── 𝐟𝐢𝐟𝐭𝐞𝐞𝐧.


⌗˚𓏲•🌿ʚ 𝖼𝗁𝖺𝗉𝗍𝖾𝗋 𝗑𝗏 ; 𝘶𝘯 𝘴𝘦𝘤𝘳𝘦𝘵𝘰 𝘥𝘦𝘴𝘵𝘳𝘶𝘤𝘵𝘰𝘳.



⚠︎︎ ᴇsᴛᴇ ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ ᴄᴏɴᴛɪᴇɴᴇ ᴇsᴄᴇɴᴀs ɴᴏ ᴀᴘᴛᴀs ᴘᴀʀᴀ ᴘᴇʀsᴏɴᴀs sᴇɴsɪʙʟᴇs ʏ +18. ʟᴇᴇ ʙᴀᴊᴏ ᴛᴜ ᴘʀᴏᴘɪᴀ ʀᴇsᴘᴏɴsᴀʙɪʟɪᴅᴀᴅ ⚠︎︎


-Bueno, tíos, mi padre me va a matar igual, así que... ¿De qué va esta reunión obligatoria? -preguntó Pope echando más madera al fuego, al lado de JJ.

Después de irnos corriendo de aquella fiesta Kook, nos habíamos sentado en unos troncos y puesto algunos de éstos en el medio, formando una hoguera. John B estaba de pie, Kiara y yo sentadas en uno de los troncos caídos, y JJ y Pope, en otro, junto al nuestro.

JJ y John B compartieron miradas, decidiendo quien de los dos hablaría. El castaño apuntó a JJ, y éste pasó sus ojos de uno en uno.

-Cuéntaselo antes de que nos empalen. -JJ jugó con un palo entre sus dedos.

-¿Estáis listos? -dijo John B, creando suspense.

-Sí. -respondió la chica de mi lado, impaciente.

-Resulta... -empezó a narrar lento, posando su mirada alternativamente entre los cuatro.

-Tío, que tengo vida. Rapidito. -lo apresuré, quería saber ya que era lo importante que tenía que contarnos. John B rodó los ojos, divertido, mientras sonreía ladinamente.

-Resulta que el oro no se hundió con el Royal Merchant. -Pope suspiró harto ante las palabras del pecoso.

-Uhg, ¿otra vez con lo mismo?

-Oye, espera. Escúchale, ¿vale? -lo calló JJ. ¿Qué tan impactante sería la noticia para que ese chico tuviera fe?

-Siempre ha estado aquí, en la isla. -finalizó John B con una sonrisa de oreja a oreja en el rostro. Alcé las cejas, sorprendida.

-Me estás jodiendo. -comenté con la boca algo entreabierta.

-¿En serio? -dijo Kiara, asombrada por el gran descubrimiento- Qué fuerte...

-Yo quiero mostrar mi escepticismo. -nos interrumpió Pope, sin ninguna reacción ante las palabras del castaño.

-Muy propio de ti, Pope. -el de pecas se incorporó del tronco y se puso frente a todos- ¿Me permite el señor que aporte mis pruebas?

-Proceda.

-Bien pues, en la mochila, tengo una carta de Denmark Tanny. -John B sacó una hoja algo arrugada de su bolsa.

-¿Quién es? -preguntó Kie, algo más emocionada que el de piel negruzca.

-Era un esclavo que sobrevivió al naufragio del Royal Merchant. Fíjate. Toma. -el chico le tendió la carta a la mulata, y yo me incliné hacia ella para ver de qué se trataba- A los esclavos no se les contaba como tripulación del barco, pero mi padre encontró el registro completo. Fue su gran descubrimiento. Tanny usó el dinero del Merchant para comprar su libertad. -mi amiga le pasó la carta a JJ- Y después compró su finca. Redoble de tambores, porque esa finca es... -comencé a dar palmadas en mis muslos, y todos los demás hicieron lo mismo, impacientes- La plantación de Tannyhill.

-¿Tannyhill? -se sorprendió Kiara. Abrí la boca, con el mismo impacto que la chica. No me jodas.

-Sí. Y después usó el dinero para liberar más esclavos, y luego vendió una pasada de arroz... Eso cabreó a los agricultores blancos y... lo lincharon.

