✦┊Chapter I: Home sweet home.

En el viaje de regreso a Corea, Taehyung permaneció en silencio, una actitud que Seokjin notó mientras observaba a su hermano menor con la mirada perdida en la ventanilla. Había notado cierto nerviosismo en él, y no lograba entender la razón detrás de ese comportamiento, sobre todo porque había sido decisión suya regresar a casa.

Tomó su mano, lo que hizo que Taehyung reaccionara con un pequeño brinco, parpadeando un par de veces para volver en sí. Cuando se volvió hacia su hermano y sus miradas se encontraron, le dedicó una sonrisa que, sin embargo, ni siquiera llegó a iluminarle los ojos.

Durante los años que habían vivido en el extranjero, Seokjin nunca pudo descubrir la razón del por qué su hermano había decidido marcharse de la nada de su hogar. A pesar de haberlo intentado varias veces y de haberle preguntado en repetidas ocasiones, nunca recibió una respuesta. Con el tiempo, decidió dejar de insistir, a pesar de la oposición de Hoseok, quien siempre le presionaba para descubrir la verdad.

Seokjin solo deseaba la felicidad de su hermanito, sin importar cuál fuera la razón que lo llevó a huir. Estaba decidido a estar a su lado siempre, sin cuestionar nada al respecto.

Quizás era demasiado intenso cuando de Taehyung se trataba, pero eso no podía importarle menos. Desde el momento en que nació, se comprometió en ser un buen hermano mayor para él. Hoseok tampoco pensaba diferente, ya que para ambos, Taehyung era su completa adoración. No había nada que no estuvieran dispuestos a hacer, con tal de ver a su hermano siendo feliz.

Irse a Nueva York tuvo sus aspectos positivos, ya que le brindó la oportunidad de pasar más tiempo a solas con Taehyung. Aunque extrañaba a sus padres y a su hermano, Seokjin no quería ni siquiera imaginar lo difícil que habría sido separarse de Taehyung. Por eso sentía pena por Hoseok, quien durante todos estos años había tenido que sufrir mucho por la ausencia de su hermano menor.

Sin embargo, finalmente luego de casi tres largos años, estaban volviendo a casa. El regreso, fue igual de inesperado que la partida. Aunque Seokjin siempre había mantenido la esperanza de que algún día volverían a Corea, quedó sorprendido por lo repentino que fue todo, ya que Taehyung no mencionó en ningún momento su deseo de volver.

Algo de lo que pudo percatarse es que, de cierta manera, alejarse había beneficiado mucho a su hermano menor. Había recuperado el brillo en su mirada y parecía mucho más feliz. Y lo mejor de todo fue que tuvo la oportunidad de disfrutar de toda esa alegría junto a él.

—¿Está todo bien? —preguntó el mayor con preocupación, recibiendo un asentimiento de Taehyung.

—Sí, descuida. Solo me siento un poco ansioso, realmente los extraño demasiado.

Seokjin sonrió con ternura, acariciando la mano de su hermanito con suavidad.

—Ellos también, no lo dudes —respondió con convicción, inclinándose para depositar un beso en la frente del otro—. En especial Hobi, ha estado muy emocionado desde que supo que volverías.

El menor sonrió con alegría, consciente de la genuina felicidad que su regreso traía a su hermano. Desvió su mirada hacia la mano de Seokjin que descansaba sobre la suya, y la giró suavemente para entrelazar sus dedos. Al levantar la vista y encontrarse con la mirada de su hermano, una ligera angustia le apretó el pecho.

El mayor inclinó la cabeza, mostrando claramente su confusión.

—¿Qué ocurre, bebé? —preguntó con curiosidad al notar la expresión en el rostro de Taehyung.

El castaño guardó silencio por un momento antes de suspirar profundamente.

—Aunque volvamos... nada cambiará, ¿verdad? Entre nosotros, quiero decir —murmuró con inquietud, encogiéndose de hombros.

Una cálida sonrisa cargada de ternura iluminó el rostro de Seokjin mientras negaba suavemente con la cabeza. Se preguntaba, una vez más, cuándo comprendería su hermanito que, para él, no existía nada ni nadie más importante que él.

