028 || the date

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Chapter Twenty Eight
la cita

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LOS PRIMEROS CUATRO DÍAS DESPUÉS de que Juno volviera a encontrarse con Austin fueron algo complicados para la castaña. Quien se sentía nerviosa ante la idea de que su ex pareja volviera a aparecer en la pastelería y peor aún, que lo hiciera mientras Charlotte estaba ahí.

Y ese era un tema aparte que estaba dando demasiadas vueltas por su cabeza. Aún no decidía si mencionarle a su hija que su padre biológico estaba de regreso.

La niña había preguntado por él y parecía que quería conocerlo... sin embargo eso había sido antes de que Spencer entrara por completo a sus vidas, antes de que la niña llegara emocionada con sus maestros y amigos de la escuela que su nuevo papá era un mago que se dedicaba a salvar gente.

Además, durante su corta conversación con Austin él no hizo ninguna pregunta sobre ese bebé que ella esperaba cuando se marchó del departamento...

¿Qué se supone que debía hacer?

¿Austin realmente había vuelto con intenciones de algo o todo había sido una horrible coincidencia?

Esto sin duda se estaba volviendo el peor de sus dolores de cabeza.

Spencer por su parte trataba de poner a Juno de buenas. Notaba como su humor había cambiado después de lo ocurrido y él solo buscaba que su cálida sonrisa volviera, que ella ya no tuviera la cabeza llena de preocupaciones.

Comprendía que había sido un momento bastante intenso y no esperaba que las cosas fueran como si nada hubiese ocurrido, solo esperaba que Juno no se viera tan afectada.

Ya era viernes y Spencer había convencido a Juno de no ir a trabajar ese día. Se había propuesto darle el mejor de los días para intentar animarla, por lo que había estado planeando toda una cita. La primera que tendrían ahora que ya eran una pareja.

Para el castaño aún era extraño el tener que referirse a Juno como su pareja, y es que pese a que quedó por completo cautivado por ella desde que la vio por primera vez detrás del mostrador, nunca esperó que sus sentimientos crecieran tanto y muchísimo menos que fueran correspondidos.

Él adoraba a Juno y solo deseaba regresarle esa felicidad que solo ella sabía hacerle sentir.

— Ten un lindo día, cariño— le decía Juno a su hija mientras besaba su cabeza— Recuerda que hoy viene por ti la abuela Minerva para llevarte al parque de diversiones en la tarde. La obedeces y no le vayas a soltar la mano. Te amo mucho

— Si mamá. Yo también te amo— le sonrió la niña— Me voy a portar bien, lo prometo

Charlotte volteó a ver a Spencer como si esperara a que él también le dijera algo lindo.

Tardó unos segundos en reaccionar.

— Te diviertes con tu abuela y ten un buen día en la escuela— le sonrió el castaño

— ¡Si papá!— sonrió nuevamente la niña— Los quiero mucho

Spencer pareció quedarse inerte durante pocos segundos. Charlotte le había dicho papá y eso era algo a lo que aún no se acostumbraba, pero no le disgustaba.

La idea de tener hijos siempre pasó por su cabeza, solo que no esperaba que esta pudiera hacerse realidad.

Pero la vida es demasiado espontánea y tiende a darte sorpresas cuando menos lo esperas. Cosa que le ocurrió a Spencer, que solo tenía planeado comprar un pastel de cumpleaños para JJ.

Y ahora... tenía una novia que a sus ojos era la mujer más hermosa que había pisado el planeta.

Y también tenía una pequeña adorable que lo quería y lo consideraba como su papá, aún cuando no existía un vínculo sanguíneo.

La vida parecía ser perfecta y Spencer adoraba eso.

•••

La primera parada en el día planeado por Spencer para animar a Juno era llevarla a uno de sus restaurantes favoritos. Y es que gracias a los últimos días en donde estuvieron compartiendo departamento, Spencer pudo descubrir algunas de las pequeñas cosas que hacían a Juno feliz.

Su comida favorita era la lasaña.

Su bebida favorita era la coca cola, pero también adoraba los jugos de mango.

Su postre favorito eran las galletas con chispas de chocolate, pero estas debían de estar tibias y de preferencia acompañadas de un vaso de leche.

No tomaba café caliente, ya que este le causaba sueño. Pero le encantaban todas las bebidas con café frío.

No le gustaban mucho los días tan soleados porque eso le daba mucho calor y la hacía ponerse de malas, por lo que su estación favorita era el otoño y un poco el invierno.

