003 || the connections and memories

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Chapter Three
las conexiones y recuerdos.

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PARA JUNO, LOS DOMINGOS SOLO PODÍAN SIGNIFICAR UNA sola cosa y eso era descansar. La pastelería era atendida ya fuera por Zara o por Luna, por lo que ella tenía la oportunidad de quedarse dormida hasta tarde o en algunas ocasiones ir al parque en compañía de su hija.

Ese día, Juno decidió llevar a Charlotte al parque para que jugara con mas niñas de su edad, todo esto mientras ella leía un libro de recetas nuevo. Aún quería innovar con respecto a todo lo que preparaba para la pastelería.

Si bien Annapolis no quedaba tan cerca de su hogar, había un parque al cual Charlotte adoraba asistir por la gran cantidad de juegos que tenían. Era por eso que una vez por mes, Juno trataba de liberar todos sus pendientes para poder ir con su hija al bello lugar.

Mientras la niña de cabellos largos y castaños jugaba con un par de niños en los columpios, Juno se dedicaba a pensar cosas nuevas para innovar en la pastelería. Tenía un buen negocio, pero disfrutaba mucho el crear cosas nuevas para sus clientes.

Y fue mientras pensaba en algunos de sus clientes mas leales, que su mente vagó hasta Spencer Reid.

No lo había vuelto a ver después de aquella noche en donde Charlotte se lastimó con las cajas de la parte trasera y creyeron que alguien se había metido, sin embargo su mente en ciertas ocasiones pensaba en él.

Juno trataba de comprender porque Spencer no parecía poder salir de su mente, pero por mas que lo intentaba, ninguna respuesta parecía salir a la luz y eso la hacía sentirse extraña.

Tal vez era su gran atractivo.

Tal vez fue su bondad al no dudar en desenfundar su arma para protegerla a ella y a su hija cuando se creyeron en peligro.

Tal vez había sido su talento para la magia y para lograr tranquilizar a Charlotte cuando se encontraba llorando.

Realmente había demasiadas razones como para no tener en mente la presencia de Spencer Reid y por extraño que pudiera sonar, a Juno no le desagradaba la idea de pensar en el guapo agente del FBI que le gustaba tomar su doble espresso mediano.

— Mami, un mago está haciendo un espectáculo del otro lado del parque— habló Charlotte llamando la atención de su mamá— ¿Podemos ir? Por favor

— Si, por supuesto— accedió Juno cerrando su libreta de recetas— ¿Ya te despediste de tus nuevas amigas?

— Ellas también quieren ir, fueron a buscar a sus mamás— sonrió Charlotte abrazando su peluche en forma de león

Juno se puso de pie y tomó la mano de su hija para que ella la guiara hasta el lugar en donde el mago haría su espectáculo.

Y es que después del encuentro de Charlotte y Spencer, la niña quedó mas que encantada por todo lo relacionado a la magia, al punto que le pidió a su madre que le pusiera las películas de Harry Potter, saga por la cual la pequeña no estaba interesada. Sin embargo, al saber que todo eso incluía magia, quiso verlo al instante.

Sin duda, Juno le agradecería por eso algún día.

•••

Ya eran casi las 7 de la noche cuando Juno y Charlotte caminaban en dirección a la pastelería. La mujer debía ir a entregar las nuevas recetas para que Luna las practicara, además de que Charlotte quería contarles a quienes consideraba sus tíos todos los trucos de magia que había visto en el show de la tarde.

— Me gustaron sus trucos, pero el de Spencer y la moneda era mucho mejor— sonreía la niña mientras caminaba— Aunque tal vez el del sombrero y el conejo sería parte de mis favoritos

— ¿Realmente te gustó el truco de la moneda, verdad?

— ¡Si!— asintió Charlotte con emoción — ¡Él realmente hizo desaparecer la moneda y no solo la escondió como el mago del parque!

Juno rio por las reacciones de su hija, ella también había visto el truco y no podía negar que se sintió verdaderamente impresionada por lo que ocurría frente a sus ojos, aunque esto fuera algo muy simple, le había gustado.

Para cuando ambas llegaron a la pastelería se encontraron con Izzy, Luna y Zara. Los tres se encontraban debatiendo sobre cual casa de Hogwarts era la mejor.

