𝟎𝟎𝟏

quicksilver Mónaco nights

liked by 13,467 people

3,627 comments 

maremoto queen

       ➜ quicksilver casémonos

maxverstappen hermosa

usuario15 la princesa de la f1


⋆✰⋆ ✰⋆ ✰⋆ ✰⋆ ✰⋆✰ ⋆ ✰⋆ ✰⋆ ✰⋆ ✰⋆

001. ¿Tu habitación o la mía?

Mónaco, 2019

¡Fiesta!— gritó Marina riendo, había quedado en tercer lugar y no podía estar más feliz con el resultado, considerando que era su primer año corriendo.

—¡Dios bendiga a tu padre por ser el dios de Mónaco!— grito en respuesta Evangeline cuando bajaron al auto que las llevaría al club.

Silver, Evangeline y Marina eran inseparables.

Las monegascas habían crecido juntas, se conocieron por el amor en común de sus padres, los autos y fueron ambas las chicas de la pista hasta que Marina llego como corredora de Red Bull.

—Hamilton es increíble— murmuro Evangeline en el auto viendo unos highlights de la carrera— ya casi rompe el récord de tu padre, ¿crees que el tío Gustave se moleste?

—Si fuera cualquier otro piloto sí, pero Hamilton le agrada— subió y bajó los hombros restándole importancia.

La relación de Silver con sus padres no era la mejor y para sus amigas no era un secreto, pero para el mundo sí.

Para el mundo, la chica y su padre eran mejores amigos en las ocasiones que se les veía juntos, o sea las carreras a las que dejo de asistir con tanta frecuencia cuando cumplió los dieciocho.

Al comenzar la universidad se concentró en eso para graduarse en artes, algo debía agradecer de sus padres y era que al no estar interesados en su vida, le pagaron la universidad sin preguntar siquiera que estudiaría.  El arte era lo suyo, por lo que daba gracias a que podía expresarlo.

—Propongo que Silver se acueste con Hamilton— sonrió felizmente Marina.

—Conoces mi regla.

—Entiendo de donde viene esa regla, pero con hombres tan apuestos...— bufo la castaña.

—Solo piensan en sus carreras, no quiero alguien así en mi vida, para eso tengo a mi padre— negó con la cabeza.

—No todos son así, aparte no te estamos diciendo que te cases— le recordó Evangeline.

—¡Miren quien habla! ¿Y tú cuando pretendes hacer algo sobre esa tensión sexual entre tú y el monegasco?

—¡No hay tensión sexual!— se quejó.

—La hay— respondieron al unísono las dos castañas.

—Vive la vida— la continuó animando Marina.

—Llegamos— anunció el chofer cuando estuvieron frente al club exclusivo, las tres chicas le agradecieron.

—¡A beber!— gritó la mayor del grupo cuando entraron sin problemas, estaba lleno de pilotos, staff y beneficiarios. Lo típico de una "fiesta" después de una carrera.

Cuando la monegasca pelinegra salió corriendo junto a la corredora hacia la barra a pedir tragos, la otra monegasca se dedicó a arreglar su vestido rosado corto, le encantaba y podía notar que a quienes la veían también.

—Te ves exquisita— un acento conocido hablo a sus espaldas— pero me parece que lo sabes.

—No te equivocas Hamilton— respondió dando media vuelta.

El hombre frente a ella no pudo evitar mirarla de arriba a abajo con una sonrisa. Habían hablado múltiples veces y había cierto interés por parte de ambos, solo que Silver no se permitía actuar sobre ese interés.

—felicidades por la victoria, como siempre eres el mejor— le sonrió de lado.

—gracias— le sonrió mientras se dirigían a una mesa— bueno viniendo de ti, lo tomo como un verdadero cumplido, sé que sabes de autos.

—me defiendo— confirmo— también sé dé buenos corredores.

—¿alguna vez lo hiciste?— pregunto mirándola directamente— digo correr.

—cuando era pequeña hacía karting— admitió— lo deje cuando cumplí doce y nunca volví a tratar, mientras más lejos de las carreras mejor.

—lo noté, no estás viniendo como antes. ¿Alguna razón?

La chica pensó en el odio interior que sentía por el mundo de la Fórmula Uno, todo a causa de su padre—Estoy viviendo mi vida y esta no está cerca de una pista— se levantó— iré con mis amigas, bueno hablar contigo.

—Tú también lo sientes— le siguió.

—¿de qué hablas?— cambio el tema evitando su mirada, sabía perfectamente de que hablaba, lo había sentido desde el principio de la temporada.

—Este coso que nos atrae— se colocó frente a ella para evitar que siguiera su camino— me evitas porque tienes miedo de lo que puede pasar si duras mucho tiempo cerca de mí.

—No sé de qué hablas— trato de seguir, pero fue sin éxito.

—Sal conmigo— pidió.

Los ojos marrones de la francesa se abrieron con sorpresa, los pilotos tenían una reputación de mujeriegos y la gente no se equivocaba, lo eran y Lewis Hamilton era uno de los que más disfrutaba de la compañía de varias mujeres.

—¿es una broma?— rio por aquella tontería, jamás se permitiría salir con un piloto, todavía menos con Hamilton.

