𝐅𝐎𝐔𝐑
"ENTREVISTA"
ESTABA CAMINANDO CON UNOS TACONES BASTANTE ALTOS, Eris le había estado obligando durante dos horas a caminar con estos.
Las entrevistas se harían al día siguiente por lo que durante todo el día la pelirroja iba a pasar cuatro horas con Eris, quien le enseñaría muchas cosas de etiqueta y protocolo, luego pasaría otras cuatro horas con Finnick y Mags, le enseñarían que debía decir.
—Dime por favor que los tacones que usaré serán más bajos por favor.
—No lo sé querida, sabes que yo no me encargo de eso —la pelirroja bufó ante tal declaración—. Pero es probable que no sean tan grandes —intentó arreglar las cosas.
Continuó escuchando lo que Eris decía mientras caminaba con los tacones, lo único en lo que podía pensar era en que el tiempo pasara rápido, deseaba con todas sus fuerzas poder quitarse esos zapatos e ir con Finnick.
Por suerte, la hora del almuerzo llegó y comió bastante, toda esa mañana con los tacones le provocó bastante apetito. Al terminar Finnick la guió hacia el salón, era momento de practicar.
—¿Qué enfoqué tendré?
—Tímida e inocente —respondió de inmediato el rubio—. Te sale natural, así que solo debes ser tu misma.
Narcissa se sentía aliviada al escuchar las palabras de Finnick, no tendría que fingir algo que no era. Observó a Finnick después de soltar un suspiro y asintió, indicando que estaba lista para empezar la "entrevista"
—Hola Narcissa, es un placer tenerte aquí —Finnick fingió ser el entrevistador.
—Es un placer para mí estar aquí —respondió ella con una pequeña sonrisa.
El chico le estuvo haciendo unas cuantas preguntas las cuales ella respondía con naturalidad, gracias a eso la sonrisa del rubio crecía más si eso era posible.
—¡Muy bien! Lo hiciste increíble, aunque deberías hablar un poco más fuerte, quitando eso de lado, harás todo de maravilla.
—¿Lo dices enserio?
—¿Cuándo te he mentido yo?
—Bueno, te tomaré la palabra —murmuró sin mucha seguridad.
Continuaron practicando, sin duda alguna Finnick sabía lo que hacía, era un buen entrevistador. El tiempo se les pasó volando, el rubio le había hecho demasiadas preguntas a la chica quien sin duda contestó todo.
Al terminar, ella no pudo evitar esbozar una sonrisa orgullosa, sentía que lo había hecho muy bien. Por eso mismo, durante la cena, habló un poco más, y eso era decir mucho pues nunca decía nada. Todos parecían sorprendidos por eso.
Una vez en su habitación, tomó una ducha y se colocó un camisón de seda, se recostó en su cama y antes de que pudiera quedarse dormida, tocaron la puerta.
—Pase —espetó, no se sorprendió cuando miró a Finnick entrar.
—¿Te molesto?
—No, pasa —respondió ella mientras se sentaba en la cama.
—Vengo a utilizarte —bromeó dejando a la chica confundida.
—¿Utilizarme? —él asintió repetidas veces, dejando a Narcissa muy confundida.
—Cuando dormí aquí no tuve pesadillas, estoy seguro que fue por ti —tales palabras sonrojaron a la pelirroja, Finnick sonrió con ternura al notar eso—. Tu voz es muy tranquila y bonita.
—Entonces tu quieres.... ¿que hable para que no tengas pesadillas?
—Si no te molesta claro.
—Es lo más extraño que he escuchado, nadie nunca desea escucharme.
—Pues que tontos, tienes una dulce y melodiosa voz, ellos se lo pierden.
Y con eso ganó, Narcissa le dejó quedarse, ella en voz baja le contaba anécdotas de su infancia, y en medio de la segunda, el rubio se quedó dormido.
—Buenas noches Finnick —murmuró mientras arropaba al rubio.
Sonrió al ver el tranquilo rostro del vencedor.
Pero, un negativo pensamiento cruzó por su mente.
Podía ser la última noche en la que estarían así.
