✧┊Chapter IV: Finally the true.
Capítulo dedicado a: Pau_kookv perdón por hacerte llorar, puedes venir a quejarte a mi chat siempre que quieras, te adoro, preciosa.💖
Taehyung posiblemente había sido más duro de lo que debería, pero estaba en todo su derecho. Al menos eso es lo que se repetía constantemente mientras sentía el pesar llenar su corazón. Ahora, al menos, era lo bastante honesto consigo mismo como para admitir que no había logrado dejar atrás los sentimientos que albergaba hacia Jungkook. Y era precisamente por eso que le aterraba tanto permitirle volver a entrar en su vida.
Jeon no necesitaba asegurarle que no era el mismo chico de antes; Taehyung podía percibirlo por sí mismo. No solo por el radical cambio de apariencia que había experimentado, sino también porque, a pesar de su expresión seria y su actitud reservada hacia los demás, podía ver claramente la bondad característica que siempre había estado presente en Jungkook, especialmente cuando sus miradas se cruzaban.
Era consciente de que simplemente estaba huyendo, algo que en realidad no le enorgullecía en absoluto. Había llegado a pensar que durante este tiempo había cambiado y madurado lo suficiente como para seguir adelante sin problemas. Claro que sabía que había muchas cosas en las que tenía que seguir trabajando, pero él creía estar lo suficientemente preparado para enfrentar su pasado.
Efectivamente no fue así.
Desearía que todo fuera más sencillo, se repetía constantemente, cuestionándose cuánto más la vida seguiría jugando con él. Estaba exhausto y realmente anhelaba un respiro.
Había intentado mantenerse firme en sus decisiones, a pesar del peso que sentía por haber sido duro con Jungkook y de la persistencia de este último. Porque sí, a pesar de los rechazos que Taehyung le dio, Jungkook dejó en claro que no se rendiría. Le había dicho que no esperaba que las cosas fueran fáciles, así que, sin importar cuánto se resistiera, buscaría la manera de ganarse nuevamente un lugar en su corazón.
A Taehyung le molestó darse cuenta de que eso le aliviaba mucho más de lo que le molestaba. Encontraba más apropiado reírse de la ironía de la vida, ya que, siendo él quien debería tener control sobre sus emociones, se veía dominado por su corazón.
—Otra vez te perdiste en tus pensamientos, Taehyungie. ¿Estás seguro que te encuentras bien? —Namjoon preguntó con preocupación, sacando al castaño de su ensimismamiento.
—Oh, sí. Estoy bien, no te preocupes —aseguró Taehyung con una sonrisa que no alcanzaba a llegar a sus ojos.
—¿Por qué te atormentas de esta manera? Es obvio que quieres darle una oportunidad.
—No empieces con eso, de verdad no quiero hablar de él ahora mismo —suspiró Taehyung con fuerza, tomando su almuerzo para continuar comiendo—. Ah, comer afuera fue una buena elección, el clima es agradable.
Namjoon lo miró con escepticismo, enarcando una ceja.
—¿En serio me estás hablando del clima?
—Bueno, ¿y qué esperas que te diga? —cuestionó el castaño molesto—. Ya hablamos de esto muchas veces, no pienso cambiar de opinión.
Un silencio incómodo se instaló entre ambos. A Taehyung no le gustaba dirigirse a su primo de esa manera, pero se sentía tan abrumado últimamente que no podía controlar su mal humor. Trataba de convencerse constantemente de que estaba tomando las decisiones correctas, aunque en su interior no se sentía del todo seguro. Sabía que Namjoon solo quería ayudarlo a sentirse bien, pero no le gustaba que cuestionara sus elecciones, ya que siempre las había respetado.
—Solo quiero verte bien, Taehyungie. Es más que obvio que no eres feliz.
Escuchar eso apretó con fuerza su pecho, porque por más que quisiera negarlo, Taehyung era consciente de que su primo tenía razón. Sin embargo, ¿qué podía hacer con ese miedo que aprisionaba su corazón con fuerza? ¿Cómo podía confiar en que Jungkook le estaba diciendo la verdad y que nunca más volvería a fallarle?
