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Chapter Ten.
la cita nocturna

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EL SONIDO DE ALGUIEN TOCANDO LA PUERTA DE CRISTAL HIZO QUE JUNO DESPEGARA por unos instantes la mirada de Charlotte y de Spencer, encontrándose así con una mujer de cabellos negros que sostenía un maletín que ella reconocía era mucho del estilo de Spencer por lo que le preguntó al hombre si conocía a la mujer que tocaba, a lo que él respondió que si.

— Hola, ya sé que está cerrado y no quería interrumpir, pero Spencer te bajaste corriendo del auto y olvidaste esto— le dijo aquella mujer al hombre, el cual tomó su maletín y agradeció— Tú debes de ser Juno, ¿No es así?

— Ehhh, si, esa soy yo— sonrió la castaña un poco confundida— Lo lamento, pero no sé quien seas... ¿Te conozco de algún lugar o algo así?

— Oh no, no lo creo. Soy compañera de trabajo de Spencer y de Morgan, mi nombre es Emily Prentiss, un placer— se presentó la mujer con una sonrisa— Y se que tu hiciste el pastel que Spencer llevó al cumpleaños de una de nuestras amigas y déjame decirte que el sabor era increíble. ¿A que hora abres mañana? Para pasar antes del trabajo

— Oh, pues, un placer Emily— contestó Juno— Y muchas gracias por el comentario, me hace feliz saber que la gente disfruta mis recetas. Abrimos a las 8 de la mañana, pero si gustas puedo atenderte ahorita

— No quisiera importunar. Spencer me dijo que ya estabas por cerrar

— Si, así es. Pero puedes tomarlo como un agradecimiento por traer a Spencer a tiempo— respondió Juno sonriéndole— Además, no creo que quieras ordenar algo que me haga quedarme media hora extra. ¿Cierto?

— No, te prometo que no— negó Emily entre risas— Será algo rápido, lo prometo

— Bueno, entonces tomen asiento y vean el menú en lo que termino de cerrar para que solo quedemos nosotros— dijo Juno señalando las mesas en donde podrían esperar— Charlotte, trae ten listas tus cosas y siéntate detrás del mostrador en lo que atiendo a Emily

— Si mamá— asintió la niña— Con su permiso señorita Emily, espero disfrute los pasteles tan deliciosos que solo mi mami sabe hacer

— Yo sé que así será— sonrió Emily viendo a la niña correr a la parte trasera del establecimiento

Juno abrió la puerta nuevamente, solo que ahora para comenzar a bajar la cortina que protegía la entrada de cristal. Segundos después cerró la otra entrada y se dirigió al fregadero para lavar sus manos.

En cuanto Juno terminó de secarse las manos le tomó su pedido tanto a Emily como a Spencer, quien aún sentía demasiados nervios ante la idea de invitar a la castaña a salir.

Mientras Juno preparaba los cafés, su celular sonó, por supuesto ni Spencer o Emily podían ver de quien se trataba, pero no le tomaron mucha importancia. Al menos no hasta que la chica pronunció el nombre de Declan, eso hizo que Spencer levantara la mirada de manera inmediata.

— Hola Declan... si, sigo en la pastelería atendiendo a alguien— exclamó Juno sin dejar de trabajar— ¿Salir? ¿Esta noche? No lo sé... no, no vengas por mi. Estoy con Charlotte y sabes mi opinión al respecto

El corazón de Spencer sintió una punzada ante eso último. Alguien mas la estaba por invitar a salir y no era alguien cualquiera, se trataba de Declan. Un hombre a quien no conocía, pero lo había visto en una ocasión y conocía su atractivo.

— ¿Quién es Declan?— le preguntó Emily a Spencer tratando de que Juno no la escuchara

— No estoy muy seguro, solo lo vi en una ocasión que vine en la noche, venía a recoger a Juno, pero ella no parecía estar muy alegre a la idea de que él entrara aquí— respondió Spencer un tanto desanimado

— Entonces no creo que sea su novio... tal vez solo sea un amigo

— Para Juno puede que sea solo eso, pero cuando lo vi, pude ver la manera en la que él la veía y eso no era solo una mirada de cariño entre amigos

Emily trataba de unir el rompecabezas en su mente. Iba entendiendo en partes la situación, aunque claro todo eran simples suposiciones, por lo que prefirió guardar sus comentarios.

