032 || let me do it for ya
═════════════════════════
Chapter Thirty Two
déjame hacerlo por ti.
═════════════════════════
CUANDO JUNO LLEGÓ A SU DEPARTAMENTO EN COMPAÑÍA DE CHARLOTTE y Spencer, se sintieron felices de por fin poder descansar, ya que habían pasado al parque para que la pequeña jugara y ahora se sentían algo cansados y hambrientos.
Aunque ese cansancio en Charlotte pareció desaparecer en cuanto entraron al lugar y se encontraron con Minerva, quien estaba sentada en el sillón viendo una película.
La niña corrió hasta los brazos de la mujer, quien al tenerla cerca comenzó a llenarla de besos y abrazos, acciones que hacían que la pequeña niña riera sin control.
Por supuesto que a Charlotte se le había explicado que Minerva Thirwall no era su abuela biológicamente hablando, sin embargo eso no le importaba, la adoraba demasiado y ante sus ojos era su abuela. Justo como Zara, Izzy y Luna, a quienes veía como sus tíos pese a que no hubiera relación sanguínea.
Juno sonreía cada que veía escenas como esa. Amaba que su pequeña fuera tan feliz y que se encontrara rodeada de tan maravillosa que le entregaba un cariño incondicional a su persona favorita en el mundo.
Spencer saludó con cortesía a Minerva, quien respondió con una cálida sonrisa.
— Cariño, vamos a que te pongas tu pijama para luego preparar tu cena y revisar tu tarea— le dijo Juno a Charlotte extendiéndole su mano— Spencer, ¿Te quedas a cenar?
— Yo... no lo sé, no quiero ser una molestia— decía con nervios
— Ninguna molestia. Pasa, siéntete como en tu casa— dijo Minerva animándolo— Ya pasaste varios días aquí y no causas molestias, todo lo contrario. ¿Gustas que te prepare un café en lo que servimos la comida?
— ¡Por favor papá Spencer!— pidió Charlotte— ¡Quédate!
— Está bien. Pero me van a dejar ayudarles a preparar la cena— sonrió Spencer— No quiero sentir que estoy abusando de su hospitalidad
— Bien, hecho. Solo deja le pongo la pijama a Charlotte y le reviso su tarea— dijo Juno antes de caminar con la niña al cuarto
Spencer y Minerva se quedaron a solas y el castaño no pudo evitar sentir nervios. Sabía que aquella mujer era como una madre para su novia, por lo que vendría siendo su suegra y por supuesto que quería generar buenas impresiones.
Y si bien ya habían pasado tiempo juntos los días que se estuvo quedando después de su salida del hospital, nunca se habían quedado a solas y las interacciones no habían sido tan constantes, mas porque la mujer se encontraba fuera atendiendo la pastelería o saliendo con sus amigas la mayor parte de los días.
Spencer parecía buscar las palabras adecuadas para dirigirse a aquella mujer que lograba imponer tanto respeto. Sabía que era importante ser sincero y genuino, no quería arruinar nada.
— Veo que Charlotte te tomó demasiado cariño, al punto que ya te considera como su papá— habló Minerva, cosa que Spencer agradeció internamente— ¿Estás bien con eso?
— Es una niña adorable. Yo también le tomé demasiado cariño— respondió él— Y por supuesto que estoy bien con eso. Al pedirle a Juno que estuviera conmigo sabía todo lo que representaba. Cuidarla, amarla, respetarla y sobre todo, hacer que Charlotte se sintiera de la misma manera
— Escucha Spencer, se ve que eres un gran chico y que no serías capaz de dañar a nadie. Pero por favor cuida mucho de ambas— pidió Minerva suspirando— Juno es como una hija para mi y Charlotte como mi nieta. Han pasado por tantas cosas y solo deseo que sean felices. Y si encontrarán eso junto a ti, estoy bien con ello... pero si en algún momento ya no te sientes de la misma manera... se honesto y no juegues con sus sentimientos
— Nunca haría nada para lastimarlas— negó Spencer— Las quiero a ambas y aunque el tiempo que llevemos de conocernos no sea tanto, pretendo quererlas hasta que ellas me alejen. E incluso si alguna me pidiera irme, seguiría preocupándome y viendo por su bienestar
— Eso espero Spencer. Juno ya pasó por demasiados malos momentos en compañía de Austin y no quiero volver a verla como cuando llegó años atrás...
Spencer sabía a que momento se refería. Juno le había contado todo sobre ese día de mayo en donde llegó empapada al departamento de las Thirwall, llorando por un corazón roto y con un embarazo que no estaba segura de continuar.
Se había tratado de imaginar el dolor de Juno para darle un mejor consuelo, sin embargo jamás pensó en como debieron sentirse tanto Zara como Minerva al ver a la castaña en un estado tan deteriorado y depresivo. No debió ser fácil para ninguna de las dos considerando todo el cariño que existía.
