004 || expectations and pain
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Chapter Four
expectativas y dolor
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SI BIEN JUNO, NO HABÍA RENUNCIADO A LA idea de volverse a enamorar, sin duda eso no era algo que se encontrara en sus planes o si quiera en sus intereses. Aún así, no se negaba la oportunidad de salir espontáneamente con alguien que le generará interés, eso si, siempre aclarando que no estaba interesada en formalizar. Su intención era mantener su vida amorosa separada de su vida cotidiana, era por eso que jamás hablaba sobre si tenía citas o sobre las personas con quienes solía salir, prefería guardar eso para si misma.
Al mantener su vida amorosa de esa manera, casi nadie (La excepción era Izzy) estaba al tanto de lo que mantenía con Declan.
Declan podía decirse era el amigo con beneficios de Juno. Salían algunas veces e incluso se acostaban, pero por mas que el hombre intentara llevar su relación a algo mas formal, Juno siempre se negaba bajo el mismo argumento de que no tenía el tiempo para manejar algo más serio.
Juno no era tonta, sabía que Declan se había enamorado de ella tiempo atrás y eso la hacía sentirse mal. Declan era un hombre verdaderamente atractivo, con un grandioso empleo, exitoso, cariñoso, atento, pero sobre todo, la aceptaba y estaba dispuesto a criar a Charlotte aunque no fuese su hija.
¿Entonces cómo es que Juno se negaba a llegar al siguiente paso con él?
Ni ella lo sabía, era como si algo faltara en ese hombre, lo cual era raro, ya que a la vista de varias, Declan podía ser el hombre ideal.
Aunque no lo parecía ser para Juno.
El viernes en la noche, Juno y Declan tuvieron una cita en un restaurante de comida rápida (esto por pedido de la chica, quien solo deseaba una hamburguesa). Ambos parecían estarla pasando de lo mejor, riendo por diversas anécdotas en común, comentando sobre el sabor de la comida e incluso robándose unos cuantos besos.
Juno sabía que tener esa clase de actitudes con Declan estaban mal, pensaba que eso solo podría alimentar los deseos del moreno de querer tener una relación real. Sin embargo las veces que había intentado alejarse, el hombre la buscaba repitiendo que aceptaría lo que ella podía ofrecerle, aunque él quisiera mas.
Tal vez era parte del cariño que Juno le había tomado en todo el tiempo que llevaban juntos o que odiara lastimar a las personas, pero al final siempre terminaban volviendo el uno al otro.
Algo demasiado tóxico en la opinión de Izzy.
— ¿Recuerdas esa vez que te llevé a la feria y el chico de enfrente se desmayó en la montaña rusa?— recordaba Declan entre risas
— ¡Como podría olvidarlo!— rio Juno— Ese día, se fue la luz en el parque y nos quedamos atorados en un juego casi 20 minutos
— Juego al que quiero recalcar que me obligaste a subir— decía Declan mirando con una sonrisa a Juno— Aunque eso no importó, tuve la excusa perfecta para poder sujetar tu mano por mas de un par de minutos
Juno sonrió de lado ante ese comentario y al sentir el tacto de Declan en su mano izquierda.
No podía negar que sentía su corazón acelerarse solo un poco al sentir eso, pero para la desgracia del moreno, esto no parecía ser suficiente para Juno.
Alguna vez Izzy le cuestionó a su mejor amiga que eran las cosas que esperaba sentir en una relación y eso la dejó pensando.
¿Qué quería Juno en una experiencia amorosa?
Sin duda, que la persona con quien eligiera estar, aceptara por completo a su hija. No planeaba involucrarse con alguien que no aceptara la idea de volverse padrastro. Si bien ella aceptaba que no todos estaban dispuestos a cuidar hijos que no fueran suyos, quien sea que quisiera salir tendría que aceptar que su mayor prioridad siempre sería Charlotte.
Aceptar que el lenguaje de amor de Juno, no era precisamente las muestras físicas de cariño. No es que la chica detestara toda clase de contacto, solo que no era muy fanática de la idea de estar todo el tiempo pegada a una pareja.
No disfrutaba mucho los abrazos (a menos que fueran de su hija). Tanta cercanía a veces la incomodaba, era como si le quitaran espacio personal y eso no le gustaba.
No le gustaba la sensación del sudor en las manos que se genera cuando dos personas pasaban sujetadas por mucho tiempo.
No le gustaba cuando pasaban sus brazos por encima de sus hombros, sentía que la usaban de recargadera y eso la hacía sentirse pequeña. Además de que detestaba sentir el sudor de las axilas de alguien mas en sus hombros.
