── 𝐭𝐰𝐨.




⌗˚𓏲•🌿ʚ 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗂𝗂 ; 𝘦𝘭 𝘮𝘰𝘵𝘦𝘭.







Ya llevábamos un rato esperando fuera, cuando JJ y John B salieron de la estación de guardia costera. Fue una misión fallida, ya que nos dijeron que había muchísima gente pidiendo cosas absurdas y no habían podido atenderlos. John B propuso ir al motel a averiguar de quién era el Grady-White, por lo que aceptamos.

Nos montamos en el barco y mientras llegábamos me até un nudo en mi camiseta para que quedara corta. Mis pantalones tenían una mancha de cerveza, por lo que decidí no ponérmelos y quedar en bikini por la parte de debajo. Levanté mi cabeza para observar un edificio prácticamente en ruinas, parecido a un laboratorio.

-¿Es un motel o un laboratorio de meta? -Kiara me leyó la mente.

—Dímelo tú —dijo John B, suspirando y acercando el barco a la orilla.

—No parece el lugar donde se alojaría una persona con un Grady-White —comentó Pope.

—Más bien parece el lugar donde alguien mataría a un tío con un Grady-White —apunté.

-Les habla su capitán. -JJ intentó imitar a una radio- El HMS Pogue se dispone a atracar. -saltó del barco gritando un "Whou" y lo frenó.

Pope se giró hacia John B con ojos de preocupación.

—John B, no dejes que haga nada estúpido —pidió, refiriéndose al rubio.

—Mejor voy con ellos —propuse sin esperar respuesta. JJ me ofreció su mano, la acepté y salté fuera, con mis deportivas puestas.

-No creo que a cualquier persona le guste verte en tanga. -me advirtió Pope. Yo lo ignoré.

-Cállate, Pope. -JJ me abrazó por los hombros- Que así tengo mejores vistas. -quité su brazo de mis hombros, mirándolo mal, pero eso solo causó la risa de ambos.

JJ era un capullo, no me dejaba ni un rato tranquila, todo el tiempo coqueteando en coña, pero bueno, sabíamos que ninguno lo hacía con otras intenciones, así que disfrutábamos molestándonos y demás.

—Ten cuidado. —Kiara hablaba con John B—. Enserio.

El de ojos azules y yo compartimos una rápida mirada cómplice, ambos pensábamos lo mismo: Kiara y John B iban a acabar liados tarde o temprano.

—Vámonos antes de que empiecen a darse besitos de buena suerte —me susurró JJ en el oído, creándome un leve escalofrío que me recorrió la columna de arriba abajo, pero lo ignoré.

Mis oídos eran muy sensibles y me hacía cosquillas cuando respiraban o hablaban muy cerca de ellos, como hizo JJ esta vez.

Reí levemente y asentí con la cabeza. Me di la vuelta y él comenzó a seguirme por detrás. Estuvo unos segundos detrás de mí haciendo no sé qué, porque no lo veía, pero luego se colocó a mi lado.

—Tienes buen culo, Nicki. —Dicho esto, me agarró una nalga con la palma de su mano.

Abrí los ojos como platos y le pegué un manotazo en el antebrazo, sorprendida por el repentino gesto. El rubio no pudo evitarlo y comenzó a partirse de risa después de soltarme. Lo miré mal y le volví a pegar un puñetazo en el hombro, pero solo conseguí que sus carcajadas aumentaran.

Unos segundos después, John B se acercó a nosotros corriendo y quejándose porque lo habíamos dejado atrás. JJ y yo nos reímos un poco de él y nos dirigimos hacia la habitación del motel.

—Ten mucho cuidado, John B —se burló gimiendo el rubio ya mientras caminábamos por el pasillo en busca de la puerta 29.

—Tío, para —pidió John B, poniendo los ojos en blanco y pasándose una mano por los rizos, harto de JJ.

—Oh, vamos. Desde que se enteró de lo de protección de menores está modo "ten mucho cuidado, John B". —siguió gimiendo.

Me coloqué enfrente de John B sin dejar de caminar, mirándolo y acercando mi cara a la suya.