— No soy alguien que haga promesas, pero esto lo amerita y le doy mi palabra que jamás haría algo por herir ni a Juno y mucho menos a Charlotte— dijo Spencer firmemente— Las protegeré sin importar absolutamente nada
— Gracias, gracias por cuidar de mi familia— agradeció de corazón aquella mujer
●●●
Que Spencer se quedara a dormir en el departamento de Juno ya era algo común, al punto que el castaño ya tenía ropa para el día siguiente dentro del armario de su novia.
Y es que ahora que Spencer ya había vuelto al trabajo, los encuentros entre ambos se habían reducido bastante.
En tan solo dos semanas solo se habían visto dos veces y se extrañaban demasiado, por lo que cuando tenían la oportunidad de estar juntos la aprovechaban al 100%, sobre todo ahora que las fechas navideñas estaban mas cerca y no estaban seguros de si podrían pasar aquellos días en compañía del otro.
Lo habían hablado y por supuesto que deseaban estar juntos, incluso Spencer propuso traer a su madre a Virginia para que Juno se pudiera presentar, sin embargo con los horarios del castaño, no estaban seguros de nada.
No lo iba a negar, la idea de pasar las festividades lejos de su novio ponía a Juno un tanto triste, aún cuando ella ni siquiera era fanática de las fechas. Pero entendía las razones, entendía que su novio era alguien con responsabilidades bastante grandes, que el equipo lo necesitaba, pero aún así no podía evitar añorar pasar mas tiempo a su lado.
— ¿En que piensas?— le preguntó Spencer a su novia mientras se encontraban acostados— Llevas un rato en silencio mirando solamente la pared y llevo sintiéndote un poco extraña los últimos días
— Estoy bien— respondió ella volteando a verlo— Pensaba en nosotros...
— ¿Eso es bueno o malo?— cuestionó él deteniendo las caricias en el cabello de su chica— No soy alguien que tenga experiencia en relaciones, pero siempre escucho que cuando alguien dice algo como eso significa que algo está por ocurrir...
— No sobre pienses tanto las cosas— lo interrumpió ella con una ligera risa— No pasa nada malo entre nosotros, estamos bien. Solo estaba pensando en lo mucho que te he extrañado en los últimos días y en lo mucho que te voy a extrañar si no podemos pasar las festividades juntos
— Yo también te he extrañado demasiado y créeme que daría todo por pasar aquí las fiestas, pero con mi trabajo...
— Se que nada es seguro, lo entiendo. Y créeme que no quiero ser una de esas parejas que te pide atención las veinticuatro horas del día, es solo que tal vez los días que estuviste fuera del campo por estar de incapacidad... me hicieron acostumbrarme a tu presencia, a tenerte cerca...
Juno no tenía idea de como expresar esa parte sobre sus sentimientos. Nunca había sentido la necesidad de estar tanto tiempo con algún interés amoroso.
Usualmente estaba bien con la idea de solo verlos una vez a la semana, incluso ella era quien proponía que aquellos encuentros no fueran tan constantes.
Pero con Spencer vaya que las cosas eran diferentes...
Llevaban poco mas del mes siendo una pareja formal y sentía un cariño indescriptible por aquel hombre de cabellos color chocolate. Se sentía segura a su lado, se sentía protegida y amada de maneras que jamás pensó que fueran posibles...
Tal vez Juno no era tan buena expresando con palabras todo lo que sentía, pero aún así trataba de hacer sentir a Spencer como alguien indispensable para ella.
Quería que él supiera que lo quería, que lo adoraba, que se había vuelto como su marca personal de heroína, que quería pasar a su lado cada momento de su día...
Y una buena manera para que Juno pudiera demostrar aquellos sentimientos era con beso.
Pero no cualquier clase de beso.
Tenía que ser uno cargado de amor, pasión, cariño, anhelo y cualquier otra clase de emoción.
— Adoro poder tenerte conmigo— dijo Juno acariciando la mejilla de Spencer— Me haces muy feliz. El hombre mas feliz del mundo
Spencer le sonrió y antes de que pudiera responder algo, la chica lo tomó por la barbilla para unir sus labios en un beso. Ambos sonrieron a la mitad de este y se dejaron llevar por toda la ola de emociones que traía consigo aquel acercamiento tan intimo.
Los dos recostados en la cama, cubiertos por una manta, mientras que Juno posicionaba una de sus manos sobre el pecho de Spencer y él la tomaba de la nuca para atraerla lo mas posible a él.
Sus respiraciones se mezclaban mientras la lengua de Juno se encargaba de explorar cada centímetro de los labios de su novio, quien no se molestaba en ocultar los suspiros que salían de su boca cada que su novia lo besaba con tanta pasión.
El aire ya comenzaba a escasear en los pulmones de ambos por lo que sin otra alternativa, se tuvieron que separar momentáneamente.