— ¡Vivan los hufflepuff!— gritó Zara

— Por supuesto que Zara va a gritar vivan los hufflepuff, el único relevante que han tenido en la saga, se les murió en su primera aparición en las películas— rio Izzy esquivando el guante que Zara le había aventado

— Buenas noches— rio Juno entrando al local

— ¡Tío Iz!— gritó Charlotte corriendo a los brazos del hombre de cabellos largos— ¡Te extrañé!

James Izzy era un músico que tocaba ciertos días a la semana en la pastelería y también era lo mas cercano a un mejor amigo en la vida de Juno. El hombre había llegado años atrás al local pidiendo una oportunidad para tocar afuera del lugar y ganar unos cuantos dólares, cosa a la que Juno accedió ya que el sujeto prometió tocar algunas de sus canciones favoritas.

Todo en algún momento concluyó con Izzy asistiendo tres veces a la semana para obtener un ingreso extra y con su integración al equipo de Thirwall's Bakery.

— Juno, que bueno que llegaste, como siempre, te necesitamos para que le des un cierre a nuestro debate del día— sonrió Luna— Ven a poner orden y di cual es la mejor de las casas

— ¿Qué clase de pregunta es esa?— rio Juno dejando su bolso detrás del mostrador— Es obvio que Slytherin es la mejor de las casas, ya deberían de saberlo

— Aquí se terminó nuestra amistad— decía Zara de manera dramática

Todos rieron por el comentario, comenzaron a conversar sobre las recetas nuevas que Juno había traído, todo mientras Charlotte le contaba con emoción a Izzy sobre los trucos de magia que había visto.

•••

Para Spencer los domingos libres, solo podían significar una cosa, mañanas y tardes llenas de lectura. Días en donde pasaba horas y horas releyendo todos los libros que tenía en su hogar. Para cuando estos se terminaban, se levantaba y se preparaba para ir a un parque y jugar ajedrez con algunos conocidos.

Durante su caminata, pasó por Thirwall's Bakery y una parte de él deseó ir a comprar un café, esto solo como excusa para poder volver a ver a la linda chica con la que había hablado unos días atrás.

Notaba que había varias personas esperando a ser atendidas y solo una en el mostrador, la pelirroja que estuvo en el local la primera vez que fue, también había un chico de cabellos largos tocando la guitarra. Pero no había señal alguna de la hermosa chica de ojos verdes.

Spencer decidió no entrar y seguir con su camino. Adoraba el café de la pastelería, de eso no había duda, pero sabía que este no sería lo mismo sin los amables mensajes escritos en el vaso o sin las cálidas sonrisas de la castaña.

Mientras más pasos daba, la imagen de quien atendía la pastelería se volvía cada vez más visible en sus pensamientos.

El castaño parecía no poder creer como aquella chica a quien solo había visto dos veces, se había logrado meter tan a fondo en sus pensamientos.

Si no fuera una persona tan tímida y tan malo para hablar con chicas, lo mas probable es que ya le hubiera preguntado al menos su nombre.

Aunque por un momento pensó también en Declan (el sujeto que había ido por ella la última vez que estuvo en la pastelería). Ella no parecía estar muy cómoda ante la idea de que él viera a Charlotte, por lo que Spencer asumía que no se trataba del padre de la pequeña, además de que no vio ninguna figura parecida a él en los dibujos que se encontraban pegados en la pared de la pastelería.

Tal vez Declan era alguien con quien la chica de la pastelería se encontraba saliendo.

Un pensamiento que desanimó un poco a Spencer.

Porque tal vez Spencer no tuviera grandes sentimientos por la chica, pero sin duda estaba intrigado por ella y claramente estaba demasiado interesado en conocerla.

•••

Para cuando llegó el día lunes, Juno se encontraba atendiendo la pastelería como era la costumbre, solo que ahora con la diferencia de que Zara también se encontraba con ella en lugar de Luna, quien pidió permiso para llegar un poco mas tarde debido a temas escolares.

Zara y Juno se encargaban de acomodar flores en los floreros que decoraban el centro de las mesas del local, cuando la campana de la puerta sonó. Alguien había entrado, alguien que le dio una alegría enorme a una de las dos chicas que se encontraba ahí.

— ¡Derek!— sonrió Zara— Cariño, ¿Qué haces aquí? Te creía de camino al trabajo

— Hola preciosa, a eso voy, pero recordé que me dijiste que hoy ayudarías en la pastelería y quise pasar a saludarte— sonrió el hombre abrazando a su novia— Hola Juno

— Hola Derek— saludó de vuelta la chica— ¿Quieres que te prepare algo?

