★彡[ᴍᴀᴋɪ]彡★

ᖫᖭ

Universo Canon / Soft / One-shot / GL (Girls Love)

ERA UNA tarde tranquila en la escuela de hechicería de Tokio. Como ya era costumbre para ellas, Maki y Suzume estaban pasando un rato juntas y un poco alejadas de los demás. Mientras la de cabello verdoso apoyaba su cabeza sobre el hombro de la otra, ella le mostraba con entusiasmo algún video de gatos de internet que le pareció gracioso. Al verla reírse muy fuerte, Maki esbozaba una sonrisa pequeña también, y luego la veía buscar en su teléfono cosas parecidas que pensaba que le gustarían.

— Oye, Fushiguro. — Itadori llamó su atención, mirando directamente a las dos chicas que convivían alegremente. — Tú conoces bien a Maki, ¿verdad?

— Algo, ¿por qué? — preguntó, echando un vistazo a donde estaba su mirada para ver qué era lo que le daba tanta curiosidad.

— Es que siempre la veo tan seria... pero con Mori se ve mucho más amigable. ¿Son muy amigas?

— Creo que están saliendo.

— ¿¡En serio?! — giró su cabeza hacia él y luego de nuevo hacia las chicas, incrédulo.

— Dije que creo; me puedo estar equivocando. Pero estoy casi seguro. No sé, pregúntale a Panda o a Inumaki.

— ¿Crees que sepan?

— Son sus compañeros; es más probable que sepan ellos a que sepa yo. La otra que puede saber es la hermana de Maki, pero de aquí a que acceda a hablar contigo te llevará toda la vida.

Y así, Itadori se dio la misión de averiguar la relación que tenían esas dos. Probablemente le llevaría todo el día, tendría que buscar por mar, cielo y tierra. Preguntaría a todas las personas que fuera necesario y haría toda la investigación que no había hecho en toda su vida para ningún otro tema sólo para quitarse la duda.

Megumi no quiso involucrarse en lo que sea que estuviera haciendo, así que le dijo que tendría que irse solo y él de inmediato corrió hacia donde le habían indicado que podían estar el resto de estudiantes de segundo año.

— ¿Maki y Suzume? — Panda se preguntó, repasando lo que Itadori les había preguntado con tanta prisa. — Son novias, ¿no?

— ¡¿Entonces es cierto?! — el de pelo rosa exclamó, saltando en su lugar.

— Tomando en cuenta como se tratan, siempre asumimos que sí. ¿Verdad? — se volteó hacia Inumaki, quien asintió.

— Salmón. — quiso hacer un gesto con sus manos, indicando que siempre parecían estar muy juntas.

— Pues es cierto... pero todavía no estoy seguro. ¡Necesito más evidencia! De esa manera lograré encontrar pruebas irrefutables.

— Itadori... — Panda lo miró, con una expresión seria en el rostro, hasta que cambió de forma repentina a una decepcionada. — ¿Por qué no sólo les preguntas?

— ¡Porque le tengo un poco de miedo a Maki!

— Supongo que es válido.

Durante los siguientes días, Itadori se dedicó a seguir a ambas muchachas para observar su comportamiento y, a partir de ahí, deducir si estaban saliendo o no.

— ¡Maki, mira esto! — la chica llamó su atención. — Tenía dorayaki guardado en un cajón en mi habitación. ¿Quieres? No está caducado; lo compré ayer.

— ¿Por qué lo tenías en un cajón?

— Supongo que lo estaba guardando para después y lo olvidé. Perdón, sólo tengo uno.

— Está bien, lo podemos compartir. — tomó la mano de Suzume, con la que ella sostenía el bocadillo, y lo acercó hacia ella para darle una mordida. Suzume se sonrojó ligeramente, pero no se sentía incómoda, y acto seguido le dio una mordida también al dulce sin que Maki soltara su mano.

¡Definitivamente comportamiento de novias! Desde donde las estaba viendo, Itadori podía percibir el ambiente romántico que se había formado entre ellas.

Pero no podía precipitarse.

— Ah, que sueño tengo... — Suzume mencionó, sentada junto a Maki en unas escaleras. — Anoche nos quedamos despiertas muy tarde...

— ¿Quieres acostarte en mi hombro?

— ¿De verdad?

— Claro. — puso su brazo alrededor del los hombros de la contraria y guió su cabeza hasta su hombro para recostarse. Inmediatamente cerró los ojos, sintiéndola acariciar su cabello sutilmente mientras se quedaba dormida.

— Que cómodo...

