033 || skin to skin
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Chapter Thirty Three
Piel contra piel +18
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DURANTE LOS ÚLTIMOS AÑOS DE SU VIDA JUNO, se volvió una mujer bastante segura de si misma en toda la parte sexual, incluso descubrió mucho sobre si misma y sobre como complacer a su pareja.
Le gustaba tomar el control y la iniciativa si es que alguien le llegaba a atraer de esa manera. Además de que no tenía problema alguno en aceptar sexo casual y en dejarse llevar por todo lo que involucra estar con alguien de una manera tan íntima.
Pero aquella noche era diferente.
Habían pasado años desde la última vez que Juno había estado físicamente con alguien por quien sintiera más que una atracción física. Eso la hacía sentirse nerviosa, no quería arruinar nada. Deseaba que el momento fuera algo maravilloso para los dos y que fuera una noche que ambos siempre pudieran recordar con una gran sonrisa en sus rostros.
— Spencer... quiero que esto sea maravilloso para ambos— jadeaba Juno al sentir los delicados besos de su novio en su mandíbula— Y se que aún estás en recuperación por lo de tu rodilla, así que no quiero que te preocupes por nada... déjame hacerlo por ti
El castaño intentó hablar, sin embargo cuando vio a Juno colocarse sobre él con delicadeza para evitar lastimarlo, las palabras parecieron quedarse atoradas en su boca.
El cuarto era iluminado únicamente por la luz de la luna entrando por la ventana y aún solo con eso, Spencer miraba a Juno como si de la octava maravilla se tratara.
— Jamás me cansaré de repetirte lo hermosa que eres— sonrió él mientras acariciaba la mejilla de su novia— Me haces el hombre mas feliz
Y entonces ante los ojos atónitos de Spencer, Juno sonrió y se deshizo de la playera que usaba.
Los ojos del castaño quedaron maravillados ante la escena frente a él. Sus pupilas de dilataron y su corazón latía sin control alguno.
Tenía a Juno sobre él, sin playera o sostén. Con una seductora sonrisa y el cabello un poco alborotado.
Spencer se tomó el tiempo para observar con detalle a la mujer frente a él.
Esa acción hizo sentir un poco nerviosa a Juno, quien en algunos momentos cubría ciertas partes de su torso por algo de vergüenza.
Nadie nunca antes la había mirado tan anonadado y con tanto detalle como Spencer lo hacía. Y eso la hacía sentirse nerviosa, nerviosa ante la idea de no ser lo suficientemente atractiva para el hombre que tenía frente a ella.
Spencer notó los nervios de su novia, por lo que tomó sus manos para hacerla destapar aquellas partes de su cuerpo que estaban siendo cubiertas.
Con sus dedos se encargó de recorrer con delicadeza cada facción del bello rostro de Juno, pasando por su cuello, el borde de sus pechos, su abdomen...
Acción que hizo a Juno cerrar los ojos y suspirar ante el contacto.
— ¿Puedo preguntarte algo?— dijo Spencer acariciando con suavidad el abdomen de Juno
— Lo que quieras...
— Esta cicatriz en tu abdomen... ¿Qué es?
Juno abrió los ojos y centró su vista en el lugar por donde Spencer pasaba sus dedos con delicadeza. Ella sonrió un tanto nostálgica.
Aquella marca ya no era tan visible como lo había sido años atrás y ya no le generaba inseguridad como antes. En los últimos años había aprendido a aceptarla y a verla como un recordatorio del mejor día de su vida.
— Cuando tuve a Charlotte hubo algunas complicaciones y me tuvieron que practicar una cesárea de emergencia— explicó Juno también acariciando su cicatriz— Los primeros años me generó mucha inseguridad por el tema de que era una marca que jamás desaparecería... pero ahora solo es el recordatorio del día que por fin pude tener a mi bebé en mis brazos. Aunque no te voy a negar que existen días en donde me hace llorar la idea de que mi cuerpo de alguna manera siempre tendrá esa la marca
— No tienes por qué volver a sentirte insegura por nada en tu físico. Eres la mujer mas hermosa que existe en el mundo y esa cicatriz no cambia absolutamente nada— sonrió él
Juno no podía evitar sonreír cual adolescente enamorada ante aquellas palabras. Y es que nadie nunca la había hecho sentirse tan segura de si misma ante su cuerpo, nadie nunca la había hecho sentir que aquellos defectos que veía en si misma podían ser arte ante los ojos correctos.
