── 𝐬𝐞𝐯𝐞𝐧𝐭𝐞𝐞𝐧.


⌗˚𓏲•🌿ʚ 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗑𝗏𝗂𝗂 ; 𝘤𝘰𝘯𝘧𝘦𝘴𝘪𝘰𝘯𝘦𝘴 𝘺 𝘥𝘪𝘴𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢𝘴.



-Se ha quedado buen día. -solté sarcástica después de estar los cinco en silencio, sin mover ni un dedo. Puse los ojos en blanco al notar que nadie hacía ademán de entrar al sótano y empujé a John B hacia un lado, para después meterme dentro en cuclillas. El castaño me pasó la linterna de su mano y seguidamente me siguió, y así sucesivamente hasta que todos estuvimos dentro.

Caminé agachada para no darme con el techo en la cabeza, observando a mi alrededor.

-La señora Crain la cabeza nos cortó. -cantó JJ en bajito- Luego salió el sol y la sangre se secó...

-¿Qué dices? -lo cortó Pope, girándose hacia él y apuntándolo con su linterna-. Cállate.

Salté un pequeño escalón que dio a otra zona del lugar, en la cual ya pude ponerme de pie. Miré cada rincón, no parecía haber agua. Solo estaban trastos viejos, polvo... y mosquitos. Joder.

-¿Veis agua por algún sitio? -preguntó Kiara mientras apartaba un mosquito bruscamente con su brazo- No vamos bien.

-Ni siquiera hay agua en las tuberías. -susurró JJ pasando su mano por una barra de metal oxidada y seca.

-Aquí no parece haber agua. -dijo Pope.

-No, ni una gota. -lo apoyó el rubio.

-¿Sabéis por qué no lo encontramos? -habló Kiara- Por el mal karma.

-Ay, ya estamos otra vez. -refunfuñó entre dientes John B. Y he aquí otra discusión estúpida de pareja.

-Escucha, la cosa estaba yendo bien, pero entonces decides meter a Barbie y el rastro se enfría. -continuó la mulata- ¿Coincidencia? -Kie juntó los labios y negó con la cabeza, sarcásticamente- No creo.

Di un paso hacia el par, dispuesta a frenar el numerito, pero noté como alguien me agarraba del brazo y tiraba de mí hacia atrás. Mi mirada se fijó en el rubio, quien no quitó su mano de encima de mí hasta que alcé una ceja. ¿Ahora le importaba?

-Esta es la razón por la que no quería hablarte de Sarah. -dijo el castaño.

-¿Sí? -comentó sarcástica la Kook.

-Sí. ¿Qué rollos traéis? ¿Qué coño os pasa, eh?

-Nada.

-¿Nada? -le reprimió algo molesto, para después cambiar su expresión a una más vacilona- ¿Es porque te besé? ¿Ese es el problema?

Iba a alejarme de allí para seguir buscando, pero el movimiento brusco del brazo de Kie y la bofetada (muy sonora, por cierto) que le dio al de pecas hicieron que me quedara. Abrí los ojos como platos y sonreí, emitiendo una carcajada.

-¡Hala!

-Menudo hostión.

-Joder. -reí con los brazos cruzados y alzando ambas cejas por la sorpresa.

-Deja de tratarme como a una tía obsesionada contigo, en vez de como a tu mejor amiga que solo intenta protegerte. -sentenció la de rulos.

-¿De verdad me has pegado? -protestó incrédulo John B, tocándose la mejilla dolorida.

-No, te ha acariciado con fuerza. -ironicé sonriendo con dientes falsamente.

-Un mosquito. -se excusó la morena, enseñándole la palma de su mano, la cual tenía una pequeña mancha de sangre.

-¿Un mosquito? -preguntó John B.

-Sí, ¿no lo ves? -contraatacó Kiara.

-Sí. -contestó el castaño para seguidamente estamparle su mano en la mejilla de la morena.

-Ouhh... -susurró JJ.

-¿Y la prueba? -sonrió Kie alzando una ceja y cruzándose de brazos.

-Mosquito. -le mostró su mano, que también tenía sangre.

-¿Sí? -ahora Kie le pegó a John B en el brazo- Pues seguro que ahí había otro.

-Ya -asintió el de ojos verdosos y golpeó de nuevo a la chica- ¿y este de aquí qué?

