052 || the day someone betrayed juno

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Chapter Fifty Two
El día que alguien traicionó a Juno

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HABÍA UN GRAN SILENCIO EN LA SALA, el murmullo que antes llenaba el espacio se había extinguido, dejando solo el eco del tic-tac del reloj en la pared. Juno mordía sus uñas, una vieja manía que regresaba cada vez que su ansiedad tomaba control. Sus dedos temblaban con cada pequeño tirón de las uñas. Sentía que el aire en la sala era demasiado denso, como si le costara trabajo llenar sus pulmones.

El abogado de Austin, se levantó con una calma casi insoportable. Acomodó el nudo de su corbata y alisó su impecable traje, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Juno no podía apartar la mirada de él, tratando de descifrar qué clase de carta tenía bajo la manga.

¿A quién podría llamar? La pregunta martillaba su mente como un reloj descompuesto. Sabía que Austin no tenía una red de apoyo tan significativa como la de ella. Su padre lo había abandonado hacía años; su madre había muerto mientras vivían juntos, y no tenía hermanos. Era un hijo único sin una familia a la que recurrir.

¿Entonces quién? Un viejo amigo, quizá. ¿Alguien de su pasado, dispuesto a maquillar la verdad? Tal vez una pareja actual, si es que la tenía. ¿Podría alguien realmente defenderlo después de tanto tiempo sin contacto con Charlotte? Demasiadas preguntas giraban en su cabeza, y no tenía una sola respuesta que la calmara. Cada posibilidad la hacía sentir más pequeña, más vulnerable.

El sonido de una silla al arrastrarse sobre el suelo resonó como un trueno en sus oídos. Arthur Maxime aclaró su garganta antes de decir el nombre.

— Llamo al estrado al señor Zack Clarke.

Por un instante, el mundo de Juno se detuvo. Su corazón pareció detenerse también, solo para reiniciar a toda velocidad. Las palmas de sus manos comenzaron a sudar, y sintió un nudo formarse en su garganta. Su boca estaba seca como el desierto, y un peso insoportable oprimía su pecho. Era como si las paredes de la sala se cerraran sobre ella.

No podía ser cierto. No él.

Las lágrimas se acumularon en sus ojos antes de que pudiera detenerlas. La presión en sus piernas las hizo temblar, pero se obligó a mantener la compostura, aunque todo dentro de ella pedía gritos, exigía explicaciones. ¿Cómo podía hacerle esto después de lo que habían hablado?

Apenas escuchó el murmullo de Declan junto a ella, tan sorprendido como ella misma.

— Juno... ¿ese es...?

La castaña asintió, su voz apenas un susurro quebrado por el dolor.

— Es mi padre.

Los ojos de Juno siguieron a Zack mientras caminaba hacia el estrado. 

Nada tenía sentido. ¿No era el mismo hombre que años atrás apenas se molestó en dirigirle la palabra a Austin durante cinco miserables minutos? El recuerdo era vívido: Zack siempre había sido distante, casi frío, cuando se trataba de relaciones personales. Y ahora, ahí estaba, sentado en el estrado, como si fuera su mayor defensor.

El mundo de Juno se desmoronaba a su alrededor. Todo lo que podía distinguir era el movimiento de los labios de Zack, que delataban que estaba hablando. Pero no oía nada. Ni una sola palabra llegaba a ella. El golpe emocional era demasiado grande, demasiado intenso, como para permitirle procesar cualquier cosa a su alrededor.

En ese instante, cuando creía que las emociones la iban a consumir, sintió algo cálido en su hombro. Era un gesto simple, pero que la devolvió de inmediato al presente. Su mente dejó de girar en espiral, y su respiración, que se había vuelto errática, comenzó a estabilizarse. Podría reconocer ese tacto en cualquier lugar, en cualquier circunstancia.

Era Spencer.

Sentado justo detrás de ella, Spencer había estado observándola, viendo cómo el peso de la traición y el dolor comenzaba a quebrarla. El ligero temblor de sus manos, la forma en que su mirada se perdía, todo en ella gritaba angustia. Él no podía soportarlo. Quería abrazarla con fuerza, envolverla en su calor y decirle que todo estaría bien. Quería besarla, calmar su tormenta interna, prometerle una vida en paz junto a Charlotte, lejos de todo esto. Pero sabía que no podía hacerlo.

No allí. No ahora.

