017 || juno's awakening
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Chapter Seventeen
el despertar de juno.
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CUANDO JUNO COMENZÓ A ABRIR LOS OJOS DE MANERA LENTA, UNA LUZ LA HIZO CUBRIRSE de manera inmediata e incluso levantó su brazo para que sus ojos volvieran a obtener un poco de oscuridad. Fue con ese último movimiento que se pudo dar cuenta que había algo conectado a su brazo.
Destapó su rostro y con lentitud miraba a su alrededor para tratar de averiguar en donde estaba. Mucha luz, cosas extrañas conectadas a sus brazos, una sabana de color azúl cielo, sonidos de maquinas haciendo ruidos.
Estaba en un maldito hospital.
— ¿Qué... qué pasó?— preguntó Juno mirando a sus costados
— ¡Estás viva, estás viva!— exclamó Zara llena de emoción— ¡Que susto nos metiste!
— Si... estoy viva, desde hace 26 años en realidad. Muchas veces mas por compromiso que por gusto, pero lo estoy. ¿Qué pasó? ¿Por qué estoy en un hospital?— preguntó Juno nuevamente a su amiga— ¿Dónde está Charlotte? ¿¡Ella está bien!?
— Si. Ella está bien, debe de estar afuera del hospital con Izzy o Luna. Sabes que no dejan pasar niños al hospital— decía Zara completamente emocionada y feliz por ver a su amiga hablar con su usual sarcasmo— En un momento vendrá la doctora Kimura y te explicarán todo lo que pasó
Juno veía como su amiga parecía estar al borde de las lágrimas, solo que ella no lograba entender el motivo y la miraba un poco extrañada.
Mientras Juno y Zara esperaban a que la doctora apareciera, la castaña intentaba poner en orden sus ideas para llegar hasta el último de sus recuerdos antes de despertar.
Recordaba su salida al parque con su hija e Izzy, recordaba su visita a una tienda de instrumentos en donde comenzó a tener molestias en la garganta, recordaba como en su regreso en el metro se sentía demasiado agotada, recordaba como al llegar a su departamento sus síntomas parecieron empeorar...
Pero era todo.
Bueno, eso y la cita que tenía con Spencer a la que claramente no había llegado o no llegaría.
Ni siquiera sabía que día era, no sabía cuanto tiempo llevaba en el hospital. Había perdido la noción del tiempo.
Juno trató de levantarse para permanecer sentada en la cama, sin embargo aún se sentía bastante débil, por lo que tuvo que pedirle ayuda a Zara para levantar una parte de la cama.
Una mujer con bata médica y un hombre en traje entraron a la habitación de Juno. Ella miró bastante extrañada al último, no lo conocía, por lo que desconocía las razones de aquel sujeto para estar ahí.
— Hola buenos días, Juno. Me presento, soy la doctora Kimura y estoy a cargo de tu situación— se presentó la mujer amablemente tomando el expediente que había a los pies de la castaña— ¿Cómo te sientes? ¿Algún malestar? ¿Dificultades para respirar?
— Ehhh, no... estoy bien. Un poco cansada, pero bien— contestó ella aún extrañada— ¿Qué hago aquí y quien es él?
— Soy el agente especial y jefe de la Unidad de Análisis Conductual, Aaron Hotchner— se presentó el hombre— Vengo a hablar con usted sobre lo que le ocurrió
Cuando Juno escuchó eso, sus ojos parecieron abrirse mucho más. Reconocía esa agencia, después de todo sabía que Spencer trabajaba ahí.
Se preocupó.
Si bien no estaba muy enterada de los casos en los que Spencer solía trabajar, sabía que estos no eran precisamente buenos, por lo que ahora tener a un agente frente a ella para hablarle de su situación, sin duda la mantenía bastante confundida e incluso podría decir preocupada.
La puerta del cuarto fue cerrada y Aaron Hotchner comenzó a narrarle con apoyo de la doctora Kimura todo lo que había pasado durante las horas que estuvo sin conocimiento.