—Descuida, bebé. Nada me alejará de ti, ni siquiera Hobi será capaz de quitarme mi lugar como el hermano favorito —dijo con burla, consiguiendo que Taehyung se soltara a reír.

Sabía que no tenía razones para preocuparse, ya no era el mismo chico que cuando partió de Corea. Había experimentado un cambio profundo; ahora se sentía seguro de sí mismo y se amaba tal como era. Sus inseguridades se habían desvanecido y, lo más importante, no estaba solo.

Contaba con el apoyo incondicional de sus hermanos, sus padres y ahora incluso de Namjoon, quienes siempre estarían a su lado. Por eso, no había manera de que consiguieran romperle nuevamente.

Al concluir el vuelo y llegar finalmente a su destino, se levantaron de sus asientos y recogieron sus pertenencias de los compartimentos superiores. Una vez listos, salieron del avión agradeciendo al personal de cabina.

Taehyung se volvió hacia su primo, quien mantenía el ceño ligeramente fruncido.

—¿Seguirás molesto? —preguntó con una sonrisa, llevando su dedo a la frente ajena para alisar las arruguitas que se formaban.

—Yo quería sentarme a tu lado. —Se quejó Namjoon con un puchero bastante adorable en sus labios.

Seokjin, que caminaba junto a ellos, soltó una carcajada y tomó la mano de su hermano con firmeza.

—Privilegios —declaró con una sonrisa orgullosa, lo que hizo que su primo pusiera los ojos en blanco.

Taehyung negó con una sonrisa, sin decir nada al respecto. Se dirigieron hacia la cinta transportadora, esperando pacientemente a que su equipaje apareciera. Una vez lo obtuvieron, fueron hacia la salida, donde su familia ya los esperaba. Seokjin se ofreció a llevar el equipaje, y aunque Taehyung le dijo que no era necesario, su hermano no le hizo caso y de igual manera le ayudó a cargarlo.

De todas formas, después de reflexionar un momento, Taehyung llegó a la conclusión de que era lo mejor, ya que le estorbaría al momento de reunirse nuevamente con su familia.

A medida que se acercaban a la salida, sentía cómo su ansiedad aumentaba notablemente. Dos años y medio habían pasado desde que Taehyung estuvo separado de su familia, y finalmente, después de tanto tiempo viéndolos solo a través de videollamadas, tenía la oportunidad de reunirse con ellos nuevamente.

Cuando las puertas de cristal se abrieron frente a él, ni siquiera tuvo que esforzarse por buscarlos, porque ahí estaban, los tres esperándolos. Su corazón latió con fuerza y sintió una inmensa felicidad invadirlo. Su familia lo miraba con una enorme sonrisa en el rostro, aunque su hermano Hoseok ya tenía las mejillas bañadas en lágrimas.

Posiblemente estaban siendo demasiado dramáticos, pero en ese momento, eso era lo que menos les importaba mientras ambos corrían el uno hacia el otro. Después de tanto tiempo separados, todo lo que anhelaban era fundirse en los brazos del otro.

Hoseok abrazó con fuerza a su hermano menor mientras sus lágrimas caían con mayor intensidad. Taehyung sintió en ese instante cómo sus propias lágrimas comenzaban a bañar su rostro, incapaz de detenerse después de haber estado separado de su hermano durante casi tres largos años. La espera había sido interminable, pero finalmente, sus corazones volvían a estar juntos.

—V-volviste —murmuró el mayor, aferrándose con más fuerza a su hermano, como si aún no fuera capaz de creer que se encontraba entre sus brazos.

Una enorme sonrisa se dibujó en el rostro del menor mientras asentía.

—He vuelto.

De ser posible, a Hoseok le hubiera encantado permanecer de esa manera por siempre. No obstante, luego de que sus padres terminaran de abrazar a Seokjin, comenzaron a exigir su turno para abrazar a Taehyung. Fue así que a regañadientes, no tuvo más opción que soltar a su hermanito.

Taehyung abrazó a sus padres con gran emoción. Los había echado tanto de menos que volver a estar entre sus brazos llenó su corazón de paz y calma. Se grabó esa sensación en lo más profundo de su corazón, prometiéndose a sí mismo que jamás permitiría que sus inseguridades lo alejaran nuevamente de su familia.

