040 || we are a family
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Chapter Fourty
Somos una familia
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JUNO NUNCA ESPERÓ QUE LOS BRAZOS DE SPENCER pudieran traerle tanta calma, paz, alegría, emoción, calidez y muchas otras cosas.
Pero creía que eso era una de las tantas cosas que el estar enamorada significaba. Encontrar en brazos de la persona a quien amabas, un refugio a donde correr cuando sentías que todo se estaba viniendo abajo. Un lugar seguro al cual recurrir cuando necesitabas sentirte en paz
Y eso, era una de las tantas cosas que Spencer Reid representaba en su vida.
La paz, la calma, el amor, el apoyo... todo lo que el verdadero amor podría significar, eso era el castaño para ella.
— Hablé con Hotch y dijo que podría darme unos días para estar contigo. Él tampoco cree que sea buena idea que intentes lidiar con estas cosas por tu cuenta— dijo Spencer sin soltar a su novia— Se que dijiste que no querías que frenara mi empleo ni nada que se le asimilara, pero no puedo estar lejos de ti sabiendo que estás mal... quiero que me dejes ayudarte. Por favor
— Aprecio demasiado tu compañía, así que lo aceptaré pero solo por un par de días y lo hago mas que nada porque se que tampoco te irás— sonrió Juno levantando su mirada— Y porque tienes razón... intento lidiar con todo esto por mi cuenta y se que no está bien... debo trabajar en esto. Tengo que entender que ya no estoy sola, que estás aquí...
— Y yo estaré encantado de permanecer a tu lado para ayudarte en todo lo que haga falta— decía Spencer mientras acariciaba el rostro de la castaña— Estamos juntos en esto y en todo lo que pueda venir. No me iré a ningún lado, eso te lo puedo prometer
Juno sonrió y se estiró para poder unir sus labios con los de su novio, sintiéndose nuevamente en paz. Un efecto inmediato que solo Spencer era capaz de producir.
— Ven vamos al frente. Ya casi es la hora de cerrar y quiero llegar temprano a casa para preparar la cena, ¿Me ayudas a atender la caja si es que llegan clientes? Tengo que comenzar a meter las sillas al local en lo que Izzy vuelve por sus cosas
Spencer asintió. Depositó un beso en la frente de su novia y se dirigieron a la parte de enfrente del local.
El castaño tomo asiento frente a la caja mientras veía a Juno limpiar las mesas del interior del local, cosa que por alguna razón lo hizo sonreír.
No iba a negar que era extraño el que una acción tan simple por parte de alguien lo hiciera sonreír de esa manera. Pero eso no le molestaba en lo absoluto.
El ver a Juno realizar todas esas actividades tan simples eran su constante recordatorio de que todo lo que estaba viviendo a su lado era real, que no era ninguna clase de sueño.
Después de algunos pocos segundos de estarla observando, Spencer se tomó un momento para voltear a su alrededor y pensar en como su historia con Juno había comenzado en ese lugar. Pensó en como ahora que formaba parte de la vida de la castaña, un poco de su existencia ya se notaba en el local.
En la pared de dibujos hechos por Charlotte, ya había dibujos en donde él salia. En una repisa se encontraban las dos macetas con flores que les había obsequiado algunos meses atrás. Incluso ya había una foto de Charlotte, Spencer y Juno del día de navidad colgada en uno de los muros
Spencer sabía muchas cosas, incluso mas de lo que la gente podría llegar a imaginar, pero había algo que no sabía y por mucho que lo pensaba, no lograba encontrarle sentido alguno.
¿Cómo había logrado encontrar una nueva familia en Juno? ¿Cómo era posible que aquella bella chica hubiera puesto sus ojos sobre él? ¿Cómo es que una adorable niña ahora lo considerará su padre?
— ¿En que tanto piensas?— preguntó Juno viendo a su novio— Y no digas que no, porque conozco tu mirada pensativa
— ¿Mirada pensativa?
— Tienes una mirada para cada acción que estés realizando. Tu mirada pensativa es cuando te quedas viendo a un punto en especifico durante mas de treinta segundos y en algunas ocasiones hasta sujetas tu barbilla— explicó Juno mientras acomodaba unas sillas— Lo haces muy seguido
La sonrisa de Spencer se formó de manera inmediata y una nueva pregunta llegó a su mente.
¿Cómo era posible que pudiera ser tan afortunado de tener a una mujer tan atenta a los pequeños detalles?
— Pienso en lo afortunado que soy por tenerte a ti y a Charlotte— confesó Spencer sonriendo— Antes de ti claro que imaginaba la idea de formar una familia, es solo que nunca esperé que pudiera ser posible. No es fácil encontrar a alguien que esté dispuesto a aceptar el empleo que tengo... y tú lo haces. Ni siquiera protestas y haces todo por demostrarme apoyo
— Bueno, es lo que te hace feliz y no tengo porque protestar— sonrió de vuelta la castaña— Claro que existen ocasiones en las que desearía que tu empleo no pusiera en riesgo tu vida, pero se que es parte del empleo
— Y aún así, siempre me cuidas y escuchas cuando lo necesito— agregó Spencer— Eres mejor de lo que en algún momento pude desear. Eres la mujer perfecta y te amo
El corazón de Juno se aceleró.
