𝐂𝐚𝐩𝐢́𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐂𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨
Tae Hyung y Hee habían estado discutiendo, pero el menor se había cansado de tantas ofensas en pocos minutos —Renuncio, y no volvería a trabajar para usted aunque me muera de hambre —Yoon Gi tomó a Tae Hyung de los antebrazos cuando vio a su tía darle un manotazo en el rostro.
—Son tan malagradecidos, yo que he sido tan benévola con un par de huérfanos.
—Vaya con Dios y que le dé un premio.
—Tae... —intervino Yoon Gi sin soltar sus brazos.
—Es la verdad, se jacta de su mano benevolente, una que acaba de golpearme. Váyase a la mierda —Yoon Gi empujó a su hermano recibiendo ahora por él un golpe en el rostro.
—¡Pero Yoon Gi! —gritó al socorrerlo. El mayor había dejado escapar sus lágrimas, miró a su preocupado hermano que lo acariciaba.
—Ya olvídalo, es mejor que te vayas —el menor negó, pero Yoon Gi estaba muy enojado—. Obedece y vete —los miró a los dos y sin más se fue demasiado molesto.
—Que mal has educado a ese chico, morder la mano que te alimenta es de perros sarnosos.
—No soy responsable de lo que él haga con su vida.
—Eres un miserable Yoon Gi, ni para criar a tu hermano has servido. Maldita sea la hora en la que a mi hermano se le ocurrió fijarse en la zorra de tu madre —el menor trago fuerte con una expresión de odio bastante grande.
—Le pido que no hable de mi madre.
—Te recuerdo que esa golfa a quien defiendes te abandonó, y con razón para tener un hijo bueno para nada como tú —apartó su mirada. El tema de su madre era muy delicado, aunque la madre de Tae Hyung lo había sido todo para él, sentía tanto dolor cada vez que recordaba que su madre biológica lo abandonó—. Son un par de miserables, al menos Tae Hyung todavía tiene oportunidad de enderezarse, pero tú lo estás arruinando. Ya me enteré que volvió a juntarse con el bueno para nada de Ji Min y es todo culpa tuya, no tienes la exigencia necesaria para enderezar a ese muchacho.
—Lo que haga Tae Hyung con su vida está fuera de mí, es un adulto —la mujer se había reído con ironía.
—Eres un inútil, solo te recuerdo que el día que muera, todo lo que tengo será solo para Tae Hyung, estás fuera de mi testamento —Yoon Gi rodó los ojos, eso era un tema con el que ella siempre decía cuando se quedaba sin argumentos—. ¿Qué?, ¿no necesitas de mí? Entonces búscate otro trabajo ¡Vamos! —mencionó mientras palmeaba con fuerza—. Quizá consigas un trabajo de prostituta como la golfa de tu madre —gritó al empujarlo, pero Yoon Gi contuvo sus emociones y se apartó—. Miserable —escupió mirándolo por última vez antes de irse.
Había llevado su mano al rostro en un llanto desconsolado que fue posible calmar en la soledad de la cocina de la pastelería. Solo tenía una única razón por la que Yoon Gi todavía trabajaba para ella, y ese motivo era Tae Hyung, estaba seguro que si se mantenía lo suficientemente cerca de su hermano evitaría que hiciera tornerías.
Trabajaba en la pastelería en hornada de tiempo completo, pero a veces tocaba el piano en varios lugares, entre esos restaurantes, bares o incluso hoteles, era parte de una agencia que administra esos detalles. Había conseguido ese puesto desde que estudiaba en la universidad porque el administrador y él se habían hecho buenos amigos, pero no podía especializarse en ello a tiempo completo con su actual situación.
Yoon Gi había llegado al departamento cuando su turno terminó. El menor picaba verduras sobre la isla mientras lo acompañaba algo de música.
—¿Qué haces en casa tan temprano? —preguntó dejando la mochila sobre el sofá y acercándose a él para abrazarlo.
—Hoy estoy libre... quiero cenar contigo, por eso me adelanté para prepararte algo rico para comer —dejó un pequeño beso sobre el moretón que el mayor tenía en su pálida piel.
—Ohh... muero de hambre, muchas gracias Tae Hyungnie.
—Pronto estará listo —sonrió—. Yoon... lamento mucho que ella te golpeara, lo recibiste por mí, no es justo.
—No importa, de verdad —Tae Hyung le vio la mirada triste, pero no dijo nada más y solo se dispuso a terminar la cena, aunque Yoon Gi le ayudó para terminar más rápido.
Pasaba la media noche, su hermano estaba dormido en el dormitorio que compartían, la casa era muy pequeña, pero Tae Hyung siempre respiraba amor dentro de su hogar. Se levantó despacio y salió de puntillas para no despertarlo. Se dirigió al pequeño patio para tomar una mochila que escondió detrás del basurero. Ji Min lo estaría esperando a una cuadra de su casa.
Llegaría antes del amanecer a su casa para que su hermano no se enterase. No podía quedarse más tiempo en la casa cuando ni siquiera le había pedido permiso a su jefe para tener un día libre, había sido una mentira, solo quería asegurarse de que Yoon Gi estuviera bien antes de irse.