—Bienvenido a casa —dijo su madre, depositando un tierno beso en su cabeza.

—Te eché de menos —murmuró Taehyung entre ligeros sollozos, aferrándose con fuerza a ella.

—No volveré a dejar que te vayas lejos, ¿entendiste?

—No te preocupes, mamá, no volveré a marcharme.

Después de varios abrazos y lágrimas derramadas, finalmente se dirigieron al estacionamiento donde estaba el automóvil, listos para volver a casa. Durante todo el trayecto, Taehyung miraba por la ventanilla con una sonrisa en el rostro, feliz de ver de nuevo las calles y edificios de Seúl. Realmente había echado de menos todo eso.

Cuando llegaron a casa, Taehyung subió directamente a su habitación, ya que Hoseok se ofreció a llevar su equipaje por él. Al entrar, observó todo con nostalgia, su habitación había permanecido intacta, tal como la había dejado antes de marcharse. Sabía que tendría que hacer limpieza luego, ya que muchas de las cosas ya no las usaría.

Su mirada se posó en la cama, donde vio aquel peluche de conejo que había dejado antes de marcharse. En algún momento de su vida, ese peluche fue su mayor tesoro, pues su mejor amigo se lo había regalado cuando cumplió ocho años.

—Aquí están tus cosas —Hoseok anunció, entrando a la habitación con el equipaje de Taehyung—. Me aseguré de mantener tu cuarto tal como lo tenías —añadió con una sonrisa, mientras observaba a su hermano menor con ternura.

—Muchas gracias, hyung —el menor agradeció con una sonrisa—. Aunque tendré que hacer una limpieza, hay muchas cosas que ya no usaré.

—Te ayudaré más tarde con eso, ¿te parece?

—Claro, ¿y Nam, dónde está?

—Mamá lo llevó a la que será su habitación. —Le explicó con una sonrisa, viendo cómo Taehyung asentía, listo para salir de su habitación en busca de su primo.

—¿No vas a desempacar? —preguntó Hoseok, sin esperar realmente una respuesta de su hermano antes de empezar a sacar las cosas de la maleta—. No quiero seguir viendo el equipaje hecho.

Taehyung soltó una leve risa, negando con la cabeza.

—No pensaba hacerlo todavía, pero parece que tienes ganas de ayudarme con eso —respondió con una sonrisa, acercándose a su hermano para abrazarlo—. Realmente te extrañé mucho.

Hoseok dejó lo que estaba haciendo y le devolvió el abrazo a su hermanito.

—Yo también te extrañé demasiado, bebé.

—Ya no soy un bebé —Taehyung se quejó con un puchero en sus labios—. Todo el tiempo se lo estoy diciendo a Jinnie, deberían buscarse una nueva forma para llamarme.

—¿Disculpa? —Hoseok exclamó con ofensa—. Podrás tener setenta años, usar bastón y pañal, y para mí seguirás siendo mi bebé —afirmó con el ceño fruncido, separándose ligeramente para mirar a su hermano a los ojos.

—Ya, supongo que tendré que resignarme.

—Bien dicho. ¿Irás a ver a Nam? —preguntó, recibiendo un asentimiento del contrario—. De acuerdo, yo terminaré de desempacar entonces.

—Gracias, hyung. ¿Podrías soltarme? —pidió el menor, notando que su hermano no parecía dispuesto a hacerlo.

—No quisiera —respondió el mayor con pesar, finalmente soltando al menor como si hacerlo fuera lo más difícil que alguna vez hizo en su vida.

Taehyung sonrió con ternura, elevándose en la punta de sus pies para besar la mejilla de su hermano. Se dispuso a salir antes de que Hoseok pudiera atraparlo nuevamente entre sus brazos. Sin embargo, antes de abandonar la habitación, se giró una vez más.

—Hobi, ¿me harías un favor?

—Claro, lo que quieras.

—¿Podrías deshacerte de ese peluche? —Señaló al conejo de su cama.

El contrario abrió los ojos con sorpresa, consciente del aprecio que Taehyung tenía por ese muñeco. En realidad, le había sorprendido mucho que se hubiera marchado a New York sin él, ¿y ahora quería deshacerse de él?

