𝟎𝟎𝟗
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09. súper Max
Lewis llegó al restaurante lo más rápido que pudo, tenía algo en la cabeza que no podía sacarse, era como si todo finalmente hiciera sentido, pero al mismo tiempo no, porque de ser así algo andaba muy mal.
—¿Tiene reservación?, por dios es Lewis Hamilton, le busco una mesa de inmediato— dijo la mesera rápidamente.
—No es necesario, busco a Marina Galvez.
La chica la guio a la mesa donde se encontraban Evangeline y Mar riendo, ambas miraron a lewis completamente confundidas—¿hola?
El inglés se sentó en el sofá donde estaba sentada Mar— voy a preguntar algo, quiero que me respondáis con honestidad.
Ambas se miraron entre ellas aún más confundidas— ve al punto Hamilton— pidió Mar.
—¿Quién es el padre de Camille?
Evangeline literalmente escupió el agua que bebía mojando a Mar—¿es broma?
Lewis bufo— necesito saber la respuesta, por favor chicas.
Mar le dio una mirada de alerta a Evangeline, Lewis no tenía ni idea de que camille era suya, por tres años habían pensado que simplemente no quería estar en su vida, pero allí estaba sin saber que tenía una hija.
—Escucha, no podemos responderte eso, pero haremos que Silver hable contigo, es lo único en lo que podemos ayudarte, pero tendrás que esperar, tiene un vuelo en la madrugada para volver a Francia hasta el próximo grand prix en italia.
El inglés quería quejarse, pero Mar rápidamente lo detuvo— es lo único que podemos ofrecerte Lewis, lo siento.
(...)
Silver decidió volver a Francia considerando que entre el grand prix de Australia y el de Emilia Romaña había catorce días, quería pasar unos días en casa en paz, aquella paz duro muy poco, pues Max y Lando aparecieron.
—¿Entonces si me perdonas?
—Si lando— repitió por tercera vez— no es tu culpa que tus neuronas no funcionen como deberían, tas chiquito— bromeo.
—Súper max—grito Camille viendo al holandés y corriendo a sus brazos.
—Creo que tu hija se enamoró de Max.
—Tiene buen gusto— rio el campeón del mundo—¿no tenías algo que hacer lando?
—¿Yo?, no...—al ver la mirada de su amigo entendió que quería que se fuera— ¡sí!— se levantó del sofá de Silver—tienes un muy lindo apartamento, pero tengo que salir con... Pierre, adiós camille— salió casi corriendo de allí.
—¿Sabe que Pierre está en Mónaco?
—Es lando, no piensa— bromeo.
Camille se levantó tomando la mano de Max—¿quieres ver mi habitación?— le causaba gracia como le costaba pronunciar palabras en inglés, era normal, no era su primer idioma y apenas tenía tres años.
Silver no podía evitar sonreír mientras su hija le daba un tour a Max por la casa entera y tampoco pudo negarse cuando invito al piloto a una noche de películas y pasta.—espero que no te moleste la pasta vegana.
—luego de comer pizza vegana ya me acostumbre—la molesto, tuvieron que buscar por casi toda Australia un lugar de pizza vegana—no estaba mala.
—Si no puedo hacerte pasta normal, creo que me queda alguna, antes Camille la comía, pero le gusta la mía— explico nerviosa, nunca había tenido un hombre en su casa que no fuera Charles o Hock.
—Me conformo con pasta vegana—respondió acercándose a la cocina cuando Camille decidió ir a su habitación a jugar con sus autos—¿le gustan mucho los autos?
—No sabes nada, solo juega con Barbies o autos, trate de regalarle una Elsa o a Vaiana, pero quería la Barbie corredora—bufo, sentía como Max cada vez estaba más cerca de ella y aquello la ponía todavía más nerviosa—¿te gustaban los autos de pequeño?— pregunto—digo la respuesta es obvia.
El holandés rio, sabía que Silver estaba nerviosa—no tenía opción, papa quería un corredor y lo consiguió.
—Entiendo el sentimiento, mi padre sonaba con que fuera la primera mujer en correr oficialmente en un equipo de la fórmula uno, que llegara a Ferrari o Mercedes, pero no era lo mío.
—¿qué es lo tuyo?
—Definitivamente, pintar y modelar, sonará muy cliché, pero es lo que me gusta— se giró para mirarlo, ya que estaba de espaldas colocando todo para cocinar la pasta, lo que no se esperaba era encontrar a max cara a cara con ella, muy cerca, demasiado cerca.
—No es cliche— respondió dando un paso todavía más cerca— me encantan tus ojos, ¿te lo había dicho antes?— coloco una mano en la mejilla de la francesa, quien por instinto miro los labios de Max, les faltaba tan poco para besarse.
—¡mama!—la voz de camille interrumpió separándolos de inmediato—¿podemos comprar un perro?— ambos rieron por las ocurrencias de la arquette menor.
—Carino lo hemos hablado, no tenemos espacio para un perro— respondió haciendo que la menor bufara.
—¿No te gustan los gatos?, tengo dos.
—Son lindos, pero quiero un perro— cruzo los brazos—¿podemos ver cars hoy?, ¿te gusta cars max?, quiero ver la dos porque sale Lewis y lewis me agrada.
Silver respiro para calmarse, la nueva obsesión de su hija era Lewis y habían hablado apenas segundos— me gusta cars— respondió max—¿por qué no me enseñas tu barbie corredora mientras tu mamá cocina?
La pelinegra le dio las gracias con la mirada, no quería escuchar nada sobre Lewis, al terminar de cocinar los tres cenaron para luego ver la película, pero a la mitad Camille ya se encontraba dormida en medio de los dos adultos, por lo que Silver la llevo a la cama.
—Es un terremoto.
—No sabes nada, tiene mucha energía y es tan...—suspiro—tan lewis.
—Es muy tú también, te admiro, criar a una hija sola y debo decir que has hecho un excelente trabajo—se acercó a ella en el sofá.
—Gracias Max, diría que ha sido esfuerzo grupal, charles y las chiquillas han sido de mucha ayuda— admitió—creo que...
No pudo terminar porque los labios de Max chocaron con los de ella—Perdón yo...—se quiso disculpar a ver la cara de sorpresa de Silver, pero esta negó colocando sus manos en las mejillas del chico para besarlo.
(...)
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📍Paris, Francia.
quicksilver city of croissants
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8,123 comments
landonorris ¿salieron sin mí?
➜ hockarquette ¿por qué está en plural?
maremoto TE AMO CASÉMONOS
evaduboux Silverstone Mónaco damas y caballeros
maxverstappen1 👀
➜ charles_leclerc fuera
usuario92 por dios tiene una hija y se viste así, qué asco
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