⓵━ 𝑴𝒂𝒍𝒆𝒔𝒕𝒂𝒓⃝🜹
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ヾ(*'Hey, where's Rengoku?'*)/
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Entre clases, en el aula de profesores, se podía sentir la angustia que emanaba el profesor más bajito al ser otro tonto enamorado que había caído en las garras del amor unos pocos meses atrás.
Esté dudaba al momento de elegir un regalo para su pareja, una linda chica universitaria de cabellera rosada que trabajaba medio tiempo como repartidora.
Claro que lo primero que se le pasó por la cabeza, era preguntarle a sus compañeros de trabajo.
"¿Cual crees que es un buen regalo para la señorita Kanroji?"
Esa era una buena pregunta, y la verdad es que ningún profesor la pasaría por alto.
Gyomei fue el primero en contestar.
Gyomei: Recuerdo cuando Kanroji estudiaba aquí, me sorprendió saber que traía una lonchera de diez niveles para almorzar.
Recordó con nostalgia mientras esbozaba una sonrisita.
Gyomei: Creo que es buena opción regalarle comida.
Shinazugawa que estaba a su lado, miro al más alto y le siguió la idea.
Sanemi: Huh... Podrías darle una lonchera en la que quepan diez almuerzos...
Contesto siendo algo apropiado, más no era la respuesta que quería Iguro.
Desde unos metros, escucho los murmullos de Kanae, quien parecía solo delirar tonterías desde lejos.
Kanae: Tal vez puedas regalarle un terreno lleno de frutas... ¡Oh! ¡También las flores de primavera son muy románticas!
Tengen rio e intervino con extravagancia.
Tengen: ¡Vamos! Todos sabemos que los universitarios re pobres. Solo dale algo caro y ya.
Respondió con simpleza.
"Que preujicioso"
Pensaron todos.
Goto tampoco se quedó atrás.
Goto: Pues... Desde mi punto de vista, si te lo da alguien que amas, ¿No estarías feliz sin importar que sea?
Cuestionó, pero realmente pareciera que no lo escucharon y antes de poder decir otra cosa, Haganezuka intervino, más este peculiar hombre, solo decía lo que el quería.
Hotaru: Piedra de afilar.
Respondió interrumpiendo, a lo que el de ojos castaños bajo la mirada, dios, ya se le hacía raro poder completar una oración sin ser interrumpido...
El maestro Kyogai que era el más cercano a el, comprendiendo lo en lo que los otros no lo hacían, poso una mano sobre su hombro a modo de apoyo y hablo respondiendo a la cuestión.
Kyogai: Tengo entendido que le prohibieron entrar a una cafetería. Talvez podría comprarle algo que ella quiera de ese lugar.
Hablo amable el maestro de música.
Y claro, la persona más entusiasta de la sala tenía que intervenir.
Kyojuro: ¿Que tal unos onigiris?
Hablo en un tono alto mientras se dirigía a su "hermano"
Rengoku había sido el asesor de Mitsuri cuando ella estuvo en la academia. Pero aun así, las respuestas recibidas hasta ahora no le bastaron a Iguro, quien con molestia, se volteo hacia el escritorio al lado del de Tengen.
Pero no vio al consejero escolar en su lugar como usualmente estaba a esas horas.
Parpadeo un par de veces, confundido y luego se volvió hacia Kyojuro, quedando viéndose unos segundos hasta que Obanai al fin se digno a preguntar.
Obanai: Oye, ¿Donde está Rengoku?
El rubio se quedó en silencio al no captar lo que le había dicho, ¡El era Rengoku! ¡Y estaba ahí!
No tardo mucho en comprender, era cierto, ahora el y su esposo compartían el mismo apellido, a lo que capto y luego hablo.
Kyojuro: ¡Ah! ¡Te refieres a Giyuu! El no se siente muy bien el día de hoy, entonces se quedó en la casa.
Respondió con un tono alegre, aunque se notaba la preocupación en su tono de voz.
Esto llamo la atención de cierta alumna que pasaba a dejarle el almuerzo a su hermana mayor.
Shinobu: ¿El profesor Giyuu está enfermo?
Pregunto acercándose a Kyojuro.
Este la miro, sabía que la chica tenía una relación estrecha con Giyuu aunque fuera una alumna.
Kyojuro: Joven Kocho, ¿Que está haciendo aquí?
Pregunto mirando a la más jóven.
Shinobu: Vine a ver a mi hermana.
Respondió sonriendo con gentileza, volteando a ver a su hermana.