La castaña depositó un beso en los labios de su novio e hizo que las caricias se detuvieran por un momento. Momento en donde Spencer aprovechó para tomar a Juno de la cintura para atraerla a él lo mas que se pudiera.
El pecho de ambos se movía de arriba abajo con mas fuerza. El beso solo parecía estar subiendo las temperaturas en sus cuerpos, por lo que Juno se tomó el atrevimiento de separarse momentáneamente para quitar la playera del torso de Spencer.
La prenda terminó en algún lugar del cuarto, pero eso no podría importar menos. Juno no quiso perder mas tiempo y atrajo nuevamente los labios de su novio a los de ella, haciendo que sus torsos se unieran en su totalidad.
Piel con piel...
Juno no recordaba la última vez que el simple contacto de las pieles de su torso, la hubiera hecho sentirse tan bien. Deseando que el resto de su cuerpo pronto pudiera unirse como si de uno solo se tratase.
Sus pulmones comenzaban a exigir aire, por lo que Spencer se alejó ligeramente de Juno.
— Eres perfecto— sonrió ella al verlo un tanto despeinado y con la respiración agitada
— ¿Puedo... puedo tocarte?— preguntó él mirando los pechos de la castaña con una mezcla de excitación y nerviosismo
— Cariño... no tienes que preguntar. Tú solo hazlo— contestó
Con nervios, Spencer colocó una de sus manos en uno de los senos de Juno, quien cerró los ojos al contacto.
Estos parecían ser perfectos para Spencer, ya que cabían perfectamente en sus manos.
Había algo diferente en ese toque, tal vez era los nervios que Spencer sentía por estarla tocando o tal vez fueran sus propios nervios. Pero de lo único que estaba por completo segura, es que nadie nunca se había tomado el tiempo de tocarla como Spencer lo estaba haciendo en esos momentos.
Pero por mucho que Juno estuviera disfrutando el contacto, sabía que necesitaba sentir mas. De manera que siguiendo sus instintos, comenzó a mover sus caderas de manera lenta sobre el bulto que comenzaba a sentir debajo de ella.
Spencer tuvo que ahogar el gemido que estaba por soltar en los labios de Juno, además de que ante lo bien que se estaba sintiendo, clavó sus dedos en aquella cintura que lo estaba volviendo loco.
Todo el calor que emanaba de sus cuerpos hacía que el resto de su ropa e incluso las sabanas que estaban a su alrededor, se volvieran un estorbo, el quitársela se estaba volviendo una necesidad.
Pero antes de eso, Juno rompió el beso para comenzar a depositar algunos besos húmedos en el cuello del castaño, quien mordió su labio para ahogar cualquier sonido que pudiera salir de su garganta.
Todo esto era tan nuevo para él.
Los latidos de sus corazones tan acelerados, sus pieles sudando y entrando en un contacto tan intimo que hacía que ambos se entregaran por completo a su deseo de recorrer cada centímetro de sus cuerpos.
Los movimientos de Juno pese a que eran lentos, eran mas que necesarios para hacer que los dos tuvieran que morder sus labios para no hacer mas ruido, aunque también estos mismos generaban que su deseo el uno por el otro aumentara.
Juno estaba decidida a que ambos pudieran disfrutar al máximo, por lo que se separó por completo para sentarse nuevamente junto a Spencer.
— Si en algún momento te sientes incómodo... o quieres detenerte, está bien... por mucho que lo quiera, esto no tiene que pasar si no quieres— dijo Juno tratando de regular su respiración
— Quiero estar contigo de todas maneras humanamente posibles— sonrió Spencer— Y créeme que es imposible que me pueda llegar a sentir incómodo estando a tu lado
Juno aceptó eso con una gran sonrisa y comenzó con lo que para Spencer sería la mejor de las noches de su vida.
La castaña no quería perder mas tiempo y metió su mano en los boxers de su novio.
