𝟬𝟭
🃏 *;;↱ ᵕ̈ JOKES ON YOU ↲፧ ˏ'୭̥*
01. ፧ ❝ NO MORE PURPOSE ❞
— She said "yes".
LA FILOSOFÍA PERFECTA consistiría en comprender los objetivos que Él tiene para la humanidad. Así el hombre establecería las normas de conducta que le servirán de guía para el camino de la vida.
Pero, ¿qué pasaría si las leyes del grande — aún cuando fueran concebidas con la mayor lógica posible — condujeran por caminos de zarzales y espinas?
Si es así, ¿será justificable abandonar dichas reglas y dejarse llevar por la marea en lugar de luchar contra ella?
La obra que comienza tiene como objeto demostrar que la virtud es sobrevalorada en un mal residente, en un alma rodeada por la corrupción mundana y que puede conducirla por el camino de la locura.
GOTHAM, 2009
𝘔𝘢𝘯𝘴𝘪𝘰́𝘯 𝘎𝘢𝘭𝘢𝘷𝘢𝘯.
Fría y oscura era la noche en aquella ciudad maldita custodiada por el que algunos consideran el mismísimo diablo luchando contra sus propios servidores. Lleno de un muy profundo asentado sentido de la decadencia. Con las calles vacías, como era costumbre, por el alto peligro que ponía el vagar en momentos como ese. Más esta noche era ligeramente diferente a las demás, pues la mitad de su población se resguardaba de la fuerte tormenta que azotaba sobre sus cabezas mientras que la otra mitad, la gente adinerada y pudiente se encontraba en uno de los poderosos e imponentes estructuras en uno de los barrios más ostentosos de la ciudad, pues se llevaba a cabo uno de los eventos más importantes que pudo ofrecer el candidato a la alcaldía con más poder encima.
La fiesta de compromiso con su perfecta y delicada novia: Hera Crownguard.
Soltó un suspiro tembloroso mientras sus manos en puño sujetaban su largo vestido rosado con fuerza durante varios segundos para después soltarlo y alisar la tela lo más posible. Sus ojos vagaban de un lado a otro y no podía evitar sentir su garganta seca, más no deseosa de agua, solo de humo de tabaco, más ese era un hábito al que pocas veces recurría puesto que era algo que le escondía a su pareja y a todo el mundo realmente.
— Hera Crownguard. — Susurró para sí misma su propio nombre, cómo convenciéndose de alguna idea — Hera... Galavan.
Tomó una profunda respiración llevando sus manos a la parte posterior de su cuello. El resto de su vida dependía de que su respuesta fuera afirmativa aquella noche y que fuera tan emotiva como para tocar el corazón de la oscura Gotham para que su futuro esposo tenga más probabilidades de ganar las próximas elecciones a la candidatura de alcalde.
Muchos afirmaban que tenía ganada la votación, más eso no la relajaba en lo absoluto, todo lo contrario, se presionaba en mostrar una imagen de barbie y que lucieran como una familia perfecta.
Recordó por breves instantes cómo le pidió matrimonio aquella mañana de madrugada cuando apenas los primeros rayos de sol amenazaban con aparecer. Por alguna razón habían despertado antes de lo normal y queriendo aprovechar el poco tiempo que tenían libre debido a sus ajustadas agendas, compartieron un rato íntimo que terminó con ambos enredados entre las sábanas, charlando de todo y nada a la vez cuando repentinamente el joven heredero sacó una pequeña caja de uno de sus cajones con un hermoso diamante dentro.
Sonrió instintivamente, agradecía tanto que fuera un momento íntimo y que no la tomara por sorpresa en un evento igual al que estaba por llevarse a cabo. Esta fiesta serían formalidades frente a la sociedad y prensa prometiendo un matrimonio de ensueño.
El sonido de las puertas del elevador abriéndose la pusieron más rígida de lo que ya estaba y forzó una sonrisa tranquila mientras los primeros flashes deslumbraban sus ojos azules cuando a tientas encontró la mano del chico de sus sueños, él cual la había estado esperando pacientemente para recibirla igual que una quinceañera siendo presentada a la sociedad en su gran fiesta rosada. Sonrió ahora mostrando sus dientes para después acercarse a Theo dandole un leve beso en los labios y luego ambos siguieron posando para varios reporteros hasta que con una seña el castaño hizo que las cámaras pararan llevando a la rubia hacia el centro del lugar llevándose varias miradas de orgullo y fascinación.