Shinobu: Kanae, empacaste nuestro desayunos en la misma lonchera.
Dijo entregándole un topper con su comida, Kanae lo tomo con ambas manos y sonrió.
Kanae: Gracias, hermana.
Shinobu asintió y por educación, saludo a los demás maestros.
Shinobu: Maestro Iguro, maestro Himejima, maestro Shinazugawa, maestro Uzui, maestro Goto, maestro Haganezuka, Maestro Kyogai.
Se tomó su tiempo para nombrarlos a todos para después hacer una reverencia ante ellos mostrando respeto, a lo que todos correspondieron y volvieron a lo que estaban haciendo.
Retomando la conversación, Shinobu se acercó a Rengoku y le pregunto en voz baja.
Shinobu: ¿Es por lo que pasó con esos dos alumnos de secundaria...?
La sonrisa de Kyojuro se desvaneció y su expresión quedó en una mirada ya más sería.
Kyojuro: Bueno, el sigue afectado por ello... Pero esto es por algo más. Hoy en la mañana, apenas olió el desayuno y corrió a vomitar lo que ni siquiera había comido.
Shinobu: Comprendo...
Murmuró suavemente.
Habían pasado tan solo unas semanas desde que recibieron la noticia de que dos alumnos de secundaria habían tenido un accidente al momento de cruzar la calle.
Sabito y Makomo, de primero de secundaria aún estaban en coma luego de ser arrollados por un conductor ebrio que aún no había sido atrapado, más se tenía sospechas de que era el culpable de varios accidentes más.
Sabito sufrió una grave lesión en la cabeza y Makomo termino un brazo y una pierna fracturada además de algunas lesiones internas al igual que el chico pelirosa.
La menor bajo la mirada con tristeza, pero se recompuso unos instantes después y suspiró.
Shinobu: ¿Cree que después de clases pueda ir a verlo?
Pregunto.
Kyojuro la miro y volvió a sonreír.
Kyojuro: Por supuesto! Yo me tengo que quedar a terminar algunas cosas después de clases, entonces me haria un gran favor si va a ver cómo está.
Exclamó cruzandose de brazos sobre su pecho mientras la chica de puntas moradas reía un poco.
Unos minutos después, se despidieron y la menor se volteo para salir del aula de maestros.
En el pasillo, se encontró con un compañero de su mismo grado, alguien que conocía por involucrarse lo más que podía en los eventos escolares.
Kaigaku Indama, un alumno que era listo cuando más le convenía.
Esté se acercó sonriendo y hablo.
Kaigaku: Ah, Kocho. Te estaba buscando.
La mujer sonrió poniendo su típica fachada para aparentar compañerismo.
Esto ya que por dentro, algo le decía que no tenía que fiarse de el, un sentimiento de desconfianza enorme.
Shinobu: Indama, buenos días. ¿Qué necesitas?
Pregunto sin confiar demasiado.
El chico sonrió y le entrego la libreta que ella le había prestado días antes para pasarle unos apuntes que el joven Indama no logro terminar.
Shinobu tomo su cuaderno con ambas manos y asintió.
Shinobu: Gracias, Indama.
Kaigaku: Nahh, gracias a usted, Kocho. ¡Me salvó la vida! Jaja
Ella rio en respuesta y se dedico a guiar a la conversación a su final para irse de una vez.
Shinobu: ¿A qué clase vas ahora?
Pregunto con intención de mentir y decir que ella tenía que ir en la dirección contraria o lo primero que se le viniese a la cabeza.
Más no fue así.
Kaigaku: Ahora me toca educación física. Solo espero que el viejo malhumorado del consejo escolar este de buenas hoy...
Murmullo con algo de molestia rodando los ojos.
La chica, con una vena marcada en la frente por el enojo, solo sonrió y respondió lo más gentil que podía.
Shinobu: Indama, se respetuoso. El maestro Giyuu es una buena persona.
Kaigaku: ¡Es un mandón!
Shinobu: Silencio. Ya fue suficiente.
Lo interrumpió con una expresión más sería, más luego sonrió para mantener su fachada.
Shinobu: El profesor Giyuu no vino el día de hoy
Kaigaku: ¿Eh?
El alumno se puso un poco mas serio, miro a la mujer y se enderezó para volver a hablar.
Kaigaku: ¿Por que no vino?
Pregunto incrédulo.
O bueno... Fingiendo estarlo...
La chica analizó la situación antes de hablar nuevamente con un tono firme.
Shinobu: Solo tuvo un poco de gripa. Mañana seguro volverá.
