01 | jason todd and roy harper

— 𝐒𝐄𝐗 𝐀𝐍𝐃 𝐖𝐄𝐄𝐃:
jason todd x fem!reader x roy harper

🌀 | advertencias.  .  . smut. porn without plot. trío. todos tienen sexo consentido bajo los efectos de la marihuana. fingering, dirty talk, penetración doble (anal y vaginal). Maybe algo corto 1.5k de palabras.

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El alcohol y las drogas, especialmente en este caso la marihuana, pueden llevar a las personas a cometer actos sin sentido. Por lo general, esto se manifiesta en situaciones banales, como hacer el ridículo frente a tus amigos o vomitarse encima. Sin embargo, esa vez descubriste que era algo... diferente.

En aquella reunión con tus amigos, no podían faltar factores clave como el alcohol. Sin embargo, Roy exclamó: 'Oh, traje algo nuevo', mientras sacaba una bolsa de hierba. Así, todos se encontraron en una situación inesperada, tal vez por haber fumado de más.

Las cabezas de los tres se dirigían hacia el techo que todos estaban observando. Acostados en el suelo de tu habitación, un ligero sopor los envolvía. Tu mente, en particular, admiraba ese techo como si poseyera una belleza inigualable, deslumbrada por una mezcla de colores que en realidad no existía, mientras experimentabas un mal viaje.

— ¿Creen que Bane la tenga grande? — Preguntaste, aún sumida en tus pensamientos. — Sería extraño que no la tuviera.

Roy se rió ante tu pregunta, pero fue Jason quien te miró, cuestionándose en su interior, con las pocas neuronas que le quedaban sin estar drogadas, por qué te planteabas esas cosas.

— Lo siento, la hierba me hace reflexionar. — Te disculpas mientras te sientas en el suelo, cruzando las piernas como un indio para observarlos a ambos. — ¿Alguna vez se han besado?

De la misma manera, Roy se rió en voz baja mientras te observaba, ladeando la cabeza.

— No que yo recuerde. Ah, sí, en aquella gala de tu familia, ¿lo recuerdas? También creo que fue en esa ocasión cuando estábamos patrullando y estábamos muy fumados.

— Ella no necesita detalles, Roy. — Jason rueda los ojos y le da un golpe en el brazo a su amigo para que se calle.

Sin embargo, te ríes suavemente, sin entender del todo la razón de tu risa. No reflexionaste demasiado cuando les pediste que lo repitieran, insistiendo en que no se lo contarías a nadie.

"Nadie tiene por qué saberlo", pensaste mientras observabas cómo el pelirrojo atrapaba los labios de Jason, tomándolo del cuello.

La boca de Jason devoraba la de Roy como si fuera su última comida. Probablemente era un acto un tanto desenfrenado, o al menos así lo pensabas debido al estado en el que te encontrabas. Su lengua se entrelazaba con la de él, y ese simple acto te parecía hermoso.

No estabas segura de si habían pasado horas, semanas o solo minutos, pero continuaste observando. Era imposible ser consciente del tiempo cuando sus lenguas se entrelazaban ante tus ojos.

El calor se instalaba en cada centímetro de tu piel y, sintiendo una ligera molestia entre tus muslos, tragaste saliva. Tus uñas se hundieron en un peluche a tu alcance, donde descargaste todas tus emociones.

Con curiosidad, observaste cómo Roy se alejaba de Jason, ambos dirigían su mirada hacia ti. Tus ojos se posaron en el pelirrojo, quien, con una sonrisa algo atrevida, se acercó gateando hasta tu posición y se arrodilló frente a ti, moviendo tu cabello hacia tu espalda con ambas manos. Jason se colocó a tu lado y, tras intercambiar una mirada de complicidad, tomó tu cabello en su mano, mientras permitía que Roy besara tu cuello.

El calor se concentró en tu estómago y ascendió hasta tus mejillas. Deseabas hablar, jadear, gemir, pero las palabras morían antes de llegar a tu garganta. Sentiste cómo los labios del hombre aprisionaban tu piel, succionándola y lamiéndola suavemente, como si temiera lastimarte. Era un contraste total con la forma en que él y Jason se habían besado anteriormente.

Detrás de ti, las manos de Jason se deslizaron hasta palpar tus shorts de pijama. La humedad en tu entrepierna se había trasluzido a través de la tela, lo que le sacó una sonrisa. Por primera vez, debido a la sensibilidad de la zona, jadeaste al oído del pelirrojo, sintiendo cómo murmuraba algo ininteligible contra tu cuello.

— Joder... ¿tan empapada para nosotros? — El chico de pelo castaño gimió mientras tiraba de tus shorts de pijama, hasta que estos quedaron atascados en tus rodillas.

Las manos de ambos chicos se posaron en tu pelvis, y sentiste cómo tu cuerpo vibraba. Nunca habías experimentado una sensación tan excitante como la de sentir dos manos diferentes tocándote por encima de la ropa interior.

No se tomaron la molestia de quitarte las bragas; en su lugar, simplemente movieron la tela hacia un lado, lo suficiente para que ambas manos pudieran encontrarse en el mismo espacio. Una de ellas se deslizó hacia tu intimidad, mientras la otra exploraba tu centro palpitante. No podías identificar quién era cada uno, pero la sensación que experimentabas era increíblemente placentera, como si te brindara una liberación total.