-¿Sí, enserio? ¿Este no lo has visto?

-Toma, en la frente. -murmuró Routledge, dándole una hostia en la cabeza a Kiara.

-Se acabó.

-¿Sí?

-Estás muerto.

-¿Ah, sí?

-Llegó el día...

-¿Tú crees? -siguió provocándola John B, aunque los dos ya estaban de broma.

-... de tu muerte. Vas a palmarla.

-Lo que hay que soportar. -gimoteé por lo bajo. Acto seguido le pegué bofetadas al aire exageradamente al escuchar mosquitos zumbando a mi alrededor y posándose en mi piel, al mismo tiempo que insultaba éstos como si pudieran escucharme- ¡Macho! ¡Sé que estoy buena, pero tampoco hace falta demostrarlo de esta forma!

-Nos están acribillando aquí abajo. -gimió Pope, espantando a más insectos voladores.

-Shhhh... shhhh... bajad la voz. -nos pidió el de ojos oceánicos.

-Mierda, ¿cómo puede haber tanto mosquito en un sótano? -volvió a quejarse el de tez negruzca.

-¿Verdad que sí? -le dio la razón el de cabellera clara- Es de coña. Malditos mini-vampiros, ¡dejadme en paz!

Mi vista se centró en una parte de la tarima, las tablas del suelo parecían algo sueltas. Pisé una de ellas y se hundió levemente. Fruncí el ceño.

-Atención, esta es buena. -escuché a JJ hablar de fondo a los demás- ¿A qué os pica la curiosidad aquí debajo? Ja, ja, qué gracia tengo.

Me agaché al lado de la tabla y cogí una pequeña piedra que me encontré por ahí.

-He encontrado la muñeca vudú de la señora Crain. -advirtió el rubio, enseñándosela a mis amigos.

-¡Hostia! -dijo Kie riéndose.

-¿Nos vamos? -propuso JJ- Porque esto ya es...

Tiré el objeto por una pequeña rendija, y no fue hasta unos segundos después cuando oí como ésta caía en... agua. No me jodas. Aparté los muchos objetos que cubrían la madera a un lado.

-Chicos, chicos... -me levanté rápidamente y los miré con los ojos abiertos de par en par debido al descubrimiento. Todos dejaron carcajearse y se giraron hacia mí- Ayudadme a mover esto -bajé el tono de voz, refiriéndome al suelo-, ayudadme a moverlo.

-Vale, pero silencio. -aceptó el ojiazul, acercándose por el otro lado y levantando una de las tablas conmigo- Venga, venga.

-Shhhh... -nos calló Pope, cogiendo otro trozo y llevándolo aparte con ayuda de John B.

-¡No arméis jaleo! -nos reprimió Kiara, al mismo tiempo que agarraba otra madera y la retiraba.

-Shhhh...

-Seguro que está aquí arriba.

Terminamos de apartar todas las tablas, encontrándonos con un profundo y gran agujero de piedra en el suelo.

-Mi gozo en un pozo. -dictó el moreno.

-Qué chiste más malo. -se burló el ojiverde, sin apartar su linterna del sitio.

-Construyeron esta parte en la casa de encima. -pronunció la castaña, asombrada.

-Aquí esconde a los cadáveres. -susurró JJ.

-Oh, corta el rollo. -lo frenó Pope, empujando el hombro del de ojos azules con su brazo.

-¡Ya vale! -intentó callar al rubio debido a que empezaba a decir otras de sus frases sobre la anciana asesina señora Crain.

-Bueno... -murmuré- Aquí está el agua.

-Necesitaremos un pedazo de cuerda. -finalizó el pecoso.



-¿¡Pero qué me estás contando!? -bramó incrédula Kie, caminando por el porche del Château- ¿La has traído aquí? ¿Es que ahora está metida?

John B nos había pedido que fuéramos a su casa para darnos una noticia, y... bueno, resulta que la "noticia" era Sarah Cameron. El castaño la había llevado allí y ahora todos nos encontrábamos escuchando la discusión entre la mulata y el de ojos verdes.

