TWENTY
"EL CLAN UCHIHA"
LOS MESES PASARON, el equipo ShiSaHi continuó realizando misiones secretas para el Sandaime y lastimosamente también para Danzō.
En estos meses Hikari también se había acercado mucho a Itachi, quien sin duda alguna estaba cada día más enamorado de la Senju.
De igual manera, habían conseguido una alternativa en caso de que las negociaciones verbales no funcionaran.
Shisui utilizaría su Mangekyō con todos las personas mayores del Clan, y aunque vivirían en una ilusión, al menos Konoha tendría paz por un tiempo más.
—Extraño cuando nuestra única preocupación era vigilar que Naruto no manchara las paredes o que no botara su comida al suelo —se quejó Sana mientras apoyaba su cabeza en el abdomen de su mejor amiga.
—En ocasiones siento que ella debería estar aquí con nosotros —murmuró Hikari sumida en sus pensamientos.
Últimamente la muerte de Miwa y su amiga en general le venía a su mente. Muchos recuerdos le venían de repente y honestamente eso la tenía más sensible.
—¿Ah? ¿Te volviste loca?
—A veces siento que podríamos haber impedido su muerte, que pude haber impedido su muerte —habló la albina ignorando las palabras de la azabache—. De haber empezado a entrenar con el ninjutsu médico en vez de perfeccionar el Rasengan....
—No te tortures de esa manera —le cortó Sana—. Decidiste entrenar el Rasengan porque en ese tiempo Minato-sama ya no salía seguido de las misiones y podía supervisarte mejor, nunca creíste necesario aprender ninjutsu médico porque siempre te sentiste segura con tu padre alrededor.
—No debí haberme confiado —continuó la albina con abatimiento, por fin estaba sacando todo lo que llevaba en su corazón.
Se sentía demasiado culpable, ella creía que pudo haber hecho más para intentar salvar a Miwa, y es por eso mismo que había estado vigilando a la familia de su mejor amiga todos estos años con tanta devoción.
—Basta, no puedes continuar culpándote, creí que ya habías pasado esa fase, me dijiste que ya lo habías hecho.
—Hay noches en las que solo sueño con ese momento, pero no es una pesadilla por lo que suelo recordar toda esa noche, simplemente el recuerdo me hace sentir tan.... Inútil.
—Hika-
—Es por eso que no deseo fallar en esta misión, no deseo que todas las personas de tu clan mueran. No deseo que sufras, ni tampoco Shisui, Itachi o Sasuke. Mucho menos Sasuke, solo tiene siete años.
—Sin importar el resultado de la misión —empezó a decir Sana mientras se colocaba al lado de su mejor amiga—. No fue nuestra culpa, ni tuya, ni mía, mucho menos de Shisui o Itachi.
—¿Y qué pasa si tenemos que asesinarlos a todos? —cuestionó Hikari al borde del llanto.
A Sana le rompía el corazón ver a su mejor amiga así, en los diez años que llevaban conociéndose solo lloró de esa manera en el funeral de Óbito y en el de los caídos contra el ataque del Kyūbi.
Hikari realmente se encontraba mal, y Sana se sentía mal por nunca haberlo notado. Su mejor amiga la había consolado tantas veces que ni siquiera podía contarlas todas. Sana era una llorona de primera, sin embargo ella sabía que en cada llorada Hikari siempre estaría ahí.
¿Cuantas veces habría llorado su mejor amiga en silencio? ¿Cuanto tiempo llevaba guardándose esa culpa, ese dolor, ese sufrimiento?
—Si tenemos que asesinarlos.... solo debemos recordar que no es nuestra culpa, solo somos un peón en este conflicto.
—Sasa..... ¿Crees que vamos a poder seguir adelante si hacemos algo como eso?
—Por supuesto —afirmó la Uchiha—. Nuestra familia siempre va a poder seguir adelante.
Sana no mantenía una buena relación con sus padres, o bueno, ni siquiera mantenía una relación con ellos. Ninguno se preocupaba por su hija y ella desde pequeña lo supo. Pero nunca le hizo falta el amor que ellos debían darle, Hiroko e Hikari siempre se lo dieron. Ellos eran su familia.
Con el tiempo Shisui, Naruto, Itachi y Sasuke se unieron a la familia, y a ella no podía importarle menos sus progenitores.
—Si en todo caso fallamos en la misión y toca recurrir al plan B... te pido que vengas a vivir acá.
—Si falla o no, vendré a vivir aquí, después de todo paso más tiempo aquí que en esa casa —afirmó la Uchiha mientras abrazaba con fuerza a su mejor amiga, quien correspondió el gesto.
—Te quiero mucho, espero que tú nunca te vayas de mi lado —susurró Hikari mientras soltaba un par de lágrimas.