Lo sujetó con delicadeza y comenzó a mover su mano a un ritmo lento. Apoyándose con su pulgar comenzó a pasar este por la punta de su miembro, el cual comenzaba a sentirse un poco húmedo debido a los fluidos del castaño.
Dejando de lado toda esa parte sentimental, lo que Spencer estaba experimentando en esos instantes no era algo que pudiera describir con palabras.
Cerró los ojos, echó su cabeza para atrás mientras dejaba salir varios suspiros de su garganta y apretaba las sábanas con fuerza.
Juno sonreía satisfecha mientras observaba todas las reacciones de Spencer. Se sentía feliz de saber que estaba logrando su cometido y más aún, porque sabía que ese solo sería el inicio de lo que podría ser una agitada noche.
Fue por aquellas reacciones que Juno tomó la confianza para comenzar a retirar el pantalón y el boxer del castaño. No sin antes hacer que Spencer tomara asiento en el borde de la cama para que ella pudiera tener una mejor visión al encontrarse de rodillas frente a él.
Y fue ante los ojos cargados de emoción y lujuria de Spencer que Juno comenzó a masajear su miembro con delicadeza para después meter la punta en su boca.
Spencer tuvo que morder su labio con fuerza para no soltar un gran gemido, además de que tuvo que controlar todos esos deseos que le gritaban que tomara a Juno del cabello para hacerla chupar todo lo que había entre sus piernas.
Juno por su parte decidió tomarse su tiempo para chupar el miembro de su novio, descubriendo así que el verlo retorcerse ante ella la hacía desear arrancarse la ropa para subirse en él y llenar la habitación de gemidos. Sin embargo debía controlarse y seguir con su tarea de darle a Spencer el mejor sexo oral de su vida.
Ahuecó las mejillas mientras movía su cabeza de arriba abajo, todo para poder llenar de saliva todo lo que su boca le permitiera.
— Carajo...— gimió Spencer en tono bajo— Esto se siente tan bien
Juno nunca imaginó que aquellas palabras bajo ese contexto pudieran salir de la boca de Spencer y mucho menos con un tono de voz tan grave. Un tono de voz que la hizo sentir una humedad inmediata entre sus piernas.
— Si... si sigues haciendo esto... no creo durar mucho— decía Spencer con dificultad
Y es que todo el placer que estaba sintiendo no le permitía hablar con fluidez o si quiera con claridad.
El tener a Juno de rodillas ante él, era la mejor de las vistas. Sobre todo cuando la castaña levantaba la mirada para mirarlo de una manera coqueta e incluso podría aventurarse a decir que de manera atrevida.
Esa mirada que podría hacerlo ponerse de rodillas ante ella si es que Juno así lo quería.
— Esto apenas va comenzando. Así que por mucho que esté deseando seguir con esto, tendré que detenerme— dijo Juno poniéndose de pie para encaminarse a su armario— Necesitaré que te acomodes con la espalda recargada en la cabecera
— ¿Qué estás haciendo?— preguntó Spencer intrigado
— Ya te dije que esta noche es para que disfrutes, así que tú solo piensa en que vas a tener la mejor de tus noches— contestó Juno de una manera mas atrevida
Spencer obedeció las indicaciones de Juno, aún cuando su cuerpo le estaba suplicando por volver a sentir a su novia sobre él.
La castaña por su parte decidió sacar del armario una bufanda de color negro que tenía guardada en uno de los cajones. Nunca había hecho algo como eso, pero quería que esa noche tuviera cosas nuevas que pudieran ayudar a que ambos disfrutaran al máximo.
Con pasos lentos, pero seguros, Juno se acercó hasta su novio y con la bufanda cubrió sus ojos.
Spencer no sabía que decir, mucho menos cuando sintió como Juno volvía a colocarse a horcajadas sobre él, solo que ahora podía sentir perfectamente la piel se su novia.
Ella ya se había quitado el pantalón.
Con seguridad, Juno volvió a unir sus labios con los de Spencer mientras comenzaba a mover sus caderas de manera circular. Logrando así que ambos tuvieran que ahogar sus gemidos en aquel apasionado beso que estaban compartiendo.