— Te quiero, te quiero tanto— decía Spencer mientras miraba aquel par de ojos color verde que lo hacían perder la cabeza— Te quiero como nunca había querido a nadie
Los labios de Juno permanecían entre abiertos y un tanto hinchados por las ligeras mordidas que Spencer había dejado sobre ellos durante el apasionante beso que habían compartido. De sus ojos salía un brillo que el castaño solo había visto en una ocasión, era como una chispa... una chispa que solo había logrado ver aquella tarde en donde ambos habían compartido un momento bastante intimo.
Lujuria.
Y aunque Spencer no parecía distinguir lo que era, le gustaba la idea de poder observarla de tan cerca, además de que parecía encantado por poder ser el único que podía presenciar aquel momento.
Juno le sonrió pero no respondió nada. Simplemente se limitó a observar cada facción de su pareja, quien abrió de manera ligera sus labios para soltar algunos suspiros en cuanto comenzó a sentir las yemas de los dedos de Juno acariciar de una forma lenta desde su cuello, parte de su espalda, hasta su vientre.
Spencer tuvo que morder ligeramente el labio de Juno para evitar que algún sonido saliera de su boca, después de todo aunque el resto de las habitantes de la casa se encontraban dormidas, no pretendía despertarlas.
La tensión entre ambos era bastante evidente, como si esta pudiera cortarse con una espada.
No parecía existir la necesidad de que lo dijeran, ambos sabían perfectamente que se deseaban, aunque en su mente existía la inseguridad de que esto no fuera correspondido.
Nunca habían hablado de la parte sexual. Juno ni siquiera sabía si Spencer estaba dispuesta a dar un paso así de grande con ella o incluso si le gustaba de esa manera.
Sabía perfectamente que la atracción amorosa no precisamente va siempre de la mano con la atracción sexual. Después de todo sabía que existían personas que no se interesaban en mantener una vida sexual y lo respetaba, sin embargo no estaba segura de si podría contenerse ante alguien como Spencer Reid.
Nunca lo había dicho en voz alta pero existían ocasiones en donde al ver las manos de su novio solo podía imaginarse lo que se sentiría que estas se encontraran en su cintura o recorriendo cada parte de su cuerpo.
En donde sus besos se volvían tan intensos que la mente de Juno comenzaba a crearse cientos de escenarios en donde Spencer rompía aquel beso para ir depositando mas de estos en todo su cuerpo.
Escenarios en donde podía terminar debajo de él, clavando sus uñas en su espalda mientras lo único que podía escucharse era el golpeteo de sus cuerpos y los sonidos que sus gargantas pudieran producir ante el contacto.
— Spencer... te deseo— confesó Juno— Y se que nunca hablamos sobre esta parte de nuestra relación... pero no puedo seguir guardando esto
El castaño no pudo evitar sonreír y morder su labio de manera ligera al escuchar aquella confesión.
Por supuesto que se había sorprendido. Jamás hubiera esperado que una mujer como Juno le hiciera una confesión como la que acababa de escuchar, pero no iba a negar que el sentimiento era completamente reciproco.
Spencer había fantaseado mas veces de las que le gustaría admitir con el momento en donde sus manos pudieran recorrer mas que su cintura cada que se besaban. Y estas fantasías fueron mas constantes después de aquella sesión de besos tan intensa que se vio interrumpida por el repartidor de pizza días antes.
¿Qué si se sentía todo un inexperto en ese campo? Por supuesto que si. En toda su vida solo había estado con una sola mujer, cosa que no había salido tan bien como se hubiera querido.
No tenía experiencia alguna y temía no ser suficiente para Juno.
— Yo también te deseo... es solo que...
— ¿Vamos muy rápido? Lo siento, no quería presionarte a nada... si no quieres está bien... puedo esperar...
— No, no, no, nada de eso. Te deseo Juno, vaya que lo hago— interrumpió él— Es solo que... no tengo casi nada de experiencia en nada de esto y no quiero arruinar el momento
Se sentía un poco avergonzado por aquella confesión, ni siquiera la había hecho mirando los ojos de Juno y claro que ella lo había notado.
No quería hacerlo sentir mal por no saber que clase de cosas tenía que hacer y mucho menos revelar que ella se consideraba alguien con un buen conocimiento al respecto. Quería que ese primer encuentro resultara en algo satisfactorio para ambos, que fuera algo que pudieran recordar por siempre como algo maravilloso.
Entonces una idea vino a la mente de Juno.
— En ese caso. ¿Me dejarías guiarte?— preguntó Juno con una sonrisa algo coqueta— Déjame hacerlo por ti
— Por supuesto que si— contestó él con una gran sonrisa— Me encantaría
❥
ahora si se viene lo chido, jsjs
voy dejando la advertencia de que el siguiente capítulo será más elevado de tono y si no se sienten comodxs leyendo eso, pueden no hacerlo.
ténganme paciencia porque no suelo escribir muchas escenas de ese tipo, pero espero les gusten.
pregunta: ¿desde dónde me están leyendo? jsjsjs
tengo mucha curiosidad por conocerlxs.
K. 🦋
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top