— Dios mío, te ves perfecta.
— ¿No es demasiado?
— Hasta con unos trapos te verías bien. Y tranquila, eres la anfitriona, todos esperan verte bien. — La joven asintió aferrándose a él — Tiemblas ¿Estas nerviosa?
— Algo. — Admitió — Sabes que este nunca fue mi ambiente. — El castaño rió por lo bajo.
Hela siempre le comento que era más un ratón de laboratorio y que odiaba los eventos de clase alta donde debía poner linda cara y codearse de gente fina, no le veía sentido si el dinero y prestigio se le fue heredado, prefería mejorar en sus inventos y aumentar el valor de su empresa.
— Pues espero y te comiences a acostumbrar porque será tu vida de ahora en adelante. — Bramó sarcástico, a lo cual, ella le sonrió apretando su brazo en forma de reproche.
— Theo, te quería comentar sobre mi propuesta de...
Antes de que pudiera completar su frase y hacerle la misma petición de hace meses, fue interrumpida por uno de los mayordomos que se acercó a su prometido con una cara de preocupación a la vez que le susurraba algo al oído.
— Ah, permíteme, mi cielo. Debo atender algo primero.
Hera resignada asintió simple soltándolo. Lo vio marcharse con prisa hacia un lugar recóndito del bello salón donde lo esperaban fiscales, ministros y uno que otro comisionado. Torció los labios pensativa.
¿Qué podía ser tan grave para alterar a todos esos hombres así?
De igual manera, la falta de atención de Theo hacia su persona no era algo nuevo. Pese a que ambos algunas veces solo querían tener una cita cualquiera donde pudieran hablar sin ser interrumpidos, pero con esa vida, siempre había algo más importante.
Dejó de afectarle hace poco, por algo decidió darle el si, sabía de antemano que si pudiera le brindaría todo su tiempo, pero por desgracia, no era así y debía aguantarse. Tampoco es que ella no estuviera ocupada con todos sus deberes.
La ingeniería mecánica era una rama bastante complicada y exigente. Muchas compañías eran competencia directa y aunque no lo fueran, siempre existía esa amenaza de que pudieran brindar algo mejor para la comunidad humana e ideas innovadoras le sobraban a la rubia. Por ello, encerrarse en el sótano secreto de su compañía era rutinario más que costumbre.
Aunque también se daba el tiempo para hacer obras de caridad, más con la candidatura encima. No obstante, le fastidiaba tener una cámara en frente que pudiera capturar el momento en el que hizo algo bien por su comunidad cuando estos eran actos desinteresados.
Siguió en su mundo aún cuando un mesero paso y tomó una de las copas de champán que traía consigo, dándole un profundo trago aburrida.
No fue hasta que sintió un delicado toque en su hombro que la hizo girar con sorpresa formando una sonrisa al instante.
— ¡Bruce Wayne! — Se acercó a darle un leve abrazo que con gusto el otro recibió — Señorita Romanoff, que gusto verla por acá de nuevo.
Saludo algo sorprendida a la sensual pelirroja que lo acompañaba. Bruce tenía esa reputación de mujeriego, ya era mucho decir que llegara a eventos con la misma chica dos veces. Aunque tenía la teoría de que ambos tenían más historia de la que aparentaban por la confianza con la que se hablaban.
— Buenas noches, señorita Crownguard. — Chocaron sus copas — ¿O debería decir "Galavan"? — Sonrió burlón y galante, como siempre.
— La segunda opción es perfecta. — Murmuró soñadora hasta que pareció recordar algo — Oh ¿Se encuentra Richard? Me gustaría saludarlo.
Busco al joven hijo adoptivo de Bruce con la mirada entre la multitud, cosa que no tuvo éxito.
— Él... Tuvo cosas que hacer, pero estará aquí. — Desvió la mirada pareciendo malhumorado con el pelinegro — Eso espero.
