➹ Cap. 1
Con lágrimas en sus ojos, Hermione entró en la sala de menesteres como pudo, no podía creer lo que había pasado. Su mejor amigo estaba muerto. Los demás habían sido atacados al no querer unirse a Lord Voldemort, ella por suerte había huido a tiempo antes de que la matarán.
Entre el pánico y el miedo, Hermione sacó el mapa del merodeador para saber exactamente quienes estaban cerca de donde estaba ella, al abrir el mapa vio la presencia de tres mortífagos cerca de la sala de menesteres poniéndola en alerta, sobre todo al ver a Bellatrix Lestrange, Hermione no pudo evitar recordar la tortura que había pasado en la mansión Malfoy por causa de la mortifaga.
Al imaginar que ellos podían entrar en cualquier momento en la sala de menesteres al estar conscientes de la existencia de está, Hermione se cubrió rápidamente con la capa de invisibilidad de Harry que tenía en su bolsa.
─ ¿Dónde estás maldita sangre sucia? ¡Ya sé que te escondiste aquí! ─ vociferó Bellatrix entrando en la sala de menesteres haciendo temblar a Hermione debajo de la capa de invisibilidad ─ ¡SAL AHORA! ─ gritó molesta al tener que buscar a una “sangre sucia” como ella les decía a los de su clase ─ no te salvarás, tus amigos están muertos y tú serás la próxima ─ soltó una risa.
Al escuchar las palabras de Bellatrix, Hermione tapó su boca intentando con todas sus fuerzas evitar llorar para no ser descubierta por los mortífagos.
─ La sangre sucia no está ─ dijo Rabastan Lestrange mirando alrededor del lugar.
─ ¡Debe de estar aquí! ─ aseguró Bellatrix mirando a su cuñado con seriedad.
─ Si está aquí no vivirá cuando salga, la mataremos ─ mencionó Alecto Carrow.
Bellatrix suspiró con frustración, quería matarla, si había algo que le gustaba era matar y torturar impuros.
─ Largo, seguiré buscando, personalmente mataré a esa sangre sucia ─ dijo Bellatrix.
Rabastan y Alecto se miraron mutuamente al escucharla entonces le hicieron caso y se fueron dejando a Bellatrix sola en la sala de menesteres.
Hermione quién podía ver todo a través de la capa, caminó con lentitud sin hacer ruido para evitar ser descubierta, se acercó al armario evanescente que había en la sala mientras veía a la misma vez a la mortífaga que caminó cerca de ella.
─ Voy a matarte, lo prometo, sangre sucia ─ juró Bellatrix a la nada sabiendo que Hermione estaba en alguna parte de allí.
Hermione no lo pensó ni dos veces antes de entrar al armario evanescente una vez que abrió la puerta haciendo un ruido captando la atención de Bellatrix quién rápidamente fue allí dándose con la puerta cerrada del armario, al abrirla no vio a nadie provocando su ira.
─ ¡Maldita! ─ gruñó Bellatrix con enojo e impotencia al darse cuenta que Hermione había escapado por medio del armario evanescente ─ espero que quedes atrapada allí por siempre o lo lamentarás ─ murmuró antes de salir de la sala de menesteres.
[...]
Su cabeza dolía demasiado, parecía que en cualquier momento le iba a explotar del dolor, ni siquiera sabía lo que había pasado después de entrar en el armario evanescente al tener miedo de que Bellatrix la descubriera y la torturara nuevamente y luego la matará.
─ Hola ─ una voz femenina cerca de Hermione la hizo tensar inconscientemente al imaginar lo peor en ese momento.
─ No, por favor ─ Hermione se quejó intentando levantarse de la camilla a pesar del dolor de cabeza que tenía.
Hermione no quería sufrir de nuevo siendo torturada, suficiente tenía con todo lo que le había pasado, no solo perdió a sus padres al mandarlos lejos para protegerlos sino también perdió a sus amigos que habían muerto por causa de la guerra.
─ Tranquila ─ Hermione sintió que la sostuvieron de sus hombros acostándola de nuevo al verla alterada.
Con dificultad, Hermione abrió sus ojos dándose cuenta que estaba en la enfermería de Hogwarts, ésto la asustó nuevamente ya que pensó que los mortífagos la habían capturado de alguna manera.
