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🃏 *;;↱ ᵕ̈ JOKES ON YOU    ˏ'̥*
00. ፧ ❝ MAD LOVE ❞

— War of hearts.



GOTHAM CITY, 1999

SE CRUZÓ DE brazos molesta mirando por la ventana las pequeñas gotas de agua que cayeron por la minúscula llovizna al salir del aeropuerto.

Intentó contarlas para distraer su mente, aunque eso era imposible por la situación en la que se encontraba. Pues, uno de los sirvientes la había sacado de emergencia del internado en dónde estaba desde hace poco más de cinco años con la horrible noticia que sus padres habían fallecido en un accidente aéreo de camino a Filipinas para cerrar un trato con uno de sus inversionistas.

Ahora, con apenas catorce años debería hacerse cargo de la compañía familiar, una de las más poderosas de ciudad gótica, no era cualquier cosa. Sus manos sudaban frió y el nudo en su garganta que se negaba a dejar salir comenzaba a ser una molestia en el estómago.

Podría ser cruel, pero no le importaba. No sentía la mínima lastima por la pérdida de sus progenitores, pues, dejó de saber de ellos desde que decidieron que era una molestia rebelde y la encerraron en un instituto de señoritas casi militarizado. Pero, no dejaban de ser su familia, no sabía cómo sentirse al respecto, era un dolor ardiente, atascado, ya que, sentía que si demostraba sus sentimientos al respecto la haría débil frente a la nueva imagen que debería dar al mundo, podría guardarse esa mierda para si misma.

No sabía que era peor, si lo que debía afrontar o volver a esa horrible ciudad.

Tampoco se sentía única, hace poco menos de tres años escucho una noticia similar con otro hijo de magnates de la ciudad, Bruce Wayne.

Lo recordaba vagamente como uno de los pocos niños que asistían a esas refinadas reuniones súper aburridas donde los mayores solo hablan de negocios absurdos que los harían más ricos, apenas y llegó a intercambiar unas cuantas palabras con él y ahora lo irónico de todo es que estaban a la par. Lo que si podía agradecer es que al menos ella no los vio morir.

Ojalá pudiera pedirle un consejo y saber cómo lidiar con todo lo que se avecinaba en lugar de guardar luto.

Soltó un suspiro tembloroso antes de sacar un cigarro de una de sus medias del horripilante uniforme.

— Louis... — Llamó al chofer de la limosina — ¿Podrías encenderlo?

— No creo que eso le haga bien, señorita Crownguard. — Lo tomó mirándola indeciso.

— Y yo creo que deberías obedecerme sin rechistar. — Refunfuñó — Ahora yo firmaré tus cheques.

El hombre asintió resignado.

— Si, señorita.

Acato su orden sin más y cuando la rubia de puntas rosas lo tomó murmurando un leve "gracias" antes de volver a recostarse en el asiento trasero.

Dio la primera calada cerrando fuertemente sus ojos soltando una lágrima.

Odiaba los cigarrillos, solo se decidía a fumar en situaciones de estrés extremo. Cuando ya no podía más y era lo único que podía calmar su ansiedad, pero, quería controlarlo o al menos dejarlo, puesto que, con su nueva vida no quería morir de cancer de pulmón a los veinte.

Antes de que pudiera dar una segunda calada, el sonido de la bocina de otro auto la puso alerta, irguiéndose de inmediato apenas cuando los faros del coche que se dirigía a extrema velocidad hacia ellos la cegaba completamente.

De pronto, todo se apagó y lo único que quedó fue el sonido estridente de ambos autos estrellándose.








Despertó repentinamente dando una bocanada de vida que sintió igual a una línea de cocaína mientras uno de sus tímpanos silbaba con molestia.

Intentó mirar a su alrededor, pero, solo había un montón de chatarra comprimida y destruida. Su respiración se aceleró antes de pegarle con frenesí a una de las ventanas hasta romperla y salir despavorida por ese diminuto hueco.

Cayó a la dura acerca raspando sus piernas en el proceso y encajando un par de vidrios en sus rodillas. Apenas y resintió sus nuevas heridas, puesto que, sus brazos y cabeza sangrante se llevaban la mayor parte de su atención.