— Déjalo tranquilo... — La pelirroja sobó el brazo de su acompañante — Dick esta... — Pareció pensar sus palabras — Independizándose, ya sabes, volando del nido, haciendo sus propias cosas... — Musitó agradable dándole un leve codazo a Bruce.
Hela observó dicha acción con gracia mientras daba otro sorbo a su bebida.
— Entonces, salud por él.
El trío de adultos alzó sus copas brindando.
Natasha estaba por retomar la palabra, pero antes, fue interrumpida con un pitido molesto de su bolso, sacando rápidamente de este un beeper que miró con cierta urgencia.
— ¿Me disculpan un segundo? — Veloz, se marchó sin esperar respuesta alguna.
Pasaron un par de segundos de silencio antes de que Hera lo mirara con gracia y picardía.
— Te queda muy bien.
— ¿A que te refieres, Hera?
— Por lo que he llegado a conocer de ti... Algo me dice que ya estás cerca de sentar cabeza. — Ladeó su cuerpo con cierta burla.
El hombre intentó ocultar una pequeña media sonrisa apenas visible.
— Como sea... — Quiso cambiar de tema — Escuche sobre tu nuevo proyecto.
— Ojalá que cosas buenas. — Bajo la vista algo insegura.
Los inversionistas aclamaban el nuevo lanzamiento como el acontecimiento del siglo y muy dentro de ella sabía que era fenomenal aún así no podía ser tentada por las prontas aclamaciones, debía seguir centrada y enfocada.
— Totalmente, dicen que podrá competir contra Stark Industries.
« Stark »
Suspiró nerviosa. Ese apellido resonaba en su cabeza más de lo que le gustaría admitir. Es una historia curiosa sobre la relación de ambos. Pues, en un inicio, en las convenciones y demás eventos, él siempre se mostró como un hombre presumido y desinteresado por todos aquellos que no fueran él mismo, cosa que hastiaba bastante a Hera, intentó de todo para evitar que sus caminos se juntaran, pero el aberrante día llegó.
Lo que comenzó como una charla casual de cortesía se convirtió en un intercambio de palabras pasivo-agresivas que, al final de la noche, no supo cómo es que terminó cayendo en sus encantos y en su cama.
En fin, todas tenían ese pasado y malas decisiones de las que se arrepentían por las mañanas de resaca.
— Esperemos que así sea. — Murmuró incómoda.
— ¿Dónde está él? Por cierto.
— Supongo que probando una de sus nuevas armaduras, — Le restó importancia a su ausencia — igual envió una carta disculpándose.
— Escuche que tu proyecto es algo parecido al de él, pero me gusta formar mi propia opinión. — Guardó una de sus manos en su saco — ¿De qué trata realmente?
— Todo se centra en la nueva piedra que encontramos en el subterráneo de la fábrica Ace Quemical. — Bruce asintió comprensivo queriendo averiguar más y sobre todo, que tan potente era — La llamamos Hextech, porque gracias a nuestra tecnología pudimos sacarle un buen provecho de energía orgánica. — El millonario levantó ambas cejas algo sorprendido — Puede potenciar la intensidad de nuestras armas y así ningún soldado necesitará municiones, solo la Hextech.
— ¿Y no te preocupa que caiga en manos equivocadas? — Preguntó cauteloso — Veras, esta ciudad no es de fiar.
— Lo se. — Terminó su copa en un leve tono de angustia — Trataremos que su acceso sea limitado y con la mayor seguridad posible, nuestro mercado se centra únicamente en el ejército, aunque por los últimos acontecimientos en Gotham, estamos abiertos a la idea de prestárselas a las autoridades locales en caso de alguna emergencia mayor.
— Haga lo que crea correcto, Crownguard.
La rubia asintió al tiempo de que la pareja del magnate hombre llegara a susurrarle algo al oído, igual con urgencia.
» — Fue un gusto verte de nuevo, Hera. — Siguió relajado — Esperamos que puedas disculparnos, tendremos que retirarnos. Pero, disfruta tu fiesta.
Hera asintió comprensiva y se despidió de ambos.
Se dio media vuelta dispuesta a encontrar algo interesante en que prestar su atención cuando una sonriente y entusiasta mujer castaña de edad avanzada la interceptó en su camino.