─ ¿Quién es usted? ─ preguntó Hermione confundida al ver una mujer desconocida vestida de enfermera.
─ Madame Helena ─ contestó la mujer mirándola.
Hermione frunció el entrecejo ¿Y Madame Pomfrey?, pensó al recordar que ella era la enfermera de Hogwarts. Al ver la enfermería con más detalles, Hermione se dió cuenta de varios cambios notorios.
─ ¿En qué año estamos? ─ preguntó Hermione tragando saliva con dificultad al notar sus manos más pequeñas.
Cuando entró en el armario evanescente, Hermione se esperó cualquier cosa.
─ 1940 ─ respondió Madame Helena confundida por su pregunta.
Al escuchar la respuesta de Madame Helena, Hermione sintió el aire atascarse en su garganta, con dificultad se sentó en la camilla procesando tal información.
Madame Helena se alejó de Hermione al ver entrar al director Armando Dippet a la enfermería.
─ ¿Ella está bien? ─ preguntó el director Dippet mirando a los lejos a la chica misteriosa que había aparecido en Hogwarts cerca del bosque prohibido.
─ Si, se encuentra un poco mareada pero nada grave ─ dijo Madame Helena.
─ Qué nadie más sepa sobre ésto ─ mandó el director.
─ Bien ─ Madame Helena asintió con su cabeza al escuchar su órden.
Dippet suspiró antes de caminar con lentitud hacía Hermione quién se encontraba en silencio sentada en la camilla.
─ Hola, soy el director Armando Dippet ─ se presentó el mago ─ ¿Y tú? ─ preguntó.
Hermione no supo qué responder, de un momento al otro el dolor de cabeza que antes sintió se le fue al oír su pregunta.
─ Hermione Granger ─ se presentó finalmente la gryffindor mirándolo.
Dippet asintió, ahora sabía el nombre de la chica desconocida, sin embargo debía averiguar cómo entró a Hogwarts pasando todas las protecciones.
─ Bien, si ya te encuentras mejor no te importaría pasar a mi despacho para hablar de algunas cosas ¿verdad? ─ dijo Dippet.
Hermione asintió levantándose de la camilla, antes de irse tomó su bolso que estaba cerca de ella y luego siguió al director Dippet por detrás al despacho.
Al salir de la enfermería, Hermione pasó por un pasillo que estaba deshabitado. Al entrar al despacho del director después de unos minutos caminando, Hermione se sentó en el asiento de adelante del escritorio.
─ ¿Qué quiere saber? ─ indagó Hermione.
─ ¿Cómo hiciste para entrar a Hogwarts y burlarte de los hechizos de protección que hay? ─ preguntó Armando Dippet con sospechas y a la vez desconfianza.
Hermione bajó su mirada tocándose sus manos con nerviosismo, sabía qué debía decirle la verdad o al menos la mitad de ella.
─ Entré a un armario evanescente y luego llegué aquí ─ comentó Hermione.
Dippet frunció el entrecejo al escucharla, era consciente de qué era un armario evanescente, sin embargo no podía entender cómo una jovencita como Hermione pudo haber entrado en un armario evanescente siendo un objeto muy peligroso.
─ Voy a hacerte una pregunta y quiero la verdad señorita Granger ─ dijo él.
─ Bien ─ asintió Hermione.
Dippet puso sus manos encima del escritorio mirando fijamente a Hermione, él sabía las consecuencias de entrar en un armario evanescente, el mago que entraba allí podía quedarse para siempre atrapado o viajar a otro tiempo, solo pocos eran los casos donde un mago viajó de un armario a otro sin dificultad y todo salió bien.
─ ¿Eres o no de esté tiempo? ─ preguntó Armando Dippet.
Hermione mordió su mejilla interna al escuchar su pregunta.
─ No soy de esté tiempo, estaba huyendo de unos magos oscuros y entré al armario evanescente al tener miedo, no quería morir ni que me torturaran de nuevo ─ contó Hermione con lágrimas en sus ojos.
Al ver la sinceridad en la mirada de Hermione y también en sus palabras, Dippet le creyó.
─ Tranquila, no debes contarme más ─ dijo Dippet intentando evitar que Hermione tuviera que recordar lo que le había pasado, además, también lo hacía porque era peligroso que ella le contará algo de el futuro.
─ Ayúdeme por favor, no tengo un hogar a dónde ir ─ mencionó Hermione quitándose las lágrimas de sus ojos.