-A ver cuando me enseñas al pequeño John B. -gemí a centímetros de su cara mientras me mordía el labio, siguiéndole el juego a JJ. Este último abrió los ojos, sorprendido.

Hice un sonido con la boca para luego sacar y meter la lengua en mi boca repetidas veces. John B se limitó a rodar los ojos y me apartó con brusquedad, sin mala intención, obviamente, solo cansado de nuestras burlas.

Le quité la llave de la mano, me di la vuelta y caminé más rápido, adelantándoles.

Llegué a la puerta y me dispuse a abrir, harta de escuchar los comentarios asquerosos de mis mejores amigos hacia Kiara.

—Me dais asco a veces —admití, esperando a que se colocaran a mi lado finalmente. Luego rectifiqué:—. Bueno, en realidad me lo dais siempre.

JJ me dedicó una preciosa sonrisa sarcástica y John B me sacó el dedo del medio. Yo solo sonreí de lado.

Cuando iba a meter la llave, JJ cogió mi muñeca y negó rápidamente, indicándome que no lo hiciera por si acaso había alguien dentro de la habitación. Yo asentí enseguida; se me había olvidado aquel detalle.

Tocó levemente la puerta con la mano y dijo con una voz aguda "¡Limpieza!".

Me reí en bajo por su tono, y al no escuchar nada provenir de dentro, coloqué la llave y abrí la puerta.

Nos encontramos una habitación oscura, con un aparador en la zona izquierda, dos camas individuales en la derecha y una bolsa negra en la más cercana a la puerta.

—Mira la bolsa —ordenó JJ y John B lo hizo sin rechistar.

—Chanclas, vaqueros... —enumeró rebuscando—. Este tío tiene más de 50, tiene unas New Balance.

No oí nada más ya que me metí al baño a inspeccionar. Era pequeño, con un lavabo, unas pequeñas estanterías y una bañera, tapada por la cortina. Tragué saliva, temiéndome lo peor. La abrí de una vez, pero la encontré vacía. Solté un suspiro de alivio, apagué mi linterna y salí.

—Allí no hay nada —avisé—. Ningún cadáver en la bañera o sangre en el lavabo.

JJ, ignorándome, fue al baño a revisar. Rodé los ojos, pero escuché un "Uuuuu". ¿En serio había encontrado algo?

—¿Has encontrado algo? —preguntó John B.

—Sí, un neceser que no me vais a dejar robar. —Lo miré y alcancé a ver cómo metía algo en su bolsillo del pantalón. Negué con la cabeza mientras me acercaba a la mesilla de noche que se encontraba entre las dos camas.

—No vamos a robar nada —continuó el castaño.

Señalé con mi dedo el mapa que estaba en el pequeño mueble cuando me coloqué a su lado.

—Quizás estaba pescando allí —propuse.

—No, eso es Big Swell, nadie pesca allí, está fuera de la plataforma continental. —Asentí con la cabeza dándole la razón.

Sentí unas manos rodear mi cintura y juntarme a su cuerpo, para después notar una cabeza apoyada en mi hombro derecho, intentando ver el mapa.

El perfume de tío me recorrió las vías respiratorias, sin duda era JJ. Mi cuerpo inconscientemente se relajó cuando noté su tacto. Estar con él me hacía sentir segura, nos habíamos ganado nuestra total confianza al cabo de los años.

Después de unos segundos me separé y miré el mueble de detrás nuestro. Me puse de cuclillas y lo abrí. Mi vista se entró en una caja fuerte cerrada que reposaba allí.

—Venid a ver esto, chicos —dije con mi linterna encendida apuntando a mi hallazgo.

—¿Café? —cuestionó el rubio mirando el mueble de encima y apuntando una cafetera vacía—. Pañuelos para los momentos de soledad...

-Me vendrían bien. -comenté bromeando. Bueno, quizás no tanto- Ahora ven, idiota.

John B me empujó hacia un lado para intentar abrir la caja, pulsando el "11111".

—Claro, porque un "aparta un segundo, por favor" era demasiado pedir —ironicé. El chico me ignoró y probó ahora con el 11112.

—Meter números al azar, seguro que funciona —dijo sarcástico el de ojos claros.