Mintió, según lo que le dijo Kyojuro, no sería "una simple gripe" sino otra cosa, pero claro, eso no lo hacía mejor.
Kaigaku: Ya veo... Entonces-
Shinobu: Me tengo que ir. Debo terminar temprano, tengo planes para hoy.
Kaigaku: ¿Tu? ¿Planes? ¿A dónde vas?
Pregunto el entrometido compañero.
"Que molesto..."
Pensó Shinobu, pero tenía razón en algo, a veces estaba tan centrada en sus estudios, que no hacia planes con nadie más que con Mitsuri Kanroji, una alumna recién graduada con quién realmente parecía llevarse bien.
Shinobu: Mitsuri me invitó a comer hoy en la tarde.
Otra mentira se escapó de sus labios.
Sinceramente, poco debía importarle que el muchacho supiera a donde iba, pero no quería encontrarlo por "casualidad" por ahí.
Kaigaku: Ya veo, ¡Suerte!
Exclamó volviendo a caminar, ya que aunque un maestro faltase, siempre encontraban a alguien que podría reemplazarlo hasta que el profesor llegara.
La chica se despidió, poniéndose sería nuevamente al darse la vuelta con dirección a la biblioteca.
Cada vez estaba más convencida de que había algo mal...
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Vaya día, se supone que tenía que ser relativamente normal a lo que era, pero no fue así.
En la mañana despertó cansado y aturdido. Apenas olió el desayuno que su esposo Kyojuro le preparo, sintió como si su estómago se le revolviese y enfermo, tuvo que salir corriendo a vomitar al baño.
Por esto, su pareja insistió en que se quedará en casa descansando y el iría a decirle al director Ubuyashiki.
Tampoco es como si quisiera ir en ese estado, teniendo en cuenta por el reglamento que conocía muy bien, para no contagiar a los alumnos de alguna enfermedad, era preferible quedarse en casa hasta estar mejor.
Que tedioso.
Contando segundos, lo único que pudo hacer fue estar acostado en la cama, abrazando la almohada. En esas ocho horas, por su estado, no tenía ganas de cocinar, y de lo que tenía más fácil de hacer, solamente pudo comer sin sentir asco una manzana hervida.
-(Si, se hace y sabe muy bien, lo recomiendo al cien)-
No había que ser un genio para deducir lo tenso que toda esta situación lo ponía.
Solo quería que Kyojuro llegara a casa, queria ser envuelto en sus fuertes brazos y quedarse dormido en su pecho como siempre lo hacía cuando no tenía un buen día.
Y eso fue lo que también hizo el día en el que recibió la trágica noticia de que Sabito y Makomo, dos personas muy cercanas a el, fueron arrollados por un camión al momento de cruzar la calle.
Ambos yacían en coma ahora, tres semanas después del accidente.
Pero no podía evitar temer por perderlos.
A esas horas, al fin estaba logrando relajarse para dormir un rato, pero antes de cerrar sus ojos, escucho como tocaban la puerta unas tres veces.
Se sentó en la cama, poniéndose sus pantuflas, pero al momento de levantarse, sintió otro de esos molestos mareos que le jodian.
Se levantó y miro por la mirilla de la puerta, alcanzando a ver a una conocida.
La adolescente de broche de mariposa, esperaba una respuesta tras la puerta, con una bolsa hecha de papel en una mano y otra bolsa del supermercado de cerca en la otra.
Se separó de la puerta y se amarro el cabello para no parecer tan desaliñado y abrió la puerta.
Giyuu: Shinobu, ¿Necesitas algo?
Pregunto mirándola hacia abajo por su corta estatura.
La chica sonrió e hizo una pequeña reverencia a modo de saludo.
Shinobu: Escuché qué está enfermo, así que vine a verlo.
Hablo notando su mirada cansada, pero no dijo nada, ya que sería grosero de su parte sabiendo que no era el mejor momento.
Shinobu: Traje ese pan tostado que te gusta de la panadería Kamado y un poco de té, ¿Puedo pasar? Me gustaría hacerte algo de compañía.
Por un momento, pudo jurar que vio como los ojos del pelinegro se iluminaron al escuchar esas palabras, alegrandose un poco al ver que al menos no estaba tan decaído.
Giyuu la dejo pasar, cerrando la puerta detras de ambos.
Ya en la cocina, ambos se sentaron a disfrutar de la comida que la mas baja llevo mientras platicaban.
Giyuu: ¿Paso algo el día de hoy?