-Maravillosa forma de morir. -sonreí sarcástica, arrugando mi nariz.

-Y el día que iban a por él -continuó John B con la historia-, le escribió una carta de despedida a su hijo, y en la última línea de la carta, le deja un mensaje en clave sobre dónde encontrar el oro.

-¿¡Dónde!? -exclamé emocionada.

-"Cosecha el trigo de la parcela nueve, junto al agua" -dictó lo que ponía al final- El caso es que no hay trigo. -sonrió triunfal por haberlo descubierto- O sea, trigo es oro en clave. Fijaos... "El oro está en la parcela nueve, junto al agua".

-Joder... -susurró JJ, quien se había mantenido bastante callado durante la explicación.

-¡Joder! -repetí yo más alto, levantándome bruscamente con la boca y los ojos abiertos. Al tener los pies descalzos, me dolió un poco la sensación de las ramas clavándose en estos, pero lo dejé pasar debido a la gran alegría- ¡Por fin, tíos! ¡Seremos ricos!

-Solo necesitamos un plano original de la propiedad y habremos encontrado el oro. -finalizó John B, dándome un abrazo, igual de excitado que yo.

-Oye -dijo Pope. Genial, a ver de lo que se tenía que quejar ahora-, en realidad hay una mínima posibilidad de que esto sea cierto.

-Sí, igual que la de que algún día te calles y dejes de ser tan pesimista. -comenté sarcástica, separándome de John B y mirando al moreno con una ceja alzada, al mismo tiempo que me cruzaba de brazos.

-Es como lo de Tutankamón. -sonrió enormemente Kie.

-Soy un genio. -cantó John B, siendo abrazado por JJ repentinamente y soltando una risa- Cuidado con el fuego, estás muy cerca, te vas a quemar.

JJ se separó del chico y ambos se alejaron de la hoguera un poco.

-Estoy orgulloso de ti. -rió JJ.

-Gracias, es todo un detalle. -John B se burló en coña, poniendo sus manos en los carrillos del de ojos oceánicos, para luego girarse hacia los demás.

-Vale, decidme... -comenzó Pope, y todos volteamos a verlo- ¿Cuál es el plan? -no parecía del todo convencido, pero incluyéndose.

-Buena pregunta. -el castaño le apuntó con el dedo, dándole la razón- Bien, Sarah Cameron va a venir, traerá un plano original y...

-Alto, alto. -lo cortó mi amiga, confundida, levantándose de mi lado y acercándose a John B- ¿Sarah? ¿Por qué Sarah?

-Uh...

-Esto promete. -reí por el murmullo de JJ. El rubio alzó la cabeza dirigiéndome una mirada rápida, sin ninguna expresión en el rostro, y la apartó rápidamente. Fruncí el entrecejo, confusa por su comportamiento.

Oh... mierda.

-Sarah me coló ayer en el archivo de Chapel Hill, y... así fue como conseguí la carta.

-¿Fuiste a Chapel Hill con Sarah Cameron? -masculló la castaña, sin poder creérselo todavía.

-Sí... uh...

-Se enrollaron. -concluyó JJ. Yo observaba a Kiara y John B alternativamente. A quién voy a engañar, amaba el chisme, aunque esto fuera algo serio.

-No nos enrollamos. -dijo el ojiverde rápidamente, frenando al de ojos claros.

-Claro que te enrollaste con ella.

-No nos enrollamos, ¿vale? La utilicé para acceder.

-Vaya si accediste. -masculló JJ en voz baja.

-¿¡Le constaste lo del tesoro!? -preguntó incrédula y enfadada la mulata.

-¡Sólo intentaba acceder al archivo! -se quitó culpa John B.

-¿Eso en un sí? -exclamó aún más molesta.

-Le oculté detalles clave. -balbuceó el castaño, nervioso y tenso.

-¡Venga ya! ¿Le contaste a una Kook nuestro secreto? -gritó cabreada la chica.

-Sin ella no habríamos conseguido la carta... -intervine, pero Kiara me interrumpió.

-¿Qué pasa con "la vida de Pogue"? ¿Y con la empresa de camisetas, colega?

-¡Solo la utilicé para obtener información! -soltó de nuevo el chico, queriendo terminar con esa conversación cuanto antes.

-¿Por qué no te creo?