Tampoco le gustaba el dormir tanto tiempo abrazada a alguien porque se movía mucho y se acaloraba con demasiada facilidad. No negaba que era lindo descansar en brazos de alguien que quieres, sin embargo después de un rato eso solía ser incómodo.
Le gustaba el romance, pero tampoco uno tan empalagoso como se muestra en libros o películas. Lo suficiente para que sus ganas de amar se volvieran tan intensas que hicieran brincar su corazón de alegría con tan solo la mirada de aquella persona.
Pero sobre todo, quería romper toda esa mala racha de desconfianza y dolor que obtuvo en su vida después de verse obligada a alejarse de Austin.
Juno pensaba que era una persona un tanto complicada, que si bien no pedía muchas cosas, se negaba a hacer bastantes y eso podría ser complejo al momento de querer buscar una relación.
— Juno... estás preciosa— le sonrió Declan
— Gracias...— agradeció ella forzando una sonrisa, sabía a que venían esas palabras y sin duda era algo que no le agradaba
— Escucha... se que te he dicho que aceptaría lo que accedieras a darme en cuanto a nuestra relación... pero eso pasó hace mas de medio año y quería saber si pensaste en nosotros... en si...
— Declan, por favor, no— lo detuvo Juno soltando la mano del hombre— Lamento mucho si sigo haciéndote creer cosas que no van a ocurrir, pero ya hablamos de esto en varias ocasiones. No estoy interesada en una relación más formal... eres alguien maravilloso, pero no creo que seamos adecuados el uno para el otro de una manera que no sea como la llevamos hasta ahora
— ¿Por qué no puedes darme la oportunidad de entrar por completo a tu vida?— preguntó él con dolor en su voz— Te he demostrado todo el tiempo que llevamos juntos que realmente me importas, que quiero estar contigo, que me interesa conocer a tu hija... he hecho todo por ti
Juno no supo que responderle.
No podía negar que muchas veces deseó poder encontrar todo lo que quería de una pareja, en Declan. Pero no importó cuántas veces lo intentó, aún existía algo que lo lograba hacer que Juno se sintiera lista para él.
— Lamento no poder verte de la manera en la que tu me ves— dijo Juno en un suspiro— Pero no quisiera engañarte y menos hacerte mas daño del que creo ya te hago al rechazarte... así que lo mejor será que me vaya y que no volvamos a vernos
— Juno...
— Eres alguien muy importante en mi vida, eso jamás lo dudes. Pero debemos aceptar que es mejor estar separados... tú aún esperas cosas de mi que no puedo darte y yo no estoy dispuesta a ceder— siguió diciendo la chica con amargura— Sabes que siempre estaré para ti, pero ya no podemos seguir con esto, no cuando es tan desgastante
— No quiero perderte— dijo Declan tomando nuevamente la mano de Juno y pegando su frente a la de ella— No quiero vivir una vida sabiendo que te tuve y luego te perdí
Y con esas palabras, Juno sintió un nudo en el estómago que por poco la hace derramar un par de lágrimas.
•••
¿Cómo era posible que aún a varios estados de distancia, Spencer aún pensara en la hermosa sonrisa de la chica de la pastelería a quien solo había visto un par de ocasiones?
Aún cuando se encontraba resolviendo casos, para cuando la noche caía y la necesidad de dormir se hacía presente, esa chica se volvía el último de sus pensamientos antes de caer rendido por el cansancio.
Incluso en algunos de sus sueños, Spencer llegaba a encontrarse con ese par de ojos verdes que tanto le habían gustado.
El sonido de unos toques en su puerta lo hicieron salirse momentáneamente de sus pensamientos. Con un poco de cansancio, el castaño se levantó de su cama para averiguar de quien se trataba.
Para cuando se asomó por la mirilla, pudo encontrarse con Morgan, por lo que mientras bostezaba, le abrió.
— ¿Qué ocurre? ¿Encontraron otro cuerpo?— preguntó Spencer un poco preocupado
— No, nada de eso. No te preocupes, seguimos con la misma cantidad de víctimas— negó Morgan— ¿Puedo pasar? No tardaré, lo prometo
Spencer asintió un poco confundido y dejó pasar a su amigo.
Si bien no era muy tarde, Spencer se sintió un tanto extrañado de que su amigo fuera a su habitación en lugar de estar hablando por teléfono con su novia (como usualmente lo hacía después de cada día en donde se encontraban fuera de Virginia).