Justo en ese momento, el celular de Namjoon sonó, y Taehyung observó cómo su mirada se iluminaba y sus ojos brillaban con emoción. No necesitaba preguntar de quién se trataba, pues ya tenía una idea.
—Hola, Jimin —respondió el moreno, su sonrisa ampliándose más al escuchar la voz del rubio—. Oh, es que decidimos almorzar afuera, pero esperame un momento y enseguida llego —guardó silencio, mientras escuchaba la respuesta del contrario—. Está bien, ahorita te veo.
La llamada terminó y Taehyung ya lo observaba con las cejas levantadas y una mirada curiosa.
—Vaya cambio de humor —dijo con diversión, riendo levemente al ver a Namjoon chasquear la lengua y poner los ojos en blanco.
—Jimin quiere entregarme unas galletas que hizo, así que iré a buscarlo. Regresaré enseguida, ¿de acuerdo?
—Anda, no te preocupes por mí. Podemos vernos en el salón.
—¿Seguro?
—Sí, así que ve. No lo hagas esperar.
Una sonrisa iluminó el rostro de Namjoon antes de asentir, recoger sus cosas y marcharse rápidamente del lugar. Taehyung observó a su primo con cariño hasta que lo vio desaparecer. Desde el primer día en que Namjoon había visto a Jimin, había quedado flechado por él; era evidente lo mucho que le gustaba el rubio. Y para fortuna de su primo, Jimin también parecía estar muy interesado en él.
Un poco más tranquilo, Taehyung decidió continuar con su almuerzo antes de que se le acabara el tiempo. Habría podido disfrutar de su comida si no fuera porque en ese momento fue interrumpido por una voz muy conocida para él.
—Vaya, Kim. ¿Almorzando solo? Que raro de ti.
Inmediatamente en su rostro se formó una mueca, mientras que dejaba escapar un suspiro profundo cargado de exasperación.
—¿Qué quieres, Yongha? Déjame comer en paz.
—¿Por qué tanta crueldad? Yo solo venía a hacerte compañía, pensé que ya habíamos dejado el pasado atrás —declaró el chico con un tono de diversión en su voz, mientras tomaba asiento junto al castaño.
—Se me fue el apetito, así que puedes comer solo —anunció Taehyung con firmeza, recogiendo sus cosas y poniéndose de pie. Sin embargo, un fuerte agarre en su muñeca le impidió marcharse.
—Me gustaba más cuando eras más dócil, Kim. Parece que ahora te sientes la gran cosa solo porque te volviste un chico bonito. No deberías olvidarte que antes de ser esto, no eras más que alguien repugnante. Deberías estar agradecido de que te esté prestando atención.
En ese momento, Taehyung no pudo contener la risa que se le escapó. No podía entender cómo había permitido que este chico lo humillara tanto en el pasado; ahora, lo único que podía sentir por él era una tremenda lástima.
—Al menos mi situación tuvo solución; es una pena que tu idiotez sea algo irreparable. Lo siento por ti, Yongha —declaró con fingida inocencia, dejando que el tono burlón resonara en su voz antes de que su expresión se tornara completamente seria—. Ahora, quítame las manos de encima.
—Cruzaste la línea, Kim. Parece que tendré que recordarte con quién estás hablando.
A pesar de la notoria amenaza, Taehyung permaneció inmóvil en su sitio, sin mostrar un ápice de miedo en su mirada. Y antes de que pudiera incitar a Yongha que cumpliera con lo que decía, una persona llegó al lugar.
—¿Eres sordo o qué? Te dijo que lo sueltes.
Ambos chicos dirigieron su mirada inmediatamente hacia Jungkook, que acababa de llegar. Su expresión era completamente seria, evidenciando lo molesto que estaba.
—Oh, Jungkook. ¡Qué sorpresa! Mira, Kim, ¿quién diría que él tomaría tu lugar como rarito? Sí que cambian las cosas.
Para este punto, Taehyung ya se sentía sumamente irritado, y Jungkook parecía haber llegado al límite de su paciencia.
—Quita.Tus.Putas.Manos.De.Él.
La forma en que Jeon le habló hizo que toda la diversión desapareciera del rostro de Yongha, cuya expresión se volvió sombría al instante. Soltó a Taehyung con brusquedad y se acercó al azabache de manera desafiante, quedando cara a cara.