-Nos haremos ricos, Kie. Para que podamos pagar el barco y... -se giró hacia Pope- Mandarte a la escuela de autopsias para que estudies a los muertos. Venga, me conocéis. ¿De verdad me veis capaz de enamorarme de Sarah Cameron?

-Sí. -asentí con la cabeza, frunciendo los labios y con mi mirada fija en las chispas y el crepitar del fuego.

-Todavía no la conoces. -argumentó Kie- ¡Yo sí! No te puedes fiar de ella.

-Su hermano me zurró en la espalda con un palo de golf. -se interpuso el de tez oscura.

-Rafe y Sarah son personas distintas. -se defendió el pecoso.

-¿Qué te hizo a ti exactamente? -preguntó JJ, confuso por el hecho de que se odiaran a muerte.

-Es como una cobra venenosa. -murmuró Kie- Primero te atrae, y luego...

-Es una mala analogía. -la frenó Pope.

-¡Escuchadme! Intentará arrebatarnos todo lo que consigamos.

-Chicos, callaos ya la puta boca. -cerré los ojos, captando la atención de todos- Estoy hasta los cojones de vuestras estúpidas discusiones. -me volteé a mirar a Kiara- Entiendo si tienes razones para detestar a Cameron, pero seremos ricos. Seremos Kooks. Me va a explotar la cabeza si no dejáis de parlotear sobre gilipolleces.



John B aparcó el vehículo a un lado de un camino que llevaba al parque Kildare.

Él y Sarah habían quedado en el Hawk's Nest para que la chica le entregara los planos necesarios. Kiara seguía enojada, Pope y JJ no hablaban nada, parecían dudar, y yo, aunque no estuviera de parte de la Kook, quería la pasta, aunque eso implicara negociar con Cameron.

-¡Al lío, tíos! -exclamó Pope, abriendo la puerta de la furgoneta.

-Misión de reconocimiento. -dijo JJ, al mismo tiempo que el moreno sacaba las piernas, haciendo además de saltar afuera.

-Eh, creo que... Creo que voy a ir yo solo. -comentó John B, causando que todos lo miráramos con el entrecejo fruncido- Solo esta vez.

-¿En serio? -gimoteó el rubio, decepcionado por no poder intervenir o tener un papel en esa "misión".

-¿Qué?

-Nada, nada.

-No quiero ahuyentar a Sarah con el critiqueo. -se excusó el castaño.

-Yo sigo sin entender por qué de pronto la incluimos. -se quejó Kiara desde su asiento con molestia.

-Kie, no la hemos incluido, ¿vale? -explicó el de pecas- Es como si fuera... una reunión de trabajo.

Abrí los ojos y emití una carcajada divertida al ver como JJ hacía un cilindro con su mano y lo dirigía a su boca dos veces, imitando que se comía una polla. Pope, a mi lado, tuvo la misma reacción. La verdad, se nos hacía gracioso todo el dilema entre el triángulo amoroso de Kiara, John B y Sarah.

-Cuando tengamos lo que queremos, pasamos de ella. Necesitamos el mapa. -finalizó seguro John B.

-Prométeme que no hay nada entre vosotros. -la voz de Kie salió de su boca como si se lo estuviera rogando a gritos, desesperada.

-No hay nada, Kie.

-Va en serio. Esto no se trata de ti, ni de nosotros...

-¿Hay un nosotros? -murmuré y sonreí burlona, girando mi cabeza a la izquierda, encontrándome con Pope con los ojos abiertos debido a mis palabras.

-Yo creo que sí. -susurró de vuelta.

-Se trata de ella. -siguió Kie, sin haber escuchado la pequeña conversación entre el de piel chocolate y yo- Tío, te va a comer el coco. Solo prométeme que no hay nada entre vosotros.

-Te lo prometo.

-Y... el premio para la persona que peor miente del año es para... -canté con mofa, abriendo con mis manos un sobre imaginario y viendo su interior. Abrí la boca con sorpresa fingida y miré a John B con una ceja alzada- ¡John B! Enhorabuena, tío. Te lo mereces.

-Súper creíble. -masculló JJ, alzando las cejas.

-Al cien por cien. -continuó Pope.

-Cerrad la boca. -nos calló el castaño a los tres- En fin, voy a... encargarme del tema.