La Kook estaba sentada en el sofá, con un brazo estirado por el respaldo, el de pecas se encontraba a su lado, en un taburete. JJ en un sillón rojo, y Pope en una silla seguida al rubio. Kiara, de pie, parecía furiosa, y yo... me arrepentía de no haberme traído unas palomitas. Mis brazos estaban cruzados, y mi espalda, apoyada en una columna de madera, detrás del moreno y el ojiazul. De vez en cuando metía el cigarrillo de mi mano derecha en mi boca, dándole una calada.

John B nos miró a los tres que quedábamos, buscando ayuda. Yo me encogí de hombros, mientras que Pope negó con la cabeza.

-Oye -empezó JJ-, a mí solo me importa que su parte salga de la tuya.

-¡No recuerdo haber votado nada! -exclamó indignada la morena- Esto es algo nuestro. Es de los Pogues.

-Tengo que decir que me siento... incómodo con todo esto. -intervino Pope en la pelea.

-¡Gracias! -Kie señaló con una mano a Pope, dándole la razón.

-¿Cuándo no estás incómodo? -farfulló John B, no parecía dispuesto a salir de ahí sin que la mulata y la rubia se reconciliaran.

-Hasta aquí he venido muy cómodo con JJ en la bici. -se defendió el moreno. No pude evitar soltar una risa por su comentario.

-Es verdad. Venía muy relajado. -lo apoyó el rubio, asintiendo con la cabeza.

-Me alegro. -susurró el ojiverde.

-Todos estábamos muy cómodos hasta que la has traído. -volvió a atacar Kiara.

-¡No hables de mí como si no estuviera! -saltó Sarah, hablando por primera vez desde que llegó.

-¡Pues vete! -dijo la de rizos sin echarse atrás.

-Ouh... -murmuré.

-Te lo dije. -la Cameron suspiró y se giró hacia John B, alzando una ceja.

-¿Le dijiste qué? ¿Que eres una falsa? -abrí los ojos como platos, no había visto tan furiosa a mi amiga nunca.

-Que eres una zorra criticona. -mi boca formó una perfecta o al escuchar a la Kook. JJ y Pope compartieron miradas y empezaron a sacar dinero de sus bolsillos, apostando sobre quien de las dos ganaría aquella discusión.

-A ver. -comencé a exponer mi punto de vista. Me incorporé y me acerqué a la pequeña mesa rectangular entre las enemigas, dejando la colilla en un cenicero. Después de hacerlo, proseguí- Kiara, Sarah. Tranquilas. No sé qué mierdas pasó entre vosotras, porque antes erais "amiguis forever", y ahora si pudierais os arrancaríais los pelos, pero esto no va con vuestra enemistad. Esto va sobre encontrar el Royal Merchant, de ser ricos, y no de lanzarse pullas la una a la otra para ver quien se ofende más.

-¿Por qué no te callas, Verónica? -espetó Sarah. Me volteé bruscamente, ¡encima de que intentaba que nadie saliera malherido, y va la gilipollas y me insulta!

-¡A ella no le hables así, puta de mierda! -gritó la de pelo oscuro, saliendo en mi defensa.

El rubio y el de piel chocolate volvieron a sus apuestas, las dos Kooks se mataban con palabras, y yo intentaba calmarme y no pegarle un puñetazo a la rubia maldiciendo su existencia por lo bajo.

-¡QUE OS CALLÉIS TODOS! -chilló el castaño gastando toda su voz, pero causando que las nuestras se apagaran, quedando en murmullos y terminando con un silencio ensordecedor. Me coloqué al lado derecho de Carrera, pasándome las manos por el pelo- ¡Ya está bien! Kie -John B se dirigió a la mulata-, eres mi mejor amiga, ¿vale? Y tú, Sarah -ahora su vista quedó fija en la de cabellos rubios-, tú... -el chico parecía dudar sobre lo que iba a decir- eres mi...

-Dilo. -lo animó Sarah, sonriéndole levemente, haciendo que las comisuras de los labios del pecoso también se curvaran hacia arriba.

-Eres mi novia. -pronunció finalmente, suspirando. Alcé las cejas, sorprendida, con los cuchicheos de Pope acompañando mi gesto.

-Así que ahora es tu novia. -Kiara se cruzó de brazos- ¿Y todo eso de que solo la usabas para obtener información? ¿Pillar el mapa y pasar de ella? -desveló.

-¿Dijiste que me estabas usando? -la rubia parecía algo dolida.

