LIAM DUNBAR*

PRIMERA VEZ
original: @drabblesofsmut

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ADVERTENCIAS: unprotected sex, claw kink

LIAM ESTABA ENCIMA DE TI, tus piernas a cada lado de sus caderas. El beso era acalorado, su lengua entraba en tu boca repetidamente mientras su mano acariciaba tu muslo desnudo.

Sabías que estaba desesperado por tocarte más. Querías que le tocaras más. Gemiste cuando sentiste sus garras clavándose ligeramente en tu piel.

—Lo siento—, rompió el beso.

—No pasa nada—, lo besaste en el cuello, haciendo que su respiración se volviera más pesada.

Te quitó la camiseta y las bragas, dejándote completamente desnuda delante de él. Te besó el cuello y bajó hasta tu pecho.

—Esto está muy mal—, gruñó Liam.—Scott me va a matar—, te miró profundamente a los ojos con una sonrisa burlona.

—No lo sabrá—, dijiste, ahogada en éxtasis. Podías sentir la erección en sus bóxers. Era grande, eso te gustaba, y también te asustaba. ¿Cómo iba a encajar eso? ¿Era posible?

—Tú vales el riesgo—te besó de nuevo, con sus garras fuera clavándose en la almohada. Se sacó los boxers desesperadamente y te acomodó para poder machacarte.

—Liam, esperar—lo detuviste.

—¿Qué pasa? ¿Estás bien?—preguntó preocupado.

—Estoy bien... Es que soy virgen—le dijiste.

—¿Quieres parar?—

—No, sólo.. se suave al principio—gemiste haciendo que su miembro se estremeciera.

—¿Cómo demonios suenas tan sexy todo el rato?—preguntó con una sonrisa burlona haciéndote soltar una risita.

Tomó su miembro y lo alineó con tu entrada. Empujó dentro de ti lentamente, haciéndote gemir fuerte. Cuando todo su miembro estuvo dentro, soltó un gruñido y se quedó ahí un rato, dejando que te adaptaras y que él recuperara la respiración y el sentido común. Estabas tan apretada, le estabas tomando tan bien que sintió que iba a correrse ahí mismo.

—Mierda, me estás tomando tan bien, nena—, gimió en tu oído.

—Liam, por favor, muévete—, gemiste, apretando aún más tus paredes.

Empezó a moverse, saliendo despacio y golpeando con fuerza dentro de ti, alcanzando el punto perfecto. Era tan grande que te sentías en el paraíso. Tus piernas se enredaron en su cintura y tus garras se clavaron en la piel de su espalda, arañándola.

Sus movimientos eran cada vez más rápidos y duros, haciéndote gemir cada vez más fuerte. Estabas feliz de que tu hermano no estuviera en casa, pero en este momento ni siquiera te importaba si Scott llegaba a casa ahora mismo.

Con una mano en tu cintura para moverte a lo largo de él y la otra junto a tu cabeza para que no te cayeras, Liam estaba golpeando tan fuerte como podía, tan profundo como podía.—¡Carajo!—, gimió. Y tomó tu cintura con ambas manos, volteándolos a ambos, para que estuvieras encima de él.

—Liam, nunca he hecho esto—le dijiste.

—Sólo muévete como más te guste, yo te ayudaré—.

Te moviste hacia adelante y hacia atrás, Liam te tomó por la cintura y te movió más rápido. Gemías al sentir cómo se deslizaba dentro y fuera de ti. Entonces empezaste a moverte arriba y abajo, dejando caer la cabeza de placer.

—¡Oh, por Dios!—gimió en voz alta. Sus manos agarraban con fuerza tu culo y te movían con más fuerza.—Mierda, no pares, cariño, sigue— gemía borracho de placer.

Sentías su miembro retorciéndose dentro de ti, su agarre apretándote y sus caderas moviéndose descuidadamente con las tuyas. Estaba a punto de correrse.

Tú también estabas muy cerca, y verlo a él, desesperado por correrse pero intentando aguantar un poco más, con la cara contorsionada por el placer, y los gemidos agrietados escapando de su boca, te llevó al límite.

—¡Carajo! Liam, ¿puedo correrme? Por favor—, suplicaste.

—Sí, nena, quiero sentir cómo te corres a mi alrededor—, gimió y se corrió contigo. Sus garras se clavaron en tu culo cuando sintió que tus paredes se estrechaban a su alrededor, y tú le clavaste las uñas en el pecho cuando sentiste que se corría dentro de ti.

—Oh, Dios mío—exhalaste débilmente.—Eso estuvo bien—

Salió de ti y te recostaste sobre su pecho.

—¿Estás bien?—, preguntó,—¿Te hice daño?—,

—Estoy bien, no me has hecho daño—.

—De acuerdo— te acarició el pelo un rato.

—Mándame un mensaje cuando llegues a casa, ¿si?— le dijiste, junto a la puerta. El tiene que ir a casa, Scott no podia verlo alli.

—Si, hasta mañana—te beso en los labios y abriste la puerta.

—Mierda—susurraste,—Se supone que estas con Kira— dijiste mirando a tu hermano, que estaba a nada de abrir la puerta.

—Y se supone que estas sola. ¿Qué hace él aquí?—señaló a Liam, con cara seria.

—Estábamos estudiando para nuestro próximo examen—dijiste rápidamente. Liam asintió.

—Claro...—dijo Scott.

—Bueno, tengo que irme—dijo Liam y básicamente huyó de su alfa. Scott se quedó mirando como Liam salía corriendo de allí.

—Bueno, me daré una ducha—necesitas lavarte antes de que se dé cuenta de que hueles como su beta.

Scott aprovechó que te estabas bañando y se fue a tu habitación. Cuando respiró el olor a sexo y vio la mancha de sangre en las sábanas, sus ojos se pusieron rojos y gritó.

—¡LIAM!—

Probablemente escuchó eso

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