Le gustaban las caminatas largas, no en lugares con mucha gente porque algunas veces se estresaba y llegaba a ponerse un poco ansiosa, pero disfrutaba del momento intimo que existía entre dos personas caminando la una junto a la otra mientras hablaban de cosas sin sentido.

Le encantaba la música de diferentes géneros. Siendo Nirvana su banda favorita y Taylor Swift su cantante favorita.

En cuanto a películas, le encantaban las de superhéroes, incluso deseando en algún momento trabajar en una de ellas como maquillista (cosa que adoraba practicar en sus ratos libres) y su saga favorita sin duda siendo Harry Potter, pero también disfrutando de algunas series (como Friends, la cual adoraba).

Había tantas pequeñas cosas en Juno que Spencer estaba ansioso por descubrir.

— Que lindo restaurante— sonrió Juno mirando a su alrededor mientras tomaba asiento— Nunca había venido aquí. Pero me gusta y eso que no soy muy fanática de muchos restaurantes

— Hace unos meses uno Rossi nos invitó después de un caso y se volvió uno de mis restaurantes favoritos y como se que la lasaña es tu comida favorita, decidí que este sería un buen lugar para los dos— sonrió de vuelta Spencer mientras también tomaba asiento— Me alegra que te guste, verás que la comida te va a encantar

Juno y Spencer le agradecieron a la mesera que les entregó las cartas. La castaña miraba el menú y en momentos también le sonreía al hombre frente a ella.

Aún le parecía un tanto irreal el estar viviendo una situación como esta.

— ¿Ya me vas a decir porque estamos aquí?— preguntó Juno curiosa— Quiero decir, me convenciste de faltar al trabajo y no me quieres decir nada de lo que estás planeando para el día

— Digamos que es un agradecimiento por estarme cuidando en los últimos días y por permitirme quedar en tu departamento— respondió él— No llevamos mucho tiempo juntos y no tenías porque hacerlo, sin embargo no dudaste en apoyarme. Incluso cuando regresé de ese caso en la madrugada y acabé un poco desgastado emocionalmente

— Llevemos mucho o poco tiempo juntos, somos una pareja y eso es lo que hacen las parejas, apoyarse cuando más lo necesitan— sonrió Juno acariciando la mano de Spencer— Además, tú también has estado para mi en mis malos momentos...

— Yo daría todo con tal de que tú estés bien— le sonrió de vuelta Spencer— Pídeme el mundo y si así lo quieres, te lo daré

Juno no podía evitar sonreír como toda una adolescente enamorada. Spencer si duda era el mejor de los hombres que había tenido la suerte de conocer... atractivo, inteligente, leal, noble, valiente, paciente... 

Habían tantas cualidades en Spencer, que para Juno era complicado enlistarlas todas.

Lo único que ella sabía con certeza era que lo quería, lo quería demasiado y de una manera que jamás hubiera esperado que fuera posible.

El teléfono de Spencer sonó, haciendo que ambos bajaran momentáneamente las cartas para averiguar de quien se trataba. 

— Puedes contestar, sin problema— dijo Juno al ver como Spencer parecía debatirse entre si debía o no contestar

Spencer estaba indeciso no precisamente sobre si debía contestar o no, si no mas bien sobre si debía hacerlo enfrente de su novia, quien aún no estaba enterada de lo que esa clase de llamadas significaban para él.

¿Debía contarle? Y de ser así, ¿En que momento debía hacerlo? ¿Cómo abordaría el tema?

— Spence, si no contestas pronto van a colgar— habló nuevamente Juno haciendo que él saliera de sus pensamientos

El castaño tragó saliva y con manos ligeramente temblorosas, apretó el botón verde para contestar la llamada.

—Hola, ¿Con el doctor Spencer Reid? —preguntó una voz serena pero cargada de formalidad.

—Sí, soy yo —respondió Spencer con un tono de ansiedad apenas contenido.

—Buenas noches, soy el doctor Michaels, el encargado del hospital donde se encuentra internada su madre, Diana. Quería informarle que ha habido un incidente esta tarde.

El corazón de Spencer comenzó a latir con fuerza, y sintió cómo sus piernas se volvían un tanto inestables. Juno lo miró con preocupación, sus ojos color miel rastreando cada una de las emociones que cruzaban el rostro de su novio, no quería  hacer comentarios, pero era evidente que algo no bueno estaba ocurriendo.

