𝐪𝐮𝐢𝐧𝐳𝐞

Por otro lado, Jennie asiente para si misma al ver la enorme sonrisa de Jisoo, su objetivo del día fue cumplido.

Y aunque hace su mejor esfuerzo para no aferrarse a un imposible tan claro como las notas del saxofón que suena cerca de ellas, consigue una mínima del hogar que extraña en los dedos que se entrelazan con los suyos.

Por un segundo sus miradas coinciden en la otra como si el destino hubiese tomado sentido, Jennie asegura el momento entre sus palmas al también ajustar su agarre. No se les escapara tan fácil.

La música toma protagonismo cuando un show callejero se instala aún más cerca que el anterior, si ya esto de por sí parecía el cliché más gastado, La Vie En Rose de Edith Piaf en la versión de Louis Armstrong solo llegó para completar.

Jennie ríe por lo bajo antes de jalar a Jisoo por la mano como ella lo había hecho en el puente, sin embargo, esta vez no corren a ningún lado, todo lo contrario, la castaña sostiene a la contraria por la cintura para mantenerla en su suelo. La sorpresa de Jisoo solo dura unos segundos, pasa su brazo libre por los hombros de Jennie y sin saber que pasos marcar, comienzan un vaivén que consigue su forma de ser armonioso.

ㅡNo me vayas a pisar. ㅡla pelinegra bromea solo para recibir a cambio un bufido por parte de Jennie.

ㅡPara tu información, soy excelente bailarina.

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