— Estas chorreando por toda mi mano, preciosa. — Roy te dijo, apartando la mano de tu entrepierna por un instante, mientras lamía tu esencia de sus dedos.— ¿Quieres que me lo coma todo? ¿Eso quieres?

Jason pudo sentir cómo las palabras sucias de Roy hacían que tu agujero se apretara alrededor de sus dedos, lo que lo llevó a reír. Nunca hubiera imaginado que la chica que tenía osos de peluche y que parecía tan "tierna" disfrutara tanto de una conversación tan morbosa.

—¿Te gusta eso, princesa? Me encanta cómo te enroscas alrededor de mis dedos. Siempre me he preguntado, cada vez que te veo con esas faldas tan lindas que sueles usar, cómo se sentiría tu coño.  Ahora lo sé.

Roy se tomó su tiempo para despojarte de la ropa que aún llevabas, hasta que quedaste completamente desnuda bajo su mirada hambrienta. Sentiste sus manos subir hasta acariciar uno de tus pechos, mientras su boca descendía para rodear el otro pezón, arrancándote un quejido.

La mezcla de placer prácticamente estallaba en tu cuerpo, dejándote un poco aturdida. No sabías si era eso o los efectos de haber fumado tanta hierba lo que te hacía sentir más sensible a cada estímulo, llevándote al borde del clímax. Fuera cual fuera la razón, estar ahí con ellos era, sin duda, algo que querrías repetir una vez que todo terminara.

— Oh, oh, algo me dice que alguien va a correrse. — El castaño comenta con una pizca de diversión, mientras curva sus dedos más profundamente dentro de ella.

Roy se ríe al oír el comentario sobre tu delicado pezón, enviando vibraciones que te impulsan un poco más cerca del clímax. Continúa lamiendo, entrelazando su lengua sobre tu piel sensible, y luego mira a su amigo.

— ¿No es justo, verdad? Ni siquiera hemos tenido suficiente de ella.

De repente, un quejido se escapa de tus labios, debido a que Jason retira los dedos de tu interior. Sin embargo, el pelirrojo deduce al instante que solo se debe a una nueva idea que acaba de cruzar su mente.

— Eso es fácil de resolver.

Juraste que habías podido leer su mente cuando Roy alzó una ceja y sonrió; ambos se miraron, compartiendo una complicidad evidente. Segundos después, estabas sentada en el regazo de Jason, cara a cara con su pecho desnudo, mientras detrás de ti, Roy encontraba espacio en tu carne, buscando tu agujero disponible, ya que el otro estaba ocupado por Jason.

Ambos, agresivos, se adueñaban de tu cuerpo con un fervor casi hostil, como si quisieran despojarte de todo antes de abandonarte a tu suerte. Cada uno invadía tus espacios más estrechos, deseando que extrajeras hasta la última gota de orgasmo que pudieran alcanzar.

— ¿Te gusta esto? — Jason pregunta mientras te observa con una sonrisa. Puedes ver en su rostro cómo la cercanía al orgasmo empieza a notarse, a pesar de que intenta contenerse. Pequeños jadeos masculinos escapan de sus labios, y mientras sonríe, algunas gotas de sudor caen por su frente. — Joder, aprietas como la mierda.

El castaño jadea con cierto dolor al sentir cómo tus uñas se clavan en sus hombros, incapaz de resistir mucho más. Por detrás, Roy te rodea con sus brazos, aprisionando tu torso hasta que queda pegado a su pecho. Te mueve de adelante hacia atrás, jadeante, mientras siente cómo tu estrechez comienza a ordeñarlo.

Jason desliza su pulgar hacia tu centro palpitante, acariciándote y aumentando la intensidad de tu orgasmo. Siente cómo te contraes a su alrededor, y, al igual que Roy, no tarda en derramarse dentro de ti, dejando que las últimas gotas de placer deslicen lentamente por tus muslos.

Ambos hombres observaron cómo caías sobre el cuerpo del castaño y, con un atisbo de simpatía, sonrieron, admirando cómo manchabas su regazo con fluidos. Roy recogió esos fluidos y, después de llevarlos primero a su boca, los ofreció a Jason.

La lengua de Jason lamió los dedos de Roy, que mantenía la mirada fija en ti y en tu cuerpo. Los limpió hasta dejarlos secos, y el pelirrojo, al notar que algo se había derramado en su barbilla, lo recogió y lo llevó a sus labios, mientras tú observabas como espectadora.

— ¿Eso fue adorable no creen? — Roy bromea mientras deja algunos besos dispersos en tu hombro y espalda.

Asentiste con emoción, comenzando a recuperarte de tu reciente clímax. Jason notó una chispa de diversión en tus ojos, como si estuvieras esperando más, tal vez.

— ¿Repetimos luego?

Ambos hombres se rieron ante tu pregunta. Roy acercó su mano a tu rostro, tomando suavemente tu mentón y obligándote a girar la cabeza para mirarlo a los ojos.

— Vamos, cariño. Creí que habías tenido suficiente hierba y sexo por una noche.

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