-No. -respondió John B, descaradamente.

-Uy que no. -susurré.

-Sí, lo hiciste. -dijo JJ.

-Lo dijiste. -continuó Pope.

-¡El amor surgió sin más, ¿vale?! -nos interrumpió el de pecas.

-Voy a vomitar. -sentenció Kiara.

-No lo esperábamos, simplemente ocurrió. -sonrió suavemente, mirando a su nueva novia- No voy a negarlo, ¿verdad? -Sarah volteó esquivando, molesta por sus palabras.

-Qué cursi. -escuché decir al de tez oscura.

-Déjate de rollos, John B. -habló firme mi amiga- Si se queda, me voy.

-No pienso hacer esto ahora. -se negó John B.

-¡Tendrás que decidir! -exclamó la castaña.

-¡No puedo!

-Esto me interesa mucho, ¿ella o yo?

-Las dos. -contestó rápidamente el de ojos verdes.

-A la desesperada. -murmuró JJ.

-Qué idiota. -mascullé, echando mi cabeza hacia atrás.

Sin decir nada más, la mulata salió del porche a gran velocidad, enfadada y decepcionada.

-Joder, John B. -hice una mueca- Sé que Sarah no me ha hecho nada malo, pero ¿cómo eliges a ambas conociendo a Kie desde hace años, y a Sarah desde... tres días?

-Otra que habla de mí como si no estuviera. -rodó los ojos Sarah- Al menos yo no me acosté con uno que conocía desde hace menos de un día. -abrí los ojos como platos. ¿Cómo se había enterado de lo mío con Rafe?

-¿Qué? -exclamó confundido Pope.

-Y con nada más y nada menos que con mi hermano. -sonrió sarcástica la rubia. No aguanté y me lancé contra ella, pero John B se interpuso entre ambas y me agarró de la cintura para luego alzarme y que no pudiera tocar con los pies el suelo.

-¿¡Qué coño te he hecho yo!? -vociferé, pataleando e intentando zafarme del castaño.

-Al menos ya salió a la luz. -miré con furia en los ojos a JJ.

-¡Ahora te dignas a hablar, para reprochármelo más! -me defendí. El pecoso me bajó y pude apoyarme en el suelo.

-¿Con Rafe, eh? -el rubio hizo una mueca, irónico- ¿Qué tal te lo hizo?

-Ni me hables. -me giré hacia la puerta y me marché de allí. Iba a irme a mi casa, pero al cruzar el muelle, vi a Kie sentada en él, con los pies colgando, sin tocar el agua. Me senté junto a ella- Odio a los hombres.

-No eres la única. -dijo con un hilo de voz la morena, sin apartar su vista de la marisma.

-Hey -coloqué mi mano en su muslo y lo acaricié-, John B es gilipollas.

-Lo sé.

-Pero ambas sabemos que tenemos que aguantarlo así, no es su culpa ser tan imbécil.

-Solo... -murmuró la mulata- me jode que no haya sabido decidirse en algo tan sencillo.

-Lo entiendo. -me empaticé.

-Pensé que le importaba.

-Y claro que le importas. -la frené.

-No lo parece.

-Kie, aunque él no te elija, tú sabes que yo siempre lo haré. -sonreí sin dientes.

-Y yo a ti. -imitó mi gesto. Noté una presencia detrás de mí, así que me volteé y me encontré con Pope. Le hice una seña de que se sentara en mi sitio a la vez que me levantaba.

-Luego hablamos. -me despedí de Kiara y me alejé del par.

La verdad, no quería ir con ellos, me lo echarían en cara y se enojarían conmigo, no me apetecía. Cambié mi rumbo y me dirigí a mi casa, en la cual, nada más llegar, entré para ir directa a mi cuarto y tumbarme en mi cama, distrayéndome con un libro y pensando en otras cosas.



Unos golpes en la puerta me sobresaltaron, haciendo que pegara un respingo en mi cama. Me habría dormido un rato después de empezar a leer ayer, y por la gran cantidad de luz que inundaba mi habitación gracias a la ventana frente a mí, supuse que era mediodía.

-¿Quién coño es? -pregunté con voz ronca y boca-arriba sin abrir todavía los ojos, con mi boca entreabierta y el libro de Boulevard tapando parte de mi rostro.