Pregunto tomando un sorbo de té.
La chica pensó antes de contestar con una sonrisa.
Shinobu: Nada en particular, pero hubiera visto la clase de educación física jaja
El pelinegro se confundió y la miro unos segundos antes de preguntar.
Giyuu: Me había olvidado, ¿Quien dió mi clase?
Pregunto bebiendo un poco más.
Shinobu soltó unas carcajadas al recordar la situación, incluso soltando unas pocas lágrimitas de risa.
Shinobu: El maestro Shinazugawa dió la clase. Puso a todos a correr mientras resolvían ejercicios de matemáticas.
Giyuu se atraganto al escuchar la anécdota y soltó una risa leve mientras se limpiaba con una servilleta.
Shinobu: Ojalá hubiera estado ahí, incluso Agatsuma se puso a rogar que usted regresará. Creo que va a empezar a disfrutar más de sus clases.
El sonrió, terminando su té y sacando el pan que era suyo de la bolsa de papel.
Pan tostado con salmón, mayonesa y queso. Recordaba como la primera cita que tuvo con su actual pareja fue un simple paseo por el parque en el que ambos degustaron de ese alimento.
Que recuerdos.
Ambos se quedaron en silencio mientras comían. Giyuu se llegó a sentir algo tediado, por alguna razón, el sabor por momentos le hostigaba.
Al terminar de comer, Shinobu fue directo al punto.
Shinobu: Oiga, maestro.
Giyuu: Somos amigos, y no estamos en la escuela. Solo "Giyuu", ¿Si?
Ella lo miro con incredulidad antes de sonreír momentáneamente y hablar.
Shinobu: El profesor Kyojuro me comentó que en la mañana no se sintió bien, ¿No cree que debería ir a un médico?
Pregunto con un poco más de seriedad.
El mayor se tenso un poco antes de responder.
Giyuu: No quiero preocupar a Kyojuro. Ya fui una carga con lo de Sabito y Makomo...
Murmuró desviando la mirada. Y era cierto que fue su marido el que tuvo que estar durante sus llantos, aguantando sus sollozos después de enterarse de lo sucedido.
La chica se preocupo, pero siguiendo con esto, le dió una solución.
Shinobu: Vamos de una vez. El profesor Kyojuro tiene trabajo y podemos ir sin que sepa.
Hablo levantándose de la mesa. No era estúpida, sabía que tenía que reportarle su estado a Rengoku, pero tenía en cuenta que Giyuu se opondrá a preocuparlo más.
Lo llevaría al hospital y le diría a Kyojuro una vez que lo viera. Fácil y sencillo.
¿Verdad?
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Giyuu: Disculpe, ¿podría repetirmelo otra vez?
Pregunto con la voz tensa, apretando sus manos en puños sobre sus piernas.
Los consultorios del hospital siempre resultaron lugares neutros para el. Pero el tono blanco de las paredes junto con el ambiente tenso, le provocaba un sentimiento frío y estaba seguro de que la chica a su lado sentía lo mismo.
"Demonios... Creo que no debí haber entrado como acompañante"
Se decía a si mismo la joven mujer que estaba sentada a su lado.
El doctor repitió los resultados de los exámenes de nuevo.
"Paciente: Giyuu Rengoku
Edad: 22 años.
Síntomas: Mareos, Fatiga, náuseas, cansancio y urticaria leve en zonas menores.
Diagnóstico: Estado de 5 semanas de gestación."
Eso fue todo.
El médico simplemente le recetó descanso antes de dejarlos ir.
El camino por los largos pasillos del hospital fue... Tedioso.
Lo único que quería era salir y pensar en otra cosa, pero no podía sacarse esa noticia de la cabeza.
Shinobu, quien caminaba a su lado, mantuvo la mirada en el camino, mirándolo de reojo por veces, sabiendo que estando así de tenso, lo que menos querría soportar, sería el escrutinio de su mirada.
- ☕︎ -
Shinobu dejo a Giyuu directamente en la puerta de su casa y se intercambiaron unas palabras antes de despedirse.
Shinobu: Giyuu, esto debe ser repentino para ti, pero solo quiero que estés tranquilo.
Murmuró alzando su mirá hacia el.
Shinobu: Se lo que dije antes, pero deberías de hablar de esto con el maestro Kyojuro.
El mayor asintió con la cabeza, aún algo aturdido por lo que había pasado el día de hoy.
Giyuu: Solo... Esperaré un poco más... Necesito un tiempo para procesarlo.