— No es que me moleste tu presencia, pero... ¿Qué haces aquí?— cuestionó Spencer curioso
— ¿Acaso no puedo venir a ver como se encuentra mi gran amigo, Spencer?— preguntó Morgan
— Morgan...
— Bien, bien, entiendo. Venía a preguntarte si tenías algo que hacer en cuanto volvieramos del caso
"Visitar a la chica linda de la pastelería" pensó como respuesta inmediata
— ¿Por qué?
— Nada en particular, es solo que estaba hablando con Zara y me sugirió que al volver tuviéramos una cita doble...
— ¿Otra vez estás intentando conseguirme citas?— lo interrumpió Spencer— Morgan, ya te dije que no tienes porque hacerlo
— Fue idea de Zara, no mía, además...
— Aprecio tu intento de quererme hacer salir con mas personas, pero como te lo dije la primera vez que intentaste emparejarme con la amiga de tu ex pareja, no hace falta que lo hagas— volvió a interrumpir Spencer— Y por favor dile lo mismo a Zara
— ¿Ni siquiera me vas a dejar contarte sobre ella?
— No, no te dejaré— negó Spencer mientras reía— Se conseguirme mis propias citas
Después de algunos otros comentarios en donde ambos siguieron riendo, Morgan pareció rendirse a que su amigo pudiera llegar a acceder a alguna cita, por lo que termino dejando el cuarto.
Aunque tal vez, Morgan no se rendiría por completo.
•••
Eran las 8 de la mañana, cuando la campanita de la puerta sonó e hizo que Juno levantara la mirada de las cosas que se encontraba haciendo. Sonrió con gran alegría al ver que se trataba de Spencer.
Había vuelto un par de ocasiones después del aquel día en donde Charlotte se había herido, sin embargo fue cuando había varios clientes en espera, por lo que no pudieron tener una conversación o algo similar.
Aún así, Juno se tomó el tiempo para seguir escribiendo mensajes lindos en los vasos en donde le servía su café.
— Buenos días, bienvenido a Thirwall's Bakery. ¿Vas a querer lo de siempre?— preguntó Juno sonriendo
— Buenos días. ¿Cómo que ya memorizaste que es lo que pido cuando vengo?— preguntó Spencer riendo— Si no vengo tan seguido
— Un doble espresso mediano y una rebanada de pastel. Las vas intercalando conforme vienes, chocolate y tres leches— respondió Juno, con orgullo— Y la última vez que estuviste aquí, pediste de tres leches, así que hoy toca de chocolate. ¿Me equivoco? Es difícil olvidarme de alguien como tú
Spencer sonrió al escuchar las palabras de la chica, sin duda se sentía feliz de saber que no era el único en prestar atención al otro.
— Estas en todo lo lo correcto— asintió él— Eso es lo que voy a querer
— Enseguida te lo entrego. Son cinco dólares— cobró la chica— ¿Qué tal tu trabajo? Tenía unos cuantos días sin verte, creí que habías encontrado un lugar mejor para beber café y comprar pasteles
— Tenemos días un poco complejos, pero nada que no se pudiera resolver— contestó Spencer extendiendo el billete para pagar— Y no, créeme que no visitaría otra pastelería en Virginia. ¿Cómo podría cambiar el lugar en donde venden pasteles tan deliciosos y me escriben algo lindo en mi vaso?
Juno se sonrojó ante esas palabras. Si bien estaba acostumbrada a recibir elogios por sus recetas, era como si recibirlos por parte de Spencer fuera aún mucho mejor.
— ¿Y cómo siguió tu hija? ¿No tuvo mas problemas después de su accidente con las cajas?— preguntó Spencer mientras observaba a Juno preparar su pedido
— Está bastante bien. Lo único es que sigue contándole a todo el mundo como es que hiciste una moneda desaparecer, incluso comenzó a interesarse en la magia. Ya quiere ver a todos los magos posibles y películas que incluyan magia— rio Juno— Dice que no existe mejor truco que el de la moneda. Le ganaste al sujeto del parque que sacó un conejo de su sombrero
— Me da gusto haber ayudado a que tu hija y también...
— ¡Juno, el proveedor que estábamos esperando acaba de llegar!— se escuchó la voz de Luna, interrumpiendo la conversación entre ambos
— Debo irme— dijo Juno escribiendo con velocidad en el vaso— Llevo una semana esperando a ese proveedor
— ¿Juno?
— Si— asintió ella con otra sonrisa— Un nombre un poco raro, ¿No lo crees?
— Menos mal que a mi nunca me gustaron las cosas normales— sonrió de vuelta el chico
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