-Levántate. -fruncí el ceño al percatarme de que la persona que me reprochó mi gran vagancia no era mi tía Eva, y me digné a desplegar mis pestañas. Bufé sonoramente para luego me incorporarme del colchón. Podía escuchar como los pájaros piaban fuera de mi casa, pero por lo demás, reinaba un silencio absoluto. Arrastré mis pies descalzos por el suelo y giré el pomo de la puerta. Nada más abrirla, me encontré con una cara que me hizo arrugar la nariz. ¿Pope?

-¿Qué mierdas haces aquí? -solté sin ninguna expresión singular, cansada.

-Buenos días a ti también, Vero. -sonrió sarcástico el moreno, achinando los ojos. Rodé los míos e hice ademán de cerrar la madera que nos separaba, pero Pope la frenó con su mano- Tenemos un plan para que Sarah y Kie se reconcilien.

Reí sin fuerzas y negué con la cabeza.

-No lo conseguiréis, y tampoco contéis conmigo. Chao. -el chico entró en mi cuarto ágilmente, antes de que sellara la puerta con cerrojo.

-Vístete, nos vamos. -sentenció.

-Te odio. -dije entrecerrando mis ojos con molestia. El de piel negruzca agarró mi libro abierto y se tumbó boca-abajo en mi cama.

-No miro, tranquila. -declaró sin apartar la vista de Boulevard.

-"Ni miri, trinquili"... -lo imité por lo bajo, haciéndole burla a sus espaldas.

Abrí mi armario y cogí un top negro de tirantes con un pequeño escote triangular y unos vaqueros cortos negros algo rotos, más mis Nike blancas. Por debajo tenía un bikini sencillo color añil, con la parte superior de triángulos, y la inferior, normal.

-Listo. -avisé tras haberme colocado todo encima, y rápidamente Pope se levantó.

-Bien, vamos al HMS Pogue.



-Código rojo. -gritó Pope conduciendo, llegando al muelle en el que Kiara nos esperaba, al mismo tiempo que me levantaba y le ofrecía la mano a mi amiga para que subiera con más facilidad al barco. Yo seguía sin saber cuál era el plan, pero el moreno me aseguró que lo descubriría cuando se lo contara a la mulata.

-¿Qué coño pasa? -preguntó Kie aceptando mi mano y metiéndose al bote- Bonito bikini. -me halagó, observando mi atuendo, ya que me había quitado la ropa. Sonreí por el cumplido.

-JJ y John B se han quedado tirados en las marismas. -respondió Pope y le dirigí una mirada confusa.

-¿Y no pueden salir de ahí solitos? -la castaña puso los ojos en blanco.

-Harás de mecánica. -siguió chico.

-De mecánica... -se quejó Kiara mientras el de tez negra volvía a arrancar el HMS y nos íbamos a ver dónde se encontraban ese par de inútiles.

-Hay que ayudar a JJ y a John B. -habló Pope, deteniendo el barco al lado del otro, donde estaba la parejita de descerebrados. Me lanzó una cuerda y la amarré al bote de mayor tamaño.

-¿Es qué no sabéis hacer nada sin mí? -exclamó la de ojos marrones y subió a donde estaban el castaño y el rubio.

-No me has contado el plan todavía. -le murmuré al de piel chocolate en un suave susurro.

-Tú sube con Kie. -me ordenó. Me encogí de hombros e hice lo que me pidió.

-¿Qué ha pasado? -escuché cuestionar a la morena.

-Pues que el alternador ha dejado de alternar. -informó JJ. Entré la cabina apoyándome en el marco de la puerta, y vi como el de ojos azules me observó una milésima de segundo de arriba abajo, para luego volver con su problema y hacer como si no estuviera.

-No está cargando. -continuó John B.

-¿Habéis mirado los conectores? -dijo la mulata, agachándose junto a ellos.

-No, deberíais comprobarlos. -JJ procedió a darle la herramienta a Kie.

-Sois unos matados. -rodó los ojos Kiara, sin apartar la vista del alternador.