-Vas a encargarte del tema, cojonudo. -asintió cabizbajo el rubio.

-Nos quedaremos... aquí. En la furgo. -Pope frunció los labios, observando como el de ojos verdes se alejaba con su mochila colgada en su hombro- Bajo los relámpagos...

Me carcajeé una vez más, amaba el dramatismo y el sarcasmo de Pope, este grupo no sería lo mismo sin él.

-¿Alguien tiene...? -imité que me metía un cigarrillo en la boca, sin terminar la frase debido a que no me acordaba de la palabra.

-Toma. -JJ me dirigió la mirada y la palabra por primera vez después de salir de la fiesta Estival, para después tenderme un cigarro. Lo agarré y el rubio cogió un mechero, puso su mano cerca de la punta para que pudiera prenderse sin problemas y lo encendió.

Me levanté y salí del vehículo. Caminé hacia la parte trasera de la furgoneta y me apoyé en esta, observando un punto fijo en la nada. Estaba tan oscuro que no podía diferenciar formas o colores en el paisaje. Una voz hizo que pegara un leve respingo en mi sitio, pero no me giré hacia ella.

-Hola. -dijo ésta. JJ se puso a mi lado derecho. Durante unos segundos nadie comentó nada, solo había un silencio presente, el cual se podría cortar con un cuchillo.

-Hola. -murmuré al minuto siguiente, más o menos.

-Rafe gritó algo al salir de los vestuarios. -me tensé al oír al rubio volver a hablar- ¿A qué se refería?

<<Sé más directo, por favor>>

Mandé callar a mi conciencia sarcástica, y me volteé hacia el chico.

-¿A qué, exactamente?

-Joder, Verónica. -el rubio tenía un semblante completamente serio. Tragué saliva- "No me importaría follármela... otra vez". ¿Otra vez?

-JJ...

-No, Verónica. -me cortó, parecía molesto- ¿Enserio con Rafe? ¿Por qué? ¿Por qué, joder?

-Fue...

-¿Qué viste en él? ¡Es un Kook, joder! -pasó sus manos por el pelo desesperadamente- Un drogadicto y un clasista de mierda.

-JJ, lo hice sin estar en mis cinco sentidos. -susurré, callando sus miles de maldiciones por lo bajo. El de ojos azules alzó la cabeza y se quedó unos segundos mirándome, intentando procesar lo que había dicho.

-No. -negó, autoconvenciéndose- No, dime que no. ¿Qué te hizo? No, Verónica. No. -me puso ambas manos en los hombros, suspirando nerviosamente.

-No me violó, JJ. -pude notar como el agarre del ojiazul se relajó.

-No lo entiendo... ¿entonces?

-Es largo de explicar... -murmuré, la penetración de su mirada me mantenía hipnotizada y algo intimidada.

𝐹𝑙𝑎𝑠ℎ𝑏𝑎𝑐𝑘

𝑵𝒂𝒓𝒓𝒂𝒅𝒐𝒓 𝒐𝒎𝒏𝒊𝒔𝒄𝒊𝒆𝒏𝒕𝒆

Una fiesta en la mansión de los Cameron por la noche, aquello era una pasada.

Los padres de la familia de viaje hasta dentro de dos días. Dos días para aprovechar al máximo. Los adolescentes con vasos de cerveza y otros alcoholes más fuertes bailando en el jardín o bañándose en la gran piscina, con la droga pasando de unos a otros. La música resonaba por todo el perímetro, y las luces de diferentes colores creaban un ambiente juvenil, al igual que los gritos de la gente disfrutando y divirtiéndose durante horas. La fiesta había comenzado sobre las nueve de la noche con gente sobria y dispuesta a pasarlo bien, pero ahora era de madrugada, y todos estaban borrachos y fuera de sus sentidos.

Incluyendo a esa pelirroja.

Ahí estaba Verónica, poniéndose ciega de bebidas y alcohol. Los amigos de la de ojos verdes estarían en sus casas durmiendo, pero ella tuvo que ir a la mansión. Ahora estaba sola, drogada y ebria, bailando y caminando entre personas en su mismo estado.

Una respiración en su nuca hizo que la Pogue se girara, encontrándose con ese rubio de ojos azules con el que había estado hace unas horas tonteando. Rafe Cameron. Vero lo odiaba a muerte, al igual que él a ella, pero debido a las condiciones en las que ambos se encontraban, no eran conscientes de lo que hacían.