—¿Un incidente? ¿Qué ha pasado? —preguntó Spencer, intentando controlar su voz para que no delatara la turbación que sentía.

—Su madre sufrió un ataque repentino de agitación intensa. Fue necesario ajustar su medicación para estabilizarla. Quiero asegurarle que estamos monitoreando de cerca su estado.

Spencer asintió, aunque el nudo en su garganta parecía crecer. Juno notó el cambio en su expresión y el sutil temblor en sus dedos mientras sostenía el teléfono.

—Gracias por informarme, doctor. ¿Cómo está ella ahora?

—En este momento está tranquila y descansando. La modificación en su medicación debería ayudar a evitar futuros episodios, pero estaremos vigilantes.

La conversación continuó con detalles sobre el tratamiento y las precauciones. Spencer luchaba por mantener la calma mientras intentaba ocultar la conversación a Juno, quien observaba cada matiz de sus gestos.

Finalmente, Spencer colgó el teléfono y exhaló profundamente, tratando de disipar la tensión que se había acumulado en sus hombros. Juno, sin apartar sus ojos de él, apoyó su mano suavemente sobre la suya.

—¿Está todo bien, Spencer? Hablaste con un doctor, ¿Alguien se puso mal?

¿Qué debía decirle? No quería mentirle y tampoco quería ocultarle un detalle tan importante de su vida, después de todo esto no era algo que pudiera mantenerse en secreto.

Además, Juno había accedido a abrir su corazón para contarle hasta los eventos mas complejos por los que ella había pasado en su vida, no veía justo que ella reviviera todos esos momentos y que él permaneciera como un libro cerrado.

Debía explicarle esa parte de su vida por muy complicado que eso pudiera resultar, porque además esto no solo tendría que ver con Diana Reid, tendría que ver con él, después de todo existía la posibilidad de que él también pudiera llegar a desarrollar aquella terrible enfermedad.

— Juno, tu has sido muy honesta conmigo sobre muchos de los problemas de tu pasado, aún cuando estos son difíciles de tratar para ti... 

— ¿Qué pasa?— preguntó ella consternada

— Es sobre mi madre...

Juno se quedó sin palabras.

La castaña solo sabía que aquella mujer se llamaba Diana y que vivía en Las Vegas, fuera de eso, el tema era por completo desconocido para ella. Spencer no le hablaba mucho sobre ella y tampoco quería insistirle en que hablara sobre eso.

Desconocía si la relación era buena o mala y no deseaba ejercer presión.

— Mi mamá... mi mamá está internada en un sanatorio mental— confesó Spencer— Ella padece esquizofrenia

Un breve silencio se apoderó del espacio entre ellos. Juno parpadeó, sus ojos reflejando sorpresa y asombro. Tragó saliva, tratando de procesar la revelación mientras buscaba las palabras adecuadas para responder. Pero las palabras parecían haberse retirado, dejándola muda en medio de la conversación.

Spencer continuó, sus palabras fluyendo con una mezcla de ansiedad y alivio, como si finalmente estuviera liberando un secreto que había estado guardando durante mucho tiempo.

—Desde que tengo memoria, mi madre ha tenido ataques... episodios de agitación intensa y confusión... — continuó explicando Spencer ante el silencio— No voy a entrar mucho en detalles porque no es el lugar, pero ahora puedo decirte que cuando cumplí 18 años, tomé la decisión de internarla en el hospital psiquiátrico para que pudiera recibir el apoyo que yo no podía brindarle. Ha sido un camino difícil, pero sé que es lo mejor para ella.

Juno luchó por encontrar palabras mientras las emociones tumultuosas danzaban en su interior. Quería expresar su apoyo y comprensión, pero el impacto de la noticia aún resonaba en su mente. Se forzó a sí misma a hablar, aunque las palabras parecían ser un eco lejano.

—Spencer... no puedo imaginar lo que has pasado y lo que has tenido que hacer. Debes saber que estoy aquí para ti, para apoyarte en todo lo que necesites...— sonrió Juno acariciando la mano de su pareja— Y quisiera decirte mas cosas, pero la verdad es que nada de lo que mi cabeza pueda idear parecería ser correcto o con sentido, así que solo seguiré reiterando mi apoyo

— Eso significa todo para mi— le sonrió él de vuelta

— Gracias por tenerme la confianza para contarme esto— dijo Juno— Significa demasiado que tengas la confianza de hacerlo

Los dos permanecieron en silencio por un momento, dejando que la revelación se asentara entre ellos. A pesar de la sorpresa inicial, Juno sentía una conexión más profunda con Spencer, una comprensión de su mundo interior que trascendía las palabras.

