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₊˚ˑ༄ؘ ┊ CHAPTER SIX °•*⁀➷
❝drama queen❞
CORI LO MIRÓ, sorprendida de que eligiera ese momento para su confesión de amor, especialmente con la audiencia que tenían. Ella había querido escuchar esas palabras de él, pero eso fue antes. Antes de que descubriera la verdad, antes de que él se fuera, antes de que ella siguiera adelante.
Antes de que ella muriera.
—No.— Ella negó con la cabeza, su voz suave. —No puedes hacerme esto.
—Cori-
—¡No!— ella saltó hacia él, desequilibrándolo y sujetándolo al suelo. —¡Arruinaste todo! ¡No puedes usar eso como excusa!— él les dio la vuelta, sujetándole las manos por encima de la cabeza mientras observaba la ira arremolinarse detrás de sus lentes de contacto.
—Cálmate.
—¡Quítate de encima de mí!— ella levantó la pierna entre ellos y lo pateó hacia atrás, enviándolo a través del patio y hacia el espeso bosque detrás de la casa.
—Maldita sea.— Jared murmuró, impresionado, recibiendo una mirada de desaprobación de Sam, antes de que el alfa revisara sus alrededores para asegurarse de que nadie lo viera. Cori se puso de pie de un salto y comenzó a acercarse al vampiro mayor mientras se levantaba, pero Paul envolvió su brazo alrededor de su cintura, atrayéndola hacia su pecho.
—¡Suéltame!— gritó y él gruñó cuando ella echó el codo hacia atrás y su costilla crujió, pero no la soltó.
—Cálmate, Munchkin.— Dijo entre dientes mientras luchaba por mantener el control sobre ella, el hueso roto sanando.
—Suéltame, no quiero lastimarte.— Murmuró, tirando de sus brazos, pero haciendo todo lo posible por no lastimarlo. Sus uñas se clavaron en su brazo, dejando atrás medias lunas sangrantes que sanaron en minutos. Él suspiró profundamente, cerró los ojos con fuerza, pero nunca aflojó su control sobre ella.
—Respira.— Le dijo y ella luchó por unos segundos más antes de detenerse y recostarse contra él, tomando aire. —¿Mejor?
—No. — Sacudió la cabeza, con los ojos cerrados, y Emmett se limitó a observarlos. Odiaba verla tan enfadada, tan miserable. Y odiaba aún más que él fuera la razón. Pero al menos estaba viva... más o menos. —No quiero esto.— Bramó con voz áspera, mientras dejaba caer la cabeza hacia delante. —No quiero...— se le quebró la voz y se tragó un sollozo entrecortado.
Paul miró a Emmett y pudo ver la culpa en sus ojos, pudo ver lo terrible que se sentía por haber hecho pasar a la chica por todo esto. —Lo sé, Munchkin.— La abrazó con más fuerza, atrayéndola hacia su pecho, con su espalda todavía contra él, y ella apoyó la cabeza contra su hombro. Olía diferente, todavía como ella misma, como a fresas, pero había algo más... olía un poquito a... muerte.
—L-lo siento.— Murmuró Emmett antes de dirigirse al jeep, luego se fue.
[...]
—Cori estaba sentada en la rama de un árbol, con la espalda contra el tronco y las piernas estiradas frente a ella, con los ojos vueltos hacia el cielo. Deseaba que las nubes se despejaran para poder ver las estrellas, pero sabía que eso era una ilusión. Dejó escapar un pequeño suspiro, cansándose de ver nubes grises oscuras.
Habían pasado algunas horas desde que la manada se fue y ella no quería exactamente regresar a la casa de los Cullen, no con Emmett allí. No podía creer que él le hubiera dicho que la amaba, como si eso arreglara todo. Y en el fondo, no estaba segura de cómo sentirse al respecto.
Estaba enojada y eso prácticamente superaba cualquier otra emoción que sintiera... bueno, tal vez no el hambre omnipresente. No quería que esas dos palabras la afectaran, y por mucho que se dijera a sí misma que no lo hacían, lo hicieron.
Su cabeza daba vueltas. La estaba mareando.
Reclinó la cabeza contra el árbol, dejando escapar un suspiro innecesario mientras cerraba los ojos. Pero antes de que pudiera relajarse, sonó su teléfono. Soltó un resoplido mientras lo sacaba del bolsillo de su sudadera con capucha, gimió un poco cuando el nombre de Edward apareció en la pantalla.
—No se supone que tengas mi número. ¿Y cómo diablos tengo el tuyo?
—¿Dónde estás?
—Marte.
—Cori, hablo en serio.— Él resopló y ella puso los ojos en blanco.
—Eres un eterno tonto...
—Ve a la casa. Un vampiro estuvo en la casa de Charlie.
Eso la hizo sentarse tan rápido que casi perdió el equilibrio, pero cerró las piernas alrededor de la rama para estabilizarse.
—¿Está bien mi papá?
—Está bien.— Dejó escapar un suspiro de alivio. —Emmett y Jasper se dirigen allí para rastrear el olor. Ven aquí ahora.
—Insistente.— Murmuró, luego colgó y se metió el teléfono en el bolsillo antes de saltar, sus Doc Martens tocaron el suelo y luego corrió a través de los árboles hacia la casa de los Cullen. Cori se abrió paso a través de la puerta y entró en la sala de estar y todos se giraron para mirarla, todos con miradas ligeramente confundidas mientras el olor bastante repulsivo de los lobos flotaba en la habitación. —¿Qué?— miró a su alrededor, sus ojos se posaron en Bella, quien se encogió de hombros. —Entonces, ¿a quién voy a matar?