-¿Queréis callaros? ¿Acaso os sabéis la combinación?

—Yo no he dicho eso. —JJ levantó las manos a sus lados, quitándose la culpa.

—Pues, tal vez —respondí yo.

Ambos me miraron mientras yo cogía un papel que había en la mesilla de noche y se lo entregaba. Me había fijado antes en él. Puso los números 61666 y la luz verde nos indicó que era correcto.

-Tampoco me deis las gracias. -John B interrumpió mi queja sarcástica.

—Mirad esto. —Ahora fui yo la que empujé a John B.

Oh, Dios.

Dentro había muchos fajos de billetes de cien dólares y... una pistola. Saqué uno de los primeros y se lo enseñé a JJ. Me apuntó con su linterna y cerré los ojos.

-¿Pero te parió una foca, imbécil? -el rubio me miró mal y se asomó a mi lado. Me levanté para que viera bien y dejé el fajo de billetes encima del mueble. Rápidamente vi como sacaba la pistola.

—No, tío, no cojas la pistola —advirtió el de ojos marrones, pero fue demasiado tarde.

—Tío, es una Spig Gat —nos enseñó JJ—. ¡Cuesta una pasada!

-¿Sabes qué más cuesta una pasada? -ambos chicos centraron su atención en mí- La fianza de la cárcel, así que deja eso donde estaba y vámonos a tomar por culo.

El rubio me ignoró y empezó a hacer poses raras con el arma.

-Es genial. ¡Pam, pam! -hizo como si disparara, pero John B lo paró.

Negué con la cabeza mientras me frotaba el entrecejo. Este chico no tenía solución.

—Basta, no vamos a robar nada —dijo John B.

—Pero el dinero no pasa nada... —intenté convencer a mi amigo.

—He dicho que no.

Lo ignoré y cogí un fajo de billetes que metí dentro de mi camiseta. Al tener un nudo, estaba apretada, por lo que no se caería. John B me miró mal.

-¿Qué? Mami aprovecha las oportunidades. -me defendí.

—Hazme una foto —le pidió JJ a John B.

-Ah, ¿quieres que te haga una foto? -preguntó irónico John B y el de ojos azules asintió- ¿Quieres crear pruebas para incriminarnos?

Antes de que pudiera decir algo más, el ruido de algo contra la ventana nos alarmó. Corrí hacia ella y subí la persiana. Los tres nos encontramos con Kie y Pope alterados señalándonos hacia el lado de las puertas.

John B fue hasta la ventana que daba con el pasillo y miró a través de su respectiva persiana. Se alejó corriendo y susurró: "La poli".

Mierda.

JJ y yo nos miramos y entendimos lo que pensamos. Abrimos la ventana con el menor ruido posible y salí por ella, para aterrizar en un tejadillo justo debajo de color negro. Me coloqué en el lado derecho. Después lo hizo John B y se puso en el contrario.

¿Dónde cojones estaba el rubio?

Al pensarlo, vi su cabeza salir apresuradamente. Bajó la persiana y cerró la ventana. Acto seguido se colocó a mi lado, empujándome hacia donde se terminaba el tejadillo.

-¡Idiota! -susurré mientras JJ me agarraba por la cintura y me apretaba contra él. Ambos respiramos agitadamente.

-Policía del condado de Kildare. -la voz del oficial de policía, Shoupe, hizo que me pegara más a mi amigo y él apretara más mi cintura.

Esa posición me puso algo nerviosa: nuestros cuerpos juntos, sus manos en mi cintura agarrándome fuerte, su respiración en mi cuello y mi cara escondida en el suyo...

Y encima estaba en bikini, no me jodas.

Debí hacerle caso a Pope.

Me atreví a mirar por la rendija de la persiana, y vi como los dos policías se repartían el dinero de la caja fuerte.

—Manda cojones —susurré y le expliqué muy bajo a JJ lo que acababa de ocurrir—. Debimos haberlo cogido nosotros. Muchas gracias, John B —murmuré sarcásticamente, y el castaño me dedicó una mirada asesina pero a la vez de advertencia; podrían escucharnos.

