Capítulo III: Intruders

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III: INTRUSOS

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Tipo de narrador: Tercera persona

Los cuatro chicos hicieron un buen trabajo infiltrándose, o eso creyeron hasta que llegaron al final del túnel donde vieron mucho más doctores, oficiales y tal vez sicarios, se ocultaron detrás de una pared cuando vieron a un oficial que detuvo su mirada en ellos

—Lo vi— les susurró la menor del grupo— en el primer piso al noroeste

—¿Qué viste?

—La sala de comunicaciones

—¿La sala de comunicaciones?

—Totalmente. La puerta se abrió por un segundo y vi muchas luces, máquinas y esa mierda— explico la niña rápidamente

—Podría ser cualquier otra cosa— le dijo Dustin

—Correré el riesgo— mencionó Robin

Steve, que estaba más cerca, miro a los alrededores estudiando la posibilidad de correr hacía la sala de comunicaciones, cuando concluyó que era posible, se giró al grupo

—Nos moveremos rápido y nos mantendremos agachados

Cuando les dio la señal, empezaron a caminar en dirección a la sala de comunicaciones al mismo tiempo que un tipo de bata blanca salía de la puerta de cristal roja

Entraron por esta, y después de asegurarse que nadie los pilló, vieron al frente

Un oficial con uniforme verde estaba sentado frente al panel de control, y a su lado, una mujer de cabello negro a los hombros, ella llevaba una chaqueta color naranja y se giró al mismo tiempo que el oficial

Mientras que oficial miraba confundido al cuarteto, la pelinegra solo miro a la rubia vestida de marinera

En esa base comunista no era que hubiera chicas de su edad y menos atractivas, pero esa chica con traje de marinera... era simplemente preciosa

Sin embargo el contacto visual de la pelinegra hacia la rubia, fue interrumpido cuando el oficial a su lado llevo su mano a la funda de su arma con la intención de tomarla, pero antes de eso, la marinera hablo

Pisa con cuidado— los dos tras el panel de control fruncieron las cejas, que si bien la pelinegra no sabía ruso, ya que ella también era americana, el oficial que si sabía, no le encontró sentido a sus palabras— pisa con cuidado

—¿Quién eres?

El gato plateado— explicó la rubia haciendo un ademán extraño— el gato plateado— el gato plateado

No entiendo

—¿Kitai? — se acercó la rubia lentamente, lo que hizo que el oficial aún tomará el arma

La pelinegra solo alcanzó a tomar una radio del panel antes de retroceder al ver como el marinero se le iba encima al oficial para darle un par de puñetazos en la cara para inmovilizarlo

Tomó el radio entre sus manos esperando poder comunicarse con cierta persona que le interesaba los marineros que se habían colado en la sala de control

—Nikolay, tengo a los ratones que andabas buscando— murmuro la pelinegra hablando por el walkie takie mientras se terminaba de esconder por ese pasillo— sala de comunicaciones, no tardes.

Pero el descuido de la de cabello negro, hizo que se diera un pequeño golpe en la espalda con uno de los barandales de la escalera, soltó un quejido que alerto a la marinera, la cual empezó a subir la escalera

—Oye...— la rubia miro a la pelinegra y cuando esta apenas notó su presencia, se terminó de girar para irse

Robin la siguió por las escaleras, sin embargo su mandíbula se descolgó cuando en lugar de encontrar a la pelinegra de ojos azules, llegó a lo que parecía una máquina gigante que apuntaba un rayo de láser a la pared

—Chicos— Robin regreso a la sala de comunicaciones despavorida de lo que acababa de ver— hay algo allá arriba

Siguieron a Robin a la parte de arriba donde los tres chicos restantes vieron la máquina que apuntaba a la pared buscando lograr una grieta en esta, luces de todos los colores envolvían el lugar y les provocó escalofríos a Henderson y Harrington

—El portal— murmuraron los dos chicos

—No entiendo, ¿has visto esto antes? — salieron como alma que lleva el diablo esperando salir de eso

—No exactamente

—Solo diré que es malo— murmuró Dustin

—Muy malo

—Es el fin de la raza humana, tal como la conocemos— repitió el de rulos con la voz algo temblorosa

—¿Cómo saben eso?

—Steve, ¿Dónde está tu amigo ruso? — preguntó Érica al no ver al otro oficial que se suponía que había noqueado a Harrington

Una alarma algo extraña retumbó por todo el lugar, lo que alertó a los tres chicos y al asomarse por la puerta, se dieron cuenta que el oficial había logrado levantarse y pidió ayuda a sus camaradas

Por lo cual empezaron a perseguirlos con armas en las manos que les puso los nervios de punta

Y entonces todo se transformó en un juego del gato y el ratón, el cuarteto corrían y cruzaban el primer camino que encontraban, pasaron el centro de control, terminaron hasta esa máquina extraña y vieron de cerca el láser que salía de este, esquivaron a varios oficiales hasta que finalmente salieron por una de las puertas hacia lo que parecía la sala de ventilación

Pero los oficiales armados fueron más que ellos por obvias razón, por lo cual Harrington y Buckley se pusieron delante de la puerta para evitar que pasaran

—¡Corran, salgan de aquí— les gritaron a Érica y a Dustin

—¡Vengan!

—¡No, consigan ayuda! — les gritó Robin de regreso

—¡Váyanse!