— Ahí estas, — La señaló dándole un efusivo abrazo — mi querida nuera.
— Hola... — Saludó ansiosa.
— Hola. — Sonrió — Luces estupenda esta noche, cariño.
— Muchas gracias, lo mismo digo. — Asintió leve — Adoro sus pendientes.
— Los uso en ocasiones especiales... Él te tiene una sorpresa. — Se mostró pícara a lo cual, Hera respondió con una mueca igual a sabiendas de lo que se refería.
— Lo se. Me pidió prepararme.
Ambas se dieron una mirada de complicidad.
— ¿Nerviosa? — Meneó el contenido de su copa, relajada mientras que la joven rubia tenía la duda plasmada en su rostro — Tranquila, lo único que importa es lo que ambos sientan. — Intentó reconfortarla — Lucen tan lindos juntos.
— Si, es lo que los periodistas dicen. — Bromeó queriendo quitarse tensión de los hombros.
— Que se jodan. — Bramó, restándole importancia con su mano y Hera ahora rió con más en confianza. — Theo... Nos comentó que creciste en un internado, fue extraño, casi no nos cuenta nada. — Cambió en tono de la plática repentinamente, pero, la ojiazul tampoco la culpaba, así eran los ricos, preocupados por quienes entrarían a su familia.
— Si ehm... — Carraspeó bajando la vista — Mis padres fueron de cierta manera atentos y bueno, hacían lo que podían por verme, aunque lo entiendo, el trabajo en la empresa es muy desgastante. — El par rió leve — Siempre soñé con tener una familia y lo que amo de Theo es como en verdad entendió lo importante que es para mi tener una auténtica familia... Permanente. No quiero defraudarlos.
No supo si era lo correcto o no, pues pese a que llevaba una excelente relación con su suegra, jamás se mostró tan transparente con su vacío crecimiento, solamente con Theo. Y eso que aún había cosas que no desenterraba.
La heredera Crownguard siempre estuvo en internados de alta gama donde el contacto con el mundo exterior era mínimo. Mientras que Erik y Elizabeth Crownguard, sus padres, — si es que podía llamarlos de esa forma — vivieron explotándose por esparcir su empresa. Hasta que un veintinueve de marzo del noventa y siete murieron en un accidente automovilístico.
— Hera, la primera vez que te vi, le dije a Michael "Al fin, uno de nuestros hijos trajo a alguien decente" y no sabes lo agradecidos que estamos con su felicidad. — Le brindó un corto abrazo — Eres perfecta, cielo. Eres lo que él necesita.
Hera sonrió, no podía asegurarlo, pero el amor que sentía por él la esperanzaba que él también fuera lo que ella necesitaba.
Antes de poder seguir con la charla, el candidato a alcaldía se acercó al par de femeninas abrazándolas breves instantes por los hombros con una sonrisa radiante.
— Las dos mujeres que amo, aquí están. — Dejó un beso en la mejilla de su madre, mientras que a Hera le proporcionó uno en los labios — ¿De qué hablaban?
Antes de que Hera pudiera decir algo, su suegra la interrumpió.
— Nada importante. — Bebió champán — Los dejó, iré a revisar el bufete, con permiso.
— Propio. — Respondió la pareja al mismo tiempo.
Cuando la mayor se alejó lo suficiente, la rubia se dedicó a mirar con cierta preocupación a su futuro marido.
— ¿Todo en orden? Parecías alterado hace rato.
— Si, si... — Asintió no queriendo inquietarla — Un pequeño incidente en Miller Harbor.
— ¿El muelle? — Frunció el entrecejo — ¿Qué ocurrió?
— Tranquila, disfruta la fiesta. — Le acarició los hombros — Nightwing se está encargando.
— ¿Nightwing?
— Es un nuevo vigilante nocturno, creemos que trabaja con Batman. — Hera asintió comprendiendo. — Cambiando de tema, aún no me haz dicho que quieres de regalo...
La rubia lo miro con una sonrisa torcida, disconforme.
— Tu sabes lo que quiero.
— Y tu sabes cuál es mi respuesta respecto a ello.
