«𝗣𝗿𝗼𝗹𝗼𝗴𝘂𝗲»
Una mujer de cabellos negros tomo en brazos rápidamente a aquella pequeña niña que estaba dormida anteriormente, la niña de apenas un año de edad se despertó observando a la mujer que le cargaba. Sus ojos curiosos veían a la mujer angustiada que parecía ir con mucha rapidez para salir de aquel lugar con paredes blancas.
—Estaremos bien, estaremos bien... —La mujer habló mientras rápidamente se dirigían a una van. Colocó a la niña en una silla para bebés en la parte trasera, mientras las lágrimas corrían por las mejillas de la adulta, sollozando.
Katherine vio a la distancia como el fuego empezaba a aumentar en aquel laboratorio, en donde todos sus compañeros estaban dentro, pero aun nada de eso terminaba. Pensaba que luego de haber dejado el laboratorio anterior estarían a salvo, pero otra amenaza había llegado y eso provocó que deban volver a irse.
La científica iba a cerrar la puerta de la van, hasta que justo sintió como un hombre la lanzaba al suelo para así golpearla. El hombre la amenazó diciendo algo que no pudo entender, sueco al parecer. La mujer de cabellos negros trato de quitarse al hombre de encima, hasta que luego vio como otro se estaba acercando a la pequeña niña la cual pronto al ver el peligro empezó a llorar, poniendo alerta a la mujer científica que enrollo sus piernas alrededor del hombre para así dar una vuelta y estar arriba de él y propinarle un golpe, el otro hombre que iba a tomar a la niña detuvo su acción y fue rápidamente a agarrar a la científica para que así el hombre que estaba en el suelo tome acción y así golpearla entre los dos. La de ojos oscuros dio un pequeño gruñido y dio una firme patada al de enfrente y luego un codazo al que la sostenía y así luego darle un rodillazo. Podría acabarlos ahí mismo con facilidad, pero quería largarse lo más rápido posible y evitar hacer tiempo al enemigo y que lleguen más.
Se dirigió de nuevo a la puerta de la van para así cerrarla, hasta que justo escucho el sonido de un arma y un disparo que fue directo a un lado de su pie que por suerte no le dio. Se dio la vuelta rápidamente, pero a la vez enfrente de la niña que seguía llorando.
—Ni un paso más... perra. —El hombre le estaba apuntando con su arma, para luego hacer hacia atrás la corredora de la pistola y tenerla lista para solamente jalar el gatillo.
El hombre del arma le hizo una seña al otro, aun adolorido por lo que la mujer había hecho anteriormente, pero se acercó a esta confiado de que podrá atraparla ahora. El hombre caminó al frente de la mujer a paso seguro y un rostro totalmente serio, haciendo contacto visual con la mujer, que solamente se mantenía en su lugar con las manos en alto, viendo fijamente al hombre que no pudo ni dar un paso más apenas la de cabellos negros abrió la boca.
—Detente.
Se había quedado ido al escuchar la lúgubre voz de la mujer que ahora sonaba más distorsionada y en eco. Efectivamente, había hecho caso al mandato de la pelinegra, estaban cara a cara y Katherine ahora mantiene control de la situación.
—¡¿Qué estás haciendo?! ¡Atrápala!
La de cabellos negros se mantuvo en su sitio, vio de reojo al otro hombre que le gritaba al otro que se moviera y ni tan rápida ni tan lenta dio otra orden, manteniendo una increíble y temible calma a pesar de lo que sucedía. Se había prometido no usar eso otra vez, pero simplemente algunas veces las promesas hay que romperse.
—Encárgate de él y luego... disparate. —Observó cómo el hombre se daba la vuelta e iba hacia el otro para así empezar a atacar, haciendo que los dos entren en una pelea ahora. Luego vio a la niña que seguía llorando y trato de calmarla a pesar de lo que había en el fondo, logrando relajarla y luego cerrando al fin esa van y así subirse para largarse lo más rápido que puede, pensando en donde ir a mudarse ahora con la pequeña.
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La coreografía iba a empezar, la música se escuchaba de fondo y desde ahí podía ver como la pequeña Haley empezaba a hacer aquella rutina de gimnasia que tanto estuvo practicando, la forma en que la niña de siete años se movía le daba orgullo a Katherine, realmente se veía bastante feliz. Siempre trato de mantenerla ocupada, ella ha sido su prioridad desde años, y a la vez intentar prepararla para todo, por si llega el día en cualquier momento. Trataba de mantenerla feliz, pero a la vez lista, aunque aún no empieza lo duro, apenas estaban empezando.
Katherine sonrió feliz y aplaudió cuando la rutina de Haley había terminado, totalmente feliz de ella, viendo de lejos como la niña le saludaba y le dedicaba una pequeña reverencia. La científica dio una risa al ver la felicidad de la niña, orgullosa de ella y de su crecimiento, pero a la vez empezó a sentirse triste y temerosa por las cosas que ella podría llegar a pasar, especialmente por los padres de esta. Siempre había dudado en llegar a decirle la verdad a la niña, sobre lo que era, siempre se ponía a pensar en su reacción, en los posibles problemas que se le pueden atravesar... y para eso se había puesto manos a la obra en prepararla desde temprana edad y un tanto dura, siempre, pero también temía que eso borrara la sonrisa de la joven.
Ella iba a protegerla, cueste lo que cueste, no le importaba si llegaba a ser difícil o no, lo haría porque se lo debía a sus padres y de todas formas, Haley Edevane era como una hija para Katherine.
Efectivamente, empecé una nueva historia, esta vez de Spiderman, aaaa, no me culpen, tenía unas fuertes ganas de escribirla. Eso sí, se empezará con el arco de Haley, luego ya avanzaremos a Homecoming. Tratare de hacer las cosas en un buen orden a decir verdad, y a la vez de que espero que se vean bien o llegue a gustarles la historia. En fin, nos vemos a la siguiente, me despido.
-Reggie00-
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