Había estacionado el auto a unas cuadras de su destino. Un club que había sido recomendado como "apetecible". La investigación sobre el lugar había comenzado hace meses por un solo motivo, Park Hyun Jin frecuentaba el lugar muchas veces al día y recientemente Park Ji Min también lo ha estado haciendo. Había sido un giro nuevo para el caso.
Park había pagado por sus delitos del pasado, el motivo principal del cual se le perseguía ahora era porque estaba enredado en el caso 360, se sabía que tenía relación con el Tipo A y si se descubre su complicidad en el caso sí podría estar cometiendo un delito, además de eso, si el club que miraban sus ojos estaba relacionado con la prositución, debían agregar un delito más a la lista.
En total son cuatro hermanos Park y todos ellos han sido investigados. Se sabía que Park Ji Min reside en Corea del Sur a diferencia de los demás, pero hace un tiempo que Park Hyun Jin regresó y los encuentros de los hermanos parecían ser menos privados que antes. Los otros dos hermanos residen en Taiwán junto a Hyun Jin.
El investigador que había tomado el cargo del club donde frecuentaba su objetivo, le había tomado meses conseguir la información necesaria para saber que el club era solo una fachada para algo más. Sabía de la existencia de una membresía para esa parte "apetecible" del lugar.
Tener la confianza de las personas correctas había sido complejo, pero ahora que la tenía, consiguió sacar un par de membresías para él y para Seok Jin, así podrían seguir con la investigación más a fondo. Se salía de las manos de la Fuerza Especial desmantelar un burdel, pero si los Park tenían algo que ver en ello, a Seok Jin no le molestaría hacerse cargo.
Entrar al club había sido sencillo con ayuda, su colega se había vuelto un cliente frecuente para ellos y quizá, el enrolle de alguien de alto mando que era lo bastante distraído como para no darse cuenta, que el agente había colocado el nombre de Lee Min Ho en la lista VIP del club.
Miró a su alrededor, pero el sitio era muy grande cómo saber si su objetivo estaba en esa parte del club. Hizo un poco de tiempo antes de dirigirse a una parte que se clasificaba como "Zona VIP". Al llegar ahí mostró la membresía que su colega le dio, lo habían guiado por el pasillo que mostraba varias puertas de zona VIP, pero una de ellas era la puerta de lo "apetecible".
Miró que detrás de la puerta habían escalones, la apariencia no era segura en cada escalón que dio, pero cuando llegó al final vio de lo que "apetecible", quería decir. El ambiente no era ni parecido al estruendo del club, la música suave y la iluminación hacían juego con los muchachos que bailaban desnudos y otros con muy poca ropa sobre las tarimas destellantes que eran rodeadas por muchos hombres.
Había mirado su alrededor que era mucho más reducido que el club. Parecía que buscaba un mes disponible, pero más que eso visualizaba para encontrar a su objetivo entre la multitud. Había llegado hacía él un muchacho que vestía un corbatín y un conjunto de ropas que apenas lo cubrían —Bienvenido cariño, ¿quieres que te lleve a una mesa? —Seok Jin asintió mirando cómo el muchacho tomó su mano para entrelazar sus dedos. Caminaron hasta dar con una mesa disponible que estaba cerca de una de las tarimas—. Este es el menú, le daré unos minutos y volveré para tomar su orden —Seok Jin asintió sin mirarlo.
Sus ojos habían sido robados por un ángel que se movía muy sensual y con lentitud, tenía la mirada demasiado engreída para ser actuada, la piel canela bajo unas ropas negras llenas de plumas, con el cabello largo, rizado y totalmente oscuro, entonces sudo en frío por lo que estaba mirando.
Definitivamente un burdel no era una opción para enamorarse, pero él se sentía seducido con tan solo una mirada. Quería mentir para pagar una noche con él bajo la fachada de que quizá el bonito muchacho tuviese algo de información, pero solo eran su necesidad de tener sexo que pensaba por él. Sin pena alguna se acercó hasta ahí llamando la atención del caprichoso con tan solo su mirada.
El muchacho sonrió observando la ropa fina y el reloj de la mano derecha. Se había emocionado del pez que había logrado cazar, hombres mayores y con dinero eran sus favoritos.
Se acercó de forma coqueta mientras bajaba despacio hasta quedar sobre las rodillas, Seok Jin sonrió un poco engreído de que el ángel le dedicara su máxima atención. Sacó un par de billetes del bolsillo dejándolos apenas en las tiras del traje que lo cubría. Se miraron fijamente y supo que esa noche todo iba a cambiar.
Se encontraba sentado en el sofá frente a la mesa con un licor puro a medias y el ángel sentado sobre sus piernas coqueteando con sonrisas y besos delicados en sus mejillas y cuello, soltando de ese dulce veneno para convencerlo en pagar su tarifa. Como si Seok Jin estuviera dudando todavía en hacerlo, lo había flechado con sus encantos.
Muchas gracias por leer ❤
-: ✧ :-゜・.FairyWinB
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