— ¿Qué tiene de malo? — Se quejó en un gritillo pasado por desapercibido — Es un proyecto personal.
— No iras a Arkham, es mi respuesta final. — Sentenció. — Ese lugar está repleto de criminales.
— También hay otros pacientes que pueden necesitar ayuda.
— Amor, es peligroso.
La chica bufó resignada.
Después de la gran y apetitosa cena. Los invitados se encontraban en un gran círculo, donde, en el centro de encontraban los anfitriones agradeciendo su asistencia.
No fue hasta que Theo dejo su copa con uno de los mayordomos pidiendo nuevamente la atención de los presentes.
— Está reunión la hice con un solo propósito y no fue el delicioso aderezo de manzana del bufete. — La mayoría rió con su comentario — Esta fiesta, está dedicada a mi magnífica novia, Hera Crwonguard. — Extendió su mano hacia ella para que la tomara y esta accedió nerviosa a sabiendas lo que venía — Amor, hace años que iniciamos esta relación, pensando ser el uno para el otro, desde entonces tengo el propósito de unir nuestras vidas en matrimonio. — La rubia fingió conmoción tocando su pecho hasta que el castaño se arrodilló ante ella sacando de su bolsillo una caja con un hermoso diamante en ella — Quiero que me hagas el honor de convertirte en mi esposa, prometo que te haré la mujer más feliz de todas, solo tienes que decir que si.
Hera lo observó boquiabierta, dando una rápida mirada de reojo por el salón notando que todos estaban ansiosos por su respuesta. Por lo que sin más comenzó a dar pequeños saltos de emoción.
— ¡Si, si, si!
El hombre, sin esperar más, colocó el anillo en el dedo anular de la mano izquierda, para después ponerse de pie para que ambos se dieran un romántico beso con los flashes de cámaras y aplausos de fondo.
Cuando se separaron, posaron un rato con radiantes sonrisas hasta que la ojiazul tomó una profunda respiración cuando una gran idea cruzó su mente.
Queriendo aprovechar el momento alzó su copa con un tintineo ocasionado con el choque del vidrio y su nuevo anillo, llamando la atención del público.
— Antes que nada, gracias por acompañarnos en este momento tan especial para nosotros. — Suspiró — Esto significa un nuevo comienzo en nuestras vidas, pero, no tiene que ser solo para nosotros. — Recibió una mirada de duda de su prometido, aunque este igual sonrió a las cámaras. Sin saber lo que se traía entre manos — Buscamos un mejor futuro para esta ciudad y sabemos que el cambio está en uno mismo, queremos ser el ejemplo ideal para dar ese gran paso y en el camino, lograrlo.
— ¿Qué haces? — Susurro el castaño a su lado con una sonrisa apretada.
La rubia simplemente guiñó uno de sus ojos.
— Por eso, decidimos hacer voluntariado en el asilo Arkham. — Sonrió satisfecha de haber soltado la gran bomba de manera que después Theo no podría retractarse.
Observó el panorama y todos se encontraban pálidos, puesto que, era obvio que a ninguno le agradaba la idea con el gran peligro que esto significaba.
La mujer rió leve intentando alucinar el ambiente.
» — Entiendo sus reacciones, a simple vista no parece lo más sensato. Pero, después de pensarlo, quisimos hacer ver que la igualdad en esta ciudad aún existe, no excluyendo ni haciendo diferencias con los demás, ni siquiera con criminales. — Tomó una bocanada — Juntos crearemos la esperanza de un futuro más seguro por medio de redimir. — Expandió su sonrisa cuando vio que varios parecían más convenidos con su concepto, incluso recibiendo varios aplausos por ello.
— Y-Yo... — Bajo la mirada soltando un suspiro — Siempre he estado en soledad, hasta que Theo llego a mi y esto es una felicidad que quiero esparcir... — Sonrió triste — En mi estadía en los internados, sentía una enorme impotencia al ser inservible para el mundo, no podía aportar nada y ahora siendo libre quise cambiar eso y ayudar lo que no pude por tantos años.
Soltó aquello después de rebuscarlo bastante tiempo antes en su cabeza. Tal vez ese era el propósito de su vida, sonreír, cometer actos de buena fe para explotarlos y quedar bien por ello. Una imagen pública, solamente.
