𝟎𝟏𝟐
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12. Como si fuera suya
Allí estaba Silver junto a sus amigas contándoles cada cosa de lo que había pasado mientras ambas la miraban totalmente sorprendidas—¿le ocultaron que tenía una hija?—trato de entender Evangeline en shock—espero despida a sus managers.
—Lo hará, despidió a Angela también, pero no sé cómo sentirme al respecto, ella solo hizo aquello por miedo a perder su trabajo—admitió.
—Sí, pero en el proceso le quito a una niña la oportunidad de tener un padre los primeros tres años de su vida—le recordó Mar—¿qué pensáis hacer?
Silver suspiro, Lewis y ella habían acordado hablar con Camille antes del Grand Prix de Miami, ambos viajarían a Francia y en la comodidad del hogar de Silver hablarían con su hija— supongo que tendré que contarle esto a mi hermano y a Charles.
—Esperemos que esta vez no traten de asesinar a nadie— se burló Eva.
—Yo tengo una cita—sonrió mar cambiando de tema— ¿recordáis a mi amiga Aria?— ambas asintieron recordando a la actriz italiana— me organizo una cita con uno de los que salen en su última película, Austin, creo que es su nombre.
—¿No te sabes ni el nombre?— pregunto Silver.
La chica le resto importancia, solo saldría con el porqué su padre la estaba molestando sobre cuando se casaría y así pensaría que está haciendo algún tipo de esfuerzo—hola chicas—interrumpió Max abriendo la puerta de la suite, acercándose a besar la mejilla de Silver quien sonrió por aquello—veo que tenéis caras serias, ¿interrumpo algo?
—Para nada, nosotras debemos irnos como sea, adiós—básicamente salieron corriendo.
—Siento que me estoy perdiendo de algo—tomo asiento junto a Silver y la misma le contó todo lo sucedido, a lo que Max sintió un poco de alivio—sabía que debía ser un malentendido, era imposible que Hamilton hiciera algo así.
—Ahora todo se complica, pero estoy feliz—admitió—no me importa más nada que el hecho de que mi hija tiene un padre que la quiere, que quiere formar parte de su vida.
—Estoy muy feliz por ustedes, y si necesitas espacio lo entenderé.
—Hamilton es el padre de mi hija, pero no es mi pareja y nunca lo fue Max—acaricio su mano—por lo tanto, nada cambia entre nosotros.
—Excelente—beso sus labios causando la risa de la chica— ahora debes de hablar con tu loco amigo y hermano, ¿algún plan?
— Solo planeo evitar que maten a Lewis, no queremos que Camille pierda al padre que apenas tiene—bromeo—¿quieres saludarla?, en algunas horas nos iremos a Francia y sé que ella quisiera despedirse.
—Me encantaría, si quieres os puedo llevar al aeropuerto también.
(...)
Silver había tomado la decisión de invitar a su mejor amigo y a su hermano a cenar a su piso, donde podría hablar con calma, Hamilton incluido en la cena, ya que al menos si trataban de golpearlo podía usar la excusa de que Camille dormía y eso lo evitaría.
—Eres el primero—sonrió cuando abrió la puerta a Hamilton quien tenía una botella de vino en la mano y en la otra un regalo envuelto— bienvenido a piso—lo dejo pasar.
—es hermoso—admitió, no era tan espacioso, pero estaba muy bien decorado, con mucho arte parecía que el mismo fuera un museo—siempre has tenido un gusto increíble.
La chica sonrió de lado, tenían aquel parecido, eran fanáticos del arte y la moda—imagino que el vino es para Camille y el regalo para mí—bromeo a lo que el corredor rio.
—Me dijiste que le gustan los autos, es una réplica del auto del Mclaren de Senna.
—¿no de tu auto?
—Mi ego no es tan alto.
El sonido de la puerta los interrumpió—puedes abrir el vino en la cocina—se dirigió a la misma encontrándose con Charles y Hock—mis chicos.
Ambos pasaron—esto es raro—fueron las palabras de Hock—muy raro.
—yo solo vine por la comida gratis—admitió Charles—Silver prepara la comida vegetariana menos vegetariana—tomo asiento en la mesa.
—¿nos invitaste por alguna razón específica?
—bueno—suspiro—mejor que bebamos un poco antes—lewis apareció con el vino—momento perfecto.
—¿qué hace este aquí?
—¿Estáis saliendo?
—no—negó rápidamente Silver.
—Debía venir a Francia por un compromiso y le comenté a Silver que quería conocer mejor a Hock, me invito—explico, mintiendo.
El menor se emocionó y así pasaron la cena, contando anécdotas, bebiendo y riendo de muchas tonterías, tal vez no sería tan malo, quería pensar la francesa.
—Maman —susurro una pequeña Camille apareciendo.
—mon chéri—respondió la chica tomándola en brazos—¿te despertamos?
—no, soñé feo—se acurrucó en los brazos de su madre—¿Lewis?
El inglés se levantó de la mesa acercándose a las dos y acariciando el pelo de Camille—Hola preciosa, te traje un regalo, qué tal si lo abrimos y luego te leo un cuento así tratas de dormir, ¿te parece?—miro a silver esperando su aprobación a lo que esta asintió cuando camille sonrió de felicidad, ambos salieron de allí.
—lo dejas con camille que básicamente no la conoce—reprocho Hock.
—Confió en que la cuidara—soltaría la bomba, nunca habría mejor momento—como si fuera suya... porque lo es.
Silencio puro, ambos sorprendidos y sin entender nada, Charles confundido, ya que no veía a su amigo abandonando a una Silver embarazada y todavía menos no reconociendo a su hija.
—No penséis que no la reconoció porque no quiso, creí eso por años, pero resulta que no lo sabía—explico— no actuéis como locos, es mi vida y la de mi hija, la de nuestra hija, esto es entre Lewis y yo, pero quería que lo supierais antes que todos.
—¿te acostaste con Lewis?—siguió sorprendido, Hock recibiendo una palmada en la espalda por parte de Charles.
—Oh amigo, tu hermana y Hamilton tenían más tensión sexual que Carlos y Mar, ¿puedo ser el padrino de la boda?
—No estamos juntos, yo... se podría decir que hablo con Max.
—Por dios—se levantó Hock molesto— mama tenía razón, eres una cualquiera.
—¿qué acabas de decir?—apareció Hamilton más que molesto—cuidaría como te refieres a la madre de mi hija.
—Tú cállate. Yo te invité a verme y resulta que te acostabas con Hamilton y ahora con Verstappen, eres una jodida puta—grito molesto, pero Silver solo sentía una lágrima bajando por su mejilla, nunca en su vida pensó escuchar aquello de su hermano.
—Es mejor que te vayas Hock, pediré que un auto te lleve—lo saco de la casa Charles—tu hermano no sabe qué diablos dice, tu madre y tu padre le repiten esas tonterías cuando pueden y él es un crio—trato de calmarla—Lewis cuídalas.
Con eso se fue mientras Silver rompía en llanto en los brazos de Hamilton.
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