El contacto de la piel de Juno con la de Spencer estaba haciendo que el castaño sintiera un placer que era imposible de describir, además de que al encontrarse con los ojos vendados, su imaginación podía volar al imaginarse todos los escenarios posibles en donde pudiera tener a Juno gimiendo su nombre.
Y fue con ese deseo de querer escuchar a Juno que decidió usar una de sus manos para masajear en circulos una de las áreas mas sensibles de la entrepierna de su novia, la cual al sentir eso tuvo que morder el labio de Spencer con un poco mas de fuerza para no gemir tan alto.
— No tengo... no tengo mucha experiencia haciendo esto... así que tendrás que decirme si lo estoy haciendo bien— dijo Spencer con voz grave debido a toda la excitación
— Lo estas... lo estas haciendo increíble— gimió Juno clavando sus uñas en la espalda de su novio— Sigue... sigue así
Ambos sonreían en sus interior al escuchar los gemidos del otro.
Sin duda estaban teniendo la mejor de las noches de sus vidas.
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Cuando Juno abrió los ojos, no pudo evitar formar una sonrisa al darse cuenta que se encontraba recostada en el pecho desnudo de Spencer.
Los recuerdos de la noche que había compartido con su novio la hicieron ruborizarse al instante, además de hacerla experimentar una felicidad que nunca antes había sentido. Y es que Spencer no solo se encargó de hacerla sentir deseada de todas las maneras posibles, también la había hecho sentirse querida y especial.
El momento que habían tenido durante la madrugada no solo había sido sexo para Juno, había sido algo muchísimo mas especial y magnifico.
— Buenos días— sonrió Juno al ver a Spencer comenzar abrir los ojos— ¿Dormiste bien?
— Dormí a tu lado, por supuesto que dormí bien— sonrió él para después darle un corto beso en los labios— Siempre es maravilloso poder dormir abrazado a ti
— Me encanta poder dormir abrazada a ti— sonrió Juno nuevamente
Spencer correspondió aquella sonrisa y besó la frente de la castaña, quien al sentir aquel beso, solo pudo sentir su corazón acelerarse.
Y era por esa clase de reacciones que Juno cada vez se sentía mas segura de que sus sentimientos por Spencer eran lo mas intenso y real que había sentido en muchísimo tiempo.
— ¡Juno, tú hija no encuentra su peluche de león y no me deja dormir!
Juno rio al escuchar la voz de Zara desde una de las habitaciones.
No quería levantarse, pero sabía que era cuestión de tiempo para que su mejor amiga intentara entrar al cuarto y evidentemente no deseaba que la encontrara en esa situación.
— Charlotte tiene demasiada energía para ser sábado y las nueve de la mañana— exclamó la castaña tallando sus ojos— Y Zara disfruta mucho dormir como para tener a mi hija brincando en su cama a estas horas, así que dame un momento
— Aquí te espero— le sonrió Spencer
Juno quitó las cobijas que la cubrían y se levantó de la cama.
Al hacerlo pudo ver el pequeño desastre que había en el suelo de la habitación. Ropa y cojines tirados por todos lados e incluso una de las sábanas.
Vaya que habían tenido una noche ajetreada.
La castaña tomó del suelo la pijama que se supone debía de estar usando, le dio un corto beso a su novio y salió de la habitación en busca de su hija.
La imagen de Zara haciéndole cosquillas a Charlotte mientras ambas reían sin control sin duda era una de sus imágenes favoritas de la vida. Le encantaba que su mejor amiga quisiera tanto a su pequeña y que fuera tan cariñosa con ella.
— Buenos días corazón— le sonrió Juno a su hija— Ya te he dicho que las mañana en donde veas a tu tía Zara durmiendo, la dejes descansar. En el hospital se cansa mucho trabajando
— Hola mamá— le sonrió la niña— Es que Venus tomó mi peluche de león y lo trajo hasta aquí
— Hey, no culpes a mi preciosa Venus de que no sepas donde dejas tus peluches— exclamó Zara acariciando la cabecita de su gatita negra— Ya te dije que tú león debe de estar debajo de la tu cama. Te mueves mucho al dormir y debiste tirarlo
— ¡Yo vi a Venus traelo en su boquita!— dijo Charlotte
— Zara, sabemos que a Venus le gusta jugar con los peluches de Charlotte, en especial con ese león— dijo Juno sentándose en el borde del colchón— Debe de estar tirado en algún lugar, lo buscaremos mas tarde
Charlotte hizo un puchero ante ese comentario.