Intenté volver a asomarme, pero la teja donde apoyé el pie se desprendió del tejado y me resbalé.

Un ruido estruendoso resonó por dentro y fuera de la habitación. El rubio hizo más fuerza y me colocó de nuevo pegada a él. Lo abracé por el cuello, y al oír la persiana subirse, mi cuerpo se tensó, al igual que el de mi amigo.

Después de unos segundos que parecieron horas, la voz de Shoupe sonó.

-Venga, vámonos. -dijo el Sheriff- Aquí no hay nada. -bajó la persiana y oímos la puerta cerrarse.

Suspiré aliviada y alcé la mirada, encontrándome con la cara de JJ, ya relajada. Besó mi frente y los tres bajamos.

Una vez en el barco, nos dirigimos hacia el pueblo.

—Podríais haber avisado antes —se quejó el rubio. Yo estaba sentada al lado de Kie en uno de los lados del barco.

—Era la idea —informó la de mi lado—, pero Pope estaba en el equipo de mates.

—¿En el equipo de mates?

—Bueno —Pope cambió de tema—, ¿habéis encontrado algo?

—¿Que si hemos encontrado algo? Pues creo que no. —El rubio rebuscó en sus bolsillos y sacó lo que había robado—. Oh, espera, sí.

Sonreí y metí mi mano en mi camiseta, dispuesta a sacar mi fajo.

—¿Qué cojones? —soltó el de tez morena.

—¡Venga ya! —saltó mi mejor amiga.

—¿Para qué te llevas eso de la escena de un crimen?

—¿Esto va enserio? —Kiara se giró hacia el castaño, y éste dejó de sonreír en el acto.

-¿Entonces... no es buen... momento...? -pregunté mientras enseñaba lo que yo había robado.

—Joder —gimió Pope. Yo reí en mi mente.

-Oye, mejor tenerlo nosotros que la poli. -me defendí y JJ me dio la razón señalándome con la mano.

—Adiós a mi beca de excelencia —se quejó Pope mientras pasaba sus manos por su cabeza desesperado.

—Eh, eh, eh... —JJ se levantó rápidamente y le colocó la pistola bajo la nariz, intentando que se callara—. Tranquilo, nos tienes a nosotros.

—Esto es una pesadilla.

Llegamos al puerto y lo primero que hice fue soltarme la camiseta.

Nos sentamos enfrente del local de la guardia costera. Miré hacia donde provenían unos ruidos y vi como traían un cadáver. Abrí los ojos sorprendida, y John B interrumpió mis pensamientos con su voz.

—¿Quién es?

—Scooter Grubbs —contestó una chica que estaba a mi lado. Me sobresalté por el susto. ¿Desde cuando estaba allí?—. Lo pilló la tormenta. Mirad que foto le he hecho. Un cadáver... qué fuerte. —Nos enseñó a todos su fotografía.

Algo asqueroso, pero he visto cosas peores. Por ejemplo, JJ.

—¿Qué clase de barco tenía? —preguntó con desinterés falso mi amigo rubio.

—El desgraciado se hizo con un Grady-White nuevecito —explicó la rubia—. Todo el mundo lo anda buscando.

Al escucharlo me volteé inconscientemente hacia John B y JJ, sorprendida. Ellos me miraron igual.









Volvimos al Château y me senté en una silla al lado del sillón donde estaba JJ.

Lo hice del revés, con las piernas en el respaldo, mi espalda en el asiento y mi cabeza colgando, con mi pelo tocando el suelo. Tenía los ojos cerrados y pensaba en lo que acababa de ocurrir.

-Muy bien. -la voz de Pope me hizo abrir los ojos y dirigir mi mirada a él- Nosotros no sabemos nada. No hemos visto nada. Tenemos que mostrar una amnesia total.

—Pues yo ya se lo he contado a la poli, Pope, qué pena —dije irónicamente.

-La verdad, Pope, tienes razón para variar. -lo respaldó el de ojos claros mientras se levantaba del sillón- ¿Ves? A veces te apoyo. Tú a mi no, no, no. -señaló a mis otros amigos- Bueno, tú sí. -me señaló y sonreí.