— Ya sabes como me encantan los pastelillos de blue berry que preparas, dame un par para llevar— exclamó Derek

Juno asintió y fue a la parte trasera del local para preparar el pedido del novio de su mejor amiga.

Derek y Zara llevaban juntos aproximadamente 6 meses, por lo que Juno sabía, se conocieron en el hospital en donde su amiga trabaja, un día que Zara se encontraba afuera esperando un taxi y que Derek iba en camino a ver a alguien.

No había sido la manera más romántica para conocerse, pero sin duda ese día se generó un gran interés por ambas partes, al punto que un día Derek se atrevió a ir nuevamente a ese hospital, solo con la intención de volver a encontrar a Zara.

Juno no sabía mucho sobre la vida de Derek, realmente no es que fueran amigos (aunque Charlotte parecía llevarse bien con él las ocasiones que lograban coincidir) hablaban un par de veces cuando iba a la pastelería para esperar a Zara, sabía que era un policía, pero no sabía exactamente de que tipo. Aunque si era honesta, no le importaba mucho esa parte, lo único que le importaba es que fuera alguien bueno y que hiciera feliz a su mejor amiga.

— Aquí, tienes, pastelillos de blue berry— sonrió Juno entregando el pedido— Serían 4 dólares

— He comido en diferentes lugares del estado y te puedo asegurar que nadie hace pastelillos como los tuyos, de verdad son deliciosos— decía Derek mientras sacaba su billetera para pagar— Solo diré que eres mi segunda repostera favorita porque la primera es Zara

— De algún lado tuve que aprender— rio Juno

— Aunque agradezco el halago, muchas veces el estudiante supera al maestro y Juno conmigo fue el caso— dijo Zara viendo a su amiga

— ¿Y cómo te va, Juno?— preguntó Derek— ¿Cómo está Charlotte?

— Pues, supongo que todo en orden. Las ventas en la pastelería van muy bien, Charlotte ahorita está en la escuela y según su maestra aprende con velocidad— contestó Juno alzando los hombros— No hago mucho en realidad

— Eso es porque se la vive en la pastelería y cuidando a Charlotte. Siempre le insisto en que tenga citas y no me hace caso— exclamó Zara— ¡Desaprovecha su belleza!

— No tengo interés en lo amoroso, no tengo el tiempo para eso— rio Juno

— Suenas igual a uno de mis amigos, se la pasa diciendo eso cada que le insisto en que busque citas— agregó Derek

El teléfono de Derek sonó, lo que hizo que las risas cesaran. Parecía ser algo importante porque el semblante del hombre cambió por completo al momento de contestar.

— Morgan

Juno había recibido un billete de cinco dólares, por lo que mientras Derek hablaba por teléfono y Zara se robaba uno de los pastelillos de su novio, ella se dedicó a registrar la venta y a sacar el cambio de la caja registradora.

No quería interrumpir por lo que le entregó el cambio a Zara, quien al aceptar el dinero volvió a guardarlo en la billetera de su novio.

Segundos mas tarde, Derek colgó la llamada.

— Debo irme, tenemos un caso y parece ser de los fuertes— le dijo Derek a Zara— Te avisaré a donde me mandan, te aviso cuando venga de regreso para vernos en caso de que el hospital te lo permita

— Está bien— asintió Zara besando cortamente a Derek— Ve con cuidado y salúdame a todos, te acompaño a tu auto

— Gracias por los pastelillos, te veré luego, Juno— se despidió Derek

— No es nada, ten un buen día

Derek y Zara salieron de la pastelería tomados de la mano. Juno se quedó en el interior de la pastelería atendiendo a un cliente que acababa de entrar.

En el trayecto al auto de su novio, Zara se quedó concentrada en sus pensamientos, cosa que Derek notó, era claro que a su novia se le había ocurrido algo.

— ¿En que tanto estás pensando?— preguntó él

— Me surgió una idea... pero si Juno se entera me va a colgar

— ¿Qué se te ocurrió?

— Déjame adivinar, el amigo del que hablabas hace un rato era Spencer, ¿No es así?

— Si, ¿Por?

— ¿Y si le organizamos una cita a ciegas a Juno con Spencer?— sugirió Zara con una sonrisa inocente— Los conozco, claramente mas a Juno que Spencer, pero creo que podrían tener cosas en común

Derek no sabía que decir, no sonaba como una mala idea, pero tampoco le gustaba la idea de entrometerse en la vida amorosa de su amigo (aunque algunas veces lo molestara con esa clase de cosas).

¿Sería una buena idea?

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