Ok, ahí habían señales bastante fuertes que podrían indicar que quizás podrían estar en una relación, pero no quería hacer conclusiones apresuradas.

Sólo un día más, y si las señales seguían ahí entonces esa era la única explicación.

— Suzume, ¿te volviste a lastimar entrenando? — Maki preguntó, tomando el rostro de la contraria entre sus manos para examinarlo. Tenía un raspón en la mejilla.

— Sí, pero no te preocupes; no fue muy grave.

— Tienes que tener más cuidado. Si te lastimas así entrenando, ¿qué vas a hacer en una pelea real? — ella miró hacia bajo, sintiéndose regañada, y Maki de inmediato se arrepintió. —...No te tienes que entristecer así; sólo trato de cuidarte. Pero... de estar en una pelea real, me voy a asegurar de que no te pase nada.

— No tienes que hacer eso; entreno para no ser una carga para ti.

— Jamás podrías ser una carga para mí, Suzu'. Es natural que te quiera proteger... eres importante para mí.

Aprovechando que sus manos aún estaban en su rostro, Maki elevó la cabeza de Suzume para que la viera a los ojos, y se acercó un poco más a su rostro, acariciando con cuidado cerca de sus párpados.

Ya estaba, ¡Itadori ya había visto suficiente! Si se iban a besar, le daría demasiada vergüenza ver. Mejor se iba; ya le había quedado claro que eran más que amigas.

Ambas se encontraban hablando muy alegremente, hasta que vieron a sus compañeros rodeando a alguien. Preguntándose quién podría ser, decidieron ir a echar un vistazo, y se sorprendieron al reconocerla rápidamente.

— ¿Mai? — Maki preguntó, como esperando que se tratara sólo de una alucinación. — ¿Qué haces aquí?

— Tranquila, sólo vine a hacer un mandado. Ya me iba; no te molesto a ti ni a tu novia.

—...¿Mi qué? — a pesar de tener expresiones distintas, ambas se habían sonrojado ante la suposición de Mai, quien las miró genuinamente confundida.

— ¿Tu novia? La chica ésta con la que andas en todos lados. — los demás estudiantes alrededor asintieron, también convencidos de ese hecho.

— Usteden son novias, ¿no? — Panda opinó. — Eso habíamos pensado todos.

— Sí, siempre están muy cariñosas la una con la otra. — añadió Itadori, recordando lo que había visto mientras investigaba.

— Eh... ¿cómo lo digo? — al ver que Maki aún seguía en shock, Suzume decidió hablar. — No somos novias.

— ¡¿No?! — un grito unísono por parte de los estudiantes se escuchó.

— Pues vaya forma tan rara tienen de ser amigas. — mencionó Mai.

— No puedo creer que todo este tiempo hayamos pensado que estaban saliendo... me siento un poco avergonzado. — comentó Fushiguro.

— ¡Pero si yo las vi! ¿Cómo puede ser...? — Itadori entró en pánico. Si no estaban saliendo, ¿cómo podía explicar todo lo que había presenciado. — ¡Las estuve siguiendo y actuaron como novias!

— ¿Disculpa? ¿Nos estuviste siguiendo? — el pánico volvió a su rostro cuando vio a Maki enojada.

— Es que... necesitaba verlo por mí mismo y... ¡el dorayaki! ¡Lo comieron juntas como novias!

— ¿Desde cuándo compartir un dulce es señal de estar en una relación?

— Pero... ¡cuando Mori se durmió en tu hombro! ¡También estaban muy cariñosas!

— Suzume se salta horas de sueño seguido. Cuando tengo oportunidad la dejo que duerma donde sea.

— Aún así... ¡Dijo que se quedaron despiertas hasta muy tarde! ¡Como muy, muy tarde!

— ¡Entrenando! ¡Estábamos entrenando! Y perdimos la noción del tiempo, así que no nos dimos cuenta cuando se hizo tarde. ¿Qué pensabas que estábamos haciendo?

— Yo... ¡¿Qué hay de ayer?! ¡Cuando la regañaste por lastimarse entrenando se veía como si estuvieran a punto de besarse! ¡Tenían los rostros muy cerca y hasta le acariciaste la mejilla!

— ¡Le estaba quitando una pestaña! ¡Tenía una pestaña en el rostro!

— Pero... pero...

— ¡No nos andes siguiendo!

— Bueno, si no quieren que la gente piense que están saliendo, no actúen como si estuvieran enamoradas y problema resuelto. — comentó Mai, ya sintiéndose un poco cansada de la situación. — Para confundir a todos debían estar dando señales raras. ¿Sí se gustan o qué?