—¿O si no, qué?
Una sonrisa socarrona se formó en el rostro de Jungkook y, sin decir una palabra, le propinó un fuerte golpe que hizo que Yongha cayera al suelo. Sin borrar su expresión divertida, el azabache se agachó frente al chico, que sostenía su nariz que no dejaba de sangrar.
—Te lo advierto, Yoo. Si te veo nuevamente cerca de él o que me entere que lo estás molestando, te voy a mandar directo al maldito hospital —declaró con seriedad y extrema severidad.
La expresión del otro se llenó de temor y, sin decir nada más, se puso de pie, recogió sus cosas y se marchó rápidamente. Jungkook se levantó e inmediatamente se giró hacia Taehyung.
—¿Estás bien? —preguntó con preocupación, sus ojos suavizándose al momento que se cruzaron con los del castaño—. ¿Te hizo algo?
—Estoy bien, no te preocupes. Pude haberme defendido por mi cuenta. ¿Era necesario golpearlo? Podrías meterte en problemas —dijo Taehyung con inquietud. Por mucho que estuviera fascinado por el hecho de que Jungkook lo hubiera ayudado, no podía evitar pensar que podría meterse en problemas por culpa suya.
—Siempre me meto en problemas, así que no me importaría hacerlo por defenderte. De todas formas, dudo que Yongha quiera contar lo que pasó y arriesgarse a perder su reputación. Como habrás notado, es más de hablar y no hacer nada.
—Sí, lo noté.
Taehyung estaba haciendo un gran esfuerzo por mantener la calma, pero en realidad, en su interior todo era un caos. ¿La razón? Jungkook lo había defendido, y eso tenía un gran peso para él.
—¿Tú estás bien? —preguntó Taehyung, acercándose al otro para tomar su mano y examinar sus nudillos—. Están rojos.
—No es nada, en un rato se quita. ¿Seguro que estás bien? Vi que te sostuvo con fuerza. —Jungkook movió su mano con suavidad para tomar la muñeca de Taehyung, su mirada se tornó seria al notar las marcas del agarre en su piel—. Debí golpearlo más —expresó con tanto enojo que sorprendió al castaño.
En ese momento, Kim se vio incapaz de articular palabra. Jungkook percibió el silencio y alzó la mirada, encontrándose con los ojos de Taehyung. Este sintió cómo su corazón comenzaba a latir con tanta fuerza que temió que el azabache pudiera escucharlo; la cercanía entre ambos lo estaba poniendo sumamente nervioso.
—E-eh, bueno... yo me voy —dijo con nerviosismo, librándose del agarre y recogiendo rápidamente sus cosas.
Podía sentir la mirada de Jungkook sobre él, pero se sintió incapaz de volver a mirarlo. Una vez que tuvo sus cosas, dio un par de pasos, pero antes de seguir adelante, se detuvo.
—Gracias, por lo de antes —agradeció sin volver la vista atrás, y sin esperar respuesta, se marchó.
El silencio en su habitación contrastaba enormemente con el ruido de sus pensamientos. Por más que lo intentara, era incapaz de dejar de pensar en lo sucedido en la escuela. Aún estaba procesando todo, tanto que ni siquiera fue capaz de contárselo a Namjoon. Primero, porque sabía que su primo se enojaría y podría ir a buscar a Yongha, y lo último que Taehyung quería era que se metiera en problemas. Segundo, sabía que lo acorralaría con muchas preguntas sobre Jungkook, a las que él tampoco era capaz de encontrar respuestas.
Hubiera seguido atormentándose con sus pensamientos si no fuera por la voz que lo llamó y logró captar su atención.
—Bebé, ¿está todo bien? —escuchó a Seokjin preguntar.
En la entrada de su habitación estaban sus hermanos, y por la forma en la que lo miraban, pudo percibir que estaban preocupados por él. Taehyung no sabía realmente qué tipo de expresión tenía en ese momento, pero dado que desde que regresó de la escuela estuvo muy ausente, era evidente que sus hermanos, quienes siempre estaban pendientes de él, notarían que algo estaba pasando.
Formó un puchero con sus labios y movió su cabeza de forma negativa. Toda la situación estaba siendo demasiado para soportarla por sí solo, por lo que ya no se sentía capaz de seguir ocultando la verdad.