—es una cita— aclaró— no morirás por salir conmigo un día, te invito a cenar o comer, incluso a desayunar si te parece mejor.

—Gracias pero no.

—¿por qué?

—Tienes a miles de mujeres a tus pies, ¿cuál es la insistencia conmigo?— se molestó.

—Me agradas y no puedo negar que algo en mí se siente atraído hacia ti, por lo tanto, quiero ver a qué lleva esa atracción.

—A ningún lado, no salgo con pilotos.

—¿qué?— preguntó confundido—¿qué te hicimos?

Más de lo que piensas quiso decir, pero no demostraría vulnerabilidad frente al hombre.

—Es una simple regla de vida— logró salirse de allí para encontrarse con Atenea—¿dónde está Marina?

—se fue a hablar con Max— señaló hacia donde los estaban ambos, parecían tener una conversación algo agitada— creo que tiene que ver con él rompiéndole el corazón a la amiga de Marina, ese chico si es un jugador.

—igual que todos— bufo tomándose un trago de tequila seguido por un segundo y alejándose sin mirar atrás.— jodidos pilotos.

—parece que Hamilton se metió en tu cabeza, aunque asumo está tratando de meterse en tus pantalones, yo le daría pase libre si folla como corre— hizo un gemido en burla Evangeline.

—eres terrible.

—me lo dicen siempre, ¿trato de meterse en tus pantalones de verdad?— pregunto viendo cómo la morena pedía otro shot— hey calma con los tragos compañera.

—dijo que existe un coso entre nosotros— rodó los ojos.

—tensión sexual— asintió— tú y Marina tienen a estos jugadores en las palmas de su mano, os felicito.

—no existe ninguna tensión sexual— refutó tomando su cuarto shot— no beberé más— aclaro.

—si la hay y ese es el mejor sexo, escúchame bien Silver Monaco— recibió una mala mirada por parte de la francesa— tienes veintitrés años, eres candente y un hombre sexy, quiere llevarte a la cama, no dejes que tus traumas infantiles te priven de buen sexo.

No se equivocaba, la razón a su regla era por culpa de su padre y como era su relación. Pero tampoco iba a hacerse novia de Hamilton, podían acostarse, disfrutar y fin de la historia.

—A la mierda— se levantó escuchando los aplausos de Atenea, no sabía si era el alcohol también afectando su decisión, pero se acercó al piloto quien le dio una sonrisa— ¿tu habitación o la mía?

—¿qué?— preguntó este confundido.

  —te estoy dando el pase libre para terminar con este coso, ¿tu habitación o la mía?— repitió colocando una mano en la camisa del hombre quien tragó con una sonrisa.

—la mía— la tomo de la mano para salir de allí pidiendo las llaves al ballet — ¿estás segura de esto? ¿No estás borracha o algo así?

—estoy lúcida y sí— respondió colocando una mano sobre la pierna del inglés.






(...)





El sexo había sido épico y eso la enojaba, ¿cómo se podía ser tan bueno en la cama? ¿Quién se veía tan bien en las mañanas?

Lewis estaba cubierto por las sábanas hasta justo donde terminaba su espalda, sus trenzas algo desorganizadas.

Claro, si las destrozaste anoche se dijo a sí misma.

Debía salir de allí, no se arrepentía de lo que había pasado, pues había sido como llegar al cielo, pero no podía repetirse. Se levantó en busca de su ropa interior y su vestido, no quería ponerse la ropa del día anterior pero debía.

—Buenos días— la voz del británico la interrumpió, un poco ronca—¿te vas?

—Buenos días y si— se colocó la ropa interior bajo la mirada atenta del inglés, no le importaba su mirada.

—¿no quieres quedarte a desayunar? En el hotel sirven excelente comida y podríamos pedir servicio a la habitación— ofreció sentándose en la cama— no te pongas ese vestido Silver, no vas a estar cómoda— se levantó de la cama colocándose sus bóxeres del día anterior y caminado hacia el armario de la enorme habitación de hotel— toma— le entregó un gran hoodie suyo— puedes usarlo de vertido té quedará gigante.

—gracias — aquel vestido sería demasiado incómodo de poner— y no puedo quedarme, debo irme, ya que debo tomar un vuelo a Suiza como sea.

No mentía, debía irse puesto que su hermano menor cumplía años el día después.

—Al menos déjame llevarte a tú...— no sabía donde se estaba quedando.

—Tengo un apartamento aquí — aclaro— no debes hacerlo, tendremos suerte si nadie nos vio anoche y no pienso arriesgarme hoy.

—Al menos piensas pasarme tu número o algo así, me siento como un idiota en estos momentos— rascó su nuca— anoche fue... estupendo— tuvo que buscar las palabras por unos segundos porque así de bueno había sido.

—lo tomaré como un cumplido, pero esto no volverá a pasar y solo compartiremos cuando nos veamos en las carreras— aclaró encaminándose a la puerta— se acabó ese coso, cada uno por su camino. Nos vemos Lewis.






——

Aclarando que las carreras no seguirán los resultados reales en muchas ocasiones, ya que parte de que Lewis gane es importante en la historia.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top