Sin decir una palabra, el chico sonrió a la pecosa, y ésta hizo lo mismo. El ojiazul agarró su mano, arrastrándola con él hacia el interior de la mansión. Verónica bebió su último sorbo del vaso de cerveza de su mano y lo tiró por cualquier lado, sin importarle donde había caído. Ahora solo tenía en mente seguir a Rafe.

El rubio abrió una puerta que daba a una habitación, y los dos entraron a ella. Las cortinas de una gran ventana a la derecha estaban corridas, por lo que se oían los gritos de la gente en la fiesta o se veían las luces que atravesaban la tela. A la izquierda había una cama de matrimonio con el cabecero pegado a la pared y una mesilla a cada lado de éste. Enfrente había una puerta que daría probablemente a un baño privado.

A decir verdad, Rafe no era el único con ganas de follar en ese momento. La pelirroja llevaba esperando aquello nada más tomar el primer vaso de cerveza y ver al rubio caminando con el suyo y sin camiseta, solo con un bañador azul oscuro.

Fue el Kook quien se lanzó primero hacia los labios de la chica, con deseo en éstos. La de ojos verdosos no tardó en corresponderle el beso con la misma pasión, colocando sus manos en la cabeza del de ojos oceánicos para profundizarlo. El chico mordió el labio inferior de Verónica, ella abrió la boca para soltar un suspiro y Rafe aprovechó para meter su lengua en su boca, ambas tocándose con lujuria.

El rubio rodeó con sus brazos la cintura de la de pecas, juntándola a su cuerpo. Las pupilas de ambos estaban dilatadas, tanto por la droga como por la tremenda excitación que sentían. Rafe bajó sus manos hasta el trasero de la pelirroja y le dio un leve apretón, causando que la chica se separara del beso y soltara un pequeño jadeo. El ojiazul alzó a Verónica y se sentó en la cama, con ella a horcajadas suyo.

El Kook no quería solo besos en ese momento, deseaba algo más, y es que ver a esa chica encima suyo, con solo un sujetador de triángulos negros y por debajo con unos shorts que dejaban poco a la imaginación, no le provocaban pensamientos "sanos".

Rafe empezó a bajar con sus labios por el cuello de la pecosa, dejando pequeños y húmedos besos por éste. Verónica suspiraba entrecortadamente, excitada y con ganas de que llegara a más. El de la cabellera rubia llegó hasta el borde de una de las partes del bikini que tapaban los pechos de la Pogue. Separó su boca del cuerpo de la pelirroja y con una mano empezó a masajear un seno, mientras que con la otra hacía lo mismo. No pasaron casi segundos cuando el Kook desató la cuerda que ataba el sujetador y lo arrancaba, tirándolo a un extremo del cuarto.

El chico bajó sus labios hasta un pecho de Verónica y comenzó a lamer con su lengua y morder el pezón, provocando gemidos y suspiros por parte de la ojiverde, que hacían que Rafe no pudiera parar.

-Nunca pensé que alguien como tú pudiera hacer tales maravillas. -jadeó Verónica, con algo de diversión en sus palabras.

-Mantén la boca callada. -ordenó el de ojos claros, bajando su mano izquierda por el abdomen de la chica, llegando hasta el borde de sus vaqueros de mezclilla cortos. Metió su mano por ellos tocando por encima de la tela de su bikini la intimidad de Verónica. La pelirroja echó su cabeza hacia atrás cuando el Kook empezó a masajear con su dedo medio su clítoris.

-Mantén la polla calmada. -contestó con burla la Pogue, pero se calló inmediatamente cuando Rafe apartó su parte inferior del bikini y le metió un dedo sin compasión. Verónica cerró los ojos con algo de dolor, pero cuando el rubio comenzó a mover el índice, éste desapareció.

El ojiazul la tiró en la gran cama y le quitó los pantalones enseguida, quedando ella en un tanga negro mal colocado. Justo después, apartó su bañador, dejando ver su miembro erecto. Con su mano derecha empezó a masturbarlo, listo para utilizarlo.

-Rafe. -murmuró Verónica con el poco sentido que le quedaba, dudando entre si decírselo o no- Soy... virgen.