—Nunca lo haré.
—¿Lo prometes?
—Mientras me mantengas en tu corazón, siempre estaré contigo Hika.
—Espero que tú también me mantengas en tu corazón, Sasa.
[...]
Habían pasado meses desde que Hikari se abrió con Sana. Y por como estaban transcurriendo las cosas, todo iba de mal en peor.
Sentían el golpe de Estado en la nuca, estaban seguros que pasaría bastante pronto. Y eso tenía al trío ShiSaHi tensos.
Ni siquiera habían podido disfrutar de sus propios cumpleaños, los tres habían cumplido dieciséis pero sin ninguna gota de alegría en su ser. Lo único que los había animado unos momentos era la propia emoción que Sasuke y Naruto mostraron.
El trío estaba enfrente a los altos mandos de la aldea, quienes escuchaban con atención el reporte de Shisui sobre la situación.
—....El golpe sigue en marcha —finalizó el Uchiha.
—Ya veo —espetó el Sandaime mientras bajaba la mirada.
—Hiruzen ¿cuál es tu plan ahora? —cuestionó Danzō, provocando que Hikari se tensara.
Le caía mal el hombre.
Mientras los altos mandos discutían lo que harían, Hikari solo podía pensar en todas las opciones, y no eran muchas que digamos.
Cuando Shisui comentó la alternativa que tenían pensada, notó que Danzō se colocó más serio. Mientras sus dos compañeros observaban al Sandaime y la aprobación que había dado a su plan, ella observaba con fijeza al hombre que tanto detestaba.
Entonces, cuando sus miradas chocaron, Danzō creyó volver en el tiempo y mirar a su maestro, quien siempre había sido tan serio, frío y calculador.
Su nieta tenía la misma mirada en esos momentos. Y eso lo hacía sentir intimidado. Además, sabía el gran poder que Hikari Senju poseía, era una genio, había heredado la apariencia física de Tobirama pero tenía las habilidades y carisma de Hashirama.
Hikari por su lado no escuchó las indicaciones del Sandaime, simplemente miraba con fijeza a Danzō, y por lo que su lenguaje corporal le decía, el hombre parecía nervioso.
Dejó la batalla de miradas cuando Sana le tocó el hombro, parpadeó un par de veces y entonces se levantó. Ya había terminado la reunión y ella ni siquiera se dio cuenta.
Una vez afuera de la Torre del Hokage, el trío caminó por las calles sin decir palabra alguna, ninguno sabía cómo romper el silencio.
—Debo ir a entrenar con los niños —empezó a decir Hikari como excusa—. Adiós.
—Espera —dijo Shisui, pero la albina ya se había ido.
—Fuiste muy lento, y da la casualidad que ella es la personas más rápida en la aldea —bromeó Sana con diversión.
—Sana.... Creo que deberíamos empezar el plan hoy —dijo Shisui sin ningún ápice de broma.
—¿Hoy? Pero Itachi-kun no está....
—Lo sé, y estoy seguro que se enojara por ello, pero no confío en Danzō-sama, y sabes que Hika-chan mucho menos.
—Lo mejor sería hacerlo con Hikari presente, ¿será que la vamos a buscar?
—Ve tú, yo me pondré en posición primero.
—Si tú lo dices —murmuró la Uchiha.
Fue así como los dos Uchiha se separaron, y ese fue el primer error que cometieron ese día.
Por otro lado, Hikari estaba con Naruto entrenando, ni siquiera se había molestado en cambiarse, llegó a su casa y de inmediato le propuso al pequeño rubio entrenar.
Obviamente Naruto aceptó y en estos momentos el pequeño se encontraba aprendiendo un jutsu bastante básico.
Sana no tardó en arribar y fue así como el entrenamiento se interrumpió, una mirada de seriedad de parte de la azabache fue suficiente para que Hikari se colocara de la misma manera.
—Debemos irnos, el plan se adelanta para hoy.
—¿Qué? Pero si-
—Tu más que nadie notaste a Danzō después de la reunión, ese hombre quiere a todos los Uchiha muertos.
Fue entonces que sintió un mal presentimiento, había notado la mirada de rencor que Danzō tuvo durante toda la reunión, eso no era buena señal.
—¿Y Shisui donde está?
—Se adelantó, dijo que nos viéramos en el lugar acordado.
—¿Está solo?
—Si, ¿por qué no....
—Debemos encontrarlo, y ya —dijo Hikari con preocupación.
La Senju de inmediato se acercó al pequeño rubio y le dijo que debía irse por un rato, le dijo que entrara a la mansión y que no saliera hasta que ella regresara.
—¿Pasa algo malo?
—Solecito... no puedo decirte nada en estos momentos, pero te prometo que regresaré lo más pronto posible ¿Harás caso a lo que te digo, cierto?