—¿Estás seguro? Fue un regalo de Jungk-...

—¡Estoy seguro! —interrumpió el castaño de inmediato a su hermano—. Por favor.

Hoseok lo observó por un momento, con una mirada cargada de confusión. Su naturaleza curiosa lo impulsaba a querer indagar al respecto. Sin embargo, Seokjin le había dejado claro que tenía que dejar de presionar a Taehyung y darle tiempo para que decidiera contarles lo que pasaba por elección propia.

Dejó escapar un fuerte suspiro, y asintió.

—De acuerdo, bebé. Me desharé de él.

—Gracias —agradeció el menor con una sonrisa, dándose vuelta para finalmente ir en busca de su primo.

Al llegar hasta su habitación, lo encontró recostado en la cama mientras mantenía una videollamada con Dahyun.

—Ya te dije que sí me voy a bañar todos los días. —Le escuchó decir con molestia, logrando que Taehyung se soltara a reír.

Fue hasta la cama, y se acostó junto a su primo, asomando su cabeza para que la cámara lo captara.

—Hola, tía. ¿Ya le recordó a Joonie que debe también lavar sus dientes?

¡Es verdad! Gracias, Taehyungie —agradeció la mayor, mientras que su primo lo fulminó con la mirada—. No olvides que debes hacerlo después de cada comida, también cuando te levantes. No querrás ir a la escuela con la boca apesto-...

—¡Ya, mamá! No soy un bebé, puedo hacer las cosas perfectamente por mi cuenta.

—No lo sé, hijo. Recuerdo que no eras capaz siquiera de atarte los cordones tú solo.

—¡Era un niño!

—Yo recuerdo que fue la semana pasada —Taehyung mencionó con diversión.

—Bueno, ¿y tú de qué lado estás? —reclamó con molestia.

—Del de mi tía, obvio.

—No había visto una traición más grande desde que Judas traicionó a Jesús —Namjoon negó con pesar, llevando su mano hasta su pecho fingiendo dolor.

Una fuerte risa escapó de los labios de Taehyung antes de tomar el teléfono de las manos de su primo.

—No se preocupe, tía. Me encargaré de cuidar muy bien de Joonie, está en buenas manos.

—Te encargo mucho a mi hijo, Taehyungie.

—Claro. —El contrario aseguró con una sonrisa mientras alzaba su pulgar.

Namjoon suspiró con fuerza.

—Ya, como sea. Estaré bien —dijo a su madre una vez tomó su celular nuevamente—. Voy a colgar, necesito desempacar.

—Háblame seguido, ¿de acuerdo? Te amo, cariño. Ya te echo de menos.

La expresión del moreno se suavizó y una pequeña sonrisa iluminó su rostro.

—Yo también te amo. Te llamaré mañana.

—Bien. ¡Adiós, Taehyungie!

—Adiós, tía. Saludos a Oliver.

—Oh cierto, no te conté que ayer...

Antes de que su madre pudiera decir algo más, Namjoon terminó la llamada. Respiró profundamente antes de exhalar con fuerza, dejando su celular en la mesita junto a la cama. Taehyung lo observó con diversión e inmediatamente se abalanzó sobre él para abrazarlo con fuerza.

—No creas que con eso basta para que te perdone —declaró el moreno con seriedad, frunciendo el ceño.

—¿No? Es una lástima, porque planeaba darte muchos besitos como disculpa.

La habitación se llenó de silencio, mientras Namjoon parecía reflexionar la propuesta.

—¿Cuántos son muchos?

Una sonrisa iluminó el rostro del castaño mientras abrazaba a su primo con más intensidad. No era un secreto que Namjoon tenía una fuerte debilidad por él. Honestamente, no lograba entender por qué generaba ese efecto en los demás. No es que le disgustara; de hecho, disfrutaba que lo mimaran todo el tiempo. Sin embargo, le generaba intriga entender qué había en él que causaba esa reacción en la gente.

—Demasiados.

—Está bien, te perdono.

En ese momento, Taehyung comenzó a dejar muchos besos por todo el rostro de su primo, mientras le veía sonreír grandemente.

