๑Epílogo๑

Capítulo dedicado a: TAYGOOV me encanta la manera que te emocionas por esta historia. Te adoro, preciosa. Gracias por el apoyo. 💖

El pasillo resonaba con su habitual bullicio matutino mientras Taehyung se detenía frente a su taquilla, sacando los libros que necesitaría para las siguientes clases. De repente, unos brazos rodearon su cintura, y no necesitó voltear para saber quién era; por los tatuajes en el brazo y el reconocible aroma, supo que era su novio. Una ligera sonrisa se dibujó de inmediato en sus labios.

Terminó de guardar sus libros en la mochila, cerró la taquilla y se giró hacia Jungkook, quien ya lo observaba con una amplia sonrisa en el rostro.

—Hola, bonito —saludó el azabache, inclinándose para capturar los labios de Taehyung en un beso intenso, que el castaño no dudó en corresponder.

Dejó caer su mochila por un momento antes de rodear el cuello de su novio con los brazos y devolverle el beso con la misma intensidad. Sonrió entre besos cada vez que sentía las mordidas juguetonas que Jungkook dejaba en sus labios. Cuando finalmente se separaron, intercambiaron una sonrisa cargada de cariño. Taehyung soltó a su novio, pero este lo atrajo de nuevo para darle un beso en la frente antes de finalmente liberarlo.

—¿Por qué estás tan solito? —preguntó Jungkook mientras se inclinaba para tomar la mochila de Taehyung y ofrecérsela de vuelta.

—Joonie se fue detrás de Jimin.

—Oh, ya veo —asintió el azabache con comprensión—. ¿Sigue sin darle una respuesta?

—No, Jimin es bastante tímido y desde que mi primo se confesó no ha podido verlo a la cara sin salir corriendo.

—Me sorprende mucho la perseverancia de Namjoon. Esperó todo un año para confesarse y ahora tiene que esperar la respuesta —comentó Jungkook, mostrando su asombro.

Taehyung sonrió con ternura mientras extendía la mano para acariciar la mejilla de su novio.

—Jimin realmente le gusta, por eso que no le importa cuánto tiempo le tome. ¿No hubieras hecho lo mismo por mí? —cuestionó Taehyung, arqueando una ceja y retirando su mano del rostro del otro.

—Te habría esperado toda la vida —declaró Jungkook con tanta convicción que Taehyung sintió cómo su corazón comenzaba a latir con fuerza. La felicidad que el azabache le transmitía con tan pocas palabras era increíble; incluso después de varios meses juntos, aún le costaba acostumbrarse.

En ese momento, la mirada de Taehyung se desvió hacia un lado y una amplia sonrisa iluminó su rostro.

—Hablando del Rey de Roma —mencionó con diversión, haciendo que Jungkook volteara para ver a Namjoon acercándose hacia ellos de la mano de un tímido Jimin—. Supongo que lo lograste —dijo Taehyung a su primo una vez que llegaron hasta ellos.

—Así es —afirmó Namjoon con una sonrisa triunfante, girándose para dejar un beso en la cabeza de Jimin, quien se sonrojó intensamente.

—Me alegra mucho por ambos —admitió Taehyung con honestidad—. Se ven tan lindos juntos —añadió, dirigiendo una sonrisa al rubio, quien, un poco avergonzado, logró esbozar una bonita sonrisa.

—Deberíamos ir ya a clases —intervino Jungkook, tomando la mano de su novio.

—Es verdad, vamos.

El grupo de chicos comenzó a caminar hacia la clase que les correspondía, sintiendo las miradas que caían sobre ellos que nadie parecía esmerarse por disimular. Sin embargo, ninguno parecía preocuparse por ello. Ni siquiera el tímido Jimin, quien estaba más concentrado en el agarre de su mano con la de su ahora novio.

Un poco más adelante, escucharon un grito detrás de ellos que los hizo detenerse. En ese momento, Sejun llegó junto a ellos jadeando un poco por haber corrido hasta alcanzarlos.

—¿Van a clases? Vamos juntos —pidió, recibiendo un ligero asentimiento de Taehyung y una tenue sonrisa, antes de que todos retomaran su camino hacia el salón—. Por cierto, siempre quise saber cómo lograste que cambiaran tu horario para que coincidiera con el de Tae —preguntó a Jungkook, quien lo miró seriamente antes de volver la vista al frente.