Ambos hermanos entraron en la habitación y se sentaron en la cama, uno a cada lado de él.
—¿Qué ocurre, bebé? Sabes que puedes contarnos cualquier cosa —Hoseok dijo con mucho cariño, tomando la mano de su hermanito y acariciándola con suavidad.
En ese momento, sintió que sus ojos se humedecían y, sin poder contenerse más, las lágrimas comenzaron a caer.
—No sé que hacer —pronunció Taehyung finalmente, decidido a abrir su corazón para dejar salir aquello que llevaba años lastimandole.
—¿A qué te refieres? —preguntó Seokjin confundido, llevando su mano hasta el rostro del menor para limpiar la humedad de sus mejillas.
—No sé qué hacer con Jungkook. —Por la forma en que sus hermanos lo miraron, Taehyung se dio cuenta de que no tenían idea de lo que les estaba hablando, así que se apresuró a explicar—. Él fue la razón por la que decidí irme a estudiar lejos.
Escuchar eso sorprendió a ambos hermanos. Durante todos estos años, habían intentado entender por qué su hermanito había tomado la decisión de marcharse tan repentinamente. Que Jungkook fuera la razón era algo que jamás se habían imaginado.
—En la secundaria, había un grupo de chicos que solía molestarme constantemente por mi apariencia. Me trataban como raro y se burlaban de mí todo el tiempo.
—¿Qué? ¿Por qué nunca nos dijiste nada? —Hoseok preguntó con incredulidad, su mirada reflejaba sorpresa, al igual que la de Seokjin, como si no pudieran procesar la revelación.
—Siempre me vieron como si fuera un tesoro. No quería que, al saber que en realidad era alguien patético, comenzaran a verme con lástima. Al menos a sus ojos, quería seguir siendo ese chico especial y brillante, por eso nunca les dije nada.
Taehyung notó la tristeza bañar el semblante de sus hermanos, posiblemente culpandose por no haberse percatado de la situación.
—Bebé... —murmuró Seokjin, acunando el rostro de su hermano entre sus manos para que lo mirara a los ojos—. No importa cómo te miren los demás o lo que piensen de ti. Eso nunca cambiará el hecho de que para nosotros eres nuestro tesoro más grande.
—No estás solo, Taehyungie. Tienes a tu familia que siempre estará a tu lado para recordarte lo valioso que eres y lo mucho que te amamos —Hoseok afirmó con convicción—. No puedo creer que estuvieras pasando por tanto, y nosotros... —Sus palabras quedaron en el aire, sus ojos humedeciéndose con pesar al imaginar todo por lo que su hermano debió haber pasado para tomar la decisión de irse.
—No se sientan culpables —negó Taehyung, mirando a sus dos hermanos a los ojos—. Yo debí haberles contado la verdad; quizás si lo hubiera hecho, las cosas habrían sido distintas. Sin embargo, ya no podemos cambiar el pasado. Así que, por favor, no se atormenten con eso, porque precisamente lo oculté para evitarlo.
—Es normal que nos duela, bebé. Eres nuestra adoración y aun así, no fuimos capaces de percatarnos de lo mucho que estabas sufriendo. Lo siento mucho, Taehyungie.
—Jinnie...
—Es verdad —confirmó Hoseok—. No puedo creer que estuviera pasando frente a nuestras narices y no nos diéramos cuenta. Debes haber sufrido mucho —dijo el mayor mientras envolvía a Taehyung en un abrazo.
El corazón de Taehyung se llenó de una cálida sensación, él sabía que siempre que lo necesitara, podía contar con su hermanos. Aunque reflexionaba sobre cómo las cosas podrían haber sido diferentes si hubiera recurrido a ellos en el pasado, comprendió que no podía cambiar el ayer y que todas las cosas suceden por una razón. Reconoció que las adversidades traen consigo lecciones valiosas y oportunidades de crecimiento. Gracias a aquella desafortunada situación, Taehyung había encontrado un apoyo inquebrantable en Namjoon, cuya amistad se había fortalecido a través del viaje que hizo al extranjero. Además, había desarrollado una mayor fortaleza emocional, fruto de su propio esfuerzo y perseverancia.