— ¡No preguntes esas cosas enfrente de todos!

— ¿Entonces sí? — ambas se quedaron calladas. — Si no se gustaran, no importaría que lo pregunte enfrente de todos, pero les da vergüenza porque sí se gustan, ¿verdad? Al menos a una de ustedes sí. — de nuevo, no dijeron nada; prácticamente confirmando su suposición. — No las veo negándolo.

Sintiéndose fastidiada por la intervención de su hermana una y otra vez sin dejar de insistir, Maki frunció el ceño, aún con la cara roja, y la señaló de manera acusatoria.

— ¡¿Y qué si me gusta?! ¡No es tu problema! Yo sólo digo que no le debo explicaciones a nadie.

— ¿Eh? — confundida, Suzume ladeó la cabeza, y luego Maki la tomó del brazo para arrastrarla lejos de allí.

— Vámonos.

— ¡¿Eh?! — su repentina confesión la había dejado confundida, por no decir en shock total. Mientras era arrastrada pensaba en eso.

A pesar de la diferencia de personalidades, Suzume había logrado hacerse amiga de Maki en su primer año. Le parecía injusto todo lo que tenía que pasar gracias a su familia, y aunque no fuera mucho, trataba de defenderla y ayudarla como pudiera. Ella no lo sabía, pero eso en realidad significaba mucho para Maki.

Conforme fue pasando el tiempo y Maki fue conociendo también a Suzume, le llegó a tener bastante más aprecio que lo normal que le tenía a sus compañeros. A pesar de su exterior burbujeante y alegre, era en realidad una persona que se esforzaba mucho día a día, al igual que ella. Fue por esa cosa en común que lograron relacionarse y, pronto, formar una amistad cercana.

Sin embargo, al haber pasado tanto tiempo juntas en las buenas y en las malas, apoyándose durante los momentos difíciles y divirtiéndose en los momentos alegres, fue fácil para ambas que esos sentimientos de admiración y cercanía amistosa se convirtieran en algo más... serio. Les encantaba tratarse con cariño, sí, y no tenían vergüenza de ello por ser buenas amigas... pero llegaba un momento donde las sensaciones que les provocaban estar cerca la una de la otra eran diferentes. Sus corazones latían con fuerza al ver a la otra sonreír, querían pasar más de su tiempo juntas, amaban darse las pequeñas muestras de cariño que se permitían y, aunque sea en secreto, desear que su relación pasara al siguiente nivel.

Por eso ahora que Maki había sido provocada lo suficiente como para confesar sus sentimientos las había llevado a estar, de nuevo, alejados de los demás para hablar entre ellas, resultaba en una sorpresa enorme.

— Lamento que te hayas enterado así. Es que Mai a veces no sabe cuándo detenerse. — mencionó, viendo la expresión de sorpresa de su amiga.

— No... pero... — trató de regresar su rostro a la normalidad. — Me sorprendió porque también me gustas.

— ¿Sí? — ella asintió enérgicamente, haciéndola sonreír. — Lo hace más fácil entonces, ¿no? Bueno, ya todo el mundo pensaba que éramos novias. ¿Y si lo hacemos oficial de una vez?

— ¿Quieres? ¿No te molesta?

— Al contrario, me alegra. — tomó la mano de Suzume, en un intento por reconfortarla. — Creo que no hay mucho que vaya a cambiar entre nosotras, pero hay una cosa que tenemos que hacer para que sea oficial.

Ya sabiendo a lo que se refería, acercó su rostro al de ella hasta besarla. Realmente, el beso que se dieron no fue largo, pero duró lo suficiente como para que ambas transmitieran lo que querían ahí. Que se amaban; ya estaban juntas y nada las iba a separar.

Sonrieron, un poco tímidas, al separarse, y escucharon a sus compañeros celebrar desde donde estaban viendo. Porque aparentemente no estaban tan lejos y ellas eran buena fuente de entretenimiento.

🫀 TENGO SUEÑO PERO ESTABA ESCRIBIENDO ESTO Y DE PRONTO EMPEZÓ A SONAR LA DE WE FELL IN LOVE IN OCTOBER Y YO TENÍA QUE ESCRIBIR ESTO YA; NO IBA A SALIR HASTA MAÑANA. LA VELOCIDAD CON LA QUE LO ESCRIBÍ FUE- bueno, perdón si hay errores por eso, pero me dejé llevar por la emoción.

Besitos en las manos, cuídense y tomen mucha agua.

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