El rubio bajó la cabeza para mirarla y dejó su mano quieta.

-No te preocupes, lo haré lento. -la pelirroja asintió con la cabeza, preparada para lo que se venía. El Kook tampoco estaba sobrio, pero parecía entender la situación por la que estaba pasando la de ojos verdosos.

Rafe escupió saliva en su pene y lo masturbó para que estuviera resbaladizo y entrara bien, parecía saber lo que hacía. Sin previo aviso, apartó a un lado el bikini dejando ver la intimidad húmeda y palpitante por la excitación de la chica. Colocó la punta en su entrada, y lentamente fue metiendo su miembro. La pecosa suspiró y agarró con fuerza las sábanas de seda de la cama, joder, sí que dolía. Después de unos segundos con la masculinidad de Rafe dentro de su vagina, sin moverse para que se pudiera acostumbrar, el dolor desapareció, convirtiéndose en olas de lujuria y placer.

-Más rápido. -pidió Verónica en un jadeo, y sin esperar más, el de ojos oceánicos empezó a moverse a un ritmo medio.

La del pelo rojizo emitió un primer gemido, y lo único que el Kook hizo fue suspirar y coger más velocidad. Esa chica le ponía demasiado, y ahora tenerla en su cama, follándosela a su antojo, escuchando como le pedía más, era un sueño para él. Rafe puso sus musculosos brazos a los lados del cuerpo de Vero y aumentó la velocidad. Solo sonaban los gemidos y los choques de sus intimidades en la habitación.

La Pogue rasguñaba la espalda desnuda del chico, mientras que él le susurraba en el oído cosas insanas, pero tremendamente excitantes para ambos. Rafe cogió el culo de la pelirroja y la giró para que quedara encima suyo. Verónica puso sus manos en el abdomen trabajado del rubio y sus caderas se movieron en círculos a la vez que pegaba pequeños saltos encima de la polla del Kook. No podía describir el placer que estaba sintiendo.

Rafe volvió a tumbarla boca-abajo en la cama e ir a la mayor velocidad posible. De repente, un temblor recorrió las piernas de la de ojos verdes, sus pezones se endurecieron y su clítoris aumentó de tamaño progresivamente. En ese mismo instante, Verónica sintió como algo dentro de ella explotaba y sentía el placer máximo. Un gemido resonó por toda la habitación, indicando que la chica se había corrido.

Rafe salió de ella de una vez por todas, y nada más hacerlo, pasó su mano a gran velocidad por su miembro, masturbándose, hasta que un líquido blanco y viscoso salió a chorros de él.

Y así terminó la noche, con las sábanas de la cama del Kook mojadas, los cuerpos de ambos sudados y excitados, y el semen del rubio esparcido por el abdomen de Verónica.

𝐹𝑖𝑛 𝑑𝑒𝑙 𝑓𝑙𝑎𝑠ℎ𝑏𝑎𝑐𝑘

𝑽𝒆𝒓𝒐́𝒏𝒊𝒄𝒂

-Y, resumiendo, perdí la virginidad con Rafe Cameron. -murmuré finalmente, avergonzada, con la cabeza mirando mis pies descalzos y el porro terminado en mi mano derecha.

Tuve el valor de alzar la vista, encontrándome con el semblante serio de JJ, su mandíbula y puños apretados. Sus ojos desprendían la más pura furia, y lo entendía. La había cagado.

-Sé q-que... no tuve que haberlo permitido, pero al no estar del todo consciente... no pude... evitarlo. -tartamudeé, con los ojos cristalizados.

-¿Has oído eso? -fue lo único que dijo el rubio después de unos incómodos y horribles segundos de silencio.

-¿Cómo? -pregunté, sin entender.

Entonces lo escuché perfectamente.

Gritos.




...




Bieeennn este capítulo es uno de los más esperados, no tiene mucha historia, pero uno de los grandes secretos de Verónica ha sido sacado a la luz.

La verdad, me incomodó un poco hacer una escena sexual, no sé si da cringe en algún momento, pero me da algo de vergüenza JAKJSKJA. Díganme qué les pareció.

¿Qué creéis que dirá JJ sobre eso?

En fin, voten y comenten<3 gracias por el apoyo.

Los leooo :)


•.*❀ ʟᴜᴜ ❀*.•

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