—Cuando el alumno problemático de la escuela le promete al director que se reformará si le cambian de clases, es una oportunidad que no puede desaprovechar —respondió, esbozando una sonrisa astuta al ver a Taehyung negar con la cabeza a su lado—. ¿Qué? Namjoon y tú también usaron un truco para que los pusieran juntos.

—¿En serio? —preguntó Sejun con los ojos grandes y llenos de interés.

—Joonie y yo estamos acostumbrados a estar siempre juntos, no íbamos a dejar que nos separaran en clases —respondió Taehyung con una sonrisa, negando ligeramente con la cabeza.

—¿Y cómo lo hicieron?

—Solo le dije a la encargada que mi primo no era muy bueno con el idioma y con eso nos puso juntos —confesó encogiéndose de hombros, restándole importancia—. Deberíamos darnos prisa, la campana está por sonar.

Siguieron su camino un poco más rápido, llegando finalmente al salón de clases. Taehyung y Jungkook venían caminando hasta atrás, y justo antes de que Taehyung ingresara al salón, un jalón repentino se lo impidió. Se giró para ver a su novio y ni siquiera pudo preguntar algo al respecto cuando este ya lo estaba besando con intensidad.

Antes de que pudiera siquiera procesar la acción, el azabache ya se había separado de él, dejando completamente desconcertado al castaño.

—¿Y eso por qué fue? —preguntó Taehyung con diversión, negando ligeramente con la cabeza pero bastante feliz.

—Solo quería besarte antes de entrar a una súper entretenida clase de dos horas en la cual no podré hacerlo —respondió Jungkook con sarcasmo, logrando sacar una risa a su novio.

—Kookie, prometiste que te esforzarías en clase, ¿recuerdas? Nos costó mucho salvarte de repetir curso. Ya solo falta un poco más. ¿O es que te gustaría pasar menos tiempo conmigo por tener que estar en años diferentes? —cuestionó, enarcando una ceja.

Jungkook lo observó por un momento antes de formar una mueca y dejar escapar un suspiro profundo.

—Ah, realmente eres mi debilidad. Siempre lo has sido, en realidad —declaró con ternura, mirando a Taehyung con ojos brillantes que expresaban el profundo amor que sentía hacia él—. Vamos —aceptó finalmente, haciendo un gesto con la cabeza indicando que entraran a clases—. Pero antes... —tomó al castaño por la barbilla y le dio un casto beso en los labios, esbozando una amplia sonrisa después.

—Tonto —negó Taehyung, encantado, sintiendo que sus mejillas se tornaban rojas—. Vamos.

El resto del día transcurrió sin contratiempos. Al finalizar las clases, Namjoon le comunicó a su primo que llevaría a Jimin a casa, por lo que llegaría más tarde. Tras despedirse, cada uno siguió su camino. Taehyung iba de la mano de su novio mientras enviaba un mensaje a su madre para avisarle que Jungkook cenaría con ellos.

Taehyung había optado por no mencionarles a sus padres nada sobre lo sucedido tiempo atrás. No deseaba inquietarlos con algo que ya estaba resuelto, y además, parecía que sus padres preferían no recordar esos momentos en los que estuvieron separados.

Subieron al auto de Jungkook y emprendieron el trayecto hacia la casa de Taehyung. Disfrutar de su tiempo juntos era algo que la pareja apreciaba enormemente; siempre encontraban temas de conversación interesantes. A pesar de que ahora eran personas completamente diferentes, sorprendentemente lograban complementarse perfectamente. Los momentos de silencio entre ellos eran escasos, ya que el ambiente siempre estaba lleno de charlas y risas. Y aunque Jungkook a veces parecía serio, con Taehyung mostraba su lado más amable y divertido, asegurándose siempre de arrancarle una sonrisa con sus ocurrencias.

Después de llegar finalmente a su destino, salieron del auto y entraron a la casa. Los dos chicos se dirigieron hacia la cocina, donde la madre de Taehyung estaba ocupada preparando la cena.

—Ya estamos en casa —anunció el castaño, acercándose a su madre para dejar un beso en su mejilla.

—Hola, Mina —saludó Jungkook con una amplia sonrisa.

—¡Hola! ¿Cómo les fue? —preguntó la mujer con alegría—. La cena todavía tardará un poco en estar lista.

—Nos fue bien —aseguró Taehyung con una sonrisa—. No te preocupes, iremos a mi habitación. ¿Mis hermanos no han llegado?