— Lo siento Declan, hoy no. Tal vez podamos vernos en unos días— decía Juno mientras le llevaba los cafés a quienes la esperaban— Pero lo hablamos después, ahora estoy trabajando y sabes que no me gusta estar al teléfono mientras tengo clientes

Spencer vio como Juno dejaba el café sobre la mesa y a los pocos segundos colgó la llamada para después guardar su teléfono en su bolsillo trasero. Pudo sentir como Emily le daba un ligero codazo, esto para animarlo a decir algo.

— Entonces... ¿Tienes planes esta noche?— preguntó Spencer con nervios

— No realmente. Pero no tenía muchas ganas de ver a Declan, lo vi hace unos días y creo que lo mejor es distanciarnos un poco— respondió Juno levantando los hombros— Las cosas se sienten un poco tensas entre ambos

— Cosas que suceden entre parejas supongo— decía Emily a propósito para averiguar mas sobre aquel sujeto

— Oh no, nada que ver. Declan no es mi pareja— negaba Juno entre algunas risas— Vamos a decir que somos amigos...

— Ya entiendo. Algunas veces los amigos se vuelven un poco complicados— asintió Emily comprendido un poco más la situación de Juno

— Si, eso creo. En fin, iré por sus rebanadas de pastel— anunció Juno

Emily miró a Spencer tratando de darle los ánimos para que ahora él la invitara a salir, cosa a la que ahora comenzaba a negarse ya que quería evitarse el momento incómodo al momento en que Juno lo rechazara.

— Rechazó a Declan y es alguien con quien sale algunas veces, no creo que vaya a querer salir conmigo— decía Spencer buscando su billetera para pagar sus alimentos— Además no creo que quiera salir conmigo porque está con Charlotte

— ¿Y eso que tiene? Antes de que tocara vi como esa niña te sonreía, le agradas y estoy segura que eso va a ser muy relevante en tu intento por acercarte mas a ella— animaba Emily con una sonrisa— O la invitas a salir tu o lo hago yo

— A ti ni te gustan las mujeres— dijo Spencer

Emily levantó una ceja, lo que hizo que Spencer se quedara serio.

— Solo hazlo, si esto se torna incómodo, digo que nos necesitan en algún otro lado y nos vamos rápido— seguía animando Emily— Inténtalo. No te insistiría si no hubiera notado lo emocionado que estabas ante la idea de verla, ella también parece feliz de verte, sinceramente no creo que te diga que no

Spencer lo pensó por unos instantes, instantes en donde volteó a ver al mostrador y miró momentáneamente tanto a Charlotte como a Juno. Sabía lo mucho que se arrepentiría si no la invitaba a salir, pero también sentía demasiados nervios ante un posible rechazo.

Después de algunos intentos de ánimo por parte de Emily y de sentir como su corazón volvía a acelerarse ante la presencia de Juno, Spencer decidió dejar de lado aquellas emociones y pensamientos negativos, se armaría de todo el valor para invitarla a salir.

En cuanto Juno les terminó de entregar su pedido, Spencer se puso de pie para seguirla a la caja registradora. Era el momento.

— ¿Cuentas separadas o las junto?— les preguntó ella

— Juntas— dijo Emily antes de que Spencer pudiera decir algo— Termino de preparar mi café y te pago, un momento

— Bien. Su total es de 15 dólares— informaba Juno mientras anotaba en un papel el último de los ingresos a la caja registradora

Y ahí estaba.

Spencer se quedó cautivado por lo que pareció una eternidad, todo mientras Juno escribía.

¿Cómo podía verse tan hermosa haciendo algo tan simple como estar escribiendo números en una hoja? Spencer ni siquiera comprendía como aquello era posible, pero así era.

— Juno...