John B y JJ salieron, por lo que fruncí el ceño. El castaño me tocó el hombro y me hizo una seña disimulada con la cabeza de que lo siguiera. Ambos chicos se tiraron a la marisma de cabeza, y yo no me quedé parada ahí, hice lo mismo justo cuando Kie gritaba: "¿Estáis de coña? ¡No hay conectores!". Nadé lo más rápido que pude hacia el bote en el que Pope nos esperaba. Suspiré cansada cuando me subí al pequeño barco y me peiné el cabello hacia atrás. Cuando me volteé a ver a mi amiga, vi como Sarah Cameron salía de la compuerta. No me jodas.

-¿¡Pero qué hacéis!? -chilló la rubia.

-¡Chicos! -vociferó la morena- ¿¡Es una broma!? ¡Volved aquí cagando leches!

-¡No hasta que solucionéis vuestras cosas! -les advirtió John B.

-¡Os prometo que os mataré cuando os pille! -nos amenazó Kiara.

-¡Que conste que yo no tenía nada que ver! -grité excusándome, colocando mis manos alrededor de mi boca para que mi voz se escuchara mejor.

-¡No podéis iros sin más! -se indignó Sarah, asustada.

-¡Hay comida en la cabina y JJ os ha liado un porro! -exclamó Pope y John B alzó sus pulgares hacia las Kooks.

-¡Hidropónico! -dijo JJ sonriendo.

-¡Besitos, chicas! -me despedí mandándoles besos imaginarios.

Nos alejamos del yate, con las enemigas gritándonos maldiciones y que volviéramos, aunque sabían que no lo haríamos.



-Bien, nos van a matar. -solté con una sonrisa falsa a la vez que salía del HMS Pogue.

-¿Haréis algo esta tarde? -preguntó el de tez oscura, siguiéndome.

-No hacer nada. -habló JJ.

-Prepararme para mi muerte. -respondió John B.

-Disfrutar de que por fin mi vida terminará. -alcé las cejas.

-Genial. -ironizó Pope- Me voy a casa.

-Yo igual. -aseguró el castaño.

Ambos se despidieron y se marcharon a paso apresurado. ¿Ahora dónde me metía? ¿Me despedía de JJ o me iba sin decir nada? El rubio estaba a mi lado, mirando la marisma o cualquier punto que no fuera yo.

-Uh... luego nos vemos. -comenté y noté como el ojiazul suspiraba y bajaba sus hombros. Asentí con la cabeza mientras relamía mi labio superior, incómoda y giré sobre mis talones, dispuesta a alejarme de allí cuanto antes.

-Verónica. -su voz era como un murmullo. Me volteé hacia él y vi como estaba cabizbajo. Apretó sus puños con fuerza, dudando entre si continuar hablando o no. Pasaron unos segundos silenciosos hasta que volvió a hacerlo- Yo... siento, uh... haberme puesto así... p-por lo de Rafe.

Sonreí con pena y observé mis manos, nerviosa.

-Yo también lo siento. -solté muy rápido- Fui una idiota al acostarme con él, no sé por qué lo hice, ni por qué bebí tanto... ni siquiera sé por qué fui a esa jodida fiesta.

-Da igual -volvió a tomar palabra, sin subir la mirada todavía-, ni yo sé por qué me lo tomé así de mal.

-Es normal, JJ. -lo tranquilicé- Estabas enfadado porque hice la gran mayor gilipollez de mi vida y nunca se podrá revertir.

-No era enfado hacia ti, Nicki. No puedo enojarme contigo. -me interrumpió, mirándome a los ojos por primera vez en días- Me daba rabia que lo hubieras elegido a él porque es un capullo.

-Ya... al menos ya no soy tan ilusa como a los quince años. -pasé mi lengua por mis dientes, moviendo mis labios.

Sentí los cálidos y musculosos brazos rodear mi cintura enseguida y juntarme a su cuerpo. Yo rápidamente lo agarré por el cuello, correspondiéndole el abrazo.

-No sabes lo mal que lo he estado pasando cuando no nos hablábamos. -susurró en mi oído, cosa que me hizo estremecer y sentir un escalofrío subir por mi espalda.

-Yo igual.




...




Por fin pude actualicé!!! Dios, estuve re liada con exámenes y todo, pero escribiendo un poco cada día conseguí publicar!!!

Y por fin se han reconciliado JJ y Vero, ya era hora jajajaj

Muchísimas gracias por todo el apoyo, ya somos más de 3K!!!

Los leooo :)


•.*❀ ʟᴜᴜ ❀*.•

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