Dijo tratando de poner un poco de ánimo en su tono de voz.
Shinobu: Como quieras, pero hazlo, no te puedes quedar así por mucho tiempo.
Giyuu: Lo sé, lo sé, pero aún creo que también tengo que pensar en decirle a Kyojuro.
Shinobu: Pues no tardes demasiado.
Dijo con voz firme antes de suavizar su mirada y verlo a los ojos con preocupación, una que reemplazo por una sonrisa tranquilizante.
Shinobu: Se que a Kyojuro le agradan los niños. Por algo es maestro, y es uno de los mejores de la academia.
Estás palabras resonaron en su cabeza, causando algo de duda en el, tenía tanto en que pensar.
La chica se volteo y se decidió a regresar a su casa, donde la esperaban sus dos hermanas.
Giyuu se tomó un tiempo para respirar aire fresco antes de abrir la puerta.
Giyuu: Ya llegué!
Exclamó en voz alta por si acaso su pareja había llegado a la casa, mientras dejaba su abrigo en la percha al lado de la puerta.
Y adivinó. En un abrir y cerrar de ojos, podía escuchar las pisadas toscas de su enrgico marido yendo a recibirlo.
Kyojuro: ¡Giyuuuu!
El pelinegro tardo en reaccionar para cuando su marido se resbalaba por las escaleras al bajar a tal velocidad, levantándose después de la caída y corriendo hacia el.
Giyuu: ¡Kyojuro-! ¿Estás bien?
Pregunto con preocupación acercándose un poco, quedando cara a cara.
Porque va, un centímetro de diferencia entre ambos, no era la gran cosa.
Kyojuro: Si, estoy bien. Pero me preocupaste, volví a casa y no te encontré. Tampoco encontré a la joven Kocho, ella dijo que vendría.
Giyuu lo miro, ensanchando la mirada por unos instantes antes de sonreír y dirigirle una mirada suave.
Giyuu: Si, vino Shinobu hace rato, ella... Me acompaño a ir a ver al doctor. Tu sabes, por lo de hace rato.
Ambos empezaron a adentrarse en la casa, más concretamente, con dirección hacia la habitación que ambos compartían.
Al escucharlo, el rubio sonrió y lo acompaño.
Kyojuro: Me alegra. Al final, ¿Cuales fueron los resultados?
Giyuu se tenso internamente por la pregunta, apretando los puños, pero tratando de no demostrarlo.
Giyuu: Solo una infección en el estómago. Nada de que preocuparse.
Mintió entrando a la habitación, seguido de su marido.
Estaba cansado, y de por sí no tenía ganas de cenar, así que se sentó en la cama, extendiendo los brazos hacia su pareja.
Kyojuro sonrió y se acercó, envolviendo al otro con sus brazos para acostarse en la cama con el.
Sus respiraciones tan cerca la una de la otra se sentían cálidas al estar acurrucados entre las cobijas, manteniéndose calentitos.
Giyuu se acurrucó contra su pecho, sintiendo como su garganta formaba un nudo por tantas palabras que tenía atoradas en la garganta.
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Llegó a la escuela temprano, tenía que hacerlo. Se sentía culpable por haber dejado a Kyojuro confundido por salir a las siete de la mañana, una hora antes de que empezarán las clases.
¿Primer lugar al que se dirigía?
La biblioteca. Algún maldito libro tenia que distraerlo.
Al llegar, se encontró con tres miembros del personal de la escuela.
Claro, todas las mañanas se reunían ahí para hablar.
El maestro de matemáticas; Sanemi Shinazugawa, el maestro de Formación; Gyomei Himejima y el bibliotecario; Masachika Kumeno.
El más enérgico de los tres, hablo primero.
Masachika: Ahhh! ¡Profesor Giyuu! ¡Hoy si vino!
Exclamó sonriéndole.
Gyomei: Buenos días, Profesor Giyuu, espero que hoy se sienta mejor.
Sanemi: Hmm, buenos días.
Este se detendría y saludaría con un leve gesto.
Esos tres siempre estaban ahí.
Según solo platicaban, pero bien se sabía que entre ellos, se susurraban rumores al oído, sabiendo demasiado.
Gyomei era un chismoso por naturaleza cual señora del mercado, pero Masachika era incluso más chismoso que el, claro, por algo era el lider del club de periodismo y creaba sus propias investigaciones sobre varios casos. ¿Y Sanemi?
El no era como tal un entrometido, pero le entretenía oír a los dos hablando, disfrutando de la compañía de ambos.