— ¿Si?— preguntó ella alzando la vista

Y nuevamente ahí estaba. Aquella mirada tan penetrante y encantadora que Spencer tanto había adorado, aquella mirada que lograba hacerlo sentir tanto en tan poco.

— Estaba pensando que si no tienes algún compromiso... podríamos tal vez ir a cenar... o por un helado. Iba a ofrecerte un café, pero supongo que después de servir tantos durante el día no vas a querer... aunque si quieres uno podría llevarte a algún lado...

Los nervios en el interior de Spencer eran mas que evidentes y algo en ellos hizo que Juno se sintiera de la misma manera, solo que trataba de no expresarlos para no delatarse, pero sin duda había demasiada emoción en su interior por la propuesta.

— Me encantaría... pero hoy no tengo con quien dejar a Charlotte— se lamentaba Juno— Zara tiene el tiene el turno nocturno en el hospital y su madre acaba de salir de viaje

— La invitación también está extendida a tu hija— decía Spencer tratando de no desanimarse— Solo si quieres...

Juno se sorprendió a si misma cuando empezó a considerar la idea de aceptar la propuesta. Ella no era alguien que acostumbrara a involucrar a su hija en sus citas, después de todo estas no solían ser algo formal, por lo que prefería mantener privada esa parte de su vida.

¿Entonces por qué ahora estaba considerando el acceder?

No tenía tanto tiempo de conocer a Spencer, solo habían salido una vez y las veces que se veían era por tan solo unos minutos, pero había algo dentro de ella que le decía que podía confiar en él. Tal vez era el hecho de que era un agente del FBI que además trabajaba con el novio de su mejor amiga o tal vez solo era ese sentimiento de seguridad que tenía cada que tenía a Spencer cerca.

— No puedo quedarme tan tarde como en nuestra última cita porque Charlotte mañana tiene que ir a la escuela, pero está bien. Acepto— asintió Juno feliz— Cierro el local y nos vamos. ¿Te parece?

— Si... está bien— sonrió Spencer sin poder creerlo

— Aquí tienes. Puedes conservar el cambio— dijo Emily extendiendo un billete de 20 dólares y colocándose junto a Spencer, quien aún tenía una gran expresión de emoción— ¿Todo bien, Spencer?

— Mejor que nunca— asintió él sin dejar de ver a Juno

•••

Juno había elegido ir a una heladería cercana a un parque para que Charlotte pudiera jugar al terminarse su helado. La niña pidió un cono de helado de fresa, Juno un cono de helado de galleta y Spencer uno de chocomenta.

Los tres caminaron al área de juegos en donde había algunas bancas. El lugar no estaba solo, puesto que aún había niños jugando y por supuesto sus padres estaban al pendiente, eso le dio un poco mas de tranquilidad, no quería arriesgarse a que algo grave pudiera ocurrir.

— Muchas gracias por el helado y por mis flores— le agradeció Charlotte a Spencer— Mami, ¿Puedo ir a jugar a los columpios?

— Por supuesto. Solo con cuidado, no te vayas a parar en el columpio o te eleves muy alto— dijo Juno

Charlotte asintió y corrió hasta los columpios en donde decidió sentarse en uno de color morado.

Juno y Spencer observaban a la distancia la escena de la niña jugando.

— Es una niña encantadora. ¿Cuántos años tiene?— preguntó Spencer

— Lo es. Cumplió 5 en Febrero... no puedo creer lo rápido que se pasó el tiempo— decía la castaña mirando a su hija jugar— Parece que fue ayer que llegué a la casa de Zara para decirle que estaba embarazada... la vida a cambiado tanto en estos últimos cinco años que ni yo misma me la creo

Spencer tenía muchas preguntas sobre la maternidad de Juno, sin embargo sabía que no podía hacer muchas debido a que eran bastante personales y no quería que la chica se sintiera incómoda o algo similar.