—¿Tú crees que si tus hermanos estuvieran en casa, estarías hablando conmigo aquí cómodamente? —preguntó la mujer enfatizando sus palabras, riendo ligeramente con diversión.

—Buen punto —aceptó Taehyung, riendo igualmente—. Bueno, estaremos arriba.

—De acuerdo, cielo. Los llamaré cuando esté todo listo.

—Gracias, Mina.

—No tienes nada que agradecer. —La mujer restó importancia—. Siempre es un gusto tenerte en casa, Kookie.

Una amplia sonrisa iluminó el rostro del menor, y antes de poder decir algo al respecto, sintió cómo su novio comenzaba a jalarlo para sacarlo de la cocina.

—¡Me lo llevo! —exclamó Taehyung mientras arrastraba a su novio escaleras arriba.

Jungkook soltó una risita divertida y simplemente se dejó llevar por su novio. Al llegar a la habitación, Taehyung lo soltó y se dirigió directamente hacia la cama, dejándose caer en ella.

—Ah, estoy agotado —murmuró con cansancio, cerrando sus ojos.

El azabache lo miró con una sonrisa en el rostro y se acercó, colocándose encima de él. Con cuidado, distribuyó su peso apoyándose en los codos para no presionar demasiado a Taehyung.

—¿Te he dicho lo hermoso que eres? —preguntó el azabache mientras contemplaba a su novio con tanto amor en sus ojos.

Taehyung sintió el calor subir a sus mejillas mientras una hermosa sonrisa se dibujaba en su rostro.

—Todo el tiempo —respondió encantado—. ¿Y tú recuerdas lo que pasó la última vez que mis hermanos nos encontraron en esta posición? —cuestiono Taehyung con diversión.

Jungkook chasqueó la lengua y rodó los ojos, pero rápidamente su expresión se transformó en una sonrisa divertida.

—Son unos dramáticos.

—Estoy de acuerdo.

La relación entre los hermanos Kim y Jungkook se había vuelto algo complicada desde que descubrieron la verdad. Taehyung solía describirla como bipolar, ya que parecía que sus hermanos se esforzaban por mantenerse serios y distantes con Jungkook. Sin embargo, de repente, parecían olvidar su enojo y volvían a tratarlo con normalidad, hasta que recordaban nuevamente que se encontraban molestos.

Jungkook demostró paciencia, pues comprendía el profundo afecto que ambos hermanos sentían por su hermanito. Él entendía este sentimiento, razón por la cual su actitud hacia ellos era de compresión. Además, era consciente de que había sido él quien había causado ese distanciamiento con sus acciones pasadas.

A medida que el tiempo transcurría, las tensiones disminuyeron y la relación con ambos recuperó su normalidad. No obstante, Jungkook se encontraba ahora enfrentando un desafío distinto al enojo de los hermanos Kim: debía lidiar con sus celos.

Durante mucho tiempo, observó cómo Seokjin y Hoseok competían entre sí por la atención de su hermano menor. Nunca imaginó que llegaría un momento en su vida en el que él sería arrastrado a esa dinámica, de manera involuntaria, ya que para él no requería esfuerzo alguno que su novio lo eligiera. En consecuencia, encontraba bastante divertida la situación, excepto en aquellas ocasiones en las que sus cuñados se volvían extremadamente protectores con Taehyung.

—Quédate a dormir conmigo el fin de semana —pidió Jungkook a su novio, mientras depositaba una lluvia de besos en su rostro.

—¿Eso es un intento de convencerme? —preguntó Taehyung entre risas, encantado con las muestras de afecto de su novio—. ¿Qué hay de Jia?

—Ya sabes que le encanta tenerte en casa. Además, tiene que viajar a Busan por trabajo este fin de semana, así que estaríamos solos.

—Ah, ya veo —murmuró Taehyung con una sonrisa traviesa—. No parece muy conveniente para mí.

—¿A qué te refieres? —preguntó Jungkook, deteniendo los besos para mirar a Taehyung con interés y confusión, frunciendo el ceño.

—A que luego soy yo el que termina sin poder caminar.

Comprendiendo, los ojos de Jungkook se iluminaron con entendimiento, dejando paso a una amplia sonrisa pícara.

—¿Necesito recordarte quién es el que siempre pide más? —inquirió Jungkook, arqueando una ceja.