—Gracias por haber venido conmigo. Contigo a mi lado, me siento seguro.

Namjoon se enderezó y se sentó en la cama, observando a su primo y acariciando su mejilla con ternura.

—Estaré siempre a tu lado, no permitiré que nadie te vuelva a lastimar. Ni siquiera el imbécil de Jungk-...

—¡Escuché que Tae está dando besitos! —De repente, Hoseok apareció en la entrada de la habitación, con los ojos brillando de emoción.

—¿Qué? No, yo no...

—Yo también quiero. —Seokjin apareció de igual manera, colocándose junto a su hermano mientras veían con ilusión a Taehyung.

El castaño suspiró con fuerza, sentándose en la cama mientras señalaba con el dedo a su primo y fruncía el ceño.

—Esto es culpa tuya —dijo con seriedad, bufando antes de dirigirse a sus hermanos y suavizar su mirada—. ¿Quién va primero?

En ese momento, Seokjin empujó a Hoseok y se acercó rápidamente a Taehyung. No tardó para que ambos comenzaran a discutir por quién recibiría primero los besitos. El castaño observaba la escena con una sonrisa, pues, a pesar de lo pegajosos que podían ser a veces sus hermanos con él, se sentía profundamente feliz de contar con ellos en su vida. Habían sido una parte indispensable en su proceso de reconstrucción personal.

Cuando reflexionaba sobre regresar a casa, una multitud de temores invadía su mente. Sin embargo, al encontrarse finalmente allí, se dio cuenta que no había nada que temer. Se había convertido en una persona completamente nueva y, aunque aún había muchos aspectos en los que tenía que seguir trabajando, estaba seguro de que esta vez las cosas serían diferentes.

No permitiría que el pasado se repitiera.

Más tarde, cuando los mayores quedaron satisfechos con todos los besos y abrazos que Taehyung les dio, finalmente se marcharon de la habitación dejando a los dos menores a solas.

—¿Estás nervioso? —preguntó Namjoon, con la mirada fija en el techo, mientras acariciaba el cabello de su primo, quien estaba recostado sobre su estómago.

—Un poco, pero no estoy asustado. Es lo único que importa.

—Es verdad... —afirmó con un asentimiento, guardando silencio por un momento antes de volver a preguntar—. ¿Y estás listo, para volver a verlo?

Taehyung no necesitaba escuchar un nombre para comprender a quién se refería. A pesar de desear con todas sus fuerzas poder afirmar que su antiguo mejor amigo no había ocupado ni un instante de sus pensamientos, era consciente de que eso era una mentira. Suspiró con fuerza, tratando de encontrar una respuesta, pero se encontró incapaz de articular palabra alguna.

—Tae, ¿seguro que te deshiciste de tus sentimientos? —preguntó su primo con preocupación, provocando que un nudo se formara en el estómago del castaño.

Esa era otra razón por la que la traición de su ex mejor amigo le había afectado tan profundamente. No sabía cuándo exactamente había sucedido, pero Taehyung se había enamorado de él. Sin embargo, cuando ocurrió todo el problema, el castaño sintió que su corazón se rompía en mil pedazos al mismo tiempo que su autoestima.

Al marcharse, Taehyung se había prometido hacer todo lo posible por deshacerse de esos sentimientos. No podía permitirse dudar, ya que aunque no sentía rencor hacia su ex mejor amigo, tampoco deseaba volver a recuperar lo que alguna vez tuvieron.

—Descuida, Joonie. En mi corazón ya no hay lugar para nada relacionado con Jungkook, todo eso quedó en el pasado.

¿Cierto?

¿Qué les pareció el primer capítulo? Me doy cuenta que por alguna razón me gusta escribir sobre hermanos amorosos jajaja yo tengo dos, uno es un empalagoso que ama el contacto físico, mientras que el otro es como un gato antisocial XD

¿Ustedes creen que Taecito realmente ya no sienta nada por Kook? 7u7 Bueno, lo sabremos más adelante. 

Volveré pronto, la idea es volver mañana, así que hasta entonces manténganse sanos.💖

𝐊𝐢𝐦𝐍𝐢𝐤𝐚𝐫𝐢.

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