—¡Por supuesto, dattebayo!
Ella besó la frente del pequeño y lo abrazó. Entonces le extendió la mano a su mejor amiga y fue asi que Hikari utilizó uno de sus jutsus preferidos.
Terminaron en el bosque, con rapidez las dos se adentraron a este, y Hikari con su habilidad de ninja señor logró identificar a Shisui y a otros seis personajes.
—¡Mokuton Bunshin no Jutsu! —exclamó la Senju mientras cuatro clones de madera hacían aparición.
Sana sacó su katana de inmediato, su mejor amiga había invocado clones de madera, la cosa iba enserio.
Hikari empezó a correr, realmente estaba preocupada y tenía un mal presentimiento. No deseaba que le ocurriera algo a Shisui.
No a él.
—No puedo dejar que vuelva a ocurrir —susurró la albina mientras se apresuraba.
Por suerte, llegó a tiempo, justo en el momento en el que los ANBU de RAÍZ iban a empezar a atacar a su mejor amigo.
Cuando notó que Danzō deseaba atacar a Shisui por la espalda, de inmediato se colocó detrás de él mientras que Sana se colocaba frente a él.
—Llévate a Shisui, yo me encargaré de esto —habló la Senju mientras amenazaba al señor con un kunai.
Ante la repentina aparición de la Senju y la Uchiha, Danzō sabía que tenía menos posibilidades, por no decir nulas, de quitarle sus ojos a Shisui.
—Hika-chan.... Estas personas-
—Se quienes son, pero en estos momentos me interesa más que ustedes dos se marchen a que se queden.
Aunque Shisui intentó discutir, Sana lo tomó de la mano, ella tenía claro que Hikari no iba a dar su brazo a torcer.
Antes de que pudieran procesarlo, los dos Uchiha se fueron. Y aunque los otros cinco ANBU quisieron seguirlos, los cuatro clones de madera de la Senju les cortaron el paso.
—Debo admitir que no creí que intentaría arrebatarle los ojos a una persona inocente, Danzō.
Ese hombre no merecía que ella lo llamara con honoríficos, y aún si lo hiciera, ella era una princesa. Podía hablarle como quisiera a quien quisiera.
—Esto es por el bien de la aldea, Hikari-sama —espetó el hombre con una mirada determinada—. No debió haber interferido.
—Por supuesto que debí. Shisui-kun solo desea lo mejor para todos. Pero eso usted no lo entiende, porque los Uchiha no son su familia.
Y con esas últimas palabras, Hikari inicio con sus ataques.
Para Hikari y Naruto, esos cuatro Uchiha eran su familia, esos cuatro azabaches eran importantes para ambos.
No iba a permitir que sus personas más queridas sufrieran por un viejo de mente cerrada que no quería buscar alternativas para que todos pudieran vivir en paz.
[...]
Derrotar a los ANBU fue un poco complicado, más no imposible, pero intentar derrotar a Danzō fue algo que no consiguió. El desgraciado se había escapado, aprovechando el cansancio de la albina.
Hikari esperaba que Shisui y Sana ya estuvieron muy lejos de la aldea, esperaba que su padre y su tío los recibieran y cuidaran.
Al menos hasta que las cosas se resolvieran aquí.
Cuando Hikari llegó a la mansión Senju, no pudo ni siquiera saludar correctamente a Naruto cuando se desmayó.
Asustando a todos por completo, en especial a su pequeño rubio, quien había sido el que encontró a la albina en el suelo.
En otro lado, Shisui y Sana no se habían ido de la aldea como habían planeado si es que las cosas se ponían feas.
Estaban con el Sandaime, quien creyó en las palabras de los dos adolescentes, e incluso les prometió que haría lo posible para ponerle un alto a Danzō.
Fue hasta horas después que se enteraron del estado de su mejor amiga. Cuando llegaron al hospital se encontraron con Naruto hecho un mar de lágrimas, el pequeño no se había separado ni un solo momento de la puerta de la habitación de la Senju.
—¿Cuanto tiempo llevas solo? ¿Alguien más se ha acercado? ¿Estas bien? —cuestionó Sana con preocupación hacia el pequeño rubio
—Llevo aquí horas, nadie más se ha acercado y estoy preocupado por oka... ella.
Los dos Uchiha se mantuvieron con Naruto todo el rato hasta que una doctora llegó, esta informó que Hikari solo había sufrido un colapso nervioso por el estrés y por no dormir bien. El utilizar tantos niveles de chakra fue un detonante.
Se les permitió entrar a la habitación de la Senju, y no se movieron de ahí mismo toda la noche.
Ya en la mañana Sana y Shisui acordaron turnarse para cuidar de Naruto, quien se había negado a asistir a clases hasta que Hikari despertara.
