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11. es nuestra

 Silver lo miraba como si estaba loco, ¿tenía los cojones para preguntarle aquello?, luego de tres años de saber la respuesta a aquella pregunta.

—Sabes la respuesta Lewis— lo miro con ojos llenos de dolor, le dolia tener que hablar con el sobre esto.

Lewis se dejó caer en el sofá con ojos lagrimosos—¿por qué nunca me lo dijiste?— pregunto.

—¿Qué?— dijo molesta—¿estás jodiendo, no?

El inglés la miro confundida—tengo una hija Silver y me lo ocultaste por tres jodidos años, ¿cómo pudiste?, ¿qué diablos te hice para que me dejaras fuera de su vida?

Porfin Silver entendió todo, le cayó como un vaso de agua fría la realidad de la situación, Lewis no tenía ni puta idea de que Camille era su hija, nadie se lo había dicho. La francesa se dejó caer al lado del inglés con lágrimas corriendo por sus mejillas—¿no lo sabías?

El piloto negó confundido, ¿cómo debía de saberlo?—espera, ¿tú piensas que yo lo sabía?, ¿deberás piensas que negaría a mi hija?— la miro dolido— no soy ese tipo de persona Silver, nunca haría una cosa así.

—Te llamé dos veces— susurro con la voz rota— la segunda vez, angela me dijo que negabas totalmente la posibilidad de que tuvieras una hija.

Lewis la miro con los ojos abiertos, le costaba creerse aquello, pero sabía que silver no le mentía, había hecho todo sola por tres años y no había sido por decisión propia, la francesa podría ser cabeza dura, pero no era ese tipo de persona.

—Silver...— susurro en lágrimas—lo siento tanto maldita sea, te juro que no sabía nada, Angela no me lo dijo.

Ambos estaban destrozados, Silver le había guardado rencor a un hombre que simplemente no tenía ni idea de la existencia de su hija, mientras que Lewis se había perdido los primeros tres años de Camille, se perdió sus primeros pasos, primeras palabras, todo.

—Por dios— rompió en llanto la pelinegra, sintiendo los brazos del inglés levantándola y colocándola en su regazo para abrazarla mientras ambos lloraban juntos— perdón, perdón— susurraba—debí tratar más veces.

—No es tu culpa— acaricio su mejilla limpiando sus lágrimas— maldita sea, no tienes ninguna culpa, aquí el que debe pedir disculpas, soy yo y el que debe darte las gracias, me diste una hija— sonrió de lado— y es jodidamente perfecta.

—Se parece tanto a ti— rio entre lágrimas— aun sin conocerte y sin saber que eras su padre, tiene tus mismos gustos.

—Cuéntame todo— pidió casi suplicando— ¿cuál fue su primera palabra?, ¿cuál es su color favorito?, ¿dormía la noche de pequeña?

Y allí, sentada sobre el regazo del padre de su hija, le contó todo, desde como descubrió que estaba embarazada a los problemas que tuvo Camille al nacer— tenemos una hija— susurro cuando termino.

—Tenemos una hija— respondió entre risas y lágrimas abrazándola— quiero conocerla bien, recuperar todo el tiempo perdido, te lo pido por favor, sé que viniste por tu hermano, pero quiero que me permitas conocer a mi hija.

—Es tuya Lewis, tienes todo el derecho— sonrió de lado.

—Es nuestra— beso su frente.



(...)


Lewis llegó a buscar a Toto molesto, tenía tantos sentimientos adentro, felicidad de que tenía una hija, dolor de no haber sido parte de su vida ni de la de silver, pero más que nada estaba furioso, porque alguien le había ocultado todo esto.

—Voy a preguntarte algo y quiero la verdad— entro en la habitación del austriaco—¿sabías que Silver tendría un hijo mío?

El hombre lo miro sorprendido— claro que no, si lo hubiera sabido te lo habría dicho, ¿por qué diablos preguntas?

—Silver llamo dos veces para contarme, Angela le dijo que yo negaba tener un hijo— murmuro confundido y dolido— es algo que jamás me hubiera imaginado que ella hiciera, trabaja conmigo desde hace años por dios, es más que mi asistente, es mi amiga.

—Me parece sumamente raro y creo que deberías hablar directamente con ella, no tiene excusa, pero alguna explicación deberá de tener— respondió para colocar una mano sobre el hombro de su corredor— felicidades papa— le sonrió, a lo que el inglés respondió igual.

—Tengo una hija Toto— rio de felicidad— no tengo ni puta idea de como ser un buen padre, pero haré todo lo que pueda.

—Confió en que serás un buen padre— lo abrazo.


(...)


—Lewis— sonrió su asistente al encontrárselo en el restaurante del hotel, el inglés tomo asiento—¿qué necesitas?

—Me ocultaste algo Angela, por tres jodidos años— respondió— y quiero saber el porqué diablos harías eso.

La cara de la mujer le dejaba saber qué sabía, de qué le hablaba—¿ya lo sabes?, desde que la vi en el paddock me imagine que lo descubrirías.

—¿por qué?, eres mi amiga, no entiendo por qué me ocultarías que tengo una hija.

—No quería hacerlo, cuando Silver llamo quería correr a decírtelo, que ibas a tener un bebe con la mujer que siempre habías querido— recordó todas las veces que Lewis le dijo que algún día Silver sería su mujer— estabas en una reunión y quise interrumpirla, pero uno del grupo de tus managers me dijo que se lo dijera a él, le conté y me ordeno que no te dijera nada, que debía ser una groupie más, insistí en que no, pero me dijo que si te decía algo iba a despedirme.

—Jamás hubiera permitido que te despidieran— susurro como respuesta.

—Hoy en día lo sé, pero en aquel momento estaban sucediendo muchas cosas, estabas molesto con todo y todos, pensé que no te importaría y yo solo... hice lo que se me pido, te pido disculpas a ti y a Silver. Mañana tendrás mi renuncia.

—Fueron buenos años— la quería, pero su dolor por lo que le causo, no solo a él a su hija y a la madre de la misma, era más.

—Lo fueron, espero que seáis muy felices, serás un excelente padre.




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