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EN UNA NOCHE llegan raros sentimientos a nosotros siendo niños, podremos decir que odiamos algo pero al conocerlo lo queremos con todas nuestras fuerzas.

Las personas aprendemos a olvidar pero no significa que al recordar ya no duela. Y peor cuando fue nuestra culpa, cuando nosotros fuimos los monstruos. Cuando nos tratan bien y no valoramos el cariño, amor y los pequeños detalles que tienen con nosotros y al abrir los ojos y vemos que ya no está ahí nos damos cuenta entonces que perdimos algo valioso que la vida nos regala una sola vez en la vida.

Un día pensé que eras el amor de mi vida pero ya no quería seguir con una relación que no me ofrecía libertad ni seguridad, lo mejor fue terminar amigablemente, pero ni siquiera así reaccionaste y no volviste por mi, jamás te diste cuenta de lo mucho que te amaba, tampoco de lo que sufrí y lloré por ti. No merecías estar en mis pensamientos y mucho menos mis lagrimas. Gracias a una fuerza mayor pude superarlo pero me quedó la lección de nunca entregar todo mi amor a alguien que no valore mis sentimientos.

Mi corazón se partió en mil pedazos cuando te perdí, pero recogí los pedazos y me reconstruí. Pero increíblemente regresaste y me ayudaste en el proceso, pegaste los pedazos faltantes y al fin pude decirte que solamente esperaba a que volvieras para así nunca soltarte.

Querida soledad, te ruego que no te vayas, quédate a mi lado hasta que llegue alguien que realmente me ame sino es así te quiero conmigo siempre.

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