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━━━ CHAPTER TWENTY-THREE  ━━━
LOS HORROCRUXES

Ver recuerdos eran algo para lo que Freya Mikaelson era realmente buena, era una bruja poderosa, ella era una Mikaelson después de todo. Entonces, ¿Por qué meterse a la mente del mago más "poderoso" era difícil?

Ella no lo sabía, pero se están empezando a frustrar al no encontrar nada. Comenzó con algo sencillo, necesitaba ver los recuerdos de Voldemort para así saber con exactitud los horrocruxes que el hombre había creado. Suspirando comenzó a recitar el hechizo una vez más, el Guardapelo de Slytherin estaba en sus manos, la magia negra se podía sentir, el ambiente era tan pesado.

Susurró el hechizo y cuando pensó que todo iba a fracasar una vez más, el objeto comenzó a moverse constantemente. Cuando abrió los ojos de nuevo, estaba en lo que parecía ser un pequeño pueblo, camino esperando encontrarse con algo, o alguien. Debía de haber algo que sirviera.

—¡Aléjate de mi!

Freya se giro al escuchar una voz, asustadiza. Era un hombre alto, cabello castaño y una mirada llena de temor. Enfrente de el, estaba un chico con las mismas descripciones, sin embargo, este apuntaba con una varita.

—Debiste pensar en esto, antes de abandonarme, pero no te preocupes, que no te necesite a ti y a tu asquerosa descendencia muggle —de su varita salió un rayo verde y el hombre cayó al suelo, sin vida.

Freya dio un paso atrás, incrédula de lo que vía. ¿Ese joven era Voldemort? No parecía tener más de quince años. De un momento a otro, el recuerdo cambio a uno donde el chico escondía el anillo en una cabaña.

Un segundo recuerdo llegó a su vista cuando el mismo chico que parecía más mayor, platicaba con una serpiente, aunque Freya no lo iba a admitir, esa serpiente era enorme, parecía ser algo irreal.

—Mi querido basilisco, has hecho un gran trabajo. La sangre sucia murió y yo tengo un nuevo horrocrux —se paro enfrente del animal—. Nadie sabe lo que estoy haciendo, absolutamente nadie, tampoco saben que tu veneno puede terminar con mi bello horrocrux, pero eso es un secreto nuestro —el joven soltó una risa y el recuerdo volvió a cambiar.

Ahora era un hombre que parecía serpiente, Freya hizo una mueca de asco ante su aspecto.

—Mi.. se-señor —un joven rubio tartamudeo.

—Ah, Lucius. Necesito que me hagas el favor de guardar esto por mi —le tendió un diario que el rubio tomo con temblor—. Es algo muy preciado para mí, y no quiero que caiga en las manos equivocadas.

—E-es un honor... Mi se-eñor...

Freya miro como el recuerdo cambiaba una vez más, volvía al joven de cabello ruloso, este estaba robando lo que parecía ser una copa y el Guardapelo que ya tenían. Sin embargo, había una mujer pelirroja quien no parecía darse cuenta de eso. Ella bebía su café con tranquilidad, eso hasta que cayó al suelo muerta y el chico realizó el hechizo que construyó otro horrocrux; la copa.

El joven iba caminando por la calle cuando se topo con un viejo vagabundo muggle, ni si quiera lo dudo cuando esté le lanzó una maldición y termino con su vida, así dándole vida a su nuevo horrocrux; el Guardapelo.

Freya realmente no creía que alguien como el matará por la inmortalidad, si bien, no lo juzgaba, pues su familia también mataba a personas, pero nunca a nadie inocente, no almenos ahora. Sabía que todos sus hermanos tenían un pasado terrible, pero del nacimiento de Hope en adelante solo se defendían de sus enemigos.

Ya no más personas inocentes, no querían que Hope viviera rodeada de sangre inocente.

—Sera un honor guardar la copa en mi bóveda, mi señor —una mujer de rizos y una actitud muy "loca" hablo.

Un dolor inundó la cabeza de Freya, sabía que la persona podía estar dándose cuenta de lo que pasaba, necesitaba más tiempo. Aún no terminaba de ver los recuerdos.

—Tom...

Se veía al profesor que Kira les había mostrado anteriormente en la visión, este estaba en una oficina viendo al joven con una mirada que ocultaba sus verdaderas intenciones.

—Profesor, Dumbledore.

—¿Que te trae por aquí muchacho?

—Me gustaría pedir trabajo, cómo maestro —explico con una sonrisa—. Sería un gran honor para mí.