[...]
Narcissa se había desvelado platicando con el vencedor por lo que su horario del sueño estaba completamente arruinado, es por eso que Venix tuvo que llegar a despertarla, no dijo nada al respecto cuando encontró a Finnick en su cama, pero se notaba que deseaba decir al menos una cosa.
Los estilistas empezaron con la preparación, maquillaje, peinado, color de uñas, vestuario y demás, fue en eso de la tarde cuando finalizaron su labor.
Narcissa usaría un bonito vestido de color azul que tenía flores, lo cual daba a entender su nombre, Narcissa, como la flor.
Su maquillaje era suave pero de color azul, sus uñas tenían unas olas de mar pintadas y usaba unos tacones blancos, su cabello estaba suelto pero habían mechones que estaban trenzados.
—Una obra maestra —murmuró Venix, los demás asintieron de acuerdo.
Entonces, cuando llegó a la sala, todos miraron deslumbrados a la chica, usaba un conjunto sencillo pero le quedaba precioso, ella lo hacía lucir bien.
—¿Estamos ya listos? —fue la misma Narcissa quien rompió el silencio, todos parecieron reaccionar.
—Luces divina Narcissa —le halagó Eris, sus dos mentores asintieron con unas sonrisas, estaban de acuerdo con la mujer.
—Gracias —murmuró sonrojada.
Todos bajaron, una vez ahí, Narcissa y Cross se colocaron en el lugar que les correspondía, después de todo, pasarían en orden.
Ella se sentía un poco aliviada, era de uno de los primeros distritos así que no esperaría mucho para que su turno llegara, observó las entrevistas con atención, como era de esperarse, los del distrito 1 y 2 se halagaban a si mismos y a las personas del Capitolio, parecían realmente disfrutar la atención.
Los del 3 bueno, ellos no hicieron un completo desastre, pero no fue tan impresionante como las de los dos primeros distritos.
Cuando le dijeron que iba ella, no pudo evitar soltar un suspiro tembloroso. Caminó hacia el escenario, y cuando estuvo frente al presentador llamado Caesar Flickerman, este le tendió la mano, ella la aceptó con una pequeña sonrisa.
—Narcissa, déjame decirte que te vez magnífica hoy.
—Muchas gracias —espetó mientras se sonrojaba—. Pero el crédito es todo para Venix y los demás chicos que me ayudaron a prepararme, sus manos hacen arte.
El público aplaudió con fuerza ante eso, parecían encantados con la ternura de la chica.
—¿Por qué las flores en tu vestuario? ¿Hay algún trasfondo?
—Es por mi nombre, el narciso —respondió sin borrar la tímida sonrisa.
—¡Maravilloso! Tu nombre ciertamente es muy singular, no creo haber conocido a alguien que tenga tu nombre.
— Mi padre era muy fanático de unos libros, tanto que me puso el nombre de uno de los personajes, incluso mi hermana, Bellatrix, se llamaba así por eso.
—¿Bellatrix Pollux? ¿De casualidad es la tributo que estuvo aquí hace cuatro años?
Narcissa asintió ante eso.
—Si, ella era mi hermana mayor.
—Lamentamos mucho la forma en la que murió, fue toda una heroína, salvó a nuestro querido Finnick ¿Correcto?
—No te equívocas, Bella siempre fue una persona amable, no me sorprendió lo que hizo por Finnick —respondió ella—. Pero.... la extraño mucho.
Caesar continuó haciendo preguntas, la pelirroja las respondía con naturalidad y al final tenía a todo el público conquistado.
Adoraban a Narcissa, la dulce y tierna Narcissa.
Al terminar el tiempo, todos se quejaron, deseaban escuchar más las bonitas respuestas y palabras de la chica.
—Te deseo la mejor suerte, Narcissa Pollux, tributo del distrito 4.
Y, con una pequeña sonrisa, salió del escenario.
Pudo imitar a Finnick, le dió a las personas del Capitolio exactamente lo que querían.
Después de todo, su mentor era realmente bueno en su trabajo.
Cissa's dress
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