—Cori.— Regañó Bella y la chica más joven se encogió de hombros.
—Mejor a que le arranque la cabeza a tu novio.
Esme dejó que sus ojos se cerraran mientras sacudía un poco la cabeza. —No vas a matar a nadie.— Suspiró, abriendo los ojos una vez más mientras miraba a la más joven.
—Bien.— Resopló, apoyándose contra la pared, llenó sus mejillas de aire y luego dejó escapar un suspiro lento mientras apoyaba la cabeza contra la pared, obteniendo una risa baja de Travis.
—¿Quién era?— preguntó Carlisle, mirando de Cori a Edward, que estaba al otro lado de la sala de estar. —¿Alguien que conocemos?
—Un extraño. No reconocí su olor.— Edward le dijo mientras la puerta principal se abría y se cerraba.
—¿Un nómada de paso?— preguntó Esme, pero ni siquiera ella parecía segura de ello.
—Un nómada no habría dejado con vida a su padre.— Razonó Rosalie, sus ojos dorados se encontraron brevemente con los rojos de Cori justo cuando Jasper y Emmett entraron en la habitación.
—El olor desapareció a unas cinco millas al sur de su casa.— Dijo Jasper arrastrando las palabras, sus ojos se movieron de Edward a Cori; podía sentir la ira burbujeando dentro de ella, pero había algo más, algo pequeño... algo como confusión. Y tomó nota del hecho de que ella se negaba a mirar en dirección a Emmett.
—Alguien está orquestando esto.— Afirmó Carlisle, aunque no tenían mucho en qué basarse, era la mejor explicación posible.
—¿Victoria?— preguntó Bella desde su lugar junto a Alice en el sofá.
—La voy a matar.— Cori gruñó, sus manos apretando fuertemente sus bíceps mientras apretaba los dientes. Pero dejó escapar un pequeño suspiro cuando una ola de calma la invadió y sus ojos carmesí encontraron rápidamente los iris topacio de Jasper. —Gracias.— Murmuró y él simplemente asintió con la cabeza.
—La habría visto decidir.— Alice negó con la cabeza cuando Travis cruzó la habitación y se detuvo junto a Cori. Envolvió su brazo alrededor de sus hombros y la acurrucó a su lado, ella sonrió un poco mientras apoyaba la cabeza contra su pecho.
—¿Volturi?— sugirió Cori. —Definitivamente obtuve la vibra espeluznante de ellos.
—No creo que sean los Volturi tampoco.— Alice miró a la Swan más joven. —He estado observando las decisiones de Aro también.
—¿A quién demonios hicieron enojar entonces?— resopló Cori.
—¿Nosotros?— Travis levantó una ceja mientras la miraba.
—No era parte de nada de esto hasta hace un mes.
—Es justo.— Concedió. —Pero no sabemos quién es.
—Así que seguimos buscando.— Añadió Emmett, sus ojos nunca dejaron a Cori y le molestaba que ella no lo mirara. Y le molestaba que su hermano la tuviera con su brazo alrededor.
—También nos turnaremos para proteger a Bella en su casa.— Declaró Carlisle, mirando a la humana.
Rosalie levantó la vista, con una ceja ligeramente levantada. —¿Otro equipo de protección?
—Rosalie.— El vampiro más viejo la regañó levemente.
—No, ella tiene razón.— Bella intervino. —No pueden protegerme, vigilar a mi papá y buscar al intruso.
—Y a Victoria.— Rosalie añadió.
—Yo la pido.— Cori levantó la mano ligeramente, provocando una risa divertida de Travis. —Quiero matarla.
Bella negó con la cabeza, pero por lo demás ignoró el comentario de su hermana. —No pueden hacer todo eso y mantenerse alimentados.
—No te voy a dejar aquí indefensa.— Edward le dijo y Cori puso los ojos en blanco.
—Bueno, no voy a dejar que mueran de hambre. No voy a dejar que mi hermana muera de hambre.— Ella argumentó.
—Y ella no estará indefensa, Psicópata.— Cori le dijo, claramente enojada con él. —Puedo empezar a quedarme en casa de nuevo -y antes de que empieces, puedo manejarlo.— Ella miró a Carlisle. —Además, también están los lobos.
—Ellos no son-
Cori interrumpió a Edward con una simple mirada. —Son buenas personas. Y aunque los odien, no hay forma de que ninguno de ellos permita que un vampiro cualquiera lastime a ningún humano en esta ciudad. Además, Jake siente algo por ella y estará totalmente de acuerdo.
Bella gimió, pasándose la mano por el pelo. —Cori.
—¿Qué? Es verdad y todos en esta habitación lo saben.
—Muy cierto.— Travis asintió.
—Oh, deja de mirarme con malos ojos, reina del drama, ella te eligió.— Ella resopló, despidiéndolo con la mano mientras se daba vuelta para irse, saliendo de debajo del brazo de Travis.
—¿Cori?— Esme la detuvo y ella dejó escapar un pequeño suspiro mientras se daba la vuelta. —¿Estás bien?— Los ojos de la joven vampira parpadearon brevemente hacia Emmett antes de fijarse en Esme una vez más.
—Sí.— Sonrió. —Estoy bien.
Pero todos sabían que estaba mintiendo.
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