En cambio, hizo lo único que podía: dejó que sus dedos rozaran con suavidad su hombro, un simple gesto cargado de ternura y consuelo. Un recordatorio silencioso de que él estaba allí, de que no la dejaría enfrentar esto sola.

—Todo saldrá bien. Estoy aquí —le susurró al oído, su voz baja y firme

Juno cerró los ojos un momento, dejando que esas palabras la llenaran. Cuando volvió a abrirlos, una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios, débil pero sincera. Aunque el caos continuara, la presencia de Spencer le devolvía un fragmento de calma, suficiente para seguir adelante.

—Señor Clarke, entiendo que su relación con su hija, Juno, no ha sido sencilla en el pasado. Para entender el contexto de su testimonio— escuchaba Juno que decía el hombre de traje— ¿Puede contarnos sobre la situación familiar en la que ella creció?

Juno no estaba del todo cómoda con aquella pregunta, pero suponía que se debía aclarar que clase de infancia tuvo para asegurarse de que no esté repitiendo patrones con su hija.

Intentaba pensar en otra cosa, alejar su cabeza de ese lugar. No quería escuchar a su padre hablar de sus primeros años de vida, no quería escuchar las historias con su madre, no quería recordar como en algún momento tuvo todo en la vida y como lo perdió en un abrir y cerrar de ojos.

—La madre de Juno y yo la amamos desde el primer segundo que supimos de su existencia— suspiraba de manera melancólica mientras veía a su hija— Éramos una pequeña familia bastante unida, había mucho amor de por medio... o al menos hasta que mi esposa... bueno, ella... huyó con otro hombre... bueno, realmente pasó otra cosa, pero es un caso abierto y no sé qué tanto pueda decir. Pero después de eso, me volví a casar con una mujer llamada Anastasia...

Zack se detuvo por un momento, bajando la mirada y sintiéndose incomodo por encontrarse revelando sus terribles actos del pasado.

—Entiendo, señor Clarke. Y, al respecto de su matrimonio con Anastasia, ¿diría que esa relación afectó de alguna manera la relación con su hija, Juno?— preguntaba Arthur en busca de una debilidad que pudiera explotar para poner las cosas a su favor

—La dinámica familiar cambió un poco, debo de admitir. Yo me centré mucho en mi empleo y... bueno, me avergüenza aceptar esto— decía Zack con un tono solo un poco mas bajo y mirando al suelo— Pero Anastasia no quería a Juno y no le dio el mejor de los tratos... no sé cómo decirlo, pero las cosas no fueron fáciles para ella...

El hombre miró a Juno brevemente, quien al darse cuenta de eso no pudo evitar mirarlo con hostilidad.

¿Cómo era posible que después de todo lo que había pasado y de su intento de arreglar las cosas, ahora se encontrara atestiguando del lado de Austin?

Era una gran pesadilla...

—Gracias por su sinceridad, señor Clarke. Ahora, continuando con su relato, en una entrevista que tuvimos días atrás, usted mencionó que Juno se fue de casa a los 17 años, ¿correcto?— preguntó Arthur, a lo que Zack asintió— ¿Cuánto tiempo pasó desde que dejó su hogar hasta que usted se dio cuenta de su ausencia?

—En efecto. Ella se fue una noche sin hacer ruido... yo no lo noté hasta horas después... probablemente unas doce horas, tal vez más

El nudo en la garganta de Juno se hizo más intenso y las ganas de llorar aumentaron.

¿De verdad había tardado tanto en notar que no estaba? ¿Tan poca relevancia en su vida tenía para no darse cuenta a la mañana siguiente?

—¿Diría usted que ese acto de su hija de irse sin avisarle, sin dar explicaciones, sin despedirse... fue una decisión impulsiva de su parte? ¿Cómo se sintió?

Fue entonces cuando Juno lo entendió...

La estrategia del abogado de Austin se revelaba ante sus ojos como una telaraña cuidadosamente tejida. Arthur Maxime no estaba buscando justicia. No le interesaba la verdad. Lo que quería era destrozar su credibilidad, manipular la percepción de todos en esa sala hasta convertirla en alguien que no era.

Impulsiva. Esa era la imagen que intentaba pintar de ella. Una mujer incapaz de controlar sus emociones, dispuesta a cualquier cosa, incluso a herir a otros, con tal de "salirse con la suya." La idea la enfurecía, pero también le provocaba un nudo en el estómago. ¿Cuántos en la sala estarían creyendo esas palabras? ¿Cuántos no la conocían lo suficiente como para dudar de su carácter?