Los comensales estaban conmovidos con su historia, tocando sus pechos e incluso soltando una que otra lágrima. En cambio, el heredero Galavan se encontraba molesto por la desobediencia pero curiosamente, también algo divertido por la misma razón.
Recayendo en la mueca triste de su futura esposa supo que en el fondo quería esconder la gran sonrisa de victoria por su chantaje.
« No lo hará... » pensó.
Aunque rápidamente, la rubia a su lado comenzó a sollozar haciendo que asintiera rendido. Los tenía.
— Si lo hizo. — Susurro para sí mismo.
Se acercó a consolarla, también queriendo ocultar su contento, pues, eso los dejaba muy bien parados para la próxima elección.
Gruño al notar que el prisionero que llevaba arrastrando por varios minutos por aquel putrefacto callejón, despertaba.
Desde su primer encuentro, intentó retirarse al recaer en lo peligroso del simbolismo de su alter ego, pues, en un inicio solo cuidaba su ciudad de simples ladrones y gangsters. Desde que se puso esa endemoniada máscara las peores caras de la humanidad dejaron su escondite.
Lastimosamente, él tuvo razón y se estaba convirtiendo en un sucio juego del gato y el ratón cayendo en ese círculo vicioso del que no podría salir.
Desapareció un buen tiempo en el que se concentró en hacerle caso a Alfred y conseguir una familia, fue cuando Dick entro a su vida. Pero al tiempo de saber que el caballero blanco de Gotham o mejor conocido ahora como dos caras, sobrevivió y que el Joker escapo de prisión, supo que era un mandato que no podía simplemente encerrar en su closet.
Llegando a un poste de iluminación, lo suficientemente visible para que la policía no tardara en encontrarlo. Lo dejo caer junto a este sin cuidado alguno, sacando una fuerte cuerda para atarlo.
En cambio, el de cabello verde, empezaba a reponerse y lo primero que hizo con consciencia fue escupir sangre de manera lenta, como si estuviera jugando con ella mientras era sometido.
— ¿Esto no te trae recuerdos felices? — Bramó con voz ronca y un suspiro soñador — Te dije que estaríamos mucho tiempo haciendo esto...
Se encogió de hombros burlón luego de varios segundos en los que el caballero oscuro no emitió respuesta alguna.
» — Parece que el niño maravilla se te está saliendo del carril. Lo hubieras visto, — Carcajeó echando su cabeza hacia atrás agotado — intentó enfrentarme solo, él pobrecillo entro en pánico apenas tomé a un rehén. — Su risa se intensifico, ocasionando que tosiera — Tienes que admitirlo, solo tu puedes hacer este sucio trabajo conmigo.
Como era usual, su plan marchaba perfecto, las personas huían asustadas antes de obtener una muerte dolorosa, su usual llamado a Batman, pero cuando un chico vestido de negro con un ave azul en el pecho apareció en su lugar se decepcionó y molestó bastante, no lo quería a él, quería al gran vigilante nocturno, no era criminal para un principiante.
Por ello, intensifico su sadismo a sabiendas que el pequeño no lo soportaría, hasta que ocurrió, como una luz de esperanza cubierta de negro, repentinamente apareció dándole la justa pelea que esperaba.
El de maquillaje de payaso, rodó los ojos al nuevamente no obtener ni una sílaba del murciélago.
» — No tienes que decir nada, batsy. — Intento seguir molestándolo — Se que me necesitas y yo te necesito a ti. — Su voz comenzaba a normalizarse, teniendo ese tono juguetón y macabro de siempre — Todo es por ti. Cada corte, cada lamento, cada grito en la oscuridad. Tu me mantienes en movimiento, tu eres para quien actúo, eres la razón por la que sonrío.
Batman, harto, lo tomo del rostro bruscamente para encararlo.
— Déjame decirte algo, loco con maquillaje. Estás equivocado, no te necesito.
Miro hacia el cielo, haciendo que el Joker lo imite, recayendo en la presencia de Nightwing y Batwoman en la cima del edificio de a lado observando la situación desde las sombras.