Finalmente, Juno volvió a extender su mano y la colocó con ternura en la de Spencer, buscando transmitir su apoyo y cariño sin necesidad de hablar. Y en ese gesto simple pero poderoso, Spencer encontró el consuelo que tanto necesitaba, sintiendo que había compartido un peso importante y que, a pesar de las dificultades, había encontrado un refugio en el corazón de Juno.

•••

Spencer sabía que Juno adoraba todo lo relacionado al mundo de los superhéroes, por lo que con la ayuda de García buscó una tienda de comics que tuviera una enorme variedad de suvenires. Quería hacerla feliz y sabía que el estar rodeada de todas esas cosas sería una muy buena manera de lograrlo.

— ¿Cuál es tu superhéroe favorito?— preguntó Spencer mientras conducía

— Bueno, en realidad fue introducida como una villana, pero luego su destino cambió y es Natasha Romanoff— contestó ella— Espero que ahora que iniciaron un universo cinematográfico con Iron Man hace unos meses, pueda verla algún día en la pantalla. Sería realmente increíble

— No estoy muy familiarizado con las cosas que tengan que ver con superhéroes, pero si a ti te gustan deben de ser buenas

— ¡Es increíble!— sonrió Juno con emoción— Gente con poderes increíbles y con una mente enorme dispuesta a todo con tal de proteger a la gente del mundo o incluso de otros mundos, enfrentándose a amenazas que muchas veces son mucho mas grandes que ellos... 

Juno hablaba con entusiasmo, sus ojos brillantes y sus gestos vivos mientras compartía historias sobre como héroes de quien Spencer nunca había oído hablar, salvaban al universo de grandes amenazas.

Spencer la miraba mientras hablaba, su sonrisa creciendo con cada palabra que escapaba de los labios de Juno. Era como si un hechizo silencioso se hubiera tejido a su alrededor, dejándolo completamente cautivado por la pasión y el entusiasmo de la mujer que tenía a su lado.

Las palabras de Juno flotaban en el aire, llenando el espacio entre ellos con una energía vibrante. Cada risa suya, cada gesto apasionado, resonaba en el corazón de Spencer como una melodía envolvente. Sus ojos se movían con atención, absorbían cada matiz de su expresión, como si estuviera grabando cada momento en su memoria.

— Spence, el semáforo cambió. Podemos avanzar— mencionó Juno entre risas— ¿Todo bien?

Él asintió y arrancó el auto. Ya estaban a tan solo pocos minutos de llegar y le emocionaba la reacción que su novia tendría al ver el lugar a donde optó por llevarla.

El camino continuó con tranquilidad, Juno hablando algunas veces sobre como había descubierto el mundo de los superhéroes cuando iba en la escuela y muchos niños hablaban al respecto, en otras se dejaba llevar por la música que provenía de la radio del auto o simplemente se detenía unos instantes para observar a el hombre que había junto a ella... siendo la tercera, su opción favorita.

Spencer terminó de estacionarse y con ayuda de Juno bajó del auto.

— García me ayudó a buscar esta tienda, así que espero y te guste— sonrió Spencer mientras se colocaba las muletas— Hoy me contarás todo sobre tus superhéroes favoritos y compraremos las cosas que te hagan feliz

Los ojos de Juno parecieron iluminarse al encontrarse con la gran tienda frente a ella. Esta se encontraba llena de comics, figuras de acción, peluches, accesorios... todo lo que un coleccionador o un amante de superhéroes amaría.

Estaba mas que feliz. Su corazón latía con velocidad y su sonrisa era algo enorme que a los ojos de Spencer podía iluminar galaxias enteras.

Nadie nunca había tenido un detalle así con ella. No muchas personas se interesaban en el amor de Juno por esa clase de historias... sin embargo Spencer era por completo diferente.

Él prestaba atención hasta el más mínimo de los detalles.

Y todo para hacer feliz a Juno.

— Gracias, gracias, gracias— sonrió la chica antes de tomar el rostro de su novio para unir sus labios con los de él— ¡Esto es maravilloso!

Misión cumplida, pensó Spencer mientras correspondía aquel tierno beso que lo hacía suspirar.

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