Cada palabra, cada insinuación del abogado, era como una gota de veneno que se infiltraba en el ambiente, alimentando la narrativa que él quería construir. Juno sentía la presión en su pecho intensificarse, una mezcla de indignación y miedo que la hacía apretar los puños sobre sus rodillas.

Pero no podía permitirse ceder a la rabia. Lo sabía. Si lo hacía, él ganaría.

— En su momento y por años así lo creí. Estuve demasiado tiempo enojado con ella por irse de esa manera... me volví a sentir abandonado y fue algo que me costó entender— decía Zack con la voz algo temblorosa por los nervios— Pero gracias a la terapia que tomé, entendí la decisión de Juno. Mis acciones la terminaron arrastrando a tomar esa elección... si yo hubiera sido un mejor padre, ella no se hubiera ido

Esa respuesta la hizo sonreír ligeramente y generó que el abogado hiciera una mueca.

Realmente ninguno de los dos esperaba aquella respuesta.

—Entonces, según su relato, la decisión de su hija de irse a los 17 años fue un acto impulsivo, ¿no es cierto?— insistía Arthur, haciendo sonreía a Austin desde su lugar— Y, por lo que usted menciona, no se trató de un acto aislado, sino que fue consecuencia de años de tensión familiar. ¿Le parece correcto decir que, en su momento, Juno no consideró las consecuencias de su acción?

Juno volteó a ver a Declan en un intento de que el moreno la ayudara a no explotar ante las palabras del abogado frente a ella. 

—En su momento y por años, así lo creí. Estuve demasiado tiempo enojado con ella por irse de esa manera... me volví a sentir abandonado y fue algo que me costó entender— hizo una pausa mientras busca las palabras adecuadas— Pero gracias a la terapia que tomé, entendí la decisión de Juno. Mis acciones la terminaron arrastrando a tomar esa elección... si yo hubiera sido un mejor padre, ella no se hubiera ido...

Juno no sabía que creer o que decir. Claro que estaba furiosa por el hecho de que su padre estuviera en ese estrado, sin embargo, al escucharlo, el enojo en ella no aumentaba como ella creía que ocurriría. 

Había algo en la manera de responder de aquel hombre que hacía que Juno comenzara a sospechar sobre la razón por la que su padre se encontraba en aquel estrado.

— Entiendo, señor Clarke. Ahora...— pensaba el abogado mientras caminaba— ¿Me podría decir si en algún momento, durante su relación con su hija, usted percibió comportamientos de su parte que indicaran una falta de responsabilidad o de madurez? Por ejemplo, ¿hubo situaciones en las que Juno actuó sin pensar en las consecuencias de sus decisiones?

Hubo un momento de silencio. Zack lucía pensativo.

— Pues... sí, como cualquier adolescente, supongo— asintió Zack—  Recuerdo que hubo veces en las que ella dejaba su escuela por... por cosas que no tenían sentido. No siempre mostraba la responsabilidad que yo esperaba de ella... no entendía por qué actuaba de esa forma... Pero claro, yo estaba tan centrado en mis propios problemas que nunca supe cómo ayudarla realmente.

La castaña permaneció inmóvil, como si su cuerpo se negara a reaccionar. Su mente quería gritar, llorar, hacer algo... pero no podía. No podía enojarse, al menos no con Zack. Las palabras de su padre habían sido certeras, y aunque dolían, no podía culparlo por decir la verdad.

Porque era cierto.

Había faltado a clases en más de una ocasión, un hábito que en su momento la llevó a reprobar materias. La realidad era ineludible, y escucharla en voz alta, en un contexto como este, hacía que el peso de sus errores juveniles regresara con toda su fuerza. Pero no era el recuerdo lo que la desmoronaba, sino la razón por la que esos momentos existían en primer lugar.

Estaba molesta.

Pero no con Zack. Tal vez un poco con ella misma por permitir que esos detalles ahora fueran utilizados en su contra. Pero sobre todo, estaba molesta con Austin.

Al escuchar la declaración de Zack, Austin sonrió. Esa sonrisa burlona, cargada de victoria, como si el pasado de ambos ahora fuera una herramienta más en su arsenal. Giró ligeramente la cabeza hacia ella, sus ojos oscuros llenos de malicia, como si quisiera recordarle que él tenía el control.