Observó el vehículo que antes habitaba encontrándose con el conductor partido en dos por el cinturón y la fuerza del impacto.

Trago duro y cojeo hasta el otro auto donde se encontró al chofer con los huesos del cuello sobresaliendo de su carne en una posición torcida y su cabeza recargada en la bolsa de aire. Cubrió su boca asombrada antes de recaer en la chica rubia, igual a ella, que lo acompañaba. Pese a que parecía intacta está ya no respiraba, dedujo rápidamente que igual estaba muerta.

Se acercó más a la destruida estructura. Miró detenidamente el uniforme de la chica antes de tomar la billetera del hombre.

Leyendo rápidamente su identidad y oficio levantó ambas cejas interesada hasta que un fuerte dolor en su cabeza le provocó un brusco espasmo que le hizo soltar la identificación.

Cuando este se calmo, retomó su compostura adolorida relamiendo sus labios sintiéndose atacada por el sabor metálico en estos, pensó con detenimiento sus próximos movimientos. Tenía que hacerlo, debía sobrevivir.

Horas más tarde, yacía en una cómoda cama en el hospital central de Gotham mientras miraba sin expresión alguna las noticias que mostraban las horripilantes imágenes de un desastroso accidente entre una limusina y un auto de servicios sociales en uno de los túneles para entrar a la sombría ciudad, donde solamente quedó ella, Hera Crownguard como única sobreviviente.

Desinteresada, cambio de canal a una caricatura antes de tomar una cucharada de su gelatina de limón.














GOTHAM, 2010
𝘈𝘤𝘦 𝘊𝘩𝘦𝘮𝘪𝘤𝘢𝘭𝘴.

Intentó forcejear con el gigante murciélago, pero sus intentos fueron inútiles. Este rápidamente la inmovilizó poniendo una de sus rodillas en su cuello sometiéndola para darle tiempo de esposarla pese a que el cuerpo cubierto de sangre de la joven lo hacía batallar en su tarea.

Lo que el hombre enmascarado intentaba ignorar era que los movimientos bruscos de la villana queriendo liberarse de su agarre solo la asfixiaban más.

Su cuerpo se volvió más lento ante la falta de aire y consciencia mientras los químicos a su alrededor le hacían arder sus ojos, lloriqueo más por esto que por estar al filo de su fallecimiento.

Tosió fuertemente girando su cabeza al otro lado, pero de nada sirvió, puesto que la rejilla donde peleaban estaba justo debajo de un enorme tanque con químicos tóxicos.

Su vista se volvió más borrosa al querer encarar al murciélago y fue entonces cuando probó besar a la muerte, cayendo en el frió abismo que se volvió su mente un año atrás.

« Tenía la clara memoria de un antiguo amigo mío de la fiscalía. Estábamos en una cena importante y elegante. Yo miraba perdida los cubiertos relucientes, donde el brillo de estos resaltaba en el filó del que solo podría servir para cortar la carne más blanda del menú, inservible. Cuando un apuesto rubio soltó aquella frase que me marcaría.

" Mueres siendo un héroe o vives lo suficiente para convertirte en un villano. "

En un inicio creí que dramatizaba con el asunto de Batman y que quería quitarse crédito por sus buenas acciones para no lucir tan ostentoso, pero, Harvey Dent no podía estar más en lo cierto.

Hubiera preferido morir en el primer instante a vivir todo lo que me convirtió en el monstruo que soy ahora. Pese a que me gustaría presumir qué tal vez morí en vida de una forma heroica, esa sólo fue una fachada con la que se pudieron despedir de Hera.

Me apena decir que he estado tan cerca de la muerte tantas veces que ya se de memoria cuando está por venir. No se si para suerte mía o por el mundo que quiere seguir jodiéndome, está no alcanza su cometido.