Todo parecía salido de una película de acción y la cabeza de Juno se sentía cada vez mas confundida. Un arma biológica soltada en un parque y que tenía la capacidad de acabar con la vida de miles de personas en un instante, ella siendo una de las cinco sobrevivientes al ataque en el parque, un sujeto que solo deseaba aprobación por el gobierno.
Era mucho por procesar, demasiado diría Juno.
— ¿Qué no se supone que el gobierno tiene toda esa clase de sustancias bajo control? ¿¡Qué no se supone que el antrax está protegido!?— exclamó Zara visiblemente alterada— Tuvimos suerte de que ese sujeto solo lo liberara en un parque y no lo hiciera en lugares con mas afluencia de gente. Centros comerciales, escuelas, aeropuertos...
— La situación ya se encuentra controlada. Ya no existe peligro, el responsable fue detenido y todas las muestras fueron resguardadas— explicaba Aaron Hotchner
— ¿Y al menos saben las consecuencias de sobrevivir a la cepa?— preguntó Juno también molesta, pero tratando de mantener la compostura— Ahorita solo estoy agotada. ¿Pero será todo? ¿Qué va a pasar si tengo consecuencias peores? Es claro que el gobierno no se va a querer hacer responsable pero por supuesto van a querer que guarde silencio sobre lo que pasó
— El gobierno se encargará de cualquier gasto que pueda venir a causa de la exposición a la cepa, desde su estadía en las últimas horas, hasta cualquier otra reacción que pueda llegar a presenciar— explicaba el de traje con seriedad— Pero por seguridad de los ciudadanos, se le va a solicitar y hacer firmar un documento en donde se comprometa a no hablar con nadie sobre lo que pasó. Queremos evitar el pánico
— ¿Y que le dirán a mi familia en cuanto pregunten por qué estoy aquí?— volvió a preguntar Juno
— Sus familiares cercanos pueden estar al tanto, solo en caso de que llegue a presentar complicaciones en su salud. Es importante que ellos estén al tanto para que sepan cómo actuar— respondió ahora la doctora Kimura
Juno suspiró con molestia. Sabía que no ganaría nada discutiendo con aquel hombre frente a ella, después de todo sabía que no era su culpa, él no cuidaba esa clase de cepas, tampoco fue quien la liberó.
También entendía esa parte en la que debía de guardar silencio sobre lo que había pasado. No quería generar un efecto placebo en otras personas, se crearía un caos para el que el país tal vez no estaría preparado.
— Mi hija y mi mejor amigo también estuvieron en ese parque. ¿Me pueden asegurar que ellos están a salvo? ¿Ellos no están internados?— preguntó Juno un poco mas calmada
— Yo hablé con Izzy— dijo Zara— Me dijo que hubo un momento en dónde se llevó a Charlotte para comprarte un helado. Salieron de la zona en donde se encontró señal del ántrax
La castaña lo recordó y se sintió sumamente aliviada. Izzy sin saberlo no solo había salvado su propia vida, también había salvado la de Charlotte.
— Dijo que ya no volvieron al parque porque tu los alcanzaste y que después de eso se fueron a una tienda de instrumentos— siguió diciendo Zara— Gracias a eso, la policía pudo dar una hora estimada en la que la cepa fue liberada... ellos están completamente limpios
— Está bien... firmaré esos papeles y no volveré a hablar de esto— asintió Juno al saber que su hija estaba a salvo— Pero por favor déjenme ver a mi hija...
— Veré que puedo hacer— sonrió la doctora— Mientras haré que la trasladen a otra habitación en donde podrá estar más cómoda
Juno sonrió y agradeció a todos los que se encontraban en la habitación.
No tenía ganas de pelear con nadie, solo quería ver a su hija y olvidarse de este mal rato.
•••
Dos horas mas tarde, Juno ya se encontraba en una habitación con más iluminación y dónde efectivamente se encontraba más cómoda. Había vuelto a dormir, por lo que ahora que nuevamente había despertado ya se encontraba con un poco más de energía.