Era la primera vez que Juno le decía que la amaba.
— ¿Me amas?— sonrió Juno dejando de lado lo que estaba haciendo
— Mas que a nada en este mundo
Juno corrió hasta los brazos de Spencer y no dudó en besarlo.
Claro que ella también lo amaba, lo amaba de una manera tan intensa y especial, que ni siquiera podía creer que fuera real.
Y es que lo que sentía por aquel castaño era todo lo que las historias románticas siempre describían. O incluso podía atreverse a decir, que era mucho mejor.
— Yo también te amo, Spencer— dijo Juno durante el beso
•••
Juno y Spencer subían lentamente las escaleras, tratando de no despertar a la pequeña Charlotte que estaba profundamente dormida en los brazos de Spencer, por lo que pese a que venían hablando, lo hacían en voz baja para no despertar a la niña.
Después de subir algunos pisos, finalmente, llegaron al departamento de Juno, pero al llegar la puerta se encontraron con una inesperada sorpresa.
En el umbral estaba Austin y a su lado, un hombre a quien ninguno de los dos reconoció.
— Oh, justo a tiempo. Estábamos por tocar el timbre— habló Austin al ver a su ex novia— Buenas noches, Juno.
— ¿Qué haces en mi casa?— preguntó Juno con molestia— ¿Y quién es él?
— Buenas noches señora Clarke, me presento. Soy el licenciado Arthur Maxime y soy el abogado del señor Matthews
Juno sintió un nudo en el estómago al comprender lo que estaba sucediendo.
— ¿Abogado...?— preguntó nuevamente Juno, pero ahora con un nudo en la garganta
— Venimos a notificarle que mi cliente decidió interponer una demanda para obtener la custodia total de la joven Charlotte Clarke— explicó el hombre de traje
El ambiente se volvió tenso, las miradas se cruzaron con un sinfín de emociones.
Juno se encontraba abrumada por una mezcla de emociones mientras sostenía los documentos que su ex pareja le había entregado para la obtención de la custodia de la pequeña que aún continuaba durmiendo.
La ira ardía en su interior al considerar las intenciones egoístas de su ex pareja y la posibilidad de perder tiempo de calidad con su amada hija.
Austin había elegido no tener relación alguna con la pequeña Charlotte el día que corrió a Juno del departamento que compartían. Lo eligió el día que decidió no volver a buscar a Juno. Lo eligió cuando pasaron los años y jamás se apareció para preguntar por la niña.
— Legalmente no eres su padre, ya te lo había dicho— habló Juno tratando de contener las lágrimas— Me corriste del departamento cuando te dije que estaba embarazada y te desentendiste totalmente. No tienes derecho a nada. Ella es mi hija, no tuya
— Biológicamente lo es y no puedes hacer nada al respecto— habló Austin
— No... esto no puede estar pasando. ¿Por qué me haces esto? ¡Te fuiste durante años y ahora vienes a querer recuperar algo que jamás tuviste!— exclamó Juno sintiendo que no tardaba en soltarse a llorar— ¡Es mi hija, no tuya! ¡Ella ni siquiera sabe quien eres!
— ¡Soy su padre!— dijo Austin con un tono de voz elevado
— ¡Su padre soy yo!— habló ahora Spencer sintiendo la misma furia que Juno— Y no lo digo solo porque yo si se quererla y amarla como realmente lo merece una niña. Lo digo porque la propia Charlotte te lo dijo la última vez que te vio. Ella no sabe quien eres
— Señores por favor, les pido que guarden la calma— dijo el abogado intentando que la tensión bajara
— Por favor, eres solo el novio en turno. No te sientas tan importante— se burló Austin, ignorando a su abogado— Charlotte te olvidará en cuanto Juno se canse de ti. Porque ella es así, se aburre de los hombres y los cambia como si de un par de calcetines se tratase...
Spencer sentía tanto odio y ganas de golpear al sujeto frente a él. Sin embargo el traer a Charlotte en brazos se lo impedía.
— ¡No te permito que le faltes el respeto a Juno!— exclamó ahora Spencer
La puerta del departamento se abrió, dejando ver a Minerva Thirwall completamente confundida por la cantidad de gritos.
— ¿Qué está pasando?— preguntó la mujer— ¿Por qué tanto alboroto? ¿Qué hacen afuera de mi casa?
— Nosotros solo venimos a informar la situación de la demanda en curso— habló el abogado agradecido de que Minerva apareciera
— ¿Mami? ¿Qué pasa?— preguntó Charlotte tallando sus ojos y despertando— Papá Spencer, ¿Por qué gritan?