— ¿Sabías que Charlotte es une equivalente francés del nombre de Carlota? Además su origen es germánico

— Lo primero si, lo segundo no. Hice una investigación sobre el nombre antes de ponérselo, así que si se algunas cuantas cosas— contestó Juno mientras reía ligeramente— Cuando estaba eligiendo los nombres quise ponerle algo que me recordara a mi madre. Entonces recordé a mi tía Charlotte... una tía que no pude conocer porque falleció cuando mi mamá era una niña. Mi madre siempre me habló de ella y de como si hubiera tenido otra hija le hubiera puesto así... es claro que eso no pasó, así que decidí tomar el nombre

— Dijiste eligiendo los nombres, ¿Eso quiere decir que tiene otro nombre?— preguntó Spencer, a lo que Juno asintió— ¿Cuál es?

— Triana, su nombre es Triana Charlotte. Pero todo mundo la llama por su segundo nombre y a ella parece gustarle, así que por mi está bien

— No creo haber escuchado ese nombre antes... me gusta. Hiciste una buena elección— sonrió ahora Spencer

— Gracias. Triana fue una sugerencia de la madre de Zara— mencionaba Juno— Y como ella fue un gran apoyo para mi en todo el proceso, decidí hacerle caso

Hubo un momento de silencio entre ambos, uno en el que se dedicaron a ver a la niña riendo en compañía de otros de los niños que también estaban jugando.

— Cuando supe que estaba embarazada me quedé varios minutos en un estado de shock, era como si mi cuerpo no pudiera procesar aquella noticia. Me bloqueé de inmediato, no sabía como se lo iba a decir a la persona con quien salía... creo que ni siquiera estaba segura de si iba a querer continuar con el embarazo— confesó Juno sin dejar de mirar al frente— Era muy joven, estaba estudiando, no contaba con el apoyo de mi familia, apenas y podía con mis gastos y los del departamento en donde vivía... creí que no podría con algo como esto

Juno se sorprendió a si misma por segunda ocasión en el día. No solo había accedido a salir con Spencer en compañía de su hija, ahora también se encontraba confesandole mucho de su sentir en el momento que supo que estaba embarazada. No tenía idea de porque lo estaba haciendo, pero lo que si sabía es que se sentía bastante cómoda con el hecho de que Spencer la estuviera escuchando.

— Para cuando pude salir de ese estado de shock me puse feliz... no sabría como explicarte todas las emociones que estuvieron pasando por mi cuerpo en esos momentos, pero aún pese a todas esas cosas que te acabo de decir, existió un momento en dónde la idea de ser madre me hizo sentir completa y plena— dijo Juno sonriendo ligeramente de lado ante los recuerdos— Creo que fue ese momento lo que al final me hizo tomar la decisión de querer tener a Charlotte, aún cuando nada en mi vida parecía lo óptimo para traer una nueva vida al mundo...

Por primera vez en mucho tiempo, Spencer parecía haberse quedado sin palabras. Aún no sabía exactamente cuales eran todas las cosas por las que Juno había pasado, pero por lo poco que estaba escuchando en esos momentos, imaginaba que la historia de la castaña no era ni por cerca algo feliz o sencillo de vivir.

— Tuve la fortuna de contar con Zara y su madre, sinceramente sin ellas no hubiera podido lograrlo... y no solo me refiero a darle una vida digna a mi hija, me refiero también a darme una a mi— seguía diciendo Juno— Y no sé porque te estoy contando todo esto, lo lamento...

— No te disculpes— negó Spencer— Puedes contarme lo que quieras y estaré dispuesto a escucharte, sin importar absolutamente nada. Puede que algunas veces no entienda tus sentimientos, pero haré todo lo que esté en mis manos para hacerte sentir que no estás sola

— Eres una grandiosa persona— sonrió Juno— No muchas personas están dispuestas a ser esta clase de apoyo y tú... aún cuando no tenemos mucho tiempo de conocernos, estás dispuesto a oírme

— No estoy dispuesto a oírte, estoy dispuesto a escucharte— corrigió el castaño— Así que si quieres hablarme sobre tu embarazo, de Charlotte, de tu trabajo en la pastelería, de tus sueños en la vida... de lo que sea, estaré encantado de escucharte.

Juno sonrió al instante, comprobando una vez más que Spencer Reid era una de las personas mas maravillosas que había tenido la dicha de conocer.