Se adentro entre los estantes y saco un libro al hazar.
"The Butterfly Garden"
Más que suficiente.
Sabía muy bien que el libro se dividía entre conversaciónes entre agentes del FBI con la protagonista y anécdotas de esta misma, por lo que abrió el libro en una página al azar para leerla como una lectura rápida.
Pero la parte en la que abrió el libro no fue la mas indicada, y simplemente le recordó aún más la situación en la que estaba.
-(para quiénes no han leído el libro, una de las historias de Inara, narra de como cuida a una de las chicas del jardín que estaba embarazada)-
Cerro el libro bruscamente y lo volvió a colocar en el estante, llamando la atención de Masachika y Gyomei.
Masachika: Hey, Profesor, ¿Pasa algo? Se ve un tanto... Tenso
Dijo arqueando una ceja mientras miraba a Giyuu, quien se sentó en uno de los bancos cerca de el escritorio del bibliotecario, al lado de Gyomei y Sanemi.
Masachika: Aquí, podremos ser una bola de metiches, pero las cosas mayormente quedan entre nosotros tres.
Rio divertido mientras se acomodaba para escuchar el relato del pelinegro.
- ☕︎ -
Masachika: Así que eso era...
Murmuró sin saber que decir ante la confesión de este.
Los otros dos presentes estaba casi igual de sorprendidos ante esto.
Gyomei, como la persona sensible se puso a derramar un par de lágrimas y Sanemi se quedó completamente en blanco.
Gyomei: Son tan jóvenes...
Masachika: No, no tanto.
Los ojos verdes de el bibliotecario notaron la expresión tensa de Giyuu y se preocupo un poco, pensando en como animarlo.
Masachika: No tienes nada de lo que tengas que preocuparte. Seguro Kyojuro estará encantado con la noticia.
Dijo en un tono animado, mientras que Sanemi miraba su reloj y se levantaba.
Sanemi: Masachika, ya tenemos que irnos, faltan treinta minutos para las clases y tenemos que alistarnos.
Hablo siendo seguido por Gyomei.
Gyomei: Yo tengo que ir con Shinazugawa. Nos vemos al rato, Kumeno.
Ambos salieron de la sala, juntos, a lo que Giyuu los vió y supo que también tenía que irse.
Giyuu: Gracias, Kumeno. Pero creo que también debería irme para preparar mi clase.
El muchacho lo detuvo, tocando su hombro.
Masachika: Solo quiero decirle algo más.
El de ojos azules lo miro y se sentó un momento más.
Masachika: Solo dos cosas. Uno; Hoy, escuché que la directora Amane los pondrá al corriente con la limpieza de la sala de maestros, trata de no esforzarte demás, ¿Si?
Alguien mas que le decía eso.
Por dios, desde su perspectiva, estaba embarazado, no inválido.
Masachika: Dos; ...
El mayor miro a sus alrededores y le hizo una seña para que se acercara un poco más.
Giyuu se acercó con un poco de desconfianza y Masachika se acercó a su oído.
Masachika: Eh escuchado algunos rumores. Dicen que hay un alumno infiltrado en la escuela que busca sus puntos débiles. Sea precavido. Últimamente, la escuela ah estado en el ojo del huracán, muchos enemigos, subordinados de un corrupto, buscan atacarnos.
Le susurro al oído.
Giyuu: ¿Un alumno infiltrado...?
Pregunto en voz baja.
Masachika asintió.
Masachika: Desde hace unos cuatro años, Kibutsuji logro adivinar varios de nuestros movimientos en su contra, y por varias pistas, puedo suponer que es un alumno de preparatoria. Cuídate.
Dios... Esto sonaba a una película.
Ya tenía suficientes problemas...
- ☕︎ -
La tensión era palpable en el aire, la directora Amane era una persona gentil, pero la situación ya era suficientemente vergonzosa para los maestros.
La mujer suspiro, tomando aire para lo que iba a decir.
Amane: La verdad, es difícil para mí decir esto... Pero...
"Ahi viene..."
Pensaron todos.
Amane: Uhhh... El salón de profesores parece un poco desordenado últimamente...
Hablo viendo el desastre que era el salón de maestros.
Gyomei, el maestro con más antigüedad, tomo la palabra.
Gyomei: Perdone, pero últimamente estamos algo... Ocupados con todo eso de las evaluaciones.
La directora lo miro y respondió.
Amane: Comprendo eso, Himejima. Pero no podemos tener el salón así de sucio. Les propongo limpiar el salón de una vez para no tener más problemas, ¿Si?