Por eso, no quería que sus hermanos se sintieran mal al respecto, ya que dentro de la desgracia, había aspectos que merecían ser valorados y rescatados.
—Pero hay algo que no entiendo... —dijo Hoseok al separarse de su hermano—. ¿Qué tiene Jungkook que ver en todo esto?
La mera mención del azabache le causó un vacío en el estómago a Taehyung, recordándole la razón por la que se sentía tan perdido en cuanto a qué hacer. Si no sintiera nada por él, tal vez le resultaría más fácil permitirle entrar en su vida o sacarlo de ella. Sin embargo, Taehyung seguía enamorado, incluso también de esta nueva versión suya, lo que lo sumía en un profundo dilema emocional.
—La cuestión es que lo que más me dolió no fueron las burlas o el maltrato de esos chicos. Fue el hecho de que Jungkook me dejó de lado y empezó a juntarse con ellos.
—¿Qué? —Seokjin exclamó con incredulidad; genuina confusión bañaba su mirada, al igual que la de Hoseok.
—No puedo creerlo —Hoseok negó con la cabeza—. Y pensar que todo este tiempo lo estuve tratando bien, cuando fue por su culpa que tú...
—Hyung, no —intervino Taehyung—. Éramos demasiado jóvenes; la presión social a esa edad podía ser verdaderamente abrumadora. No me malinterpreten, no estoy intentando justificarlo, porque lo que hizo no tiene justificación. Solo digo que cometió un error y cuando se dio cuenta, ya era demasiado tarde para enmendarlo.
—¿No estás molesto con él? —Seokjin cuestionó a su hermanito, a diferencia de Hoseok, lucía mucho más tranquilo.
—La verdad es que nunca pude guardarle rencor.
—¿Entonces por qué dices que fue culpa suya que te marcharas?
—Oh, eso... —murmuró el menor con un ligero nerviosismo—. Yo... estaba enamorado de él —finalmente confesó, sintiendo cómo sus mejillas se ruborizaban al estarles contando esto a sus hermanos—. Esa es la razón por la que me dolió tanto, me había roto el corazón.
—Ya entiendo —Seokjin asintió varias veces, como si acabara de llegar a una conclusión—. Bebé, ¿él te sigue gustando, cierto?
A Taehyung no le sorprendió que su hermano lo descubriera; siempre había sido más sensato y observador.
—Sí, él todavía me gusta.
—¿Cómo puede seguir gustándote después de todo? —Hoseok preguntó con molestia. No era su intención sonar tan severo, pero si había algo que no toleraba era que se metieran con su hermano menor.
—No es algo que yo controle, hyung. Todo este tiempo me esforcé en deshacerme de mis sentimientos por él, creyendo que lo había logrado. Sin embargo, al parecer, no fue así. O tal vez sí lo logré, pero reencontrarme con él hizo que resurgieran. Desde el primer momento en que nos encontramos, no ha parado de seguirme a todas partes pidiéndome perdón y una oportunidad de arreglar las cosas.
»A pesar de sonar sincero, seguía teniendo mis dudas. Estaba aterrado de permitirle ingresar nuevamente en mi vida y que volviera a dejarme de lado. No sería capaz de soportar algo así, no otra vez. Es por eso que, por mucho que mi corazón me insistiera en que lo intentara, me negué a hacerlo.
—¿Y por qué estás dudando? —Todo lo contrario a Hoseok, Seokjin preguntó con calma, tomando la mano de su hermano para transmitirle confianza.
—Porque hoy en la escuela, a la hora del almuerzo, me quedé solo por un momento, y el chico que solía molestarme en el pasado llegó hasta donde estaba.
—¿Te hizo algo? Ahora sí lo mato al hijo de puta —masculló Hoseok, notablemente molesto, lo cual sorprendió al menor porque su hermano siempre era muy tranquilo y alegre—. Dime quién es.
—No, hyung. No me hizo nada, no te preocupes —negó Taehyung—. Tiró unos comentarios con la intención de hacerme sentir mal, pero ya no soy el mismo chico que se dejaba pisotear. Estaba a punto de ponerlo en su lugar, cuando apareció Jungkook y él me defendió.