Shisui y Naruto se fueron primero, dejando a Sana con Hikari, y mientras la Uchiha se mantenía cuidando de la Senju, Shisui se encontró con Itachi después de haber dejado al pequeño Uzumaki en la mansión Senju.
Inevitablemente el mayor de los Uchiha se colocó nervioso, su mejor amigo había regresado más rápido de lo que creyó. Y con Hikari en el hospital, él tendría que contar todo lo que ocurrió.
Y así fue, Shisui terminó contando todo lo que ocurrió la tarde del día anterior, lo que terminó recibiendo fue un golpe que le sacó el aire.
—Dios mío ¿Por qué-
—Tu sabes porque.
—Me lo merecía —admitió él Uchiha—. Pero golpéame después, en estos momentos seria ideal hablar con Hokage-sama de cómo proceder. No puedo utilizar el Mangekyō en estos momentos e Hikari se encuentra delicada de salud, el golpe está en la vuelta de la esquina, debemos encontrar una manera.
Itachi asintió comprendiendo lo que Shisui quiso decir.
—Tengo una —se limitó a decir, aún quedaba un último recurso.
[...]
Tres días habían pasado e Hikari aún no despertaba, en todo ese tiempo Sana y Naruto estuvieron al pendiente de ella, Sasuke, Itachi y Shisui visitaban el hospital durante la tarde.
Y fue que en la tarde anterior que los Uchiha en una de las reuniones semanales acordaron que el golpe de Estado iba a realizarse en dos días.
Dejando sin tiempo a Itachi y Shisui, el dúo inevitablemente fue a comentarle al Sandaime la situación, dejando una sola posibilidad.
Una que inevitablemente ninguno había querido tomar, pero no quedaba de otra.
Después de todo, si el clan sobreviviera y si llegaran a empezar el golpe de Estado, muchas vidas se perderían, negocios podrían ser destruidos, y las naciones enemigas aprovecharían.
Habían demasiadas desventajas. Y por más que Shisui e Itachi fueran Uchiha, amaban más su aldea.
Porque ese lugar era donde los que amaban estaban. Sana, Naruto, Sasuke, Hikari. Todos ellos eran sus seres más queridos y a quienes deseaban proteger sin importar que.
Así que, durante la noche, Itachi y Shisui Uchiha se colocaron sus máscaras de ANBU y se prepararon para comenzar con el exterminio del clan Uchiha.
Sabían que iban a ser considerados monjas renegados, que sus nombres estarían en el libro bingo y sus cabezas tendrían un precio muy alto. También sabían que iban a tener que convivir con otros criminales si los aceptaban en Akatsuki. Sabían que iban a tener que alejarse de sus seres amados.
Pero sabiendo todo eso, sabiendo que arruinarían sus vidas y todos los sueños que tenían en mente, lo hicieron.
Al culminar, Shisui mismo llevó a un desmayado Sasuke al hospital, específicamente la habitación de Hikari, donde Sana y Naruto se encontraban.
—Cuiden de ellos —habló el Uchiha mientras observaba a su mejor amiga y al pequeño azabache que consideraba un hermanito menor, ambos sumidos en el mundo de la inconsciencia—. Tratare de hablar con ustedes lo más pronto que me sea permitido.
Se acercó para dar un beso en la frente de Hikari, quien sonrió levemente ante el gesto, ella había reconocido de quien se trataba incluso estando inconsciente.
Shisui intentó contener las lágrimas ante eso.
Después abrazó a Naruto con fuerza y le murmuró un par de cosas al oído que Sana no fue capaz de escuchar.
Y por último, se acercó a ella y le brindó una sonrisa, una que mantuvo aún cuando la abrazaba.
—Cuídate mucho —susurró él.
—Tu también cuídate, a donde vas creo que debes cuidarte las espaldas mejor que yo —murmuró ella en respuesta mientras intentaba contener las lágrimas—. Cuida de él también... mejor dicho... cuídense el uno al otro.
—Eso haremos —afirmó el azabache—. Cuida de Hika.... sabes que ella no va a perdonarse haber estado inconsciente en estos días.
Se separaron y antes de que Shisui saliera por la ventana, ella habló con voz fuerte.
—Te quiero mucho, Sui.
—Yo también te quiero, Sasa.
Author's note:
A ver, no iba a redactar la masacre del clan Uchiha, en el anime ya la muestran. Lo único que cambia es que Shisui está vivo y ayudo con la masacre, al igual que él va a entrar a Akatsuki.
Se viene la parte dos de la historia, aquí van a empezar los sucesos de Naruto. Y obvio se va a desarrollar más el romance de Hikari e Itachi.
Es que de chiquitos no quise ponerlos de novio pq Hikari era dos años mayor y siento que aún estaban muy jóvenes para esas cosas.
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