Juno apretó los labios con fuerza, conteniendo la rabia que comenzaba a arder en su pecho. Esa clase de detalles solo los conocía él. Porque él había estado ahí.

Porque era cierto: se ausentaba con él.

Les gustaba escapar. Huir del caos, de las peleas, de la soledad que los envolvía en sus vidas familiares. Esos días de adolescencia juntos habían sido su refugio, su pequeño acto de rebelión contra un mundo que parecía indiferente a ellos. Les gustaba fingir que todo estaba bien, imaginar un futuro diferente, un futuro mejor.

Habían soñado despiertos con la vida que algún día tendrían: lejos de todo, juntos, construyendo algo que no tenía cabida en sus realidades. Pero esos momentos que antes habían sido su salvación ahora se sentían como un arma traicionera. Austin había tomado los recuerdos que compartían y los había retorcido hasta convertirlos en algo que la hacía sentir vulnerable.

Juno desvió la mirada, intentando evitar el rostro de Austin. No podía permitir que esa sonrisa triunfante la desestabilizara más. No ahora. No cuando aún tenía tanto que perder.

— ¿Es posible que, en ese entonces, ella no comprendiera del todo el impacto que esas decisiones tendrían en su vida y en la de los demás?

— Sí... en ese momento, y como ya lo dije, pensé que el que se fuera, era una decisión impulsiva. Ella tenía 17 años, estaba molesta y no habló... pero mirando atrás, creo que era más un grito de ayuda, una forma de decir que no podía más con lo que estaba viviendo. No se trataba solo de la casa o de mí... era el dolor acumulado de años.

— Gracias, señor Clarke. Para ser claros, entonces, ¿diría que Juno, en su juventud, no tuvo la madurez necesaria para tomar decisiones que fueran realmente responsables? Y, por lo tanto, ¿Sería lógico pensar que esa falta de madurez podría haber influido en su capacidad para ser una madre responsable hoy en día?

— Sí, en su juventud, Juno cometió errores por no pensar en las consecuencias. Pero... ¿Quién no lo hace a esa edad? Yo mismo cometí muchos errores... y aún los estoy pagando. No quiero que nadie se quede con la idea de que Juno no tiene la capacidad de ser madre solo por lo que pasó cuando era joven— decía Zack sonriendo de manera ligera viendo a su hija sentada frente a él— Ella ha cambiado, lo sé... pero sí, si uno mira al pasado, tal vez no estaba lista para tomar esas decisiones... como yo no lo estaba para ser el padre que necesitaba.

La tensión en la sala era palpable, y el rostro de Juno era un espejo de emociones en conflicto: tristeza, rabia, y una pizca de desconcierto. No podía evitar darle la razón en algunas cosas. Zack no había mentido; todo lo que había dicho era cierto. Pero, aun así, la herida estaba allí, abierta y dolorosa. ¿Cómo podía perdonar que él estuviera del lado de Austin?

Y, sin embargo, algo no encajaba. Había una sensación persistente, una intuición que no podía ignorar, algo que le decía que la presencia de Zack en ese lugar no era tan simple como parecía. Había algo más, algo que escapaba a su comprensión inmediata, pero que podía sentir en lo profundo de su mente.

Tal vez por eso no estaba tan molesta como debería. Había escuchado con atención, y entre las palabras de Zack y los gestos calculados de Arthur Maxime, Juno había comenzado a ver la estrategia del abogado con claridad. Arthur había usado a su padre como testigo, buscando manipular las emociones de todos en la sala, especialmente las de ella. Pero algo en la ejecución de ese plan no estaba funcionando.

Las respuestas de Zack, aunque sinceras, no habían logrado crear la imagen que Austin buscaba. No habían ayudado a reforzar esa falsa impresión de impulsividad y egoísmo que Arthur quería proyectar sobre ella. Cada palabra de Zack, lejos de ser una condena, parecía más bien una reflexión neutra, una verdad que no era tan dañina como pretendían.

Juno lo había notado, y probablemente Austin también. Cuando desvió la mirada hacia él, alcanzó a ver un destello de impaciencia en su rostro, un breve cambio en su postura que revelaba su frustración.

— Señor Clarke, en cuanto a la partida de Juno a los 17 años, ¿hubo algún intento de su parte por hacer que ella reconsiderara su decisión o de buscar la manera de reparar la relación antes de que se fuera de la casa?