— Mentiroso, mentiroso, mentiroso. — Susurró regresando la vista hacia él — Eres igual a mi. — Hubo un silencio sepulcral — Tal vez no te des cuenta o solo no lo admites, pero somos inseparables porque seguimos en constante conflicto, ¿te acostumbraste ya?
— Te sacrificaría por un bien mayor, no significas nada. — Apretó sus ataduras sin que el otro soltara ningún quejido — Eres un criminal retorcido con el que no comparto nada.
— ¿Y con Batwoman? — Preguntó irónico, esperando dar en un nuevo punto débil, pero este no respondió más — Entonces ya te olvidaste de la conejita de Harvey, — Confirmó — Eso significa que tendrá que ir al cementerio a recuperarla. — Rió a carcajadas. — Esperaré a que nazca su primer hijo, — Continuo refiriéndose a él y la nueva pelirroja que lo acompañaba — los niños gritan de una forma que...
Antes de que continuara, Batman azoto su cabeza por la nuca con el poste, molesto.
» — ¡Ya hablamos sobre la cabeza! — Musitó molesto cerrando los ojos algo desorientado — No te pongas celoso, bat. — Nuevamente sonrió — Aunque me encanta jugar contigo, ya vi que tus prioridades están en otra parte. ¿No te molesta si atormento a otras personas, cierto?
Batman le dirigió una última mirada de odio antes de azotar su capa junto con una bomba de humo, que cuando se dispersó este ya no se encontraba frente a él y las sirenas de la policía resonaban por todo el lugar en conjunto con las luces rojas y azules tan características.
El criminal largo una carcajada por el truco de magia de su enemigo, mientras se retorcía planeando seriamente en ejecutar su idea que expandir más sus horizontes.
Totalmente, el más loco de todos. El completo némesis de Batman. No por nada es el primero en la lista, ya que todos sus crímenes son por el simple hecho de poder realizarlos bajo un régimen anarquista. No solo tiene fama de ser el más sádico villano de Batman, sino que es considerado de los más sádicos en el mundo. Así de simple. Bruce Wayne es el método y la lógica, mientras que Joker es la demencia y el caos. Siente una atracción hacia Batman por tratarse de esa rivalidad estilo Moriarty y Sherlock Holmes. Inseparables y en un constante conflicto.
Pero tal vez era hora de buscar nuevos juguetes.
───𝘈𝘳𝘬𝘩𝘢𝘮 𝘈𝘴𝘺𝘭𝘶𝘮.
Dio vueltas por su vieja celda, abrumado, cuando recayó en el detalle de que esta fue reforzada.
Gruño soltando un grito golpeando la nueva pared de cristal.
Seria más difícil escapar, pero no imposible. Le urgía salir de ese calabozo, más desde su último descubrimiento.
Momentos antes de ejecutar su última obra maestra, hizo una parada en Ace Chemicals y ahí encontró una fuga de gas en los residuos más antiguos, unos que le resultaban tan familiares. Estos gases en el instante mataron de la risa — literalmente — a varios de sus hombres, pero curiosamente él era inmune.
Necesitaba encontrarlos y hacer mucho más de este, sería su nueva arma perfecta y con su bello sello en el.
Su vida siempre fue una broma de mal gusto que no haría reír ni al más mediocre de los comediantes. Su propósito siempre fue el caos y diversión, pero ahora sentía ese vacío en su pecho que lo dejaba sin rumbo, confuso, después de mucho tiempo. La última vez que se sintió así fue cuando solo se dedicaba a estafar gangsters, Batman se convirtió en su nuevo propósito, pero no era igual si esto no era recíproco.
Su culto o lo que sea que esté formando, lo dejaba en total desventaja y por ende, menos importancia. Pues, con Batwoman y el ex Robin en el equipo de su enemigo contra él solo no era equitativo.
Necesitaba un nuevo ayudante. Alguien que pueda ir a la par de él, que sea útil y entretenido, no como los inútiles de los secuaces de los mafiosos y ni hablar de los enfermos mentales de Arkham.
Tal vez, una pareja, una leal y que lo siga con los ojos cerrados.
Voten y comenten ✨
║█║▌│█│║▌║│█║▌║
2908200326081991
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top