La expresión de Hoseok pasó de molesta a sorprendida en un abrir y cerrar de ojos, a Taehyung le encantaba la facilidad con la que su hermano podía cambiar de emociones. Mientras tanto, Seokjin permanecía sereno, atento a cada palabra que Taehyung pronunciaba.
—La verdad es que me sorprendió. Estaba tan molesto que terminó rompiéndole la nariz al tipo de un golpe y lo amenazó para que no volviera a acercarse a mí.
—Oh, bueno... tal vez si pueda perdonarlo.
Taehyung soltó una risa burlona, negando ligeramente con la cabeza.
—¿Qué es lo que tú quieres, Taehyungie? Es cierto que todos cometemos errores, y aunque personalmente me costaría perdonar a Jungkook, no es algo que dependa de mí ni de Hobi. La decisión es tuya, y sin importar qué decidas, estaremos aquí para apoyarte.
—Es cierto, puede que esté menos enojado con él, pero independientemente de lo que haya pasado, tú eres el único que puede decidir.
Saber que sus hermanos lo apoyaban sin importar la decisión que tomara le provocó unas ganas inmensas de llorar. Se sentía muy afortunado de poder contar con ellos, pues fue gracias a su amor y apoyo que había sido capaz de salir adelante.
—Estoy aterrado.
—Es entendible, bebé, pero no puedes dejar de vivir solo por tener miedo. La vida a menudo es aterradora, pero eso no significa que debas quedarte estancado. Debes seguir avanzando, incluso si a veces tropiezas, porque eso es parte de vivir. Pero no importa lo que pase, ten por seguro que siempre nos tendrás a Hobi y a mí para apoyarte.
—Sí, no estás solo.
—Gracias por estar conmigo, y gracias por siempre verme con tanto amor.
—Eres nuestro bebé —dijo Seokjin con una sonrisa—. Siempre te veremos de esa manera.
Los ojos de Taehyung se humedecieron y una amplia sonrisa iluminó su rostro. Gracias a sus hermanos, su corazón se sentía más ligero y ahora estaba más seguro de lo que quería hacer. Aunque el miedo persistiera, no iba a permitir que eso le impidiera avanzar, porque al final, pase lo que pase, sabía que podía contar con las personas que amaba para volver a levantarse.
—Los amo mucho —pronunció Taehyung con profundo cariño, rodeando la cintura de sus hermanos con un brazo y atrayéndolos hacia él en un abrazo.
—Y nosotros a ti, Taehyungie —confirmó Hoseok con ternura, abrazando a su hermanito con fuerza.
—Mis bebés —murmuró Seokjin con una sonrisa, abrazando a sus dos hermanos menores.
El momento era sumamente reconfortante. Taehyung se sentía verdaderamente en paz y protegido, ya que estar entre los brazos de sus hermanos siempre sería su refugio. Aunque a veces les recordara que ya no era un bebé, se sentía feliz de ser tratado como su tesoro más preciado. Porque para Taehyung, eso era exactamente lo que eran ellos en su vida: su más valioso tesoro.
Unos sollozos que provenían de la entrada de la habitación lograron interrumpir el momento, captando la atención de los tres hermanos. En la puerta, se encontraba Namjoon, limpiando sus lágrimas con la mano.
—Esto es tan bonito, ¿no merezco yo también un abrazo?
—¿Y tú por qué? —preguntó Taehyung con una sonrisa cariñosa, poniéndose de pie para acercarse a su primo.
—¿Quién crees que le dijo a tus hermanos que hablaran contigo?
—Lo imaginé —respondió el castaño con una ligera risa—. Ven aquí —pidió, extendiendo sus brazos en una invitación que Namjoon aceptó al instante—. Gracias, Joonie.
Sí, la vida muchas veces podía ser aterradora, pero junto a las personas correctas, se sentía más valiente que nunca.
Estoy llorando brillitos TT💖 ¿qué les pareció? cuéntenmeeee c: debo admitir que casi no actualizo hoy jaja pero logré hacerlo, así que espero que les haya gustado el capítulo.
Ya estamos por terminar la historia, solamente un capítulo más y el epílogo c':
Volveré mañana con el siguiente capítulo, hasta entonces, manténganse sanos.💖
𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.
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