Todos estuvieron de acuerdo.
"Masachika sabe demasiado..."
Pensó para si mismo el profesor de educación física.
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La limpieza había sido... Algo... Ruidosa, y eso era decir muy poco.
Desde encontrar pólvora en el escritorio de Uzui hasta unas cuantas discusiones y una broma por parte de Kanae cuyas víctimas fueron Goto y Sanemi, hasta una pelea porque encontraron la comida de Kaburamaru en el Congelador; Una rata congelada.
Ese era el límite, Giyuu no pudo evitar sentir arcadas, terminando por irse corriendo a vomitar al verlo.
Giyuu: Esto es estúpido...
Murmuró enjuagando su boca en el lavabo.
Regreso aún algo aturdido, ya tenia suficiente, pediría un permiso de irse, de todas formas, su espacio de trabajo ya estaba limpio.
Al regresar al salón, se toco el bolsillo de su pantalón, notando como sus llaves no estaban. Esto se complemento con un reclamo que se estaba dando porque Sanemi, descuidada mente, tiro todo de su escritorio a la basura y lo estaba regresando.
Obanai: Es probable que si limpias así, pierdas cosas importantes.
Giyuu se metió.
Giyuu: Eso es verdad.
Sanemi: ¡Tu no te metas!
Exclamó, más su tono de voz era más suave a comparación de como le gritaba a los otros al conocer su estado.
Giyuu: Las llaves de mi casa...
Murmuró.
Sanemi: ¿Tus... Llaves-?
Gyomei: ¿Se te perdieron?
Giyuu: Si... Creo que las dejé en el escritorio... Ahora deben estar en la basura...
Gyomei y Sanemi se tensaron, ambos conocían su secreto y sabían las implicaciones de que perdiera su llave. Aunque compartían hogar con Kyojuro, también necesitaba tener sus propias llaves por cualquier cosa.
Pronto, todos los maestros estaban revisando en las bolsas con papeles para encontrar las mentadas llaves.
Mientras buscaban, Iguro encontró algo particular.
Una pieza de un rompecabezas.
Obanai: ¿Esto...? Me parece familiar...
Goto lo vió y rápidamente supo que era, abriendo un poco más sus ojos con sorpresa.
Goto: ¡Eso-! ¡Hace tiempo mandamos a hacer un rompecabezas de la foto grupal y lo hicimos!
Tengen rio con nostalgia.
Tengen: Heh, lo recuerdo. Fue un buen día.
Gyomei: Si, la foto grupal...
Kanae: Ese día, después de clases, avanzamos en el.
A Giyuu le brillaron los ojitos al recordar ese día, fue lindo, y siguió la historia.
Giyuu: Nos quedamos frustrados porque pensamos que una pieza no llegó. ¿Quien diría que allí estaba?
Kyogai: Si mal no recuerdo, la pieza que faltaba era la frente del maestro Himejima...
Todos dirigieron su mirada hacia la pieza que tenía Iguro en la mano, con los ojos bien abiertos, dándose cuenta de que esa era la pieza que estaban buscando.
Rápidamente, la sala se hizo un caos, con todos buscando la caja con el rompecabezas, incluso a Giyuu le volvió el espíritu buscando junto con los otros maestros.
Tengen: ¡Se puede completar ya! ¡¿Verdad?!
Kyojuro: ¿¡Donde están las otras piezas?
Sanemi: ¡Las guardamos en alguna caja después de desarmarlo! ¡¿Donde está la caja?!
Pronto, la encontraron, y al poner la última pieza, la sala se lleno de gritos de emoción pura.
...
Gritos que no duraron mucho... Ya que se dieron cuenta de lo desordenado que estaba el salón.
Mucho más de lo que ya estaba. Y por alguna razón se sentían cansados.
Sanemi: Somos unos idiotas...
Y vaya que si lo eran. Y mientras Kyojuro salía a hacer una llamada misteriosa, Giyuu se quedó hundido en sus pensamientos, joder. El estrés hacia que su abdomen le doliera.
Envolvió sus brazos alrededor de su abdomen y se doblo un poco hacia adelante, incluso ignorando el hecho de que en la parte de atrás del salón, Haganezuka estaba haciendo un berrinche con esa actitud rebelde que le castraba.
Salió de sus pensamientos hasta que el rubio poso una mano en su hombro y lo sostuvo dándole apoyo.
Kyojuro: Giyuu, ¿Te sientes bien?
Pregunto con preocupación.
El otro asintió.
