por lo bajo.

_________, con sus brazos cruzados por debajo de su pecho, para sostenerse y que su cabeza quedara por encima del suelo, miró como Natsu se acercaba hasta ella y se agachaba. Sus rostros quedaron peligrosamente cerca cuando el chico se inclinó hacia adelante.

Por su lado, el pelirrosado distinguió unas ojeras muy marcadas debajo de los ojos avellana de la mujer, al igual que dolor en sus pupilas. Mientras tanto, la castaña observaba los penetrantes ojos verdosos del chico que tenía su corazón desde hace tiempo.

—Ya estamos aquí—. Sonrió el chico, cerrando sus ojos en el proceso.

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Perdón por tardar, trataré de ajustarme a cómo lo tenía planeado🤧

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©-mandaloriana76