— Para ser honesto... no, no intenté detenerla. Estaba... tan enfadado y confundido que no supe cómo acercarme a ella. Pensé que, al darle espacio, ella entendería que podía regresar cuando quisiera. No quería forzarla a nada, pero quizás debí haberlo hecho. Tal vez si la hubiera buscado más, si hubiera sido más firme, las cosas habrían sido diferentes.

— Entonces, ¿diría usted que, al no hacer nada para intentar que Juno reconsiderara su decisión, usted permitió que ella tomara una decisión tan importante sin una verdadera orientación? ¿Que, en lugar de guiarla, simplemente la dejó tomar el control de su vida en un momento tan crítico?

— Sí... lo admito. Fue una mala decisión no intervenir. Estaba perdido, con tantos problemas propios que no supe cómo ayudarla. Pensé que, si la dejaba hacer lo que quisiera, ella podría resolverlo a su manera. Pero me equivoqué. No estaba en posición de dejarla decidir sola. Yo era su padre, y tenía que hacer más por ella.

— Señor Clarke, en cuanto a la relación de su hija con su actual pareja, ¿cómo calificaría la estabilidad de Juno en ese aspecto? ¿Cree que ella está realmente en una posición de ofrecerle a su hija la estabilidad que necesita, considerando sus decisiones pasadas y su comportamiento en el pasado?

Juno pudo notar la incomodidad en el rostro de su padre al escuchar aquella pregunta.

— No sé... no sé si soy la mejor persona para juzgar eso— admitía Zack, haciendo que Austin desde su lugar apretara los piños con fuerza— Lo que puedo decir es que Juno siempre ha sido capaz de hacer lo que sea por las personas que quiere. Yo la vi luchar durante toda su vida, aunque a veces no lo hiciera de la mejor forma. No puedo decir si está en el mejor lugar ahora mismo, pero sé que quiere lo mejor para Charlotte...

— Pero, ¿diría usted que Juno ha demostrado tener una estabilidad emocional y mental suficiente como para ser responsable de cuidar a una niña de tan solo seis años? ¿Basándose en su comportamiento cuando vivía con usted, y sus decisiones posteriores, cree que ella tiene la madurez para ser madre?

— No lo sé... sé que ella ha cambiado mucho desde que era joven, pero... mirando hacia atrás, no sé si ella estaba lista en ese entonces. Puede que ahora sea diferente, pero yo, como su padre, no puedo negar que no estaba preparada para muchas cosas cuando se fue de casa... y quizás eso afectó su capacidad de tomar decisiones más responsables, no solo con ella misma, sino con otros... incluyendo su hija.

Juno quiso gritar, pero no lo hizo. En lugar de eso, apretó los labios, bajó la mirada hacia sus manos entrelazadas en su regazo y se esforzó por controlar la marea de emociones que amenazaba con desbordarse. Sus nudillos se volvieron blancos, y el temblor en sus dedos traicionaba el esfuerzo por mantener la compostura.

No podía enojarse con él, no completamente, de nuevo, Zack no estaba mintiendo, y eso era lo que más dolía. Había cometido errores. Había tomado malas decisiones en su juventud, algunas de las cuales la habían llevado a situaciones que prefería olvidar. Pero él no estaba allí para ver cómo se levantó, cómo aprendió, cómo Charlotte se convirtió en el centro de su mundo.

— Muchas gracias por su testimonio, señor Clarke. Eso sería todo de mi parte —sonrió Arthur con satisfacción, acomodando su corbata como si ya hubiera ganado.

Zack asintió, pero antes de levantarse, alzó una mano.

— Antes de que me retire... ¿puedo decir una última cosa? —preguntó con un tono serio, mirando al juez.

Arthur frunció el ceño, pero no se opuso de inmediato, confiado en su control sobre la sala.

— Su señoría, esto es importante. Solo me tomará un momento —insistió Zack, con la mirada fija en Juno.

El juez suspiró, calibrando la situación. Finalmente, asintió.

— Sea breve.

Zack tragó saliva y dirigió una última mirada hacia Arthur antes de centrarse en su hija.

— No dije nada al llegar porque quería estar completamente seguro de lo que sospechaba. Quería observar, escuchar, entender... Pero ahora que mi testimonio ha concluido, siento que tengo que ser completamente honesto, no solo con mi hija, sino con todos aquí.