Miró por la ventana que había de su lado izquierdo y logró ver a Izzy conversando junto a Morgan. El de cabello largo volteó, la vio y velozmente ingresó al cuarto.
Ninguno de los dos era muy afecto al contacto físico, pero en ese momento Izzy solo deseaba abrazar a su mejor amiga, quien al verlo entrar le sonrió como nunca lo había hecho.
— Estás a salvo. Estás viva— decía Izzy abrazando delicadamente a su mejor amiga, no quería herirla— Por un momento creí que te perdía... pero aquí estás, estás a salvo
— Hierba mala nunca muere— rio Juno correspondiendo las muestras de afecto— Izzy... salvaste la vida de mi hija
— Ni siquiera sabía que lo estaba haciendo, así que no tienes porque mencionarlo— decía el hombre separandose de la castaña— Lo verdaderamente importante es que estás viva
Morgan también entró a la habitación y le sonrió a la chica, quien correspondió la acción. De alguna manera se alegraba de verlo, sabía que Zara lo iba a necesitar para sentirse apoyada.
— ¿Cómo te sientes?— le preguntó Morgan— ¿Mejor?
— Siento como si un camión me hubiera arrollado, pero fuera de eso, estoy bien— sonrió Juno ligeramente— ¿Dónde están los demás?
— Hice que Zara fuera a dormir. Llevaba demasiado sin hacerlo y se veía demasiado agotada. Minerva está arreglando todos los papeles por los asuntos de las visitas y Luna está acompañando a Charlotte para que la preparen y te venga a ver— contestó Izzy, haciendo que toda la vida volviera a ella. Podría ver a su hija sana y salva, justo lo que necesitaba
— ¿Tienen alguna idea de cuanto tiempo voy a permanecer internada? No me gustan los hospitales— decía Juno arrugando su nariz— Son muy aburridos y eso de tener agujas clavadas en el brazo, en definitiva no es mi cosa favorita
— Los doctores esperan que para mañana temprano puedas irte. Hoy quieren asegurarse que todo ande en orden y no presentes recaídas o complicaciones— explicaba el moreno mientras se asomaba por la ventana para ver si alguien venía— Escucha... eh Juno, alguien quiere verte y quería preguntarte si estás de acuerdo
Juno lo miró extrañada ante lo último mencionado.
— ¿Quién?— cuestionó Juno levantando una ceja
— Reid... bueno, tú le dices Spencer, pero él— contestó haciendo que el corazón de Juno latiera con fuerza— Él estuvo demasiado preocupado por ti desde que se dio cuenta que habías sido una de las infectadas y bueno... creo que tienen mucho de que hablar
Ella pareció pensarlo por unos instantes. Por supuesto que deseaba ver a Spencer, sin embargo se sentía un poco insegura de su imagen en esos momentos. No se había visto en un espejo, pero estaba segura que no lucía como usualmente lo hace cuando se encuentra con el hombre de cabellos color chocolate.
— Por supuesto que ella va a querer verlo— intervino Izzy sonriéndole a su amiga— Puedes decirle que entre, solo en lo que llega Minerva, Charlotte y Luna
Morgan miró una última vez a Juno, quien con una sonrisa asintió. El moreno abandonó la habitación y la castaña trató de peinar su cabello con sus manos, le preguntó a Izzy si no tenía algún rastro de baba seca en el rostro, incluso le pidió ayuda para acomodar su cabello de la mejor manera posible.
Mientras hacía todas estas cosas, Juno no pudo evitar sentirse como una adolescente enamorada, preparándose para verse con su primer gran amor y eso la hizo confundirse un poco. No se sentía enamorada de Spencer, pero era mas que claro que había un sentimiento mucho mas grande que el de una amistad entre ambos. Solo un tonto se atrevería a negar que entre ambos existía un sentimiento y una gran conexión.
"¿Cómo era posible que hubiera caído de la manera en la que lo había hecho por él?" Se preguntaba Juno sin lograr obtener una respuesta.