Taehyung observó a su novio por un momento antes de chasquear la lengua.

—Ya, pero tu deberías ser el más prudente de ambos.

—Es imposible cuando se trata de ti, eres mi jodida debilidad —declaró Jungkook en un susurro sobre los labios de Taehyung—. ¿Te he dicho cuánto te amo?

—No que yo recuerde —bromeó Taehyung, riendo ligeramente cuando vio la rápida expresión de ofensa en el rostro de Jungkook—. Está bien, tú ganas. Siempre lo haces... —declaró con una sonrisa—. Me haces sentir amado todo el tiempo.

Jungkook sonrió satisfecho.

—Así como tú a mí.

Los ojos de Taehyung brillaron intensamente y su corazón se llenó de una felicidad inmensa.

—Eso es porque te amo demasiado.

—Lo sé, y yo a ti, bonito. Te amo —murmuró con tanto cariño, depositando un beso en la nariz del otro.

—¿Alguna vez nos imaginaste de esta manera? —preguntó Kim con curiosidad.

—Muchas veces —admitió Jungkook con una sonrisa—. ¿Tú no?

—Sí, pero no pensé que sería posible.

—Bueno... así son las vueltas de la vida.

—Es verdad —asintió Taehyung con ternura.

Ambos chicos intercambiaron una amplia sonrisa antes de entregarse a un beso, que, a pesar de su intensidad, solo pretendía expresar los sentimientos que rebosaban en sus corazones. Sin embargo, el momento se vio interrumpido por un fuerte grito que resonó desde la planta baja, lo que llevó a Taehyung a empujar a Jungkook para apartarlo de encima suyo.

—¡Taehyungie, ya estoy en casa! —escuchó la voz de su hermano Hoseok.

—¿Era necesario el empujón? —cuestionó el azabache con el ceño fruncido, lo que arrancó una risa en el otro.

—Lo siento, me tomó por sorpresa —respondió el castaño con diversión—. Será mejor que bajemos; si nos ve aquí solos, su mente no tardará en comenzar a imaginar cosas.

Jungkook asintió, levantándose de la cama y siguiendo a su novio hacia la puerta. Antes de salir de la habitación, tomó su mano y lo atrajo hacia él, acercando sus rostros a escasos centímetros de distancia.

—No me diste una respuesta para lo del fin de semana.

Taehyung sintió un cosquilleo en su estómago al tener a Jungkook tan cerca mientras le hablaba con su voz profunda. Sabía que su novio estaba provocando deliberadamente esas sensaciones para hacerlo ceder, aunque en realidad no era necesario, ya que él aceptaría de todas formas. Sin embargo, no podía negar que disfrutaba ver a Jungkook intentar convencerlo.

—Solo si prometes que podré caminar cuando el fin de semana termine.

Una risa escapó de los labios del azabache antes de dejar un beso en la boca de Taehyung.

—Haré todo lo posible.

—Bueno, eso es algo —concedió Taehyung con una sonrisa juguetona.

Compartieron un par de risas y un rápido beso antes de salir de la habitación y bajar al piso inferior. Tan pronto como Taehyung fue avistado por su hermano, fue atrapado en un abrazo, al cual correspondió encantado y con una sonrisa.

Luego, cuando finalmente logró que Hoseok lo soltara, Taehyung observó a su alrededor y frunció el ceño confundido.

—¿Y Jinnie? —cuestionó con curiosidad, notando la ausencia de su hermano, quien normalmente estaría allí esperando su turno para ser abrazado.

—Oh, esto te va a sorprender —dijo el mayor con diversión, tomando la mano de su hermanito para llevarlo a la cocina. Taehyung intercambió una mirada con su novio, pero este parecía igual de confundido, así que simplemente lo siguió.

Al llegar al umbral de la cocina, Hoseok indicó a ambos chicos que se asomaran con cautela. Al hacerlo, vieron a Mina charlando muy animadamente con Seokjin y otro chico que Taehyung ya había visto en otras ocasiones, lo que dibujó una sonrisa inmediata en su rostro.

Yoongi era alguien con quien su hermano mayor había tenido algo antes de irse al extranjero con él. Parece ser que debido a la decisión de Seokjin de irse con Taehyung, nunca pudieron consolidar una relación. Para el menor de los Kim, enterarse de esto fue algo que le rompió el corazón, ya que en ese momento no imaginó las cosas a las que su hermano estuvo dispuesto a renunciar con tal de verlo mejor.