—No podemos quedarnos con el dinero —nos reprochó Kiara.

—No todos podemos permitirnos tener datos ilimitados, Kiara. —Apoyé a mi amigo ojiazul asintiendo con la cabeza.

Cogí un paquete de cigarros de la mesilla del medio con algo de dificultad debido a mi posición.

JJ, al verme, me lanzó un mechero, que atrapé ágilmente con la cara y cayó al suelo.

Lo recogí, me metí el cigarrillo en la boca y lo prendí. Le di una calada y lo saqué de mi boca, expulsando el humo por ésta.

—Tenemos que dárselo a Lana Grubbs —nos ordenó Kie—. Si no será malo para nuestro karma.

-Yo ya he follado, fumado, alguna que otra vez he esnifado, también he robado, he peleado... -conté con los dedos mientras soltaba de nuevo el humo por la boca- Creo que no me importa ahora mismo si mi karma se daña, la verdad.

-¿Follado? -preguntó JJ con el ceño fruncido- ¿Con quién?

-Habrá alguna razón por la que no os lo he contado. -sonreí y me metí el cigarrillo de nuevo en la boca. JJ me miró mal y rodé los ojos- Un Kook, hace unos meses.

JJ alzó las cejas.

—Será malo para nuestro karma estar involucrados en un delito grave —comentó John B cambiando de tema.

—Si eso implica quedarnos con el dinero... —cedió JJ—. Estoy de acuerdo.

—Pues yo no lo estoy. —John B le tocó el hombro un par de veces.

—¿Qué? ¿Por qué? —dije esta vez yo.

—Pensadlo. —Se alejó del rubio y se puso a mi lado.

Yo me incorporé y me coloqué correctamente en la silla. Puse el cigarrillo terminado en el cenicero y lo miré con los codos apoyados en las rodillas.

—Estamos hablando de Scooter Grubbs. El mismo que compraba cigarrillos sueltos en el puerto. Joder, una vez lo vi pidiendo cambio en el parking porque necesitaba gasolina. Era una rata de puerto que jamás llevaba más de 40 pavos encima. ¿Y ahora tenía un Grady-White? No sé. —Alzó las manos a la altura de su cabeza, como si quisiera decir que era inocente.

Lo pensé, y sí, tenía razón.

Después de esa charla, decidimos ir al muelle de al lado a pescar. Ya era por la tarde y pronto anochecería.

—Solo piénsalo, Pope —intentó convencerlo el castaño—. ¿Cómo consigue una rata un Grady-White?

—Prostitución —respondió el moreno.

—Pasando droga, chico académico —contesté yo con burla por su estúpida respuesta sin separar los ojos del libro de esta mañana y pasando una página de éste. A mi lado derecho se encontraba JJ.

—Exacto, Ronnie —afirmó John B—. Todo en secreto, sin vigilancia aérea. Durante los huracanes no hay. ¿Qué significa eso, JJ?

—Que hacen contrabando —dijo el rubio con la mirada fija en el agua.

—Contrabando —repitió John B—. Y os garantizo que habrá un montón de contrabando en el barco.

—Fijo —sentenció JJ. En ese momento su caña dio un tirón hacia abajo y el de ojos claros comenzó a recoger el sedal—. ¡Ha picado!

Volvimos a la cabaña de John B cuando el sol ya no se reflejaba sobre el mar.

—Os recuerdo que si se trata de un barco con contrabando ilegal en su interior —dijo el más listo del grupo—. Seguramente le pertenece a alguien. Y podrían venir a buscarlo. Cogerlo sería una gran estupidez.

—Sí, bueno —replicó JJ cogiendo el fajo suyo de billetes y el mío de las manos de Pope—. Pero las estupideces a menudo acaban bien. —Le enseñó los billetes por separado.

—Solo tenemos que averiguar como llegar a la bodega del barco —comenté esta vez yo—. Hay que actuar con normalidad, como siempre.

—Bien. ¿Y cómo lo hacemos exactamente? —cuestionó el de piel oscura.

-¿Un barril? -propuso Kie.








...








Segundo capítulooooo :) voten y comenten, me ayudarían muchísimo<3

Los leooo :)


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