— No hagas pucheros y mejor vamos a que te prepare la tina para que te des un baño— le decía Juno a la niña— Ve por los juguetes que vas a querer meter al agua en lo que te preparo la tina
— Si mamá— sonrió la niña antes de darle un beso en la mejilla y salir del cuarto
Juno aún se sentía un tanto cansada por toda la actividad física que realizó con Spencer una noche antes, por lo que se tomó unos momentos para recostarse en las piernas de su mejor amiga.
— ¿Noche larga?— preguntó Zara mientras reía— Aunque bueno, por la sonrisa que traes quiero asumir que no solo la noche fue larga
— ¡Zara!— regañó Juno mientras cubría su rostro con una almohada
— ¡Y no lo niegas!— siguió diciendo Zara mientras reías— Que bueno por ti amiga. Ya se extrañaba tu buen humor de cuando acabas de tener buen sexo
— ¿Cómo rayos sabes que tuve sexo?
— Juno por dios, somos mejores amigas desde hace años— dijo Zara con una gran sonrisa— Te conozco como la palma de mi mano y el verte sonriendo un sábado a las nueve de la mañana solo puede significar que tuviste una gran noche. Normalmente despertarías detestando al mundo porque preferirías seguir durmiendo
Juno rio mientras negaba. Después de todo no tenía manera de negar ninguna de las afirmaciones de su mejor amiga.
— Además te recuerdo que tu habitación está junto a la mía y aunque se que trataron de no hacer ruido, el sonido de la cabecera chocando con la pared te delató— agregó Zara
— ¡No me digas eso!— exclamó Juno sorprendida
— Ay Juno, reaccionas como si un día no te hubiera encontrado teniendo sexo en el baño de una fiesta cuando teníamos 18 años— rio Zara— O como si tu no me hubieras escuchado antes
— No me preocupa eso. Me preocupa que Charlotte o tu madre pudieran escuchar algo
— Por eso ni te preocupes— negó Zara— Sabes que mi madre duerme usando audífonos para escuchar sus meditaciones y tu hija tiene el sueño mas pesado que una roca. Además ya te dije que no se escuchó mucho
— Por mi bienestar, eligire creer en tu palabra— rio Juno— Pero eso si. Ni una sola palabra de esto a nadie, te conozco y se que eres capaz llegar a anunciar esto a la pastelería como si de una noticia internacional se tratara
— Le quitas lo divertido a la vida— se quejó la morena— Pero está bien, no diré nada. Con una condición
— ¿Cuál?
— ¡Qué me cuentes todo! Estás demasiado feliz, lo que significa que la noche fue mas que satisfactoria y yo quiero enterarme de todo el chisme
Juno volvió a negar mientras reía.
Y es que esa clase de conversaciones la hacían volver a cuando ambas eran adolescentes y se contaban cada detalle de sus vidas.
Recuerdos a cuando la vida aún no parecía ser tan complicada...
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perdón por tardarme tanto en actualizar pero este capítulo me resultó bastante complicado de escribir.
no quería que solo se tratara de sexo, quería que se notara que ese momento significó mucho mas para ambos y espero haberlo logrado.
en noticias muy emocionantes...
¡LA HISTORIA ACABA DE LLEGAR A LOS 10,000 VOTOS!
verdaderamente no existen palabras para agradecerles por todo el apoyo a la historia, jamás esperé tener tanto apoyo y me emociona mucho que lleguemos a estos números.
mil gracias por leerme siempre, por sus comentarios, por sus votos, por absolutamente todo, me hacen la mas feliz. <333
pregunta: hasta ahora, ¿cuál es su opinión sobre Juno? ¿les agrada? ¿quisieran saber algo de ella que aún no menciono?
quedo en espera de sus comentarios, de nuevo mil gracias por leer.
K.
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