— Nada cariño, ve con tu abuela Minerva, mamá tiene cosas que resolver antes de entrar— habló Juno escondiendo sus lágrimas
— Juno, entiendo que estés molesta, pero tengo derechos como padre— habló nuevamente Austin, pero ahora viendo a la niña— Hola hija
— Papá Spencer, ¿Por qué un señor que no conozco me está diciendo hija?— preguntó la niña adormilada
— Ya lo dijo tu madre, no pasa nada. Ve con tu abuela— dijo Spencer tratando de sonar calmado y extendiendole la niña a Minerva
La mujer mayor sabía lo que estaba por venir, por lo que se apresuró a tomar a Charlotte entre sus brazos para llevarla al interior del apartamento antes de que la pequeña pudiera llegar a escuchar algo que estaba segura terminaría por lastimarla.
La tensión parecía poder cortarse con una navaja. Juno veía con un odio al hombre frente a ella, que hasta Spencer pareció desconocerla por unos instantes.
La mujer junto a ella no se parecía en nada a la dulce Juno que atendía la pastelería y le sonreía con cariño a los clientes, y entendía los motivos, no podía culparla. Austin se estaba metiendo con lo que Juno mas apreciaba y cuidaba en su vida. Su hija.
— ¡Derechos que nunca te molestaste en ejercer! Me forzaste a irme en cuanto supiste que estaba embarazada y nunca te molestaste en tratar de encontrarme o de preguntar por mi embarazo— decía Juno entre lágrimas
— Lo siento, fue un error. Pero ahora quiero corregirlo. Quiero ser parte de la vida de Charlotte— pedía Austin— Hice las cosas mal. Estaba asustado, no tenía nada que ofrecerte... o al bebé, pero ahora todo es diferente. Tengo un buen empleo, mi vida mejoró en todo sentido posible, maduré... podré amarte y a mi hija de la manera que lo merecen
— Tú no sabes amar a nadie— le dijo Spencer con seriedad
— Y yo no lo permitiré, no dejaré que te la lleves. Charlotte tiene un padre, y ese es Spencer. Sea poco o mucho tiempo que lleve a su lado, él sabe ser un padre para mi hija y demuestra su amor por ella desde el día en que la conoció— decía Juno, siendo sujetada por Spencer para no ir y golpearlo— Tú solo apareces y pretendes que todo sea como lo que teníamos cuando éramos adolescentes. Eso no va a ocurrir. Yo no quiero tenerte cerca, mucho menos cerca de mi hija
— Tú no vas a decidir eso. El juez lo decidirá y no puedes hacer nada al respecto— decía Austin apretando los puños al ver a Juno tan cerca de Spencer— Ella también es mi hija y tendrás que aceptarlo, porque nada de lo que puedas hacer, va a cambiarlo
La situación estaba a punto de escalar a un nuevo nivel, y Juno sabía que tendría que enfrentar la batalla legal que se avecinaba.
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— ¿Él de verdad puede hacerlo? ¿Puede luchar por Charlotte aún cuando legalmente no es su hija?— preguntaba Minerva mientras servía té— Es que de verdad no puedo creer que Austin tenga el descaro de presentar una demanda por la custodia de Charlotte después de todo este tiempo.
— El hecho de que un padre biológico demuestre su paternidad y esté dispuesto a asumir la responsabilidad parental puede ser un factor importante en la determinación de la custodia. Aún cuando su nombre no figure en el acta de nacimiento— dijo Spencer con frustración— El caso puede ser complicado, pero claro que puede pedir la custodia
— Él nunca estuvo presente en la vida de Charlotte, nunca se preocupó por ella. Pero ahora que ve que estamos intentando formal algo, un hogar para Charlotte, curiosamente quiere reclamarla como suya— decía Juno limpiando sus lágrimas— ¿Por qué me está pasando todo esto? Primero lo de mi mamá, el volver a ver a mi padre y ahora esto...
— Todo va a salir bien. Nadie te alejará de Charlotte, arreglaremos todo lo que pasó con tu madre y ni tu padre, ni Austin volverán a molestarte— prometió Spencer tomando la mano de su chica— Por lo mientras, necesitas encontrar un abogado para el caso
— ¿Aaron no puede ayudarme?— preguntó Juno esperanzada— El otro día se presentó como mi abogado
— Es un muy buen abogado, pero no es su rama. Aunque tal vez podría hablar con él para preguntarle si conoce a un buen abogado que esté especializado en derecho de familia
Eso último hizo que un recuerdo viniera a la mente de Juno.
Ella conocía a un gran abogado especializado en esa área, alguien que por todo lo que había escuchado durante años, podría ayudarla a ganar el caso.
— ¿Juno? ¿Qué pasa?— preguntó ahora Spencer
— Yo conozco un gran abogado especializado en derecho familiar. Y por lo que se, tiene un gran índice de éxitos
— ¡Eso es genial!— exclamó Spencer emocionado— ¿Crees que puedas ponerte en contacto con él? Porque si no tienes su número, puedes darme su nombre y García lo encontrará en menos de dos minutos
— Se como comunicarme con él... es solo que no creo que te haga muy feliz saber de quien se trata
Spencer la miró extrañado.
— ¿Quién es?— preguntó Minerva curiosa
— Declan— soltó Juno, dejando a Spencer con un terrible sabor de boca
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