Pero mientras pensaba en una respuesta a eso, también pensaba en lo atractivo, caballeroso e inteligente que era. Sin duda Spencer era lo más cercano a la perfección que ella había conocido en un hombre y nadie sería capaz de negarlo.
Le asustaba un poco el comenzar a darse cuenta de sus sentimientos. Llevaba años evadiendo algo como eso, siempre a la defensiva y poniendo barreras a su alrededor para evitar que tanto ella como Charlotte pudieran llegar a salir heridas de cualquier manera.
Pero Spencer logró derribar todas y cada una de esas barreras, aún sin siquiera intentarlo.
No lo iba a negar, le asustaba un poco el no ser correspondida o que quisiera alejarse en cuanto fuera capaz de admitir sus sentimientos en voz alta. Sabía que el mantener una relación con ella no era cosa sencilla, después de todo no solo serían ellos dos, serían ellos y Charlotte. Y no cualquiera estaría dispuesto a aceptar algo así y Juno tampoco lo obligaría.
— Juno— exclamó una voz que la hizo olvidarse momentáneamente de todas esas cosas que rondaban por su cabeza
Spencer había entrado en una silla de ruedas, siendo empujado por Morgan. Cosa que por supuesto desconcertó a Juno al instante.
¿Qué había pasado con él?
— Spencer. ¿Qué te ocurrió?— preguntó Juno con preocupación
— No quise romper una promesa y acabé expuesto a lo mismo que tú— contestó él levantando los hombros y haciendo que Juno se preocupara aún más— La buena noticia es que la doctora Kimura y yo encontramos la cura a tiempo
Ella sonrió. De alguna manera le debía no solo su vida a la doctora Kimura, si no también a Spencer.
— ¿Y puedo saber de que promesa hablas?— volvió a preguntar Juno, pero ahora con una sonrisa en su rostro
— Empiezo a creer que nosotros sobramos en esta habitación— dijo Izzy antes de que Spencer respondiera la pregunta— Vamos Derek, busquemos un café y dejemos a este par a solas
Morgan e Izzy sonrieron y salieron del cuarto. Spencer se acercó un poco más a la cama en donde Juno se encontraba, se sonrieron mutuamente.
Para Spencer era impresionante como aún después de todo lo que había pasado, a sus ojos, Juno seguía siendo la chica mas hermosa que haya visto en su vida.
Se centró un poco más en sus ojos. Ese par de ojos que habían capturado su atención desde el primer instante.
Verdes con un toque de amarillo que solo podía ser perceptible para quienes tuvieran la dicha de perderse en la mirada de la hermosa chica que había frente a él.
— ¿Spencer?
— Oh si... lo siento, me perdí un poco— dijo riendo nerviosamente— ¿Me preguntaste algo?
— Si— rio Juno ligeramente— Te pregunté de que promesa hablabas
— Oh, si, es cierto— rio también él— Antes de terminar expuesto estuve aquí entrevistando a los afectados... de hecho fue así que te encontré... la doctora Kimura me habló sobre una paciente en específico a quien los medicamentos no parecían hacerle efecto y que había permanecido sin consciencia desde que había llegado horas antes, pregunté por el nombre y bueno... no es como que el nombre de Juno sea muy común... creo que me estoy desviando mucho de la pregunta inicial
No podía evitarlo, sus palabras se trababan al salir de su boca. Reía nerviosamente y su corazón latía con gran intensidad.
— No te preocupes. Me gusta escucharte hablar— sonrió ella
“Y a mi me gustas tú” Pensó Spencer sonriendo de vuelta
— El punto es que antes de ir al lugar en donde quede expuesto a la cepa, Charlotte me encontró afuera del hospital... por supuesto no le expliqué que estaba haciendo aquí, pero le prometí que estarías bien— decía Spencer sin despegar su mirada de los ojos de Juno— Me alegra saber que ambos lo estamos y que Charlotte podrá volver a ver a su madre
Juno no pudo parar de sonreír.
Ella también estaba cayendo por Spencer Reid, de una manera en la que no había caído nunca por alguien más.
Y le encantaba.
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