Es por eso que él anhelaba que su hermano pudiera dejar de culparse y darse la oportunidad que en el pasado se había negado con Yoongi, quien durante todos estos años lo esperó con paciencia, pues el amor que sentía por Seokjin nunca desapareció.

Taehyung sabía que su hermano tampoco había dejado de sentir cosas por Yoongi; podía percibirlo por la forma en que lo miraba, de una manera similar a como él observaba a Jungkook.

Verlos juntos en casa y conversando con su madre solo podía significar que la perseverancia de Yoongi había dado sus frutos, logrando que el corazón obstinado de Seokjin finalmente se perdonara por haberlo dejado de la nada años atrás.

Cuando Taehyung vio a su hermano tomar la mano de Yoongi, una profunda alegría invadió su corazón. Quizás él no fuera tan demostrativo como solían serlo sus hermanos con él, pero eso no restaba importancia al hecho de que para Taehyung, sus hermanos eran su mayor tesoro. Por esa razón, todo lo que anhelaba para ambos era que pudieran encontrar la felicidad.

—¿Y tú para cuándo? —preguntó Taehyung, volviéndose hacia su hermano, quien mostró rápidamente una expresión ofendida.

—¿¡Cómo puedes entregarme así como si nada!? Solías pedirme que nos casaramos cuando eras un niño. Ah, regresenme a esos tiempos —suspiró con dramatismo, provocando un rodar de ojos por parte del menor.

Taehyung estuvo a punto de responder, pero antes de hacerlo, fue interrumpido por Seokjin, quien ya se encontraba frente a ellos.

—¿Van a dejar de espiar y entrar? La cena ya está lista.

—No estábamos espiando. —Se excusó Hoseok de inmediato—. Solo dio la casualidad que estábamos teniendo una conversación entre murmullos en la entrada de la cocina, super casual, ya sabes.

—Ya, claro —respondió el mayor con sarcasmo—. Vamos ya, pero antes... —hizo una pausa, acercándose a Taehyung para abrazarlo con fuerza—. Ya estoy en casa, bebé —dijo con cariño, lo que hizo que el castaño sonriera con alegría y correspondiera el abrazo.

—Bienvenido.

Cuando finalmente el mayor lo soltó, Taehyung tomó la mano de Jungkook y lo condujo hasta la mesa para que tomaran asiento. Durante la cena, disfrutaron de conversaciones animadas y hablaron de diversos temas. Más tarde se les unieron Namjoon y el señor Kim, y la conversación se prolongó hasta tarde, con Namjoon relatando lo difícil que le resultó hacer que Jimin dejara de escapar de él y finalmente le diera una respuesta.

En ese instante, Taehyung observó a su alrededor y sintió una profunda sensación de paz invadir su corazón. Aprender que la vida no es un trayecto en línea recta había sido un proceso difícil para él. Y aunque las cosas estuvieran tranquilas ahora, era consciente de que siempre estaban propensas a cambiar de un momento a otro.

Sin embargo, siempre que estuviera con las personas que amaba, y mientras la mano que sostenía firmemente la suya bajo la mesa nunca le soltara, estaba seguro de que no importaba cuanto más pudiera enredarse su camino. Porque la vida constamente obra de maneras irónicas, pero al final, siempre sigue su curso correcto; y si en medio de esos giros fue capaz de encontrar la felicidad que tanto anhelaba, entonces todo estaba bien de esa manera.

Porque al fin y al cabo, la vida es como una montaña rusa, llena de muchas vueltas.


FIN.

¡Llegamos al final!😭💖 Bastaaa, estoy llorando. ¿Qué les pareció todo? c': La verdad es que yo estoy feliz con el resultado. Esta historia estuvo en borradores por más de un año, así que me hace mucha ilusión haberla podido publicar. Obvio que no podía faltar el título de la historia, los que me conocen saben que siempre lo utilizo en algún capítulo c':

Muchas gracias por haberme leído en emisión, amé leer todos sus comentarios.💖 Espero que hayan disfrutado mucho de este mini fic:3

Todavía tengo más proyectos por sacar, estaré contándoles en mi canal, así que si no me siguen pueden pedirme el link y con gusto se los envío. Espero que nos volvamos a encontrar en otra historia.

Hasta entonces... manténganse sanos.💖

𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.

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