Primero te sientes débil, no tienes fuerzas ni siquiera para abrir los ojos o hacer otra respiración, pero estás muy consiente, aún esta activo ese impulso de querer salir corriendo y huir del peligro, pero no puedes, y solo quieres gritar de impotencia, pero ni siquiera eso logras hacer. Después llega esa enorme luz blanca que te abraza y ciega mientras recuerdas toda tu vida y ese es mi problema.

Cada que vuelvo a estar cara a cara con el hermoso ente disfrazada de calavera, esta me muestra cosas diferentes, historias y nombres distintos mientras en pequeños susurros busca culparme, alardeando que cada quien es responsable de la vida que recuerda. Bastante cruel es arrancártela como para aún mostrarte desde otra perspectiva toda tu mierda.

Así que hallelujah, mueres con tu misma moral, tal vez sea una forma de dividir almas entre el cielo y el infierno, que se yo, nunca he llegado tan lejos.

Esta vez lograba ver de nuevo a Oso Maloso, era lo único que seguía intacto en todas mis vidas. No recuerdo si lo conseguí cuando me fui de casa o cuando escape de esos pingüinos arrugados, el punto es que fue un momento clave en mi destino. Estaba escrito el haber pasado por ese callejón oscuro aquel día, buscar comida entre la basura para encontrar algo mejor. Mi mejor amigo, mi consejero y el que más tarde se volvería mi conciencia.

Lo vi y supe que era para mi, pese a que tuve que luchar con una rata igual de hambrienta que yo para hacerlo mío. Aunque estaba mojado con un líquido apestoso; tal vez comida echada a perder, le faltaba un ojo y una oreja, mucho de su relleno estaba por fuera y su boca se estaba descosiendo, pero era hermoso, y mío, solo mío.

Con el tiempo logré repararlo tanto como pude y con lo que encontré. En la mansión lo bañé, cambie lo que debía ser su ojo por un botón verde, en lugar de su oreja puse la parte de una oreja de diablo de un disfraz roto, lo rellené hasta que quedara esponjoso y con su boca hice lo mejor que pude, no quedó como una sonrisa de comercial, pero, en un buen día puede disimularla bien.

Siempre he tenido fascinación con las máquinas y su funcionamiento, las buenas personas que llegue a toparme a lo largo de mi vida llegaban a decirme que algún día sería una gran inventora, pero no hay que creer todo lo que dice un drogadicto que acariciaba una gallina imaginaria a las cuatro de la mañana en la oscuridad de un parque.

Siempre creí que estaría estancada en la misma mierda de siempre, pero desde que heredó la empresa más importante de ingeniería de la ciudad todo cambió, tal y como me lo prometió Oso Maloso. Me dijo que me lanzara y cualquier cosa podría ocurrir y tuvo razón.

La suerte comenzó a cambiar y después lo conocí a él.

Mi príncipe azul, el que me deslumbró desde el primer instante, que me hizo cometer locuras mientras caía enamorada por él; el chico de mis sueños, pero eso es más adelante.

Primero conocí a mi prometido, el hombre con el que todas quieren llegar al altar, un perfecto diez. Y no me quejo, en algún momento realmente lo quise y creí que era el amor de mi vida, hasta que conocí lo que realmente puede hacerte sentir el amor y lo que viví con Theo se queda tan corto. »

Antes de poder seguir indagando en su borroso pasado, tal vez inexistente, un disparo hizo eco y lo que tenía aprisionado su cuello se aflojo mientras el sonido en seco de alguien chocando contra el piso a su lado igual retumbó.

Dio una bocanada de aire mientras su vista volvía a aclararse. Tosió bruscamente sintiendo su garganta rasposa a la vez que giraba en dirección de donde provenía el sonido del arma que salvó su vida.

Entonces lo vio ahí, iluminado por los fluidos tóxicos y luces inútiles de la fábrica, con esa sonrisa carmín y traje púrpura tan poco impecable mientras que ella mostró su dentadura llena de sangre.

— ¿Eres un ángel? — Formuló a duras penas.

El de cabello verde la miró furioso poniéndose de cuclillas para después tomarla por los cabellos jalándola hasta la altura de su cara, ignorando los quejidos de dolor de la ex rubia, la cual, tampoco negaba qué tal vez se lo merecía.