—Bueno Tom, en este momento no estamos contratando.

—Puedo ser de utilidad —replico.

—Me temo que no hay nada que puedas hacer, mi muchacho —hablo con falsa simpatía. Freya lo reconoció.

—Entiendo, supongo que me iré, gracias, profesor Dumbledore —el chico se despidió saliendo del lugar, en cuanto salió de ahí su sonrisa se esfumó y una expresión de molestia apreció en su rostro.

Bajo unas escaleras y comenzó a caminar directo a uno de los pasillos del enorme castillo, Freya estaba impresionada por el lugar. Este se puso enfrente de una pared y cerro los ojos, Freya se acercó a el y vio que una puerta comenzaba a aparecer. El chico entro al lugar con la rubia Mikaelson siguiéndolo.

Era un enorme lugar que tenía muchos aparatos, parecían usados y viejos, este camino hasta que se encontró con una caja, de la bolsa que cargaba saco una Diadema de color azul que llamó la atención de Freya. Este la puso en el cofre y lo cerró, puso unas cosas en cima y con una sonrisa salió del lugar.

Freya siguió viendo hasta que un fuerte dolor la inundó por completo, está ahora están en un cuarto completamente negro. Trataba de salir del lugar pero algo bloqueaba su magia.

—¿Quién eres?

La chica se dio la vuelta para encontrarse con un niño pequeño, cabello castaño y ojos de color.

—¿Quién eres tú?

—Yo pregunté primero —dijo el.

—Me llamó Freya, ¿Y tú?

El niño la miro de una manera intensa que la hizo temblar.

—Soy Tom, un gusto Freya.

¿Tom? Había una posibilidad de que fuera el mismo...

—¿Eres una bruja?

—Si, ¿Cómo lo sabes?

—Siento tu magia, es poderosa —explico—. Quisiera poder dar ese poder también.

—Gracias, —sonrió levemente—. Estoy seguro que si vas por el caminó correcto, podrás hacer cosas increíbles, para el bien.

—¿Tú crees?

—Si, espero escojas lo correcto —asintio antes de ver su cuerpo desaparecer.

—¡Freya!

—¡Freya!

La rubia frunció el ceño mientras abría los ojos y tomaba una bocanada de aire. Enfoco su vista en sus hermanos, quienes la miraban con temor.

—¿Qué pasó?

—¡Estás despierta! —Kol chillo mientras la abrazaba.

—¿Qué sucede?

—Estuviste inconciente —Elijah le dijo.

—Debió ser por los recuerdos, es normal que pase eso mientras los veo —se sentó en la cama con la ayuda de Klaus.

—Freya...

La mencionada miro a Rebekah quién la veía con los ojos rojos.

—Eso fue hace una semana...

—¿Qué?

—Estabas inconciente desde hace una semana —explico, Kol.

( . . . )

—Muy bien, nos vamos a dividir en parejas, Kira y James irán por el anillo a la cabaña de los Gaunt —Lily apunto a la pareja quien asintió—. Rebekah y Remus irán por el diario, Destiny nos hizo el favor de darles una carta que les funcionará con Narcissa —la pelinegra asintió mientras cargaba a su hijo, Elijah a su lado—, Kol y Sirius buscarán las copa en la bóveda de los Bellatrix, deberán tener cuidado.

—No te preocupes Lily, se lidiar con mi prima —sonrió, Sirius.

—Bien, entonces por último estamos Klaus y yo —le sonrió al rubio quién le guiñó un ojo—. Iremos a Hogwarts en busca de la diadema y del veneno del basilisco, todos deben de tener cuidado, puede que las cosas parezcan fáciles, pero estamos hablando de un mago que tiene todo bajo control.

Todos se miraron mientras suspiraban.

—Elijah, Freya y Destiny trataran de descubrir mientras tanto, algo más para destruir el Guardapelo.

—Vamos a intentarlo —hablo, Destiny, abrazando a su hijo.

—Cuídense —fue lo último que dijo Sirius antes de tomar la mano de Kol y desaparecer con el.

Los siguientes fueron Lily y Klaus quienes se fueron, seguidos de ellos fueron James y Kira, por último Remus y Rebekah.

Sábado 6 de mayo

Hola amores, una vez más, vuelve la desaparecida jejeje.

La cosa es, que solo faltan dos capítulos para que la historia termine, un enorme alivió para mí. Espero les guste todo esto y lo disfruten tanto como yo.

Adri <3

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