Giyuu: Solo me duele un poco el estómagopor el estrés. Nada importante.
Respondió, pero Kyojuro sabía que necesitaban descansar. Además, ya tenía algo planeado para subir el ánimo a todos.
Dijo nunca nadie...
Kyojuro: ¡Oigan todos! ¡Presten atención!
Dijo tomando una vela que traía en su bolsa y encendiendo la frente a todos en un círculo.
Kyojuro: Ver está llama, avivara nuestra alma y espíritu. ¡Nos subirá el ánimo!
Exclamó.
Todos miraron el brillo de la vela confundidos, pero intrigados.
Obanai: Que espiritual... Es como un ambiente para contar historias de terror...
Tengen se volvió hacia su amigo y hablo.
Tengen: Oye, Kyojuro. Esto es raro. ¿No hay algo más emocionante?
Kyojuro: Uhum! Antes de todo, llame a alguien.
Tengen: Uh?
Kanae: ¿A quien llamaste?
El rubio los vio con una sonrisa.
Kyojuro: Al Director Ubuyashiki. Vendrá a vernos en media hora.
Al escuchar eso, todos se sobresaltaron y empezaron a moverse de un lado a otro, ordenando lo más que podían.
Ante todo este abrumador alboroto, Giyuu empezó a sentirse mareado.
Se apoyo en su pareja y hablo.
Giyuu: Kyojuro, no me siento bien...
Kyojuro: Tranquilo, todo se va a calmar.
Murmuró sosteniendo lo con una mano y con la otra, sosteniendo la vela.
Soplo esta para apagarla pero...
Estaban justo al lado del escritorio de Uzui.
Un gran estruendo se escuchó en el área, mientras todos los maestros salían volando hacia el pasillo por la explosión culpa de la pólvora que Uzui tenía en su escritorio.
Cuando el humo de la explosión bajo, todos notaron algo.
Podría estar destrozado, pero se veía muy espacioso. Que lugar tan perfecto.
Un sonido metálico llamo la atención de Kyojuro, que dirigió su mirada hacia el suelo, donde estaba una llave. La llave de Giyuu.
La levantó con una sonrisa y le quitó el polvo con su mano.
Kyojuro: ¡Giyuu! ¡La encontré!
Exclamó buscandolo con la mirada. Lo vió a lo lejos y camino hacia el, dándose cuenta de algo de inmediato.
Kyojuro: ¿Giyuu...?
Lo sacudió un poco, y Obanai que estaba cerca, rápidamente llamo a una ambulancia al ver que este no reaccionaba.
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En el hospital, el par compartía un momento tenso en la habitación.
Kyojuro: Pero- ¿Por qué-?
Pregunto viendo con preocupación a su pareja en la camilla, mientras que apretaba sus manos entre las suyas propias.
Giyuu: ¡No lo sé!
Exclamó temblando un poco mientras luchaba por no dejar escapar las lágrimas.
Kyojuro no podía evitar sentirse mal al ver a su esposo así y lo abrazo, envolviendo sus brazos alrededor de el.
El momento lo interrumpió una enfermera que entro con una noticia.
- ☕︎ -
Giyuu: ¡Me asusté mucho!
El pelinegro lloraba sin control alguno mientras se aferraba a la mano de su mejor amigo en la cama.
Sabito: Deja de llorar... Es molesto.
Kyojuro lo veía desde el umbral de la puerta, sonriendo levemente.
Después de tres semanas, Sabito y Makomo despertaron del coma.
Estaba feliz de ver a su esposo tan alegre.
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Al llegar a casa, ninguno dijo nada, no lo necesitaban.
En la cama, Kyojuro lo envolvió en sus brazos, abrazándolo contra su pecho.
Kyojuro: No tenía saque ir a trabajar si no te sentías bien...
Murmuró hundiendo el rostro en su cuello.
Giyuu: No quería preocuparte...
Kyojuro: Me preocupa más que algo les hubiera pasado a ustedes dos...
Murmuró sorprendiendo a Giyuu. ¿Los dos?
Bueno, ese bebé sería muy bien recibido.
Kyojuro: Desde ahora, los voy a cuidar muy bien a ambos...
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Hi.
Volví con un nuevo cap y una pregunta.
¿Que ship estaría bueno ponerlo como secundario?
Ya tengo algunos en mente, pero me gustaría que me ayuden a decidir.
Espero que el cap de hoy les haya gustado.
Que lo hayan disfrutado.
Los kiere Togy <3
En fin, la hipotenusa xd
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