—¡No te olvidaré! — les dijo Dustin entre gritos

—¡Largo!

Los empujones de los oficiales pudieron más que ellos, por lo cual los dos marineros fueron aventados contra la pared y les apuntaron en la cabeza con esas armas gigantes que les pusieron los pelos de punta

Robin abrió ligeramente la boca cuando vio acercarse a la chica pelinegra de la sala de control, se le quedo viendo con una expresión indescriptible, ella sobresalía del resto de los oficiales, y no solo por los ojos azules que realzaban de su pálido rostro, sino porque ella vestía una bata blanca, botas negras y su mirada intimidante la escaneo de arriba a abajo

—Todos suyos, jefe— murmuró la de ojos azules en un perfecto inglés que hizo que Robin la mirara sorprendida, esa pelinegra era americana por donde fuera que la mirara

—Eres...

Los oficiales se hicieron al lado ya que alguien llegó hacia su sitio, era un hombre de tal vez 30 años o más, vestía un traje color verde con una corbata roja y su expresión desprendía rabia y un deje de ironía

—¿Así que estaban interesados en la llave?— a pesar de que el hombre les hablaba en su idioma, su acento delataba su verdadero origen y ese maldito acento seguido de la risita que les soltó, les hizo tragar en seco a ambos adolescentes— me complace anunciarles que conocerán a la mente maestra detrás de ella.

(...)

Muchos cristales estrellándose en el suelo se hicieron presentes después de que la doctora Romanova tirara varios tubos de ensayo de la mesa de laboratorio, se fue para atrás aun tomando su pecho tratando de regular su respiración

Lo que estaba sintiendo era horrible, era peor que las alucinaciones que provocan cualquier droga química

Desde ayer estaba así, después de que aquella mocosa manipulara su mente, había empezado a tener visiones, algunas del futuro, otros recuerdos del pasado y otras más de algún escenario pos apocalíptico que deseaba con todo su ser no fuera su futuro

Koroleva— no término de girarse cuando lanzó una engrapadora que le dio en la frente a quien había entrado, Nikolay la miraba furioso aun sosteniéndose la frente

—Vete— le dijo en su idioma natal, sin embargo el ruso no obedeció y se acercó a ella para abrazarla por la cintura y dejarle un beso en la mejilla que la pelirroja solo ignoro cerrando los ojos

—Te tengo un regalo— no le causó emoción esas palabras, por más que Romanov nunca decepciona con sus regalos

—No tengo ganas de ser tú puta esta noche— le dijo al sentir la respiración del rubio en su cuello

—No es eso— se sorprendió cuando le extendió un cofre de madera, así que tomo este para girarse y ver al nombre, que la miraba con una sonrisa— ábrelo, es para ti

Francine intercalo miradas entre el ruso y el cofre, al final abrió de está encontrándose una beretta M9 que tenía grabadas sus iniciales en color dorado, un poco extravagante para su gusto, considerando que ella casi no portaba armas

—Sé que has estado muy estresada— Nikolay la miró con una sonrisa— así que... tengo un par de ratas para que puedas jugar al tiro al blanco...

—¿Son estadounidenses?— la pregunta fue respondida cuando el ruso cerró los ojos, por lo que ella se apartó de su agarre— sabes que no mató a los míos

La pelirroja llevaba desde los doce años sirviendo a la KGB, sin embargo aún no era capaz de olvidar sus orígenes, era estadounidense, no ante la ley, pero nació en América, por lo cual nunca se atrevería a matar a nadie que viniera de ese continente, claro que eso cambiaba con los prisioneros rusos, ahí si no le temblaba la mano a la hora de disparar, no mataría por diversión y menos a gente que tuviera sus raíces

—¿Los tuyos? — Romanov la giro para aprisionar su cuello con su mano, la pelirroja hizo una mueca por la falta de aire— no, no son los tuyos, tú no eres nadie, y si te los estoy es para que te relajes

No necesitaba relajarse, necesitaba saber si las visiones que estaba teniendo eran de verdad y si así lo era, evitar ese futuro

—Está bien— respondió finalmente, Nikolay la miro con una sonrisa antes de tomarla para darle un beso que Francine medio correspondió

La escoltó hacia una de esas oficinas, mientras que ella escondía la mano donde llevaba la beretta detrás de su espalda, el teniente a cargo solo bastó que viera su cara de pocos amigos para dejarla pasar

Se paró unos cuantos metros de la persona que tenían esposada y que al parecer se encargaban de adiestrar

Él, a diferencia de la mayoría de los prisioneros, llevaba un traje azul con detalles rojos algo infantil y una camisa de rayas, era como un marinero de alguna caricatura infantil

Se sorprendió cuando el prisionero alzó la mirada... porque era solo un niño

No tanto, pero si era de su edad o tal vez un par de años menor que ella, era mucho, sin embargo a su alcaide nunca sería impedimento si ese marinero representaba un peligro para la operación

Pero por la furia que emanaba en este momento, era para que alzará el arma que escondía en su espalda y disparar sin siquiera terminar de preguntar su nombre

Y en su lugar no podía alzar su arma... no podía dispararle al marinero... 

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Steve y Robin ya conocieron a sus futuras chicas AAAAHHHHH 

perdón por tanto tiempo sin actualizar, pero ya estoy de vacaciones, espero ponerme al corriente por acá <3

—Ellis

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