Dippet suspiró pensando en lo que Hermione le dijo, no podía dejar entrar a una casi desconocida a Hogwarts pero tampoco podía dejarla abandonada si no era de ese tiempo.
─ Bien, dejaré que te quedes en Hogwarts como una estudiante más hasta que puedas resolver esté problema si es que puedes hacerlo ─ dijo Dippet.
─ Gracias ─ Hermione suspiró aliviada ya que no tenía a dónde ir aparte de Hogwarts.
─ ¿De qué casa eres? ─ preguntó el director.
─ Gryffindor ─ respondió Hermione.
Él sonrió al escucharla.
─ Espera un momento aquí, traeré al jefe de casa de Gryffindor para que te ayude a instalarte ─ mencionó Dippet.
Hermione asintió mirándolo agradecida por ayudarla en su situación actual.
Ella esperó unos cuantos minutos en el despacho abrazando celosamente su bolsa mágica en la cual tenía muchas cosas adentro que usó durante la guerra mágica.
Al sentir la puerta del despacho abrirse de nuevo después de unos minutos detrás de ella, Hermione se levantó del asiento viendo nuevamente al director Dippet pero está vez acompañado de un hombre atractivo y con un porte elegante, algo de él llamó la atención de Hermione al hacérsele un poco conocido.
─ Hola ─ saludó Hermione mirando al hombre cerca del director.
El hombre desconocido para ella se acercó a Hermione mirándola detenidamente.
─ Un gusto, soy el profesor Albus Dumbledore, jefe de casa de Gryffindor, el director Dippet me comentó que antes estudiabas en tu casa pero ahora lo harás en Hogwarts ─ dijo Albus.
Hermione quedó inmóvil en su lugar al saber que ese hombre era el mismísimo Albus Dumbledore, no lo podía creer, nunca lo hubiera imaginado, no se parecía en nada al hombre que fue su director en su época, ni tampoco se parecía al jóven que vio en una fotografía junto a Grindelwald en un libro que encontró en la casa de Bathilda Bagshot cuando fue con Harry creyendo que ella les podría decir el paradero de la espada de Gryffindor pero que al final resultó en una trampa de Voldemort en la que casi mueren.
─ Señorita Granger ─ el director la sacó de sus pensamientos al verla mirando impactada a Albus, por su reacción supo que lo conocía.
─ Lo siento, me distraje un poco ─ dijo Hermione mirándolos con pena.
─ No sé preocupe señorita Granger, ahora sí me permite déjeme mostrarle la casa de Gryffindor ─ mencionó Dumbledore.
─ Claro ─ Hermione asintió con su cabeza distraídamente.
Al ver a Dumbledore, Hermione se dio cuenta de algo demasiado importante que antes no se percató. Si Dumbledore tenía menos edad a diferencia del futuro de donde ella venía, eso significaba que Voldemort era mucho más joven y por lo tanto podía ser actualmente un estudiante de Hogwarts, ese mínimo pensamiento de su parte dejó impactada a Hermione al creer que estaba en lo correcto.
─ ¿Y tus cosas? ─ preguntó Dumbledore mirando a Hermione al ver que solo traía una bolsa mágica.
Hermione miró al director Dippet al escuchar la pregunta de Dumbledore ya que no tenía nada más que su bolsa.
─ Luego haré que lleven sus cosas a su habitación ─ dijo el director Dippet dándole una mirada a Hermione.
No le quedaba de otra que mandar a un elfo doméstico para que fuera al Callejón Diagon y así comprará lo necesario para que Hermione pudiera cursar ese año en Hogwarts hasta que resolviera su problema algo que el director Dippet dudaba mucho dada a la situación en la que llegó.
Dumbledore asintió con su cabeza antes de salir del despacho con Hermione a su lado, tenía curiosidad por la nueva estudiante que según lo que el director le comentó, había perdido a sus padres recientemente.
¡CAPÍTULO 1!
Hola, hace tiempo quería publicar está historia sobre Hermione pero no se había dado la oportunidad hasta el momento, espero que les guste.
Hermione viajó al pasado a la época de estudiante de Tom Riddle por medio del armario evanescente después que Voldemort ganará la guerra mágica.
Tengo una sería obsesión por las historias de viajes en el tiempo.
¿Qué les pareció el primer capítulo?.
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