— Antes de ser hombre, — Susurró con aquella voz burlesca y espeluznante tan característica de él — está mi nombre.

— Si, así son las actas de nacimiento. — Respondió soltando una risa suave.

En cambio, el temido Joker siguió con ese fuego sobre sus ojos, frustrado, hasta darle un puñetazo que la hizo escupir sangre.

Dejándola agonizar en el suelo, se dio media vuelta en dirección a Batman, que igual se encontraba herido por el disparo que le proporcionó segundos antes.

— ¿Nos das un segundo? — Soltó una pequeña carcajada cuando este solo contestó con un gemido de dolor.

Poniéndose serio, se giró nuevamente a su querida Hela en el piso.

» — Yo tengo una filosofía, un plan, un propósito. — Explicó hostil — Tu solo quieres cometer estragos por diversión. — La mujer bañada en sangre asintió sonriente — De eso no va.

Ahora fue turno de la extravagante Jinx soltar una carcajada.

— No puedes quejarte, bombón. — Le lanzó un beso al aire — Aprendí del mejor. — Se arrastró hacia atrás con las pocas fuerzas que le quedaban, escuchando su instinto de supervivencia que le gritaba que se alejara de él.

Más, aquello no fue ni lo mínimo suficiente, pues, el de maquillaje de payaso la sostuvo rápidamente del cuello de su chaqueta de cuero en menos de tres pasos.

La miró impotente varios segundos antes de ultrajarla rabioso.

— ¡Nunca vuelvas a dejarme! — Rugió dolido — ¡Te lo prohibo, no puedes vivir sin mi! — Siguió gritando en su cara, pero las heridas de Hela comenzaban a cobrarse debilitándola aún más — Eres mía ¿Entiendes eso? No podrás librarte, porque adónde vayas, yo te seguiré y a dónde yo corra tu estarás a mi lado. Y así será por siempre.

— Ahí está, el hombre vil y cruel que conozco. — Escupió arrugando su nariz, viéndolo con asco — ¿Volverás a atarme como a un perro para tenerme a tu merced? — Dejo caer su cabeza sin fuerzas hacia un lado — Oh, espera. Quiero ver que tan creativo eres ahora.

— No, cariño. — Acarició su mejilla suavizando su tono agresivo de antes — Las niñas que se portan mal, deben ser castigadas, aún no aprendes tú lección.

— ¿Quieres azotarme? — Intentó morder su mano, pero falló, puesto que él quito su mano a tiempo — Eso me excita...

— Tentador, pero no. — Le dio un par de golpecitos en su cabeza antes de levantarla con brusquedad.

La tomó por ambos brazos con firmeza comenzando a arrastrarla hacia el barandal que limitaba una caída hacia cualquier residuo tóxico de la fábrica abandonada.

Hela no tardo en comprender sus intenciones, por lo que hizo fuerza resistiéndose.

— ¡Espera, espera! — Bramó asustada a sabiendas de lo que le esperaba si caía ahí — ¡¿Que estás haciendo, J!? — Pateo el tubo retorciéndose entre sus brazos tratando de alejarse — No me hagas esto, por favor.

Sin que sus palabras causaran efecto en él, esté la giro violentamente para encararla, dejándola encerrada y arrinconada.

— Creí que eras perfecta, — Murmuro afectado — pero me equivoqué. Aún no eres tan bella como yo.

Sin más, en un rápido movimiento dio un paso hacia atrás empujándola hacia el tanque de químicos.

Hela sin poder evitarlo ni sostenerse de nada, se deslizo por el barandal. Cayendo de espaldas sintió el momento en cámara lenta, en el que hizo contacto visual con el Joker, su asesino.

» Me gustaría contarles cómo llegue a este punto, uno extremo y donde nunca imaginé estar parada. Con un Batman inconsciente, Harley Quinn en mi lista de próximos asesinatos y con el mismísimo príncipe payaso del crimen rogando mi amor y compañía mientras me lanza a un destino funesto, pero sinceramente no creo estar en lo correcto, a este punto ya no se que fue real y que no. »







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