Arthur dio un paso al frente, su voz cortante.

— Objeción, su señoría. La ronda de preguntas ha concluido, y esto no tiene relación con las preguntas formuladas.

Zack lo ignoró y prosiguió, levantando la voz.

— Cuando Austin vino a buscarme, me dijo que esto era por su madre. Que ella estaba peleando por la custodia de Charlotte y que mi testimonio podía ayudar a Juno a quedarse con su hija.

La sala estalló en murmullos. Juno abrió los ojos, incrédula, mientras Austin tensaba la mandíbula desde su asiento, incapaz de disimular el nerviosismo.

— ¿Qué está diciendo? —dijo Arthur, intentando recuperar el control.

— Estoy diciendo que fui engañado —afirmó Zack con fuerza, mirando al abogado directamente—. Llegué aquí creyendo que estaba ayudando a mi hija. Que estaba protegiendo a Charlotte de algo... peor. Pero al escuchar las preguntas y al ver la forma en que se han dirigido hacia Juno, me quedó claro que no era eso.

Zack se volvió hacia el juez, su voz firme pero cargada de remordimiento.

— Si hubiera sabido la verdad desde el principio, nunca habría aceptado venir aquí. Jamás habría dejado que mis palabras fueran usadas para dañar a mi hija o para cuestionar su capacidad como madre.

El juez golpeó suavemente con su mazo para silenciar los murmullos en la sala. Arthur intentó interrumpir de nuevo, pero esta vez el juez lo detuvo con un gesto de la mano.

— Señor Clarke, ¿está diciendo que fue llevado al estrado bajo pretextos falsos?

Zack asintió, su expresión llena de sinceridad.

— Sí, su señoría. Y quiero que quede claro que mi intención nunca fue cuestionar a Juno como madre. Sé que cometió errores en el pasado, pero también sé cuánto ha luchado por Charlotte. Ahora veo que mi testimonio fue manipulado, y me duele haber contribuido a esto.

Las palabras de Zack dejaron a la sala en un silencio sepulcral. Juno sintió una mezcla de emociones: alivio, tristeza y una renovada determinación de pelear por lo que le pertenecía.

El juez asintió lentamente, evaluando la situación.

— Gracias por su aclaración, señor Clarke. ¿Abogado Hall, tiene alguna pregunta para el testigo?

Declan volteó a ver a Juno, la cual simplemente negó.

— La defensa no tiene preguntas— respondió Declan poniéndose de pie— Agradecemos la honestidad del testigo

— Puede retirarse, señor Clarke— habló el juez

Mientras Zack bajaba del estrado, sus ojos se cruzaron con los de Juno. No había necesidad de palabras. En su mirada, ella vio algo que no había visto en mucho tiempo: arrepentimiento y una súplica silenciosa de perdón.

Juno tomó una respiración profunda y cerró los ojos por un breve momento, tratando de estabilizarse. Spencer, sentado detrás de ella, volvió a colocar su mano firme pero reconfortante sobre su hombro, de nuevo recordándole que no estaba sola. Ese pequeño gesto le dio fuerzas para mantenerse erguida.

Cuando Zack pasó cerca de su asiento, ella habló, apenas un susurro, pero lo suficientemente claro para que él lo escuchara.

— Gracias... por decir la verdad

Zack se detuvo por un segundo, pero no respondió. Asintió ligeramente y siguió caminando hacia la salida del tribunal, con los hombros caídos.

Juno dejó escapar un suspiro largo, como si todo el aire que había contenido durante esos minutos finalmente pudiera liberarse. Se giró hacia Declan, quien la miraba con una mezcla de sorpresa y respeto.

— Esto cambia las cosas, ¿verdad?—murmuró Juno, su voz temblorosa pero decidida.

Declan asintió, dándole una pequeña sonrisa.

— Sí, y mucho.

¡Sorpresaaaaa!

A que no se esperaban ese final, jsjs

La verdad si la pensé con como hacer este capítulo y por eso me tardé en publicar esto. Ahora, en base a lo que leyeron...

¿Ustedes creen que Zack esté realmente arrepentido de sus acciones?

¿Ahora con esto, creen que Juno debería acceder a que Charlotte conviva con su abuelo?

Yo las estaré leyendo, gracias por llenar de comentarios y votos, eso me hace extremadamente feliz.

K. 🦋

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